Elección Absoluta – Capítulo 115: Hisith quiere un poco de tranquilidad

Traducido por Lucy

Editado por Sakuya


Después de que Shi Xiaobai entrara en su estado meditativo, los dos novatos que también estaban en la habitación aliviaron sus expresiones rígidas. No había otra manera de hacerlo. Solo al ver al pequeño bastardo, Tu Dahei, les recordaba los trágicos recuerdos de haber vaciado sus carteras.

—Hmph, ¿este tonto sigue vivo? Pensé que ya habría sido cortado en fichas de póquer por el instructor Hisith.

—Nunca esperé que se atreviera a venir después de hacer novillos durante diez días. Ya estoy deseando ver qué interesante juego jugará con él el instructor Hisith.

—Por desgracia, hoy será la selección por el boleto de recomendación de nuestra división. Se dice que el Ministro de la División vendrá en persona, así que es probable que el instructor Hisith no tenga tiempo para “jugar” hoy. Sin embargo, si Tu Dahei participara en la selección, las cosas se pondrían interesantes.

—Así es. Estoy esperando a ver cómo el Hermano Wang Lin le da una paliza a Tu Dahei, je, je.

Los dos novatos se regodearon en la próxima desgracia de Shi Xiaobai mientras le miraban con antipatía. En sus corazones, Tu Dahei era un bastardo que actuaba como cerdo para devorar tigres y era desvergonzado. Aunque sabían que les era imposible vencer a Tu Dahei, que estaba en el tercer nivel del Reino Mortal Pisónico, eso no les impedía fantasear con cómo el novato más fuerte de Aniquilación, Wang Lin, pisotearía a Tu Dahei.

Mientras los dos novatos estaban en medio de su discusión, montones de novatos entraron en el aula. Estos novatos también escanearon el aula y descubrieron a Shi Xiaobai. La mayoría de ellos mostraron un poco de vergüenza al recordar el terror de sus carteras siendo vaciadas por Shi Xiaobai. Sin embargo, pronto comenzaron a entablar una discusión schaden freudiana.

Al atreverse a participar en la selección colectiva de entrenamiento a pesar de haber pedido la ropa interior del instructor Hisith en público y luego hacer novillos durante diez días, solo estaba cortejando a la muerte de una manera extravagante.

Empezaron a esperar con impaciencia cuál sería la expresión del instructor Hisith cuando viera a Tu Dahei tras entrar en el aula, así como lo que haría.

En ese momento, un novato muy atento vio a través de la puerta del aula una figura familiar que se acercaba.

—¡El instructor Hisith está aquí!

Gritó el novato y todos los demás saltaron como ciervos asustados. Se apresuraron a volver a sus asientos y se sentaron en posición vertical. También cerraron la boca.

Hisith entró en el aula con sus habituales pasos coquetos. Los novatos no se atrevieron a bajar la cabeza ni a mirar a Hisith, todos levantaban la cabeza para mirar a la pared. Sin embargo, hoy era un día un poco especial. La mayoría miraba en secreto en una dirección concreta.

Mientras todos estaban sentados rectos y erguidos, había una persona con la cabeza ladeada hacia arriba y apoyada en una silla. Sus ojos estaban cerrados y de vez en cuando cabeceaba, como si estuviera durmiendo.

Ye Jiaquan, que estaba sentado a su lado, sacudía los hombros de Shi Xiaobai, pero no conseguía despertarle.

—Bien hecho, Tu Dahei.

Un buen número de personas levantaron sus pulgares. En este momento, aunque aborrecían a Tu Dahei, tenían que dar su aprobación a lo bien que Tu Dahei cortejaba a la muerte.

Hisith, se dio cuenta de las miradas erráticas de los novatos. Como tal, vio de manera similar a Shi Xiaobai. Sus pupilas se contrajeron mientras una frialdad brotaba de sus ojos. A continuación, una intensa aura asesina emanó en el aula.

Los novatos se sintieron como si estuvieran encerrados en un mundo helado mientras eran mirados por docenas de bestias demoníacas de escarcha. Sus mentes estaban en un escalofrío constante.

Qué aterradora intención asesina. ¿Cuánto tiempo había dejado el instructor Hisith que se gestara su ira?

¿Cómo iba a descargar la ira que había reprimido durante diez días contra Tu Dahei?

Los novatos se esforzaron por tragar saliva. Hace unos momentos se habían enfrascado en la schaden freudiana por la tragedia a la que se enfrentaría Tu Dahei, pero en ese momento sintieron un tinte de lástima.

Tu Dahei iba a quedar destrozado. Moriría o quedaría lisiado.

En ese momento, Shi Xiaobai estaba en una conyuntura crítica. Estaba a punto de terminar de construir el Mundo Disney en su mundo de Cogitación, pero se despertó de golpe cuando sintió la fría intención asesina.

Shi Xiaobai abrió los ojos y usando su instinto, rastreó la fuente de su intención asesina. Vio los ojos entrecerrados de Hisith que eran tan estrechos que parecían cuchillas con forma de pez.

Los ojos de Shi Xiaobai se iluminaron y agitó la mano de Hisith diciendo:

—Hola, instructor Sisi, ¿hay algún juego preparado que sea digno de que Este Rey conquiste?

Shi Xiaobai tenía una buena opinión de los juegos de Hisith. Hace diez días, ese juego “un poco más difícil” no solo había permitido que su control de la Habilidad Psiónica y su Escudo de Ondícula alcanzaran el Dominio Familiarizado y el Dominio Básico, sino que también le había permitido ganar 100.000 en efectivo para la Elección Absoluta.

Una partida así podía llegar por montones.

Los novatos estaban estupefactos. En las circunstancias actuales. ¿Tu Dahei aún se atrevía a hablar con tanto sarcasmo?

¿Era de verdad de un equipo prescindible?

El instructor Hisith… ¡Era un demonio que sin duda mataría!

De hecho, en este momento, solo deseaba hacer pedazos a Shi Xiaobai y luego encerrarlo en un Póker del Inframundo para que aprendiera poco a poco una lección, pero ya no podía hacerlo.

Tras recibir una advertencia de Kali, comprendió que este juguetito tan poco agraciado ya no era suyo.

Aunque las posibilidades de ganar no eran tan altas contra One-Pun, aun así se atrevió a enfrentarse a él en una batalla porque su oponente tendría que pagar un precio terrible para derrotarle.

Sin embargo, contra Kali, no tenía ni un ápice de deseo de luchar. Hisith era incapaz de saber en absoluto cuál era su nivel de fuerza. Como tal, comprendió que seguro ni siquiera tenía un 0,00…01% de posibilidades de ganar. No sabía si podría dañarle un solo pelo, incluso si lanzaba su vida.

Por lo tanto, después de que cuatro de sus siete sirvientes fueran destruidos por ella como una “pequeña advertencia”, tuvo que retractarse de cualquier pensamiento que tuviera sobre tratar con Shi Xiaobai.

No podía permitirse jugar con este juguete.

Como resultado, su ira se había gestado en los últimos días. Verlo era como ver al enemigo que había matado a sus sirvientes, y cuando escuchó su burla, estalló.

Rara vez no podía controlar sus emociones, pero esta vez, su cuerpo temblaba sin restricciones.

Cuando su ira se dispersó hacia el exterior, los novatos sintieron la réplica de inmediato. Sintieron una intensa inquietud que les llegó desde el fondo del corazón, que les golpeó en el alma. Rugieron en sus corazones. El instructor matará sin duda a Tu Dahei. ¡En este instante, momento, ahora!

—Je… je…

Hisith recordó las horribles muertes de sus cuatro preciados sirvientes, convirtiendo toda su intención asesina en una rígida mueca de desprecio. Estiró las comisuras de los labio y dijo a un ritmo vertiginoso:

—Hoy es la selección para la recomendación de la formación colectiva. Su Ministro de División vendrá en persona, así que no abandonen el aula y quédense aquí.

Tras decir esto, se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta. Cuando estaba a punto de salir, hizo una pausa.

—Si hay algo, búscame en el despacho del instructor.

Su mente estaba hecha un lío. Temía perder el control de su ira si continuaba aquí. Como tal, optó por irse, eligiendo dejarlo fuera de su vista, fuera de su mente.

En ese momento, solo quería tranquilidad.

No le preguntes por qué.

Tampoco le preguntes quién era.

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