Modo Automático Apagado – Capítulo 32: Te ruego que te levantes del arrepentimiento

Traducido por Kiara

Editado por Raine


No hay ser que se llene más rápido de desesperanza que el ser humano, cuando ignora lo que sucede a su alrededor. Es común que una vez que te concentres en un asunto, descuides los demás. No es particularmente inusual, en realidad es un fenómeno natural.

Y por eso es inevitable que una vez que regreses a la realidad también comiences a lamentarte; todo es parte de las consecuencias de las acciones que tomaste…

—Quiero llorar.

—Puedes llorar pero no te consolaré.

—¡Al menos miente y di que me consolarás!

—Desde hace un tiempo hasta ahora, no importa lo que diga, continuas deprimida, así que no hay nada más que pueda decir.

Tan pronto como terminé de reunirme con el príncipe y regresé a casa, corrí directamente a mi santuario, en otras palabras, la casa de Keito en nuestro terreno. Por lo general, sería el jardín de rosas, pero no sé cuándo aparecerá Padre o Madre. Todavía recuerdo que hace poco vino mi madre a darme una noticia terrible. Así que es mi costumbre ir a la casa de Keito cuando no quiero que nadie me moleste.

El contenido de la historia es, por supuesto, sobre la violencia que sufrí.

—Si Keito hubiera estado a mi lado, podrías haberlo detenido.

—Ni puedo ir, sólo soy el hijo de un sirviente.

Es verdad. Ni siquiera mis padres podían ir, mucho menos un sirviente y un niño es aún más imposible. En primer lugar, ya pasó todo, así que no importa cuánto me queje, el tiempo no volverá atrás.

—Aunque ya te lo dije muchas veces, no creo que hicieras nada malo. Además, ¿no fue el otro lado el que comenzó a descargar su enojo hacia Maria primero?

—Sí, pero… todavía debería haber respeto entre los nobles…

—Aun así, fue el otro lado el que levantó la mano primero… en realidad, fue un hombre que levantó la mano hacia una mujer y eso no es bueno.

—Aunque, Keito, también me golpeas a veces.

Él está diciendo cosas geniales, pero no es realmente convincente.

—María nunca me ha visto como hombre, así que realmente no importa.

—¡¿Qué hay con ese razonamiento?!

Eso es correcto, pero a pesar de que también él nunca ha pensado en mí como una niña, es irrazonable. A pesar de ello, frente a mí hay una taza de té y dulces que Keito preparó porque me ofrece la hospitalidad adecuada y me acompaña mientras escucha mis quejas, en realidad, es bastante amable.

—De todos modos, creo que Maria no tuvo faltas esta vez, así que no te preocupes más por eso.

Estoy muy contenta de que digas eso… pero no es fácil convencerme si a cada momento siento que cavé mi propia tumba.

A pesar de que simplemente estaba resistiendo su arrebato de ira, me seguía sintiendo inquieta hasta que Keito me tranquilizó.

Pero “eso” no es lo que me preocupa en particular.

—¿Por qué dije tal cosa…?

En ese momento, dije sin intención: “Sé qué tipo de sentimientos tienes hacia los nobles”.

Esto es malo, en realidad es muy malo, ¿no? En ese momento mi ira alcanzó su punto máximo y la dejé escapar, pero eso fue demasiado peligroso. ¡Porque esa observación hace que parezca que conozco el secreto de su nacimiento y el estilo de vida de la temprana edad de Tuvalu!

El secreto de Tuvalu es algo que el marqués Miranda escondió con todo su poder. Ni siquiera conozco a sus padres, y algo que recuerdo de su ruta, es que ni el Rey lo sabe. Un secreto que se ni quien se encuentra en la cima del país lo sabe, y de alguna manera, una niña de nueve años sabe todo lo que hay oculto.

—Keito, si se da el caso, por favor recoge mis huesos.

—Si se da el caso, huye antes de que te reduzcan a huesos.

Desearía poder escapar, pero… parece que será imposible con ese intrigante yandere. Si esta civilización evoluciona, es probable que me controle ilegalmente utilizando un GPS.

Si fuera la Mariabell original, ella podría borrar todo contacto con ese hombre, sería como ponerse una falda para ella.

Pero ese yandere… aunque hay varias circunstancias, no hay duda: en verdad, él es simplemente una persona increíblemente desordenada[1].

Durante la intimidación hacia Mariabell, al principio me alegré por lo que le sucedía y guardé silencio, pero ahora cuanto más recuerdo, más terrible me parece ese yandere. Qué hacer, mis preocupaciones se están duplicando.

—De acuerdo, ya déjalo.

Mientras mi mente estaba envuelta en inquietud, de repente escuché un fuerte ruido, y con él volví a mí misma. Keito sostenía sus manos frente a él, parece que el sonido de sus manos aplaudiendo me regresó de mis pensamientos.

—Es hora de cambiar de tema. Lo dije antes, Maria es tonta pero de buena manera.

—Sólo recuerdo que me llamaron idiota.

—Ese problema radica en la memoria de Maria.

—¿Estás tratando de elogiarme o burlarte de mí? ¿Cuál es?

¡Qué tipo tan grosero! Pero supongo que ésta es la consideración de Keito. Esta interacción tan habitual me hace sentir tranquila.

Veamos la situación por el momento. Si algo sucede… en ese momento, simplemente escapemos del desafío que amenaza a la vida.

—Bien, ¿qué tal una taza de té?

—Quiero.

Por ahora sólo relajémonos y bebamos el té que preparó Keito.


[1] Se refiere a mentalmente.

Una vez más:

Yandere: Término japonés usado para referirse a un individuo con personalidad dulce y/o agradable por fuera, pero hostil y agresiva por dentro.​ En algunos casos, hasta puede llegar a asesinar personas con el fin de que no se interpongan en sus objetivos personales. Yandere es la combinación de las palabras yanderu (病んでる?), que significa “estar loco/a”, y deredere (デレデレ?), que significa enamorado/a. En otras palabras, la frase en sí significa “Loco de amor”.

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