Esta Villana quiere mantener al Jefe Final – Tomo I – Capítulo 15

Traducido por Mochi

Editado por Yusuke

No puede existir una dama que no se enamore de un carruaje que vuela por el cielo nocturno. Con la noche que parecía fluir incesantemente, la vista de la capital imperial parecía brillar desde la ventana del carruaje.

Las estrellas comenzaron a tintinear otra vez. Variedades de luces provenientes de fuentes como lámparas de gas brillaban a través de las casas alrededor del área en forma de abanico que era la capital. Incluso el distrito comercial en la tercera zona estaba rodeado de colores deslumbrantes y un brillo proveniente de las luces.

—Que hermoso.

—Parece que a quien tenemos aquí no es la usual dama que siempre vemos.

Aileen, quien estaba sonrojada mientras se pegaba contra la ventana del carruaje,  volvió a sus sentidos al escuchar su voz. Claude estaba sentado con las piernas cruzadas en el asiento enfrente de Aileen. La miraba como si la estuviera observando, así que ella se aclaró la garganta.

—¿Podrías no decir algo tan grosero? Soy obviamente una dama normal.

—Pero considero que una dama normal, para dar un ejemplo, no le serviría al Rey Demonio un afrodisíaco.

—¿Por qué me ayudaste?

—¡Es porque no te defendiste, chica!

Aileen quedó sorprendida por la voz inesperada. Miró alrededor del carruaje en confusión. Beelzebub se aferraba contra la ventana desde afuera.

—¡La vista de la ventana fue arruinada!

—¡Qué ruidosa! ¡¿Por qué no respondiste contra nada, niña?! ¡Pensé que te desquitarías un millón de veces ahí!

—¡Tú! ¿Volaste aquí arriba para escuchar mi respuesta?

—Hemos aguantado hasta ahora porque el rey nos prohibió salir.

—¡Así es! ¡Chica, explica!

La ventana opuesta estaba cubierta de cuervos, la cara de Aileen se volvió seria.

—Rey Claude, de casualidad, justo ahora, el carruaje…

—¿Está rodeado por monstruos?

—Muchas cosas fueron arruinadas, mi precioso viaje bajo la noche de ensueño fue…

—¡Solo responde mi pregunta, chica! El rey está esperando tu respuesta.

Mire por donde lo mires, los únicos que estaban esperando una respuesta no era el mismo rey pero los monstruos alrededor del carruaje. Después de liberar un suspiro, Aileen se sentó de manera adecuada y dijo simplemente.

—Porque era conveniente.

Claude como siempre fijó calmadamente sus ojos en Aileen. Gracias a eso, ella pudo explicar su razonamiento indiferentemente.

—Mi objetivo simplemente era controlar la situación. Un pequeño malentendido no es nada, ¿cierto? Lo importante es que el cachorro está seguro y el problema acabó justo antes de que los humanos establecieran una acusación falsa contra el cachorro.

—Probablemente estás en lo correcto pero…

—Además, tampoco podía pensar en una manera de poder hablarlo habilidosamente.

Aileen forzó un suspiro.

—Dado que ya tengo la peor reputación de la academia, nadie me creería si dijera que los esos estudiantes masculinos fueron los que atacaron al cachorro primero. En vez, mi posición solo empeoraría cada vez más.

—¡Mal! ¡Mal!

—Vaya, ¿me acusan de mentir?

—No es eso. ¿Por qué no nos pediste que testifiquemos en tu nombre?

Aileen parpadeó sus largas pestañas sin parar ante la inesperada indignación de Beelzebub. Después, murmuró suavemente.

—Si hubiera hecho eso, tengo el presentimiento que hubiera sido más problemático…

—¿A-A qué te refieres?

—Por cierto, si todos ustedes testifican por mí, sería considerada alguien que fue seducida por los monstruos, volviendo la situación excesivamente peor. Básicamente, fue una consideración innecesaria de tu parte.

—¡¿Qué dijiste?!

Beelzebub pegó su cara más cerca del vidrio, se veía como si hubiera tragado un insecto amargo o algo así. Aileen se rió afeminadamente ante su cara irritada.

—Me refiero que, aun no he caído tan bajo como para que todos ustedes me ayuden.

—¡Tú, es por eso que eres odiada! ¡No eres linda en lo absoluto!

—Vaya, qué juicio. Odio estar en deuda con alguien, en cambio, adoro que estén en deuda conmigo.

—Beelzebub. Todos, retirense.

Al momento de escuchar el comando clamado de Claude, Beelzebub quien inicialmente fruncía el ceño se puso serio de repente. Parecía que la expresión de enojo de antes era una mentira. Les dirigió una elegante referencia, y con un zumbido desapareció de su vista. Los cuervos en la ventana opuesta desaparecieron ante la orden de Claude, y así de fácil, el lugar se llenó de silencio otra vez, hasta que Claude habló.

—Los monstruos han comenzado a pensar que eres agradable.

Los ojos de Aileen se expandieron.

—¿Yo?

—Entre buena y mala, su opinión de ti es mayormente mala, pero al final ayudaste al cachorro de Fenrir.

—Si solo salvé a ese único niño. ¿No son demasiado simples?

—Los monstruos son como los humanos, no consideran las apariencias importantes. No importa porque razón arriesgaste tu vida para salvar a nuestros amigos porque para ellos eso es todo lo que importa. Si tu intención era buena o mala no significa nada para ellos.

Suena insatisfecho con esto, como si pudiera ver a través de cualquier cosa. Pero, Aileen podía entenderlo.

—Rey Claude, tienes una experiencia terrible de ser engañado al instante por otros, así que no puedes ignorar esto.

—Tú también has experimentado algo similar.

—¿Disculpa? Nunca he sido engañado por otros, sabes.

En vez de responder, Claude desvió su mirada. Sus ojos parecían que querían decir algo pero no se atrevían a hacerlo. Las cejas de Aileen se levantaron contrayéndose.

—Si quieres hablar de mi antiguo prometido, eso no es de tu incumbencia…

—Entiendo que eres la clase de persona que no llorará, no hará excusas y no buscará ayuda de otros humanos.

Como si estuvieran resolviendo un misterio, el par de ojos rojos no reflejaban ninguna pizca de simpatía o alguna emoción similar. Claude continuó.

—Nunca me dijiste las razones de porque me propondrías matrimonio a mí, alguien que ni amas o es humano. ¿Aún tienes ganas de no decirme incluso ahora?

—Pienso que aunque te dijera, no me creerías.

—No depende de tí si creo en tu razones o no.

Tiene razón. Aileen asintió la cabeza sonriendo.

—Entonces te contaré. La verdad es que, tengo memorias de mi vida pasada.

—¿Disculpa?

—En realidad, este mundo es un juego de citas en mi vida pasada. La señorita Lilia es la heroína, la protagonista. Mi personaje, en cambio, es la villana. Considerada como una antagonista desechable. Por alguna razón, el anulamiento del compromiso resulta ser una bandera roja que me llevará a mi inminente muerte en el futuro. Cuando finalmente despiertes como el Rey Demonio, moriré en tus manos.

Claude siguió callado, sus ojos estaban fríos. Eran extremadamente fríos. Sonriendo, Aileen continuó su explicación ignorando la mirada helada que le enviaba Claude.

—Pero existe esta cosa llamada el poder del amor ¿cierto? Por eso es que si vuelvo rápidamente al rey Claude mío, no seré asesinada y podré seguir viviendo. Con ese pensamiento, fui a proponerme. ¿Entiendes ahora?

—Sí. Entiendo perfectamente…

Después de escuchar la respuesta sin gracia de Claude, Aileen de repente se vio rodeada por el cielo estrellado. El carruaje había desaparecido. La brisa nocturna soplaba gentilmente en sus mejillas y debajo de ella se veía la extensa Ciudad Imperial. Sin duda alguna, estaba cayendo.

—Entiendo perfectamente que crees que no podré entender tus razones así que decidiste burlarte de mí creando una historia ridicula.

Aileen gritó, pero el sonido fue tragado por la caída. Ella buceaba a través de los huecos entre las nubes.

¡No! ¡Voy a morir!

Su llorido fue detenido por su miedo. En pánico, Aileen rápidamente agarró el brazo extendido de Claude  y entonces rodeó el cuello de Claude con sus manos para sostenerse de él. Pero aún así, seguían cayendo con una velocidad alta. Mientras resistía el fuerte viento que venía de abajo, escuchó a Claude reirse. Aileen seguía cayendo pero desde la espalda de Claude tenía una vista completa del cielo nocturno lleno de estrellas.

Ah, hay una estrella fugaz.

Fue entonces cuando su caída comenzó a detenerse. La punta del zapato de Claude finalmente pisaron el suelo. Aileen, quien seguía colgada del cuello de Claude sintió como sus pies tocaban el suelo. Débilmente se hundió en el pasto y al mismo tiempo, le gritó en furia.

—¡Qué hiciste! ¡¿Estás tratando de matarme?! ¡Monstruo!

—Soy un Rey Demonio después de todo.

—¡¿Y ahora estas desafiante?! ¡Acaso querías que muriera por la caída!

—Atendamos el banquete nocturno.

Toda la rabia desapareció debido a su aceptación repentina. Ella miró hacia arriba para mirar a Claude, quien estaba parado en el pasto mientras ella estaba de rodillas.

—Eso no es un préstamo o una deuda

—¿Estás bien?

—¿A qué te refieres?

—¿Por qué te estás riendo?

—¿Me estoy riendo?

Parece que el dueño de esa sonrisa escandalosamente atrapante no era consciente de ella.

—No creo que estoy sintiendo una emoción típica de un Rey Demonio.

—Podrías explicar, no, espera. De alguna manera, tengo un mal presentimiento.

—Quería hacerte llorar.

Esas peculiares palabras terminaron como la brisa que pasaba entre ellos. Con un sonido particularmente gentil, Claude pateó el suelo y ascendió hacia el cielo. Otra vez, Aileen observó como las estrellas llovían en el cielo nocturno, sirviendo como el fondo de Claude. Hoy había una cantidad incontable de estrellas fugaces. No, no era eso. Eran los sentimientos de Claude los que causaban esto. Era por eso que las estrellas brillaban sin parar.

¡¿Qué clase de emoción es esa?!

Dejando a una aturdida Aileen en medio del patio de la casa ducal D’Austriche, la silueta del hermoso Rey Demonio con su par de ojos rojos desapareció bajo la luna creciente del cielo nocturno.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido