Esta Villana quiere mantener al Jefe Final – Tomo I – Capítulo 14

Traducido por Mochi

Editado por Yusuke

Como me lo esperaba, esto es parte del evento.

Un cachorro se perdió en un asentamiento humano y es herido por lo que el padre del cachorro lastimado se enfurece y ataca a los humanos, pero al final, termina siendo derrotado por ellos. Como era una clase de evento extremadamente irracional, incluso si no tenía nada que ver con su objetivo, lograr evitarlo era un motivo suficiente de celebración.

Sintiéndose bien, mostró una elegante sonrisa.

—Regresé para recoger algo que se me había olvidado.

—¿Así que algo que se te olvidó no? Escuché que había un monstruo aquí.

—Sí, lo había. Lo ayude a liberarse de esa trampa de allí.

—¿Dijiste que lo libraste? No hay manera que tu pudieras sacarlo de este tipo de trampa.

Al escuchar su voz llena de desconfianza, Aileen quedó demasiado sorprendida como para retirarlo.

Bueno, es cierto que normalmente no podría hacerlo.

Tal vez Max de alguna forma malinterpretó su silencio porque se puso a interrogarla directamente.

—Recibí un reporte diciendo que heriste a un monstruo usando una trampa e intentaste usarlo para atacar a Lilia.

—¿Disculpa?

—Este lugar está justo abajo del cuarto de Lilia, ¿no?

Como Max señaló, Aileen miró hacía la parte de arriba del dormitorio enseguida de ella. Un extraño sentimiento de compresión nació en ella, no podía evitar reírse.

—Que plan tan malo, tiene demasiados hoyos, moriría antes de poder ejecutarlo.

—Aún así, eres capaz de hacer cualquier cosa. De hecho, también escuche que fuiste atacada por el monstruo en represalia.

Ella miró a las personas detrás de Max. Eran los estudiantes que habían huido antes. Estaban usando a Aileen para ocultar sus malos actos poniendo toda la culpa en ella. Max definitivamente les creería sus mentiras.

Vaya, ¿qué debería hacer? Solo puedo ver el futuro de Max arruinandose.

Al verla riendose fríamente, Max le explicó estrictamente a Aileen.

—¿No sabes que hay un tratado de paz con los monstruos? Aunque eres la hija del primer ministro.

—Espera, Max. No creo que la señorita Aileen hiciera algo así intencionalmente. Debe haber un malentendido. ¿No es así, señorita Aileen? Confío en ti.

Como se esperaba de la heroína. Llegó a la conclusión correcta, pero Aileen se quedó callada deliberadamente, sin ofrecer ninguna explicación.

—No hay manera que no hayas hecho nada, pero te dejaré ir en consideración a la bondad de Lilia. Vete de la Academia inmediatamente. Con permiso. Vámonos, Lilia.

—Max. La señorita Aileen está herida.

—Cosechas lo que siembras. Ella puede arrastrarse de regreso.

Max, quien estaba observando los pies de Aileen, debe haber sido consciente de sus heridas. Como se esperaba del candidato para ser el futuro líder de los Caballeros Sagrados.

Con esto, logré que se calmaran las cosas sin ninguna conmoción. Irrita que me culparan de casi todo, pero no es como si mi reputación fuera a decaer por esto…

Su corazón no se sintió herido. Tal vez porque se había rendido hace mucho. Ella miró distraídamente las espaldas de Max y el resto mientras se iban. Fue en ese momento. El cielo que estaba pintado por el crepúsculo se torció.

—¿Que?

Max protegió a Lilia moviendola atrás de su espalda, su mano que estaba sosteniendo fuertemente su espada se puso tensa.

Un oscuro manto y cabello negro revoloteaban bajo el cielo. Sus ojos rojos se abrieron lentamente. Era improbable que la figura que actualmente flotaba en el cielo era humana.

—¿El Rey Demonio?

—Nunca pensé que él saldría del bosque —murmuró un estudiante. Los ojos de Aileen quedaron abiertos.

¿Por qué está el rey Claude?

Justo ahora, no debería haber razón para que saliese. Los humanos como si hubieran sido cautivados por la figura del Rey Demonio se congelaron en su lugar. El único que logró desatarse del hechizo restringidor de Claude fue Max.

—¡¿Tú, qué eres?! ¡¿Eres el Rey Demonio?!

Claude se quedó en silencio.

—¡Respondeme, si no lo haces, serás tratado como sospechoso y serás detenido!

La punta de la espada brillaba gracias al sol de la tarde. En frente de Aileen, quien se mantuvo quieta, Claude detuvo el golpe de la espada. Los ojos de Max se abrieron en sorpresa, pero inmediatamente volvió a atacar. Claude continuó deteniendo la serie de ataques de Max, los cuales los ojos de Aileen no pudieron capturar, sin mirarlo mientras se mantenía en el mismo lugar.

—¡Mierda! Lilia, mantente atrás.

—S-Sí.

Junto a un grito de lucha, Max recuperó el agarre de la espada y se disparó contra Claude, pero él aterrizó en el piso suspirando siendo seguido por un murmullo.

—Qué humano tan molesto.

Aileen no logró ver nada de lo sucedido. Max, con ojos bien abiertos, se había caído de espalda y miraba estupefacto como su espada estaba siendo puesta frente a su cuello. Claude no miró a Max hasta el final. ni siquiera cuando enfundó la espada en su vaina. Cuando escuchó el sonido del envainando, Max gritó:

—¡Espera! ¡¿Por qué no acabaste conmigo?!

—Aileen Lauren D’Austriche

—¿Sí?

—Tiene mi gratitud.

Claude, quien estaba ignorando a Max completamente, puso su mano en su pecho e hizo una reverencia con la cabeza a Aileen. Inmediatamente, una conmoción empezó a surgir alrededor de ella. De manera similar, Aileen también perdió su compostura. Su comprensión aun no alcanzaba para asimilar lo que estaba pasando. Al mismo tiempo, Claude continuó su discurso.

—Me ha ayudado a salvar a mi gente. Aun cuando fue mordida por el cachorro de Fenrir atrapado en la trampa, su noble alma no vaciló en extender una mano para ayudar, yo como el Rey Demonio, quiero ofrecerle directamente mi gratitud.

La manera en la que Claude hablaba era diferente a lo usual. Ella podía adivinar porque él usó el lenguaje formal, pero no entendía para qué usar ese tipo de discurso con ella. Aileen, en su sorpresa, le habló.

—Gratitud, yo no hice nada…

—Para evitar una disputa con los monstruos, fuiste dispuesta a soportar la acusación falsa de haber herido al cachorro que hicieron en tu contra. Aun cuando estabas herida, nadie te defendió; este es el doloroso motivo.

Al escuchar las palabras de Claude, las otras personas en la escena comenzaron a intercambiar miradas una con otra. Max frunció el ceño mientras comparaba la declaración de Claude y la acusación hecha por los estudiantes varones que dijeron que Aileen había lastimado al monstruo bebe.

—Los monstruos a los que salvastes estaban enojados con los humanos que insultaron a su salvadora.

Al decir eso, Claude volteó su mirada hacía los humanos detrás de ellos. Como se esperaba, los estudiantes que usaron violencia contra el cachorro fueron los que continuaron temblando de miedo.

—Pero si los perdonas, los dejaré ir esta vez.

Aileen, quien había estado estupefacta, finalmente se dio cuenta de algo después de escuchar las palabras de Claude.

Él vino a ayudarme…

Él llegó aquí para aclarar la acusación falta hecha contra Aileen. Aun si hace eso, no hay nada bueno que Claude pueda conseguir con ello.

—Es suficiente con esas palabras.

Con su mano encima de su pecho, Aileen finalmente respondió con solo esas palabras. Claude asintió con su cabeza.

—Ya veo. En consideración tuya lo pasaré por alto.

No se olvidó de estar atento aun después de lo sucedido; Claude chascó los dedos. El momento en que lo hizo, granos de luz bailaron alrededor de Aileen. Era magia. La tela rota recuperó su estado original. La tierra y las manchas también desaparecieron.

—¿Tienes alguna herida?

—E-Estoy bien.

—Entonces te mandare de regreso a tu residencia.

En cuanto Claude volvió a chasquear sus dedos, un brillante carruaje plateado apareció enseguida de ellos. Era lujoso, tirado por dos caballos negros con elegante melenas.

—¡¿De dónde vino?!

Como se esperaba, Aileen estaba sorprendida. Los ojos de Claude se abrieron brevemente y luego sonrió levemente. Era invierno, pero aún así había un dulce aroma a flores. Actualmente, en algún lugar cerca de ahí, las flores estaban floreciendo. Ella no sabía porque, pero a Aileen le gustaría creer que las flores en verdad florecieron.

—Aún es muy temprano para estar sorprendida, tu mano.

Cuando le dijo eso, Aileen le pasó su mano. Claude tiró de su mano y abrió la puerta del carruaje.

—Este carruaje volará en el cielo.

—¿Eh?

Los caballos relincharon, y  de sus espaldas se extendieron un par de alas. Eran Pegasos. El cuerpo de Aileen se movió solo por la sorpresa para abrazar la cintura de Claude. El carruaje flotó suavemente.

Anonadados, Max y las demás personas miraron boquiabiertos con los rostros en blanco como el carruaje comenzó a moverse hacia el crepúsculo.

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