Esta Villana quiere mantener al Jefe Final – Tomo I – Capítulo 18

Traducido por Mochi

Editado por Yusuke


—Y entonces, reparemos este castillo. Usando mi propio dinero.

Después de finalmente llegar al castillo abandonado sin ser obstruida por la barrera, Aileen comenzó la discusión con una sonrisa radiante. La vigorizante luz del día derramaba en la sala de recepción, el único cuarto funcional dentro del castillo abandonado, volviéndola algo más brillante de lo usual. Juzgando por como varias flores pequeñas estaban floreciendo alrededor del camino del bosque a pesar de estar fuera de temporada, Claude probablemente estaba de buen humor. Pero por lo que Aileen podía observar, él seguía tan inexpresivo como siempre.

Como se esperaba, el primero en responder fue Beelzebub, quien hoy también, usaba un atuendo muy revelador.

—¡¿Te refieres a dejar que los humanos entren al castillo?! ¡Hay un límite para tu descaro, niña!

—Los que dejaron que el Rey Demonio viva en este castillo en ruinas son los irrespetuosos.

—¿En ruinas dijiste? ¡¿Se ve genial no?! No entiendes la virtud de este aire de decadencia, es por eso que los humanos son…

Ah, este tipo tiene síndrome de octavo grado.

Instantáneamente rindiéndose de convencer al arrogante Beelzebub, Aileen dirigió la discusión hacia la persona quien sí podía mantener una conversación adecuada, Kaith.

—¿Qué opinas señor Keith? ¿No es una buena sugerencia?

—Ciertamente, el aire helado que entra por las grietas de las ventanas es horrible, así que estaré agradecido si el castillo es reparado, pero pagarlo del dinero personal de la señorita Aileen es algo, ¿cuánto sería la tasa de interés?

—No hay intereses, el rey Claude será suficiente como colateral.

—¡Es inhumano! ¡Trato hecho!

—¿A quién están llamando un colateral?

Claude, quien estaba sentado en el sillón individual descansando la barbilla en su mano, quedó asombrado. Parece que se está acostumbrado a Aileen ya que el viento no sopló ni las flores se marchitaron.

Solo Beelzebub inclinó la cabeza hacia un lado.

—¿Qué es un colateral?

—Es algo de marido y mujer.

—No, ni cerca señorita Ailee…

—Rey Claude. Por favor deme su permiso para reparar el castillo con el fín de ayudar a otros, Usted también, ¿cree que no es mala idea, cierto?

Cuando finalmente redirigió la conversación a Claude, él inexpresivamente cruzó las piernas al otro lado.

—Es imposible dejar a humanos reparar el castillo del Rey Demonio. No tengo intención de estar en deuda contigo y también es algo innecesario para los monstruos en primer lugar, aún si digo eso, ya preparaste una respuesta ¿no?

Aileen quien sin duda ya tenía preparada una respuesta se quedó perpleja cuando Claude lo señaló primero.

—Ciertamente hice preparaciones, pero…

—Entonces permíteme preguntarte esto. ¿Por qué la hija de un duque como tú, haría una hazaña así por si sola?

—Eso es para ayudar a la gente.

Claude entrecerró sus ojos. Sintiéndose incómoda, Aileen continuó explicando su razonamiento.

—Además, es una buena oportunidad para probarme superior al príncipe Cedric.

—Pero, yo recuerdo que presumiste que no desperdiciarías ni un segundo más de tu vida por Cedric.

Este hombre tiene buena memoria. Aileen decidió usar otra estrategia.

—Todos ellos son personas capaces. Simplemente descartarlos va encontra de mis creencias.

—Esta bien si no me puedes responder, será una pérdida de tiempo. La barrera está para monitorear la entrada y salida de los humanos, pero para que no sobresalgan les dejaré ir y venir. No quiero ser notado por esos nobles problemáticos.

—C-Claro que tendré cuidado con eso, pero, ¿está bien? Reparar el castillo.

—Sí. Poniendo de lado tu forma de hacer las cosas, tengo confianza en los resultados que obtendrás.

Su evaluación sincera logró sofocar el entusiasmo de Aileen quien rebosaba de la intención  de engatusar. No pudo evitar cerrar la boca.

—Keith. Es una cuestión de tu salario, pero estoy seguro que mi ayuda subsidiaria no será emitida. Así que haz algo que se pueda usar como financiamiento y ponlo de lado como pago para reparar el castillo.

—Oh, es mi primer trabajo en mucho tiempo. Daré lo mejor de mí.

Aileen se puso nerviosa al escuchar a Claude dando órdenes como si estuviera familiarizado de antes con la situación.

—Hay un reportero llamado Jasper. Si buscan por el…

—¿Así que ya hiciste unas de las preparaciones necesarias? Ya veo. Realmente no tenías la intención de usarme como garantía desde el inicio.

Aileen se quejó al ser descubierta tan fácilmente por Claude. Correcto. Primero que todo, Aileen proveerá los fondos. Entonces, Jasper reunirá la información y la evidencia necesaria para amenazar a los culpables del robo y siguiendo eso, ella le prestará ese dinero a Claude y al resto. Y luego, Aileen podrá compensar por su parte en las responsabilidades.

Solo usando los materiales dentro de su mente, Claude logró hacer un cálculo aproximado basándose en el total estimado de dinero que les llegará, además de los gastos por las reparaciones, debería quedarle algo de dinero a Claude. Sin embargo, si no tienen deuda, incluso si logran recuperar su dinero, Aileen tenía la sensación que Claude no aceptaría el dinero.

—Realmente no eres honesta.

Claude, quien logró leer las intenciones de Aileen con esas pocas palabras, miró hacia Keith quien estaba parado detrás de él.

—Keith. ¿Podemos poner nuestra confianza en este hombre llamado Jasper?

—¿El presidente de la Compañía de Periódicos Barry cierto? Es un hombre valiente con un talento para escribir buenas noticias. La señorita Aileen tiene un buen ojo.

—Sabes muchas cosas.

—Soy la mano izquierda del Rey Demonio después de todo. Entonces, iré a trabajar por primera vez en mucho tiempo.

Frunciendo el sueño, Aileen tuvo el presentimiento que Keith, quien se reía entusiastamente, no era solo un tipo normal. En el juego, él era mostrado como un astuto y hábil  asistente, pero, en la vida real, él era simplemente espeluznante. Por supuesto, como un ser humano ordinario, independientemente de ser capaz o no, no hay forma de que pueda sobrevivir en la sociedad humana como el asistente del Rey Demonio. Ella entendía eso, pero por alguna razón, se sentía frustrada.

—En verdad odias estar en deuda con alguien, ¿no?

Cuando ella pensó que estaba cubierta por una sombra, la cara de Claude apareció en frente de ella. Sorprendida, Aileen jadeó y dejó escapar su objeción con una voz aguda.

—R-Rey Claude, ¿¡se movió solo para acosarme!?

—¿No? Solo esperaba que lloraras.

Ella apretó sus dientes ante su susurro diabólico y se distanció a sí misma de Claude. Trató de controlar sus inútiles latidos que palpitaban erráticamente y hablar lo más calmada posible.

—Entonces, tengo otra petición, rey Claude. ¿Me puede alquilar la tierra de su propiedad, incluyendo el bosque? Claro, pagaré renta. Estoy planeando en crear una pequeña granja.

—¿Eso significa que planeas que permita la entrada y salida de gente de este lugar a largo plazo?

—Eso es correcto. Si algo parece que será otra cosa, entonces se convertirá en esa otra cosa.

—Puedes intentar hacerlo. Sin embargo, si causa problemas a los monstruos, haré que todos incluyendo los constructores para el castillo abandonen su trabajo a medias y se vayan.

Por el contrario, si la gente se lleva bien con los monstruos, habrá espacio para escuchar sus historias. Más que eso, lo más importante de lo que tenía que preocuparse Aileen era no descuidar al Rey Demonio Claude.

—Entiendo. Así que está bien mientras estemos atentos cuando repararemos el castillo, ¿está eso bien?

—Así es. Todo lo que falta es si puedes o no pedirme un favor honestamente.

Después de quedarse callada unos segundos, Aileen respondió.

—¿A qué te refieres con “honestamente”? ¿Cómo llegaste a tal palabra? Pagaré apropiadamente la compensación adecuada, ¿sabes?

—No tengo mucho interés en eso. Es solo que, eres mala pidiendo genuinamente un favor, ¿no?

Perdiendo los estribos, Aileen se puso de pie con un salto. Frunció el ceño hacia Claude, quien dijo despreocupadamente esas palabras mientras ella batallaba para entender si estaban destinadas a ser dulces o amargas para sus oídos.

—Entonces, comenzaré a trabajar inmediatamente. ¡Señor Beelzebub!

—¿Qué?

—Por favor guíame por el castillo. Ocupo considerar cómo voy a reparar y renovar este castillo.

—Aileen.

—¿Mande?

Aileen volteó al escuchar la mención de su nombre, solo para ser recibida con la vista del dedo índice de Claude brillando débilmente. Pero la luz se apagó tan pronto como su la yema del dedo ligeramente iluminado apuntó a Aileen.

Sintiéndose incómoda, los ojos de Aileen se movieron con recelo. Había un hoyo en la sombra de sus propios pies.

—¡¡¡¿Ehh?!!!

Su sombra se estaba hinchando y por el agujero que se abría, algo con garras afiladas, piernas gruesas y un torso más grande que la sombra por la que salía, se arrastraba desde el hoyo.

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