Traducido por Anissina
Editado por Ayanami
—¡Lixy!
El joven mostraba una amplia sonrisa y me saludaba. Calix le devolvió el saludo.
La gente se reunió alrededor de éste sin apenas poder respirar. Todos inclinaron una oreja hacia el joven, se aferraron a cada una de sus palabras y estallaron en carcajadas como respuesta. Todos estaban firmemente cautivados por él.
Los brillantes ojos negros del joven simplemente desbordaban de vivacidad. Estaba disfrutando enormemente del baile. A Calix le complacía verlo disfrutando, pero, por otro lado, era una monstruosidad.
Hasta ahora, el joven le había pertenecido únicamente a él. Aparte de él, ningún otro había recibido su atención, ni había intercambiado palabras con él. Eso era obvio, ya que sólo ellos dos habían pasado tiempo juntos hasta altas horas de la noche. Sin embargo, aquí en el baile, la gente que hablaba con él, la gente que recibía su atención y la gente que le hacía sonreír eran numerosos. Para que su corazón estuviera tan inquieto sólo porque el joven se llevaba bien con otra persona, parecía que él mismo estaba bastante enamorado de él.
El joven, que había sido presentado como un miembro de la realeza procedente de una tierra extranjera lejana, atrajo la atención de la gente desde el principio.
Al principio, la razón por la que se convirtió en el centro de atención fue porque había aparecido con Calix.
Un rumor se había extendido silenciosamente. La curiosidad hacia el joven de cabello negro que residía con el Príncipe Heredero en su propio palacio era inmensa. Era de esperar, pero las miradas que le dirigían ahora no eran de ese tipo. La gente miraba al joven con agrado y deleite. Los que se encontraban a cierta distancia también le echaban miradas furtivas, y su deseo de acercarse a él era evidente en su comportamiento.
Cuando el joven dijo algo, la multitud estalló en carcajadas.
El pequeño, que se mostraba extrañamente denso e ingenuo ante él, no estaba por ningún lado. En su lugar, sólo estaba aquella figura altiva, orgullosa y astuta, de su primer encuentro con Calix. El joven sabía muy bien cómo llamar la atención y el interés de los demás, así como cómo dejarse mimar a fondo por esas mismas personas.
El joven que había estado disfrutando durante un rato dirigió su mirada hacia Calix de nuevo. Y cuando sus ojos se encontraron, el joven sonrió con fuerza en su dirección. La gente que lo rodeaba siguió su línea de visión y vieron que el Príncipe Heredero le devolvía la mirada. Entonces, volvieron a estar pendientes de cada palabra del joven.
—Bueno, esto es… —Desde donde estaba sentado, Calix murmuró con una sonrisa.
Hoy, el joven era aún más manipulador de lo que había pensado. En este salón de baile lleno de nobles narcisistas del imperio, el joven lo estaba utilizando sin dudar para situarse en una posición mínimamente favorable. Borracho de protagonismo, el joven lo dejó de lado para ir a jugar, pero hizo alarde de su estrecha relación con el príncipe heredero, sonriendo en su dirección de vez en cuando.
Si lo hubiera hecho otra persona, nunca lo habría dejado pasar amablemente. Tal vez, se debía a que se había enamorado de éste, ya que incluso ese comportamiento le parecía encantador y adorable. Así que se sentó así de buena gana, esperando a que el joven lo saludara y devolviendo el gesto de inmediato cuando lo hacía.
Esta vez, ¿cuánto tiempo pasaría hasta que volviera a sonreírle?
Calix bebió un ligero sorbo de alcohol y soltó una ligera risa.
♦ ♦ ♦
Cuando entró por primera vez en el salón de baile, el joven parecía un poco desconcertado. Miró alrededor del salón de baile mientras murmuraba para sí mismo. Sus palabras fueron:
—¿Qué es esto? ¿El país de los gigantes? —Como si. Desde la perspectiva de un humano, el joven sólo había visto a Calix, por lo que no sabría la gran diferencia que había entre su físico y el de los demás. De vez en cuando, su orgullo se veía herido, y refunfuñaba por su gran diferencia de altura. De hecho, qué sorprendido debió estar cuando se dio cuenta de que su complexión era bastante similar a la de las mujeres menudas del salón de baile.
En cualquier caso, no pasó mucho tiempo antes de que el aturdido joven recuperara rápidamente la compostura y comenzara a recorrer el salón de baile como si fuera su propio mundo.
El joven tenía unos ojos y un cabello oscuros que casi nunca se veían en esta tierra —y aunque así fuera, nada se acercaba a su brillo —además, su delicada forma cautivó rápidamente a la gente. Más que nada, esos ojos oscuros. No podían apartar la mirada de esos ojos negros que reflejaban claramente las luces centelleantes.
Ya que el joven lo había descuidado durante un tiempo, sería bueno que volviera poco a poco.
Calix tamborileó con los dedos en el reposabrazos de la silla mientras su inquietud aumentaba. Desde que se supo que el joven era suyo, nadie se acercaba a él de forma descuidada, pero existía la pequeña preocupación de que alguien le rondara con intenciones molestas.
El joven estaba felizmente inconsciente de su inquietud y se encontraba ocupado divirtiéndose con los otros invitados. Calix consideró si estaría bien que interviniera y recuperara al joven en ese momento.
Pero no actuó en consecuencia. Aunque era una sensación vaga, se le ocurrió que el joven lo estaba poniendo a prueba.
Para expresarlo específicamente: “He aceptado tus disculpas, pero aún no te he perdonado del todo. Así que espera obedientemente por allí”. Era aproximadamente ese tipo de mensaje.
Aparte de mostrar su relación con Calix, parecía que la mirada ocasional que el joven enviaba hacia él también servía para observar, o incluso vigilar, a Calix.
Más vale que no haga nada para ser odiado de nuevo.
Calix chasqueó la lengua y se decidió.
El joven solía ser bastante cariñoso. Incluso si Calix le manoseaba el cuerpo dando una excusa endeble, asentía en señal de comprensión. Pero una vez que cruzó la línea que el joven había decidido, se convirtió en esto con sólo el más ligero beso en los labios. Incluso después de aceptar sus disculpas ayer, las secuelas no habían desaparecido. Si volvía a hacer algo para merecer el odio del joven, realmente podría no volver a poner sus ojos en ese rostro.
—Hermano mayor.
Calix miró hacia la hermana menor que se acercaba a él.
—Rosemary.
Cuando la llamó por su nombre, sus mejillas se sonrojaron. Su figura, meticulosamente adornada, era bastante femenina. Después de un momento de silencio, muy diferente a ella, Rosemary entreabrió los labios para hablar, pero…
—Lixy.
El joven, que había llegado a su lado en algún momento, le puso una mano en el hombro y lo llamó por su nombre. Calix se preguntó si había entrado finalmente en razón y rodeó la cintura del otro con su mano.
—Hola.
El joven saludó a Rosemary primero, pero su expresión era amenazante. Como si lo hubiera detectado, Calix vio que la expresión de Rosemary cambiaba. El joven miró a Rosemary y sonrió de forma opaca, luego agarró la mano de Calix de repente.
—Lixy. Quiero transformarme[1] en otra cosa.
Podía sentir claramente la tenacidad en los ojos del joven que tiraba de su mano. Justo ahora, estaba dispuesto a esperarlo sin descanso. No había razón para rechazar esa demanda.
Al levantarse de su asiento, Rosemary exclamó:
—¡Hermano mayor!
Calix acarició una vez la cabeza de su hermana menor y rodeó con sus dedos la del joven. Sus ojos se encontraron con los del joven y vio la mirada de satisfacción que llenaba su rostro. Parecía satisfecho de que Calix lo siguiera. Calix agarró con fuerza la mano del joven que por fin había vuelto a él y lo siguió.
[1]Nota: Entiendo que se refiere a volver a ser gato por eso escogí transformar en vez de convertir. Ambas expresiones se podrían emplear perfectamente.
Gracias por la Traducción, está muy linda la historia, este Gatito tiene Suerte de que este Azucarado Príncipe de Vientre Negro este Enamorado de él o la Situación podría ser distinta, porfavor continuenla! 😍💖✨
Me encanta la forma del gato es muy tierno espero que se de cuenta que le gusta el príncipe. Gracias por la traducción, espero las próximas actualizaciones .