Harem Imperial – Capítulo 64: A cazar

Traducido por Sharon

Editado por Tanuki


La noche había caído, y Fu Ling estaba observando atentamente al pintor que estaba concentrado en el estudio. Desde que regresaron del Palacio Yi Yan, la Señora había comenzado a pintar. Al principio pensó que era por un interés momentáneo, pero no creyó que duraría más de seis horas. Ni siquiera comió su cena y sólo bebió dos sorbos de sopa.

Observando el lienzo, parecía que la pintura pronto estaría completada. Fu Ling estaba por instruirle a Ru Yi que preparase comida, cuando vio una figura alta entrar al Salón Qing Feng. Todos en el patio se apresuraron a arrodillarse para saludar.

—Larga vida al emperador.

Esta era la segunda vez que el monarca llegaba sin ser anunciado por un eunuco. Fu Ling se recuperó y se adelantó, pero Yan Hong Tian ya había entrado en el cuarto y ordenado que se retirase.

La sirvienta miró el cuarto de estudio en el que su maestra todavía no se daba cuenta de su llegada, pero luego de ver la expresión del emperador, se retiró sin decir nada.

El cuarto de estudio estaba iluminado con velas, por lo que no era difícil ver la figura elegante de pie en la mesa cerca de las cortinas. Las delgadas cejas de Yan Hong Tian se fruncieron al entrar.

En la mesa, había entre cinco y seis pinceles diferentes alineados, dos con la punta de negro y uno de azul oscuro en el centro. El papel cubría más de la mitad de la mesa, y Qing Feng estaba de pie mientras sostenía un pincel de pelo de lobo, dando pinceladas expertas con intensa concentración.

Él sólo había visto sus pinturas, era la primera vez que la veía pintando. La energía que utilizaba no era pequeña, y cuando colocaba el pincel para extender la tinta, era como si dominara todo lo que pudiera tocar. Mientras Yan Hong Tian la observaba, quedó embrujado por su mirada intensa.

Quizás fuera para facilitar su trabajo, pero sólo estaba usando un vestido sin mangas. Bajo la luz y con ropas delgadas, su abdomen llamaba más la atención, lo que le hizo fruncir el ceño.

—No te sientes bien, ¿y aún así estás pintando? —Su voz era suave y profunda, mostrando su clara insatisfacción.

Qing Feng estaba pintando a gusto hoy, por lo que su humor era muy bueno. Sonrió sin levantar la mirada.

—No estoy enferma. Es solo que la emperatriz está particularmente interesada en mí, y la emperatriz viuda regresará después de dos días. Para no lidiar con ellas, planeé sentirme mal.

—Eres en verdad honesta —rio Yan Hong Tian, sin pensar que esa sería su respuesta. A pesar del pincel ahora lavándose, Qing Feng usualmente trataba sus pinturas sin mucho cuidado, y siempre usaba agua clara.

—¿No estaría cometiendo una ofensa si te mintiera? —respondió con inocencia y astucia.

Era raro que Qing Feng se sintiera tan relajada como para burlarse de él, así que Yan Hong Tian no la reprendió. En su lugar, sostuvo su mano y le preguntó al oído:

—¿Jing te lastimó?

¡Sabe sobre eso! ¿Entonces por qué no lo disciplina?

Qing Feng permaneció en silencio y cambió a un pincel más pequeño, el cual hundió en la tinta.

—¿Con sus estándares? —bufó.

Sabiendo que ese pequeño en verdad usó una espada para señalarla, no era de extrañar que Qing Feng estuviera enojada. Parecía como si su pelaje estuviera poniéndose de punta, y Yan Hong Tian se rió.

—Casi olvidé que tu también tienes garras.

Desde que Qing Ling cayó al agua, sus garras parecían haberse moderado bastante.

Al escuchar una burla tan obvia, Qing Feng sólo se encogió de hombros y pretendió no haber escuchado nada. Viéndola tan enfocada en la pintura, Yan Hong Tian sintió curiosidad por su obra, por lo que bajó la mirada y vio la imagen de…

¿Una cacería?

En la parte superior del papel, había una gran mancha de oscuridad y una luna creciente que brillaba. Había siete u ocho lobos salvajes que estaban rodeados por flechas, y la mitad de los proyectiles estaban enterrados en el suelo. Esto reflejaba la fuerza de los cazadores con el arco. El grupo de animales estaba atrapado en un círculo de flechas y algunas lobas estaban tan agitadas que aplastaban la arena en sus pies. Uno de los lobos dio un paso adelante; debía de tratarse del líder de la manada, ya que comparado con el resto, que estaban inquietos, él mantenía la calma y sus movimientos eran calculados. Sus cuatro patas tenían gran músculo y estaban llenas de energía. Sus ojos observaban al frente, como si pudieran ver directamente al corazón de la audiencia, y su mirada fría brillaba con astucia e inteligencia.

Ese par de ojos negros le estaban observando, y Yan Hong Tian sentía la urgencia de matarlo. Su mano que sostenía a Qing Feng se apretó sin pensarlo.

—¿Por qué pensaste en pintar esto de repente?

Qing Feng podía sentir su impulso asesino, y se sintió satisfecha. Su corazón y sangre ardió mientras lo pintaba, si quien mirase tal imagen no sintiera nada, habría significado que ella había fallado.

—Hoy escuché una pieza de música interesante y quise pintar una cacería —sonrió. Después de entrar al Palacio, había perdido el interés en la pintura, pero después de escuchar la canción, una pintura se había formado de inmediato en su mente. Una vez había regresado a su Salón, no pudo esperar a pintar hasta estar satisfecha. Giró su cabeza hacia el monarca, que estaba de pie detrás suyo, y le sonrió—. ¿No es extraño que haya una cacería pero no haya cazadores?

Encontrándose con sus ojos astutos, Yan Hong Tian sonrió.

—Los cazadores deben ser mejores ocultándose que las presas. Tengo curiosidad por saber qué tipo de persona es.

—Como dice el proverbio, ver al sirviente refleja al maestro. Viendo este tipo de presas, ¿es probable que no sepas qué tipo de cazador es?

Si Yan Hong Tian no podía verlo, entonces eso significaba que ella no logró capturar la tensión. En un trabajo de arte perfecto, uno no sólo imprimía lo que podía verse. Qing Feng suspiró para sí misma. Siempre había sentido que su hermana mayor y Yu Han Dan eran incapaces de traer la verdadera esencia, y esperaba que su pintura pudiera lograrlo. Pero ahora parecía que todavía le faltaba algo.

Había un círculo denso y apretado hecho de flechas en el suelo. Por ello, se podía ver que no le sería difícil al cazador matar a su presa, pero en su lugar la había rodeado y provocado juguetonamente. Yan Hong Tian podía sentir la mente del cazador, pero no era suficiente.

Observando al líder de la manada, sus ojos negros se entrecerraron y su mirada fría barrió la figura del animal. Cuando tomó el pincel más pequeño y lo mojó un poco en el cinabrio, los ojos de Qing Feng se iluminaron y se mostró ansiosa por tomar su mano.

Cuando la mujer en sus brazos se emocionó, los labios de Yan Hong Tian se elevaron y dejó el pincel en su mano. La vio iluminar rápido y suave los ojos del lobo. A pesar de que sólo fue un poco, sus ojos antes negros ahora tenían un brillo rojo, como si mostrara su desesperación y odio mezclados con un miedo intenso. Solo la presa tendría una mirada así antes de pelear hasta el final. Los ojos de Yan Hong Tian se oscurecieron y su corazón sintió sed de sangre inesperadamente.

La respiración a su espalda de repente parecía más pesada de lo usual, lo que satisfizo mucho a Qing Feng. Retirando el pincel, lo mojó en más tinta y lo pasó por la pintura para que la escena nocturna se volviera nublada.

Viendo a la mujer pintar sin preocupaciones, el corazón de Yan Hong Tian comenzó a dudar. Qing Lin había dicho que tenía amnesia, pero podía realizar autopsias. Por otro lado se dice que un Qing Mo era una experta investigadora con una mente meticulosa. A pesar de que su especialidad eran las artes, la Qing Feng a su lado amaba este estilo genial, pero como su reputación decía, las tres hermanas eran maravillosas. ¿Se habían encontrado con algún tipo de aventura desconocida?

—Ustedes hermanas son muy especiales. ¿Salen a jugar a menudo? —preguntó de manera indirecta.

Qing Feng no sabía que Gu Yun y Zhuo Qing estaban poseyendo los cuerpos de sus hermanas, por lo que pensó que Yan Hong Tian estaba siendo curioso.

—Somos mujeres y no podíamos salir con frecuencia. Mi hermana mayor ama el qing, y la menor el ajedrez, y aunque todas amamos los paisajes, ellas prefieren ir a lugares espiritualmente influenciados para sentir tranquilidad.

—Entonces, ¿qué hay de ti? —Yan Hong Tian reconoció que sentía mucha curiosidad de ella.

—¿Yo? —Qing Feng sonrió y respondió divertida—. Prefiero vistas majestuosas, pero desafortunadamente no tengo muchas oportunidades de experimentarlas.

El monarca la escuchó hablar en silencio, y su par de ojos profundos demostraban que estaba pensando en algo. Sus manos descansaron bajo el estómago de Qing Feng sin pensarlo. Desde que le contó que el niño podía patear, comenzó a usar más esa posición. Estaban a finales de otoño y hacía frío por las noches, pero a pesar de que ella estaba usando vestimenta delgada, no temblaba. Su temperatura innaturalmente cálida le hizo fruncir el ceño de nuevo.

—Estás muy caliente, ¿segura que te sientes bien?

Su corazón se sintió cálido, pero Qing Feng sonrió sin prestarle atención.

—Tranquilo, no soy tan débil o ya me habrías matado hace rato.

Cuando acababa de entrar al Palacio, su situación era mucho peor.

Yan Hong Tian levantó una ceja ligeramente. ¿Se estaba quejando?

Su abrazo fuerte y generoso, además de las manos sosteniendo su estómago hacían que Qing Feng no pudiera concentrarse. Tomó un suspiro profundo y bajó el pincel.

—¿Cómo puedo pintar contigo así? —suspiró.

Pensó que el hombre se reiría, pero en su lugar sostuvo sus hombros y la giró para poder verla a los ojos. Como necesitaba pintar, todo el cuarto estaba iluminado con fuerza, y el cansancio rodeando los ojos de Yan Hong Tian resaltaba.

Los dos se miraron por un largo tiempo antes de que él rompiera el silencio.

—En el futuro, permanece lejos de Jing.

Qing Feng se sorprendió un poco y se enojó, pero también sintió algo de curiosidad y duda en su corazón.

—Muy bien.

Luciendo agotado, Yan Hong Tian retrocedió dos pasos para sentarse en una de las sillas de caoba, pero sus manos seguían sosteniendo a Qing Feng, por lo que la arrastró hasta su regazo. El rostro de ella enrojeció un poco, incómoda. Quería liberarse de su agarre, pero él la sostuvo con más fuerza. Luego colocó su mentón en su hombro, y entrecerró los ojos. Viendo su actitud agotada, Qing Feng ya no se movió y en su lugar dejó que la abrazara.

—¿La celebración te está dando dolor de cabeza?

Yan Hong Tian hizo un vago sonido afirmativo. Originalmente, la celebración gastaría un montón de energía y esfuerzo, pero este año había muchos más problemas comparados con otros. Primero estaba el asesino serial que sacaba corazones, luego el asaltante plateado que elegía a quién asaltar. Todos los mensajeros habían alcanzado el consulado, y la seguridad de la capital disminuyó. Si estos asuntos se esparcen, Qiong Yue sería desacreditada.

Viendo que no quería seguir hablando, Qing Feng no le presionó. Se levantó lentamente, y tiró de sus manos hacia las cámaras privadas.

—Si estás tan cansado, entonces descansa antes.

La había visitado porque escuchó que Jing la había apuntado con su espada, por lo que se había preocupado. Después de hablar con ella un rato, aunque seguía cansado, su humor había mejorado significativamente. Yan Hong Tian se preguntaba desde cuándo había comenzado a sentirse más aliviado cuando la abrazaba o charlaba con ella en lugar de cuando dormía. Quizás fuera porque no estaba enredada en los intereses de otras familias o clanes, o porque parecía sumisa pero en realidad tenía una actitud fiera.

Caminando hacia un lado de las pantallas, Yan Hong Tian se detuvo y miró la cama cómoda y caliente. En verdad quería acostarse a dormir, pero desafortunadamente, no podía.

—Tengo asuntos que arreglar. Deberías descansar temprano. —Retirando la mano que Qing Feng sostenía, caminó hasta la puerta, donde se detuvo antes de hablar— Cuando la emperatriz y la emperatriz viuda te convoquen, sólo di que eres incapaz de salir de la cama por el bebé.

Qing Feng sonrió ligeramente. ¿Eso significaba que tenía el permiso imperial para mentir?

Después de retirarse del cuarto, Yan Hong Tian levantó su mano para indicar que no necesitaba acompañarlo fuera. Qing Feng no supo qué decir, por lo que después de pensarlo, dijo:

—Tú… No duermas tan tarde.

Yan Hong Tian se detuvo cuando estaba por salir y la miró, pero no dijo nada y salió al patio.

Qing Feng regresó al estudio, pero ya no estaba de humor para pintar. Sin embargo, le gustaba terminar algo antes de continuar con otro asunto, por lo que sostuvo el pincel y permaneció de pie frente a la mesa por un largo rato. Como no sabía dónde pintar, terminó bajándolo.

No importa. Que así sea.

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