Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 41: Después del almuerzo

Traducido por Yonile 

Editado por Sharon


Después de eso, el señor Wilhelm ya no habló más sobre Robert.

—Como Elizabeth no habló al respecto, me abstendré de decirlo —respondía cada vez que preguntaba.

¿Que tipo de significado tiene Robert para mí hogar? Pensé que simplemente era un cocinero grosero, pero podría tener que renovar mi percepción sobre el.

En cualquier caso, le preguntaré a mi madre.

Cuando terminamos de almorzar, decidí ir directamente a casa ya que el señor Wilhelm todavía tenía trabajo. Incluso si me quedara solo interrumpiría.

Y así, llegué a la entrada para seguir mi camino con Natalia.

—Oh, Carol.

—Zack…

No quería verlo, pero igual nos encontramos. Parece que estaba hablando con la recepcionista, la señorita Gyle. ¿Estaban en buenos términos?

—Oh, Zack… realmente, tú.

—Ahh, por favor no te preocupes, señorita Gyle. Carol es una amiga de la infancia.

—Ah… ¿es verdad, señorita Carol?

—Soy muy reacia a admitirlo, pero me temo que es así —suspiré.

Por supuesto, era a propósito. Fue un acto.

Sin embargo, pareció que mi desagradable actitud no le llegó a Zack. Se acercó y me miró a los ojos. No llegó al punto de incomodarme, aunque todavía estaba bastante cerca. Era un poco vergonzoso, pero no podía dejar que Zack viera esa actitud.

—¿Ustedes dos hicieron las paces?

—Sí…

—Eso es bueno. Me preguntaba si podía hacer algo.

—No hay nada realmente.

—Jaa… Eso es un poco frío, Carol. ¿Por qué estás de tan mal humor?

No era que estuviera de mal humor, era que Zack me había visto llorar tan descaradamente, así que no quería mostrarle más mi debilidad.

Ah, sí.

Eso me recuerda que tenía que preguntarle algo.

—Zack.

—¿Eh?

—¿Mi hermano mayor te golpeó?

—Si… me golpeó. Fue un golpe limpio a primera hora de la mañana, me desmayé por un segundo.

—Es así.

Realmente lo golpeaste, hermano. Pero la misma víctima no sabía la razón de eso e inclinó su cabeza.

—Me pregunto porque fue. ¿Le hice algo a Albert? —preguntó. Parece que no le dijeron la razón—. ¿Sabes por qué?

—No lo sé,  solo me dijo que te golpearía.

—En serio… hombre, realmente no tengo idea, ¿puedes preguntarle por mi?

—Me niego, fuiste tú quien hizo algo. Pregúntale tú mismo.

Me di la vuelta con un bufido. Por alguna razón  Natalia pareció sorprenderse por mi comportamiento. ¿Realmente era extraño?

Luego, el sonido de la campaña resonó en toda la Orden

—Ah… ¿la hora del almuerzo se acabó? Bien por ti, señorita Gyle, debe ser agradable ser recepcionista.

—Sin embargo, desearía haberme librado de esto, no quiero que mi cuerpo se vuelva aburrido.

—Pero el capitán nos entrena durante toda la tarde. No puedo ver un futuro donde no perdamos las piernas.

—Er… es bueno estar de recepcionista hoy.

Parece que el trabajo del señor Wilhelm en la tarde era entrenar. Para alguien que estaba afiliado en la Orden sería un honor estar en su entrenamiento. Sin embargo, parecía que era muy intenso.

Me gustaría observar, pero sería egoísta de mi parte. Debería ir a casa.

—Entonces, señorita Gyle, me despido.

—M-Muy bien, señorita Carol. Por favor  venga en otra ocasión.

—Hasta la próxima, Carol.

—Bien, entonces.

Le di la espalda a ambos, y regresé a la mansión con Natalia.

¿Qué haré esta tarde? Por el momento, me gustaría terminar la bufanda antes de que llegue el invierno. Aunque todavía era primavera, sería un buen momento.

Es un pasatiempo divertido, pero se desperdicia durante el verano. Natalia parecía saber mucho sobre esto, me gustaría saber si hay algo más que podría hacer.

Cuando llegué a la mansión, primero me cambié de ropa. Luego, sentada en el sofá, saqué las agujas e hilo, y continué donde lo dejé esta mañana.

Podría aclarar mis pensamientos mientras trabajaba. Acostumbrada bastante a ello, mis dedos se movían por reflejo.

—Natalia.

—Sí, señorita.

Puedo mover mis dedos mientras hablo, qué conveniente.

—¿Por qué te sorprendiste hace un rato?

—Hace un rato… ¿fue así?

—Si, parecías sorprendida cuando Zack y yo hablamos. ¿Paso algo?

Si hubiera pasado algo importante hubiera sido informada. A pesar de esto, Natalia no dijo nada en particular. Aunque no me molestaría no tener que preocuparme por eso.

—Oh… No, no es de gran importancia.

—¿Paso algo?

—No… solo pensé que era inusual que la señorita actuara así.

—¿Eh?

¿Hice algo? No recuerdo haber hecho algo inusual.

—¿Qué quieres decir?

—¿Qué…? por favor permita que esta sirviente hable de manera presuntuosa.

—No me importa, Natalia es como familia para mí.

—Muchas gracias. Entonces… si puedo ser tan audaz, esa fue la primera vez que vi a la señorita expresar firmemente su opinión.

¿Eso hice? ¿De qué manera?

—Porque la señorita Carol es alguien que nunca se niega, no importa lo que le digan.

—¿Es así?

—Sí, cuando se decidió el compromiso con el príncipe Rayford, cuando fue educada para ser reina, e incluso cuando el compromiso fue cancelado unilateralmente, la señorita no dijo nada. Simplemente aceptó todo.

—Ya veo…

De hecho, siento que nunca me había negado a nada hasta ahora. Esos no eran problemas que quisiera resolver así que solo seguí la corriente.

—Además, ese hombre llamado Zack era bastante optimista.

—Bueno, es Zack.

—Esta sirvienta se alegra que puedas encontrar en tu corazón la manera de perdonarle.

No tenía intención de confiar en él, pero ciertamente no tengo motivos para desconfiar.

¿Conocerlo desde joven era una de las razones, tal vez? ¿O fue porque recibí el juramento de caballero de su parte? Me dijo que me prometía su lealtad.

—Perdone, puede que me adelante a los hechos, pero desde mi perspectiva, la señorita interactúa con el joven Zack de forma similar que con la señorita Lilia.

—Hmm.

Si Natalia piensa eso, entonces debe ser verdad.

Ciertamente, siento una extraña sensación de confianza con Zack. No me preocupa el tipo de actitud que presente. ¿Es esto lo que se llama una relación sincera?

Solo actué tan fuerte porque no pensé que él me odiara. Y de alguna manera, yo tampoco lo hago. Aunque no estoy segura de la razón.

—El señor Wilhelm le pidió que lo piense una vez más. Creo que la señorita debería reflexionar sobre ello.

—Estoy de acuerdo.

Últimamente no me entiendo. Me pregunto si siempre he sido alguien sin tanta iniciativa.

—Oh, y señorita Carol.

—¿Si?

—Mis disculpas, pero mañana me tomaré el día libre.

—Lo entiendo, por favor relájate y descansa bien.

—Eso… No.

Al igual que Chris, Natalia tiene cuatro días libre en un mes. La casa ducal de Ambrose no trabaja en negro.

Sin embargo, Natalia se disculpó por alguna razón.

—La señorita… ¿irá a la Orden mañana también?

—Si, tengo que preparar el almuerzo.

—¿Qué hará… sobre su escolta?

¿Qué haré?

No había pensado en eso.

2 respuestas a “Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 41: Después del almuerzo”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido