Joven esposa del Capitán (de 62 años) – Capítulo 56: La intromisión de Su Alteza II

Traducido por Hime

Editado por Sharon


¿Ser nuevamente la prometida de Su Alteza?

Me niego rotundamente.

Su poca consideración ya era suficiente motivo para que yo rechazara este sin sentido, su arrogancia no tenía límites tomando en cuenta que no tenía nada más uqe su linaje para enorgullecerse, era demasiado orgulloso como para disculparse aún cuando fue él quien originalmente canceló el compromiso y, como si fuera poco, su cerebro estaba lleno de aire. ¿Por qué habrá creído que yo querría aceptar ser su prometida nuevamente?

Como sea, Su Alteza Raimundo frunció el ceño ante mi respuesta.

—¿Qué dijiste?

—Dije que he de declinar. Esa es mi respuesta.

—¿Por qué?

Su expresión decía uqe no entendía a qué me refería, pero yo era quien no comprendía.

—Alteza, ya le avisé con anterioridad que Carol lo rechazaría.

—Silencio, duquesa. Estoy hablando con Carol.

—¿Por qué debería mi madre callar sus opiniones frente a alguien que ignora la opinión de su hija y solo se escucha a sí mismo?

—¡¿Qué has dicho…?!

—¿Desea comprometerse nuevamente con Carol?

La pregunta de mi madre hizo que Su Alteza frunciera nuevamente el ceño.

—No es así. Si Carol realmente lo desea, lo consideraré. Es todo.

—Bien entonces, ya que mi hija no lo desea, no hay necesidad de considerar nada.

—¡Te ordeno que te calles!

El volumen de su voz finalmente se alzó.

A pesar de los buenos argumentos, él realmente no lo entendía.

—Madre.

—Está bien, Carol. No te preocupes.

—Pero…

—No, esta es una buena oportunidad. Tu madre nunca volverá a decidir por tí en lo que respecta a tus deseos.

Las palabras tranquilizadoras de mi madre llenaron mi corazón de calidez.

Si me apoya, no tengo nada que temer.

A este punto, la persona en el lado opuesto, la señorita como se llame, intentó aplacar a Su Alteza.

—Alteza, por favor cálmese.​_

—Pero, Mary, ellos…

—Está bien, ya que Su Alteza será la persona que sostenga este imperio en el futuro.

Hime
Si ese príncipe será quién lidere al imperio, no tienen mucha esperanza...

—Mmm… Es verdad.

Ah, si, se llamaba Mary. No era la señorita Maple después de todo.

Aunque sonaba dulce, ¿no era un nombre inapropiado para darle a alguien?

—Hump. Bueno, este compromiso fue extremadamente incómodo para mí desde el comienzo.

—¿A qué te refieres?

—Mi madre dijo que no deberíamos reconocer a Mary como la princesa de la corona.

—Supongo que no deberíamos hacerlo.

Pero por supuesto.

Sus posiciones sociales estaban muy alejadas, y al parecer ella evadía su educación en primer lugar.

Debería al menos estudiar con mayor seriedad si realmente cree estar destinada a estar con Su Alteza. 

—No soportaría hacerme con el tiempo libre de Mary por esos difíciles estudios. Es suficiente apoyo para mí el que Mary me da siendo como es. Pero me dijeron que “La princesa heredera debe ser una chica con la educación adecuada” o algo así que no tiene sentido. Si fueras tú, entonces la parte de la educación ya está cubierta. Por lo tanto, si quisieras ser la princesa heredera, podría permitírtelo.

—No lo quiero.

Nuevamente respondí sin pausas.

En serio, ¿acaso no pensó que yo declinaría ante semejante oferta irracional?

Hime
Dios mío… por algún motivo tuve la esperanza de que el príncipe dejara de ser un idiota...

Y aun así, me dirigió una expresión hosca.

—¿Qué es lo que realmente te incomoda…?

—Creo que toda esta situación es incómoda.

—Tú… Incluso pensé en aceptar que me tires cosas. No entiendo como puedes vivir tan despreocupadamente cuando es gracias a la bondad de Mary que puedes hacerlo.

—¿Disculpa…?

De ninguna manera tengo conecciones con la señorita Mary.

Para empezar, nunca hablamos en la Academia, y hasta hoy nunca habíamos tenido algo similar a una conversación. Y a pesar de estar aquí junto a Su Alteza, no me ha dicho nada.

Ya estoy harta de hablar con él.

—La señorita Mary y yo no tenemos nada que ver la una con la otra.

—¡Deja ya tu estúpida actuación! ¿Estás diciendo que en serio no recuerdas lo que hiciste?

—Ah…

Pensémoslo bien, acepté los rumores que hablaban sobre el supuesto acoso de parte mía hacia la señorita Mary, a pesar de que nadie me preguntó.

Ninguno de esos rumores era verdad. Para empezar, no teníamos nada de lo que hablar.

La razón por la que alguien llegaría a creer en esas tonterías, es algo que va más allá de mi entendimiento.

—Tal como dije la noche de la fiesta, no recuerdo haber hecho nada.

—¡Esa es una mentira evidente! ¡Entonces dime la razón por la cual Mary sufría tanto!

—¿Cómo podría saberlo?

No quería escucharlo hablar ni un minuto más.

Al parecer, mi respuesta descortés hizo enfadar a Su Alteza.

Me miraba con tanta rabia que su ira era palpable.

—¡Pensaba en perdonarte si solo preguntabas, pero has pisoteado incluso mi amabilidad…! Bien, entonces ¡si dices que quieres pagar por tus pecados, no tendré ninguna piedad hacia tí!

—Nunca fuiste amable conmigo.

—¡Cállate!

Pensándolo bien, desde el inicio de nuestro compromiso, nosotros nunca hablamos.

Iba al palacio real casi todos los días, pero Su Alteza no quiso verme en ningún momento, ni siquiera me dirigió una palabra o halago sobre mis estudios.

Fuimos a la Academia juntos, pero nunca hablamos allí tampoco. Lilia incluso me preguntó si en verdad estábamos comprometidos.

Bueno, todo eso ya era parte del pasado.

— Entonces, um… ¿qué es lo que sugiere que hagamos?

—¡Eso no importa! ¡Sé de todas las cosas crueles que le has hecho a Mary! ¡Si no te arrepientes, entonces no deberías recibir la compasión que la tierna Mary te ha dado!

—Ah, ¿es así?

¿Qué podría él hacer?

Su Alteza era un miembro de la familia real, pero no tenía mucho poder. En el futuro, él se convertiría en el heredero al trono, por lo que supuse que se convertiría en el rey del país. Pero en este momento, él es solo un miembro más de la familia real.

Para finalizar, no tenía permitido dar la orden de despojar a la familia ducal Ambrose de su título. Si algo así llegase a considerarse, sería necesario que al menos estén presentes los otros representantes de las casas ducales y el decreto de aprobación de su majestad el rey. Y si acaso la revocación del título se hiciera sin un precedente de peso, las demás familias ducales también estarían en riesgo de perder sus títulos.

No creo que existan nobles capaces de hacer algo tan estúpido.

Al mismo tiempo, Su Alteza no sería capaz de castigarme.

Incluso Su Majestad el rey no sería capaz de ello.

Mas bien, si la realeza ordenara que volaran cabezas, sería una monarquía tiránica. Y el reino de Flarekista no era de ninguna manera una monarquía absoluta, sino un estado constitucional. El rey, la nobleza y la gente eran iguales ante los ojos de la ley.

En otras palabras, no sería castigada si no hice nada malo, independiente de las órdenes de Su Alteza.

—Si no lo dices después de todo, serás juzgada bajo medios legítimos.

—Aah…

—¡Mary testificará contra todo lo que has hecho! ¡Para exponer tus atrocidades en la corte!

Guardé silencio.

Ya veo, entonces él no era tan estúpido como para ordenarle a sus guardias que cortaran mi cabeza aquí y ahora. Pero aún seguía siendo un imbécil.

¿Era consciente de ello? Creía ciegamente en la señorita Mary. Probablemente estaba pensando “Todo lo que ella diga es cierto. Por lo tanto, lo que yo haga tiene justificación”.

Como sea

—¿S-Su Alteza…?

A su lado, el rostro de la señorita Mary estaba terriblemente pálido.

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