Traducido por Lugiia
Editado por Freyna
Yulan era un joven amistoso, de naturaleza amable y gentil y con una sonrisa suave, o eso creía la mayoría de la gente. Él mantenía las apariencias lo suficientemente bien como para que incluso Milania, quien conocía al verdadero Yulan, se lo creyera de vez en cuando. Si Milania no hubiera sido el mejor amigo de Klaude, seguramente no sabría de la doble naturaleza de Yulan.
En este momento, Yulan le estaba clavando una mirada desprovista de toda emoción; parecía que su agitación había alcanzado su apogeo. Milania recordaba que Yulan mantenía su fachada un poco más con él en el pasado, aunque eso fue más que nada durante la escuela media.
—Se ha vuelto bastante descuidado últimamente —le dijo a Yulan.
—¿Quién, yo? ¿Podría dejarlo y darse prisa, por favor?
—Ya no actúa de forma dulce e inocente a mi alrededor.
Milania entendía por qué Yulan era tan cruel con Klaude, pero como era algo entre los dos, no lo condenaba por ello.
La relación entre Yulan y Klaude era bien conocida, así que la mayoría de la gente era consciente de que las cosas eran incómodas entre los dos. Sin embargo, Yulan no era tan tonto como para dejar que los que le rodeaban sospecharan lo mucho que detestaba a Klaude. Las pocas personas cercanas a Klaude, como Milania y Gia, no le darían problemas, lo supieran o no; habían tenido oportunidades de meterse en medio o de difundir rumores, y no lo habían hecho, así que la mayoría de la gente no tenía ni idea de que Yulan y Klaude estaban separados por una zanja tan profunda como el abismo.
—¿Ayudará a Vio si actúo amistosamente con usted? —preguntó Yulan.
No estaba frustrado por los comentarios de Milania; más bien, rebosaba desprecio, como si estuviera mirando a las alimañas. Su mirada era fría como el hielo, lo suficientemente impactante como para provocar un escalofrío en cualquiera.
Milania logró una sonrisa irónica.
—Siempre es así cuando está involucrada la señorita Violette.
Por lo general, la gente pensaba primero en sí misma, pero Yulan siempre había dado prioridad a Violette. Este rasgo suyo no había cambiado desde que Milania lo había conocido. Si Yulan tenía que sacrificar su propia autoestima para ayudarla potencialmente de alguna manera, lo haría siempre.
El solo hecho de decir el nombre de Violette aparentemente había tocado un nervio; la expresión sombría de Yulan se intensificó. Si así era como reaccionaba cuando la mencionaban, Milania se estremecía al pensar lo que les ocurriría a los que la insultaban. Seguramente les molería los huesos hasta convertirlos en polvo. Solo los dejaría libres si los insultos no llegaban a los oídos de Violette.
—Si va a seguir balbuceando, me retiraré primero. Solo he participado en esto porque Vio me lo ha pedido. No es mi trabajo hacerle compañía —afirmó Yulan. La franqueza se sintió bastante liberadora.
Esto reafirmaba lo valiosa que era Violette para Yulan, y era precisamente por eso que Milania tenía dudas.
—Me sorprende que deje que Klaude se acerque a alguien a quien aprecia tanto. Supuse que usted no tenía ni una pizca de confianza en él, y mucho menos buena voluntad.
Milania eligió sus palabras con cuidado, pero en esencia estaba diciendo que Yulan solo sentía desprecio por Klaude, uno tan profundo y oscuro que superaba el odio. Se preguntó qué giro de los acontecimientos había llevado a Yulan a permitir que una persona así se acercara a la luz de sus ojos. Acercar a la persona que atesoraba a la persona que despreciaba solo podía estar motivado por el amor de Yulan hacia Violette.
—Eso es irrelevante —respondió Yulan—. Ayudar a Vio con sus problemas es más importante que mis sentimientos.
No era una explicación, pero estaba claro que, una vez más, la anteponía a sí mismo. Si tuviera que ponerla en una balanza, Violette pesaría más que cualquier cosa en el mundo. Sus sentimientos hacia Klaude eran tan complejos como misteriosos, pero Yulan lo percibía de la misma manera que lo haría de cualquier otra escoria al lado de su amada.
—Ella necesitaba una forma de estudiar para sus exámenes, así que juzgué que él sería el hombre más adecuado para el trabajo. No hay nada más.
Lanzó a Milania una mirada que expresaba más que las palabras.
Si lo entiendes, entonces ponte en marcha.
Con eso, Yulan giró sobre sus talones y se marchó. Sin pensarlo, Milania lanzó un suspiro de alivio. Su asombro rozaba el respeto, pero no podía entender lo que sentía. Caminando detrás de Yulan, no pudo ver cómo se movían los labios del chico, ni pudo oír la odiosa voz que brotaba de ellos.
—No pienso hacerme el tonto y entregarla a él.
Amo a Yulan, definitivamente ese lado suyo de querer a Vio es algo extrañamente atractivo.
A mí me encanta también ♥ Gracias por leernos!!