Katarina – Volumen 9 – Capítulo 5: Adiós, nos veremos de nuevo (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


Yo, Susanna Randall, también conocida como Lahna Smith, acababa de terminar de dar mi informe en el Ministerio. Ahora tenía que informar al hombre que nos había ayudado durante este incidente, Jeffrey Stuart, el príncipe mayor y el prometido de mi alias público.

—Últimamente he estado tan ocupado que ni siquiera puedo ir a verlos. Es realmente estresante —refunfuñó tan pronto como nos vimos. Hablaba de sus hermanos menores, a quienes amaba hasta la obsesión. Lo miré fríamente.

—¿Es por eso que estás coleccionando cosas como estas? Te quiero recordar que robar es un delito.

En su escritorio había una variedad de artículos etiquetados como “toalla de Alan”, “bolígrafo de Jared”, “libro de Ian”, etc. No había estado tan asustada en un tiempo. Este maníaco, no contento con mirar los retratos de sus hermanos y espiarlos, había recurrido a robar sus cosas. Sentí que había ido demasiado lejos.

—Susanna, por favor, no me malentiendas. Nunca les robaría a mis amados hermanos. Son cosas viejas que han tirado —respondió con una sonrisa.

—Eso en realidad… no lo hace menos espeluznante. —Hablar de esto no iba a cambiar nada, así que decidí ignorar ese tema y seguir adelante—. De todos modos… creo que ya leíste lo que te escribí, pero, como sospechábamos, se estaba usando Magia Oscura. Todo apunta a Sarah, la chica que estamos buscando —expliqué.

—Justo como pensé. Siempre ocupada, esa chica. Realmente me pregunto cuáles son sus intenciones.

—Una vez más, no encontramos ninguna pista al respecto. Los nobles involucrados estaban siendo controlados tanto que preguntarles era prácticamente inútil.

—Hm… Es increíble que ni siquiera podamos averiguar cómo se acercó a ellos. Eso sería muy difícil si estuviera trabajando sola. Debe haber alguien poderoso que la apoye —hipotetizó Jeffrey.

—Ese es probablemente el caso.

—¡Ojalá dejaran de intentar arruinar el país pacífico en el que quiero que vivan mis hermanos! —Sonaba como si estuviera bromeando, pero tenía una expresión muy seria en su rostro. Podría ser un pervertido obsesionado con los hermanos, sí, pero realmente se preocupaba por ellos y por su país.

—Y, como dije en la carta, el príncipe de Ethenell, Cezar, también estuvo involucrado. Fue de gran ayuda para nosotros, pero como la gente de su país también estaba equivocada, dijo que en realidad no le debíamos nada —traté de volver a encarrilar la conversación.

—¡Ja, ja, suerte para nosotros! Lo último que queremos es tener una deuda con la realeza extranjera.

—Tendré que estar de acuerdo contigo allí. De todos modos, he escrito todos los detalles que no encajaban en la carta de este informe aquí mismo. Léelo cuando tengas tiempo —concluí, entregándole una pila de documentos.

—Gracias —respondió con su sonrisa habitual—. Sé lo ocupada que estás. Realmente aprecio que hayas venido hasta aquí.

—No lo menciones. Y trata de no trabajar demasiado, ¿de acuerdo? —le aconsejé, notando las ojeras bajo sus ojos. Pareció sorprendido pero luego se echó a reír.

—Tú también, Susanna —me dijo sin dejar de sonreír.

Lo saludé y salí de su habitación. Mientras pasaba por la puerta del castillo, el cielo ya estaba teñido con los colores del atardecer. Había pasado una semana desde la última vez que vi el cielo de la capital. Es hermoso.

♦ ♦ ♦

—Y así nuestra misión se completó con éxito.

Después del largo viaje en carruaje, mis amigos, quienes ya sabían que íbamos a estar de regreso, nos esperaban en el Ministerio.

Todos me saludaron tan pronto como bajé, y luego me llevaron a uno de los salones del Ministerio para ser bombardeada con preguntas.

—¿Cómo fue?

—¿Estás bien?

—¿Estás herida en alguna parte?

Como siempre, traté de tranquilizar a todos contándoles todo lo que había hecho.

—¡Trabajé de camarera! Y luego Sora y yo fuimos capturados por secuestradores, pero gracias a él, Pochi y María logramos escapar y arrestarlos.

Sin embargo… lejos de estar tranquilos, todos parecían aún más preocupados. Pero… ¡todo salió bien! ¿Cuál es el problema?

—Hermana, espera. Dijiste que esta iba a ser una misión segura. Nada más que una investigación. ¿Por qué demonios te capturaron? —me preguntó Keith con severidad.

—B-Bueno, hubo un pequeño… accidente, digamos. Una coincidencia. Nada más que una coincidencia. Simplemente me acerqué al escondite de los secuestradores.

—Te ruego que me digas, Katarina, ¿cómo pudo suceder algo así por coincidencia? —preguntó Jared, suspirando.

—Y-Yo estaba persiguiendo a Sora, y…

—Ese sería tu colega, ¿correcto? ¿Y puedo preguntar por qué lo perseguías y si estabas sola en ese momento? —continuó Jared.

—Lo vi mientras caminaba por la calle y simplemente fui tras él… Y, bueno, estaba sola…

—¿Por qué harías eso, hermana? ¿No te he dicho que no hagas cosas así? —dijo Keith, sus cejas subiendo más y más.

¡¿Cosas como estas?! ¡¿Qué se supone que significa eso?! Uff. Sé cómo va a terminar esto. Diga lo que diga, Jared y Keith se van a enojar conmigo. Miré en dirección a Mary y Sophia, esperando ayuda.

—Y cuando te capturaron, ellos… no te hicieron nada, ¿verdad? —preguntó Mary, cuyo rostro se había puesto completamente pálido.

—¿Hm? Nada no. Estuve encerrada en una habitación por un tiempo.

—¡Pero eso es terrible! ¡¿Era un sótano subterráneo oscuro y sucio?! —preguntó Sophia, dejando que su habitual imaginación imparable se volviera loca.

—No, realmente era solo una habitación normal. No era cómoda ni nada por el estilo, pero tampoco era una cárcel propiamente dicha. Y finalmente me fui sin ningún problema.

—¿Y cómo lograste eso, de todos modos? —preguntó Alan, sospechoso.

—Oh, eso. Sora y Pochi se abrieron camino a través de los matones, uno a la vez, y nos abrimos camino a través de sus cuerpos inconscientes.

—A eso no se le llama salir sin ningún problema, se llama a eso abrirse paso con violencia… —gimió, exasperado.

—Bueno… hm, si lo pones de esa manera…

—Cómo se dice no tiene absolutamente nada que ver con el asunto —interrumpió Jared—. Tenías que luchar para volver a estar a salvo. Espero que comprendas lo peligroso que fue. Ahora, ¿estás herida?

¡Es tan aterrador!

—Estoy bien. Salí sin problemas —prometí, haciendo a un lado sus preocupaciones, y luego Nicol, quien había estado callado todo el tiempo, me disparó.

—Eso suena a algo peligroso—dijo rotundamente, con su habitual expresión sin emociones.

—¡¿Eh?!

Mientras me miraba, sentí como si casi pudiera leer mi mente. Pensé que diría lo que había estado escondiendo todo el tiempo.

—Mientras huíamos… traté de proteger a uno de los niños y me agarraron…

—¡¿Te agarraron?! ¡¿No te lastimaste entonces?! —gritó Mary, de alguna manera incluso más pálida que antes.

—No, de verdad, me ahogué un poco… —le aseguré, arrepintiéndome de inmediato de esa admisión.

—Fuiste agarrada y estrangulada. Hermana… ¡Eso es terriblemente peligroso! 

—¿Tu cuello está herido?

Todos se acercaron a mí para revisar mi cuello.

Hice que todos se preocuparan de nuevo…

—Fue solo por un segundo. No fue nada importante, en realidad —aclaré, agitando mis manos y tratando de aclarar mi punto—. Mira, ni siquiera un rasguño, ¿verdad? —agregué, mostrándoles a todos mi cuello y provocando un suspiro colectivo de alivio.

Parecían haberse calmado, pero siguieron murmurando y suspirando.

—¿En qué mundo esto no cuenta como peligroso?

—Todo eso fue la definición de peligro…

Tengo que aclarar las cosas aquí.

—P-Pero ya ves, María me salvó con su Magia de Luz, así que realmente estuvo bien. ¡María incluso aprendió un nuevo hechizo! Deberían haberlo visto… —Traté de cambiar el tema a su nuevo hechizo, pero nadie parecía escuchar esa parte.

—Probablemente no entiende lo que queremos decir con peligro… —continuó Keith.

—Es cierto. Su umbral para considerar una situación peligrosa es considerablemente más alto que el nuestro —respondió Jared.

Los dos me miraban atemorizados.

—Tal vez podría ser, pero estoy realmente bien, así que…

—Quizás nuestra opción más segura es mantenerla encarcelada, para que no corra peligro —reflexionó Jared.

—Eso parece demasiado —jadeé, aterrorizada por su propuesta… ¡pero Keith estuvo de acuerdo con él!

—En efecto. Establecer límites estrictos con respecto a lo que puede hacer seguramente la mantendrá a salvo. Pero, por supuesto, no quiero que se preocupe por eso, príncipe Jared, mi familia asumirá esa carga.

¡Normalmente nunca estás de acuerdo con Jared! ¡¿Qué estás haciendo?!

—Bueno, con mucho gusto te ahorraré la molestia. Katarina es mi prometida y, después de todo, es mi responsabilidad velar por su seguridad. Ella residirá en el castillo conmigo.

—Para nada. Nuestra familia se hará cargo. Ella se quedará en la mansión Claes.

—También estamos más que ansiosos por ayudar. Ella es una amiga, después de todo. ¿Verdad, príncipe Alan?

—S-Sí.

—Mi hermano mayor y yo también ayudaremos, por supuesto.

—Definitivamente.

—Ninguno de ustedes debería estar involucrado en esto. Este asunto solo nos concierne a mí y a mi futura esposa.

—No estamos hablando de matrimonio aquí, príncipe Jared.

Todos mis amigos estaban ocupados discutiendo dónde y cómo encerrarme. La peor parte es que nadie estuvo en desacuerdo con la idea en su esencia. Al ver que las cosas habían empeorado, traté de escabullirme, pero inmediatamente se enteraron cuando abrí la puerta.

—Hermana, no hemos terminado aquí.

—Katarina, ¿a dónde vas a ir?

Intentaron mantenerme allí, pero afortunadamente, vi a María regresar de dar se informe a los altos mandos.

—Yo también debo ir a dar mi informe —me disculpé, ya que en realidad me dijeron que hiciera eso justo después de María.

Los miembros más prominentes del club de regaños de Katarina, el jefe Keith entre ellos, probablemente todavía se quejaría conmigo más tarde, pero eso era mejor que hacer que todos lo hicieran a la vez.

Caminé por los pasillos del Ministerio por primera vez en mucho tiempo, pensando en cómo convencer a mis amigos de que no me encerraran. Tal vez tenga que pedirles a Sora y a María que les digan lo increíble y segura que estaba en todo momento, pensé, sin saber aún que María eventualmente les diría que regresé al escondite para buscar a un conocido, echando combustible en el plan de “¡Encerremos a Katarina por su propio bien!”.

En cualquier caso, el caso de la hija secuestrada del barón finalmente terminó.

♦ ♦ ♦

Epílogo

Hola a todos. Para algunos de ustedes, probablemente haya pasado un tiempo. Satoru Yamaguchi aquí.

Gracias por leer el volumen 9 de Mi próxima vida como villana: ¡Todas las rutas conducen a la perdición!

Recuerdo cuando un editor me contactó por primera vez sobre la historia que estaba subiendo en línea… Eso fue hace cinco años.

Al principio sospeché, pensando que se trataba de un nuevo tipo de estafa, pero pronto lamenté pensar mal del editor cuando me dijeron que estaría feliz de conocerme en persona.

Cuando vi el primer volumen impreso, me emocioné mucho. Luego vi el segundo volumen, pensé que lo apreciaría por el resto de mi vida. ¿Quién hubiera pensado que, cinco años después, llegaríamos a publicar nueve?

Y, mientras el volumen nueve se lanza en Japón, la adaptación de anime también se transmitirá por televisión. Ya estaba extasiado con la idea de que se publicara mi historia, pero verla convertirse en un anime es realmente un sueño hecho realidad. No puedo esperar a ver el trabajo que el talentoso personal de producción ha realizado para convertir “Mi próxima vida como villana” en un anime.

Y todo esto es gracias a los lectores que han apoyado esta historia durante tanto tiempo. Sé que nunca podré agradecerles lo suficiente, pero, sin embargo, déjenme decirles: muchas, muchas, muchas gracias.

En cuanto al contenido de este volumen, vemos a Katarina, justo después de la Asamblea Internacional, en una misión encubierta para el Ministerio. Junto con Sora, Maria y Lahna, va a una ciudad llamada Puerto Océano para averiguar más sobre una joven noble que fue secuestrada.

Esta es la primera vez en su vida (actual) que ve el mar, pero no deja que se le suba demasiado a la cabeza y trabaja como camarera como parte de su tapadera. Ella también hace un buen trabajo.

Por lo general, fue a todas partes con Maria o Sora, pero se da cuenta de que ponerse entre los dos la haría como la villana del juego en la que siempre está tratando de no convertirse.

¿Resolverá el caso de secuestro? ¿Se las arreglará para no interferir con la vida amorosa de otras personas?

¡Pueden averiguarlo en este volumen! Y también hay un cierto personaje que regresa.

Después del lanzamiento de este libro, saldrá el quinto volumen de la adaptación al manga de Nami Hidaka. ¡Es hora de la Academia de magia! ¡Finalmente podremos ver a nuestros queridos personajes de novelas en forma de manga! ¡No puedo esperar!

Quiero agradecer una vez más a Nami Hidaka por las hermosas ilustraciones, los editores y todos aquellos cuya colaboración hizo de este libro una realidad.

Gracias desde el fondo de mi corazón,

Satoru Yamaguchi

Shisai
¡Y así termina el volumen 9! No hemos tenido noticias por el momento de un próximo volumen. Nos pueden seguir por redes para mantenerse al tanto de cualquier novedad. ¡Nos estamos leyendo!

Sharon
Momento de la verdad, disfruto mucho al nuevo harem de Katarina (Sora, Arneau, Dewey, etc). El viejo harem me está molestando últimamente. Entiendo que se preocupen, pero me irrita que no la dejen ni hablar ni expresarse a veces. Bajo la excusa de «es por tu propio bien», suelen hacer cosas que ella no accede y después usan su culpa para que no se niegue. No sé, esa actitud me alborota las plumas, qué les puedo decir. Por eso me gustó este volumen que no los vimos tanto. En fin, eso es todo por ahora y nos veremos cuando salga el siguiente volumen~

5 respuestas a “Katarina – Volumen 9 – Capítulo 5: Adiós, nos veremos de nuevo (2)”

  1. La única forma de que a Jeffrey se le vaya la obsesión por sus hermanos será cuando Susana lo convierta en padre.🤣🤣🤣🤣🤣
    Gracias por su traducción, disfruté mucho este volumen.

Responder a Paulus Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido