La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 119.2: La verdad es tan cruel (6)

Traducido por Selena

Editado por Meli


Murong Qi Qi, en completa calma, caminó paso a paso hacia Li Qiu Shui.

—¿Porque amabas a Feng Xie y no podías conseguir su amor, planeaste todo esto? ¿Por eso, antes de casarme, me dijiste que me quedara embarazada rápidamente y también pusiste una fragancia afrodisíaca en el vestido de novia?

—¿Lo descubriste? ¡Sin embargo, parece que lo descubriste demasiado tarde! Ahora, ¡es demasiado tarde! Escuché que consumaste el matrimonio con Feng Cang ayer, ja, ja, ja… ¡Estoy tan feliz! ¡Nunca he sido tan feliz antes! Si Wanyan Ming Yue supiera que su hija y su hijo se casaron y consumaron su matrimonio, ¿saltaría del ataúd de la ira? ¿No estaría en paz en la otra vida? ¡Este es el precio por quitarme al hombre que amé! ¡Ja, ja, ja, ja!

—Emperatriz viuda, emperatriz viuda, ¿qué ocurre? —Qing Gu sujetó a la emperatriz viuda que se tambaleó.

—Yo… —dijo con la respiración entrecortada.

Cielos, ¿qué ha hecho tan mal para recibir semejante castigo?  Su hija y su yerno tuvieron una muerte trágica; y sus nietos se habían casado. 

—¡Abuela! —Murong Qi Qi la sostuvo por la espalda.

—Qi Qi… —habló después de un rato, sus lágrimas cayeron—. No es de extrañar que me resultaras familiar. Que creyera que tus ojos se parecían a los de alguien que conocía y te sintiera cercana. Lo que no esperaba es que fueras mi nieta biológica. Mi lamentable niña, ah…

—He oído que has consumado el matrimonio. Ja, ja, ja. ¡Enhorabuena! Son la primera pareja destinada de este mundo.

—¡Cállate! —Wanyan Lie rugió.

—¿Callarme? ¡Lo que he dicho es la verdad! ¡¿Podría ser que si no lo digo, este asunto no existiera?!

—No necesariamente… —La voz de Feng Cang era baja con un rastro de frialdad.

—¿Vas a decir que entre vosotros no hay sentimientos? ¿Te atreves a decir que no pasó nada entre ustedes? ¿Que no consumaron el matrimonio?

—Siento decepcionarte. Anoche, benwang no se sentía bien y no pudo consumar el matrimonio. Lo que hay en el pañuelo es la sangre que recibí de una paloma.

—¿Qué? —exclamaron todos al unísono.

Longze Jing Tian, estaba feliz de que la mujer de la que se enamoró y que conocía como Du Xian Er, aún no estaba perdida. Él rompió el compromiso después de que ella lo salvara. Ese día, era de noche y bajo la luz de la luna, era como un lirio puro, pero ahora, vestida de rojo, lucía como una rosa con espinas.

Él quería protegerla. ¿Tendría que matar a Li Qiu Shui para tapar este escándalo? Y luego le diría a Wanyan Lie su deseo de una alianza matrimonial, después de todo, ellos no habían consumado el matrimonio, el destino le estaba dando otra oportunidad.

Los ojos de Wanyan Hong mostraban deseo, siempre había soñado con Wanyan Ming Yue, pero Murong Qi Qi era incluso más hermosa y la deseaba. El emperador mimaba a Feng Cang, era seguro que también lo hiciera con Murong Qi Qi. ¿Amaría el emperador padre a la casa y a su cuervo [1]? ¿Le prestaría más atención? Entonces, Feng Cang ya no podría robarle el trono.

En tanto, la emperatriz viuda Lan y Wanyan Lie estaban contentos de que  Feng Cang y Murong Qi Qi no dañarían su reputación ni serían heridos mental y físicamente.

El estado de ánimo de Wanyan Lie, era como si un río seco se encontrara con la lluvia. La apariencia de Murong Qi Qi era como la de Wanyan Ming Yue antes de casarse; limpia, inocente, haciendo que su viejo corazón latiera muy rápido.

Ming Yue, ¿es que por fin has entendido mi corazón? ¿Por eso enviaste a Qi Qi? La cuidaré bien. Le daré las mejores cosas del mundo. Le daré el mundo entero. ¡La convertiré en la mujer más respetable y preciosa!

La emperatriz y la consorte De pensaron que Murong Qi Qi haría que Wanyan Lie pasara el trono a Feng Cang.

Li Bing vio la forma en que Wanyan Hong miraba a Murong Qi Qi, y comprendió casarlos era lo mejor ¡Así podrían usar el amor de Wanyan Lie por Murong Qi Qi para consolidar el estatus de Wanyan Hong!

Lin Ke Xin sabía lo que los otros planeaban, pero su hijo no tenía una consorte principal ni siquiera tenía una cefei. Murong Qi Qi sería sin duda su nuera.

—Humph, la reacción del príncipe Nan Lin es rápida. ¿Nos tomas por tontos? ¿Piensas que me lo voy a creer? —objetó Li Qiu Shui—.  Con una mujer delicada como una flor y refinada como un precioso jade [2] a tu lado, además, es la persona que amas, ¿acaso podrías no conmoverte?

Murong Qi Qi tomó una daga, cortó la manga de su brazo izquierdo y reveló la marca de cinabrio del geco rojo.

—¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo puede ser esto? ¡Imposible! —Se acercó a ella.

Feng Cang la apartó con una palma y cubrió a  Murong Qi Qi.

—¡Siento haber dejado que tu plan se quedara en nada! Ya que dijiste que me alejaste de mi madre, entonces ¿dónde está la princesa Ming Yue? ¿No murió quemada con mi padre Feng Xie? ¿Podría ser que la persona que murió no fuera ella?


[1] Ama a la casa y a su cuervo: ámame, ama a todos los que vienen conmigo. Ámame, ama a mi perro.

[2] Delicada como una flor y refinada como un precioso jade: mujer exquisita.

[3] Zhinü: un hada, séptima hija de una diosa y del Emperador de Jade.

Selena
Les dejo esta leyenda de la novela para que puedan entenderla cuando la nombran…

La leyenda del pastor de vacas y el hada tejedora

Había una vez un pastor joven y pobre, pero de buen corazón, llamado Niulang, y un buey viejo. El buey era el dios del ganado, pero fue degradado por haber violado la ley del cielo cuando se escapó de su aburrida vida en el cielo para buscar diversión en la tierra. En una ocasión, Niulang salvó al buey cuando estaba enfermo como gesto de gratitud, el viejo buey lo ayudó a conocer a Zhinü [3].

Zhinü pronto se enamoró de Niulang y se casaron, él trabajaba en el campo y ella tejía en casa. Al cabo de unos años, un niño y una niña.

Sin embargo, la diosa del cielo se enteró de que su hija Zhinü, se había casado con un simple mortal. Se puso furiosa y envió soldados celestiales para traerla de vuelta. Niulang se enfadó, entonces su buey le pidió que lo matara y se pusiera su piel, para poder subir al cielo a buscar a su esposa. Con amargura, lo mató, se puso la piel y se llevó a sus dos queridos hijos al cielo para encontrar a Zhinü.

Justo antes de alcanzar a Zhinü, la diosa del cielo sacó su horquilla y creó un enorme río entre ellos para separarlos por el río que más tarde se conoció como la Vía Láctea.

Desconsolados, él y sus hijos lloraron. Sin embargo, su amor hizo que todas las urracas se apiadaran de ellos, y volaron al cielo para formar un puente sobre el río, para que Niulang y Zhinü pudieran encontrarse. La diosa también se sintió conmovida por su amor, así que les permitió reunirse ese día de cada año (el séptimo día del séptimo mes lunar).

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