La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 119.1: La verdad es tan cruel (5)

Traducido por Selena

Editado por Meli


El bello rostro de Li Qiu Shui estaba distorsionado.

Wanyan Lie miró con incredulidad a Murong Qi Qi. Hace mucho, esperó que Ming Yue diera a luz a una hija como ella. Amaría a esa niña y la dejaría convertirse en la persona más feliz del mundo. No obstante, cuando Li Qiu Shui trajo de vuelta a Ming Yue, su vientre abultado se había aplanado hacía tiempo.

Se deprimió pensando que la niña había muerto, sin embargo, con la noticia, sintió que su corazón muerto empezaba a latir de nuevo.

—¿Sabes por qué te llamé Qi Qi? Porque naciste el siete de julio. El festival del doble siete [1], el día en que el pastor de vacas y la doncella tejedora se encuentran. Ming Yue usó toda su fuerza para darte a luz y me pidió que te llevara a Bei Zhou y te entregara a la emperatriz viuda. ¡Ja, era tan tonta! Me consideraba su mejor amiga. Ella  quería ir al inframundo con Feng Xie. Él murió. ¡No dejaré que lo acompañe, porque no está calificada! ¡Así que te llevé a ti! ¡Esperé por hoy; esperé a que tu nombre pasara a la historia como un sinónimo de infamia! ¡He soportado tantos años solo para esperar el día de hoy!

—¡Eres tan despiadada! ¡Incluso asesinaste a tu propia hija! —exclamó Murong Qi Qi.

—¡Bah! ¡Esa niña no era mi hija! Solo daría a luz al hijo del hombre que amé, pero él no me amó y se casó con otra. Así que me prometí que nunca daría a luz al hijo de otro hombre. Desde que me quedé embarazada, ¡solo podía ser despiadada!

—Shui’er, ¿qué has dicho? ¿Dijiste que asesinaste a nuestra hija? —Murong Tai se quitó la máscara de piel humana que lo hacía pasar por  sirviente de Longze Jing Tian, tenía una expresión de incredulidad—. ¡Dime, lo que has dicho no es cierto!.

—¿Me seguiste? —reclamó  Li Qiu Shui—. Murong Tai, ¿cuándo te has vuelto así? ¡Eres demasiado despreciable! ¡No pensé que fueras una persona así!

—Te fuiste con prisa. Me preocupaba que te pasara algo. Por eso te seguí. No pensé que vendrías a la capital Yan. Dime, ¡que lo que acabas de decir no era cierto! Qi Qi es nuestra hija, no la de Feng Xie. ¡Dime que Qi Qi es nuestra hija biológica! —La tomó de la mano y se la apretó, se aferró a la mujer que siempre amó—. Shui’er, diles. Diles que les estás mintiendo. ¡Lo que has dicho no es la verdad! ¡Qi Qi es mi hija! ¡Es mi hija!

—¡Vete a la mierda! —Lo empujó al suelo—. ¡No me toques con tus sucias manos! ¡Haces que sienta asco!

¿Sintió que le daba asco? ¿Por qué era así? ¿Podría ser esta la razón por la que se había quedado en el templo?, sus ojos se humedecieron.

—¡Dime, que no es verdad! ¡Dime, que Qi Qi es nuestra hija!

—Solo eres un campesino. —Lo miró con condescendencia—. Solo tienes una buena cara y tu estudio es tan mediocre. ¡¿Crees que como señorita mayor del clan Li, me gustarías?! Murong Tai, si no fuera por mí y por la familia Li que me respalda, serías un erudito caído y estarías cultivando y arando el campo en ese pobre lugar de tu casa. Como mucho, serías un profesor. ¿Qué podrías hacer? ¿Quién te crees que eres? ¿Te crees superior a los demás después de ponerte la túnica de primer ministro? Sin mí, no eres nada.

—Yo… —los labios de Murong Tai temblaron, para él su matrimonio había sido su mayor bendición.

—¡Murong Tai,nunca te he amado! ¡Qi Qi no es tu hija y Xue Lian [2] tampoco! No te amo y nunca tendré hijos para ti. ¡Nunca lo haré! ¿Sabes por qué cada vez que me tocabas, me bañaba? Pensaste que era porque soy una dama, te equivocas. Odio el hecho de que en mi cuerpo haya el olor de otro hombre. Sucio, tan sucio…

Murong Tai entendió que durante dieciséis años, había sido engañado como un tonto, el amor de ella era una pretensión. En su corazón siempre había estado Feng Xie.

—Ya que no me amas, ¿por qué te casaste conmigo? —Su rostro estaba pálido.

—Porque eras dócil y obediente, no tenías ningún fondo ni poder. —Se burló—. Si querías ser más poderoso, tenías que depender de mí. No podías escapar de mis garras… y porque, estabas dispuesto a ser mi perro; ¡dispuesto a escuchar cada una de mis llamadas y dispuesto a ser manipulado por mí! ¡¿Entiendes ahora?!

Murong Tai se mareó y cayó nuevamente al suelo.

—Mírate, ¡un verdadero cobarde sin carácter! Ya que he hablado hasta aquí, puedo contarlo. Recogí a Xue Lian. No es una niña que tuve contigo. En el momento en que esa niña nació, dejé que la gente la tirara. ¡No daré a luz a hijos del hombre que no amo! ¡Especialmente a ti! ¡Porque no eres digno!

Todos se habían quedado sorprendidos por las palabras viciosas de Li Qiu Shui.


[1] Murong Qi Qi es siete siete. El festival del doble siete: San Valentín chino

[2] Murong Xue Lian era la hija mayor de Murong Tai. La noble consorte imperial de Xi Qi.

Selena
Estoy tan emocionada leyendo que estoy a punto de ir a buscar las palomitas y la bebida, me estoy imaginando toda la escena… ¿Qué más va a pasar?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido