Traducido por Selena
Editado por Meli
—¡Su majestad, cuánto tiempo sin vernos! —le habló con mucha amabilidad, como si fueran viejos amigos.
—¿Por qué has venido? —Le cortó Wanyan Lie. Su cuerpo emitió un aura tan fría.
—¡He venido a ver a mi hija!
Longze Jing Tian que la había llevado al palacio porque ella argumentó extrañar a su hija, se sorprendió de que Li Qiu Shui y Wanyan Lie se conocieran.
Murong Qi Qi sabía que tramaba algo.
—¡Qi Qi, baja tu Espejo de la Luna de Agua! —Li Qiu Shui la miró con una sonrisa fría y burlona.
El Espejo de la Luna de Agua era la posesión más amada de Wanyan Ming Yue y había desaparecido tras su muerte. Ella lo utilizaba para cubrir su verdadero rostro para poder escabullirse y jugar. ¿Por qué ese tesoro lo tenía Murong Qi Qi?
¿Podría ser que la cara de Murong Qi Qi fuera falsa? ¿Lo que vio era falso?, reflexionó con pesar Feng Cang.
El rostro de Murong Qi Qi mostró culpa y él sintió dolor en su corazón.
—Príncipe, ¡no lo mantuve deliberadamente en secreto para ti!
—Qing Qing, no tengas miedo. ¡Me tienes a mí! —Feng Cang la apoyó con dulzura.
—Qi Qi, quita tu Espejo de la Luna de Agua. Deja que tu abuela materna, tu tío materno, y tu hermano mayor biológico vean tu verdadera apariencia!
Su declaración hizo que la esperanza que había albergado se esfumara. Todos estaban desconcertados.
Li Qiu Shui trató de quitarle el espejo, Murong Qi Qi le agarró las manos y la fijó allí.
—¿Qué, no te atreves a quitártelo? —Se rio—. ¡Sé buena! ¡Deja que tu madre te ayude!
—¡Tú no eres mi madre! —La pateó en el pecho.
Cayó lejos y tosió sangre.
—Eres la hija de Feng Xie y Ming Yue. ¡Le has mentido a todo el mundo sobre el hecho que sabes artes marciales!
—¡¿Qué pasa con eso de que tengo artes marciales?! —Se levantó y se dirigió al centro de la sala.
—¡¿Qué pasa?! —interrumpió Lin Ke Xin—. ¿Qué abuela y tío maternos? ¿De qué están hablando?
—¡Que lo diga ella! ¡Ja, ja, ja! Cuando ella baje el Espejo de la Luna de Agua, ¡ entenderás todo!
Murong Qi Qi levantó la mano y se quitó el Espejo de la Luna de Agua de la cara, revelando su rostro original.
—Ah… —La muleta con cabeza de dragón en la mano de la emperatriz viuda Lan cayó con un fuerte sonido al suelo—. Ming Yue, tú eres, Ming Yue…
Wanyan Lie también se quedó atónito. Había coleccionado tantas mujeres que se parecían a Wanyan Ming Yue, pero ninguna podía compararse con la persona que tenía delante. Esa es la cara de Ming Yue, incluso el aura de su cuerpo era la de Ming Yue…
—Qing Qing… —El corazón de Feng Cang latía muy rápido—. No es de extrañar que te hayas negado…
—Príncipe, yo también me enteré anteayer y no te lo oculté deliberadamente. De verdad que no lo hice intencionadamente.
—¡Ja, ja, ja, ja! ¡Feng Xie! ¡¿Lo has visto?! ¡Tu hija se casó con tu hijo! ¡Ja, ja, ja! Tu hija se convirtió en la esposa de tu hijo, ¿viste?
—¿Qué has dicho? ¿Has dicho que es la hija de Ming Yue? —Wanyan Lie se precipitó hacia ella y la agarró de la mano—. Esa niña seguía viva, ¿no es así? ¿Te llevaste a esa niña? Esa niña es ella, ¿no?
—¡Así es! ¡Yo me la llevé! Estrangulé a mi propia hija y la dejé ser criada en la casa Murong. ¡Dejé que obtuviera el apellido Murong y que se convirtiera en la tercera señorita Murong! ¡Ha, ha, ha! —Sonrió con malicia y odio en los ojos—. No eres mi hija biológica. Tu padre era el gran general Feng Xie de Bei Zhou y tu madre Wanyan Ming Yue. Ahora, ¡conoces tu identidad!
—¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?
—¿Por qué? ¿Me preguntas por qué? —Se liberó del agarre de Wanyan Lie, se limpió la sangre de la boca y se dirigió donde Murong Qi Qi—. ¡Porque Wanyan Ming Yue me robó al hombre que amaba! ¡Porque Feng Xie eligió a Wanyan Ming Yue y me abandonó! Porque eran como una pareja de inmortales. ¡Porque eran felices haciéndome envidiar y odiarlos!