La hija del Emperador – Capítulo 15

Traducido por Lily

Editado por Sakuya


En el momento en que caía, intenté preparar mi cara ante el dolor, al momento de que mi cabeza tocara la silla, pude sentir el tacto de unas manos sostenerme desde la espalda. Abrí los ojos enseguida. Por supuesto, era Kaitel quien me sostenía. Sin embargo, su expresión era diferente de lo habitual. De alguna manera se veía nervioso.

¡Papá!

Me dolía la cabeza porque me había golpeado con la silla.

Mi cabeza dolía tanto como si estuviera siendo golpeada. Me sentía enferma y me ardían los ojos. No obstante, no quería llorar porque es el cumpleaños de papá. Me contuve de llorar desesperadamente.

—¿Se encuentra bien?

No debería llorar, pero estoy llorando. Ahora él no era el que me haría llorar, pero todavía no quería llorar delante de él.

Sí, hoy era el cumpleaños de mi padre.

Aunque no le gustaba el hecho de que hoy fuera su cumpleaños, no había nada que pudiera cambiar eso

Lo olfateé un poco y luego sonreí brillantemente.

Oh, no tenías que mirarme.

Sabía que parecía una tonta ahora. No pensé que me sentiría triste ahora mismo por lo que sea que Kaitel me dijera. Lo sabía muy bien. Sabía que era estúpida.

Papá.

Sin embargo, no dejé de abrir los brazos, tirando de su cuello, di un gran abrazo. Porque yo era su única hija.

—¡Fwliz pleaño Ada!

Aunque no era una palabra humana, me gustaría felicitarlo. Preguntó quién querría celebrar su cumpleaños. Yo todavía quería hacerlo. Era mi padre, mi única familia en el mundo.

Ese hecho era una razón suficiente para celebrar su cumpleaños.

—¿Feliz cumpleaños…?

Habría sido difícil de entender porque no es un lenguaje humano entendible, pero Kaitel lo entendió rápidamente. Sus ojos sorprendidos estaban sobre mí. Estaba muy avergonzada.

Sí, ese es mi regalo.

Le di fuerza a mis brazos, sosteniendo el cuello de Kaitel. Lo besé en la mejilla por primera vez.

Un pequeño sonido llenó los alrededores. Sonreí después de darle un beso sorpresa en su mejilla.

Jeje, ¿cómo fue? Papá, ¿no parecía más una niña humana? ¿No me llamarás con un apodo extraño ahora?

Cuando lo empujé a decir algo, Kaitel se despertó de su mirada estúpida. Su expresión era una que ni siquiera podía descifrar.

¿El estaba enojado?

Sin embargo, su mano, que sostenía mi brazo, temblaba un poco. No sé qué le estaba pasando, pero sabía que no era ira. En ese momento, pude oír un pequeño hilo de voz cerca de mi oído.

—Gracias…

♦ ♦ ♦

Nunca espere que nuestra relación llegará a volverse de esa manera. Pero me hizo feliz que dijera esas palabras.

—Feliz cumpleaños a papá.

—Te odio de verdad, emperador. Mi cuerpo y mi sangre no te perdonarán jamás. Si este cuerpo mío se marchita y se pudre, este niño que lleva mi sangre te maldecirá en mi lugar.

Los ojos de la mujer eran muy intensos cuando pronunció aquellas palabras. Había pasado mucho tiempo lidiando con ese tipo de odio indescriptible, así que simplemente lo acepté como un pequeño ratón cerca de la hoguera.

Sólo “esa noche” fue lo único que recordaba de ella.

No me importaba de dónde venía ni qué tipo de crianza tuvo. Esas mujeres estaban dispersas por todo el lugar cuando fui al Harem.

No obstante, el sentimiento era interesante. Eso era todo lo que sentía Kaitel.

Recordaba el olor de esa mujer temblando en sus brazos. Aunque creyó haberlo olvidado, pero aún lo recordaba. Ella lo sedujo primero, y cuando él respondió, fue divertido verla huir primero.

Por supuesto, era el único sentimiento que quedaba, pero es increíble lo mucho que queda de esa sensación. Normalmente, lo olvidaría todo.

—Una niña.

Quizás por eso reaccionó así.

Aún recordaba los ojos de esa mujer, temblando, pero sin dar un paso atrás. Sus ojos color azul-verdoso parecían un oscuro y profundo bosque a diferencia de la princesa del Norte, que llamaba al invierno.

Pero, lo que contenía ese bosque profundo era odio, un odio muy intenso. Uno el cual no le iba bien gracias a su bonita apariencia.

Si la niña se parecía a ella, entonces sería interesante verlo, pero, desgraciadamente, se parecía más a él que a ella.

Un ser horrible. Fue desagradable. Una niña que se parecía exactamente a él provocó su disgusto. Por lo tanto, cuando comprobó el hecho con sus propios ojos, naturalmente extendió sus manos hacia ella.

Él trató de matarla. Quiso hacerlo de un solo golpe. Era una obligación distante y natural, no había una razón para dejarla vivir. Por alguna razón para él, era un deber, tenía que hacerlo.

Sin embargo, al final ese golpe nunca llegó.

Nunca había pensado en tener una hija. Era un hombre que ha matado a todas las familias reales, incluso la suya, aunque estuvieran atados a su misma sangre. Su intimidad con su familia no era suficiente para mantenerlos vivos.

Al momento de entrar en contacto con el pequeño cuello del bebé, se detuvo.

No fue la sangre ni el vínculo familiar lo que detuvo su mano. Sólo le dio una corta mirada. Fue un tiempo tan corto que casi se sentía como un segundo.

—¡Su Majestad!

Fue entonces cuando oyó una voz llamándolo.

La niña miró a un hombre extraño sin saber si su padre la mataría o no. La pequeña probablemente ni siquiera sabía que era su padre.

¿Qué es ese sentimiento? ¿Cómo debería explicarlo?

Era una excitación desconocida, así que, quizás, solté mis manos sin darme cuenta.

No, tenía que hacerlo, solo  bastaba con darle poder a mi mano.

Si salvara a este niño, solo sería por un capricho. Solo bastaba con un pequeño lloriqueo y todo acabaría.

Sin embargo, ¿habría matado a la niña en el acto si supiera las repercusiones que los caprichos traerían más tarde?

Agonizó más tarde, pero ni él mismo pudo averiguar la respuesta a esa pregunta.

—¡Da-da!

El bebé era muy suave y débil. Era el tipo de vida que pronto perdería el aliento con poco esfuerzo.

Dudó que estuviera viva. Dudaba de cómo estaba viva en un cuerpo tan pequeño.

Es muy débil, pero la mujer que se hizo cargo de la vida débil, también era increíble. Incluso la serie de procesos de la crianza del niño era bastante extraña. Ver el pequeño cuerpo crecer y protegerlo, fue interesante. Sí, fue una experiencia divertida e incansable, algo interesante de ver.

Por lo tanto, seguí observándola porque pensé que era una niña divertida. Si ella me ponía de los nervios más tarde, siempre podría venderla.

Albergó cierta simpatía por su hija. Cuando los ojos de la pequeña inocente lo miraron en silencio, una emoción, que no se podía ver, cruzó su pecho. Se dio cuenta que la niña no tenía culpa de haber nacido.

—Incluso si renacieras, sólo podrías tener una vida muy parecida a la que tienes actualmente, y tu madre, quién te dio a luz a toda costa, fue una mujer muy ridícula.

Sin embargo, esa emoción que sentía fue más intensa que eso.

El hecho de que podía oír el sonido pulsante de su corazón y el momento donde se dio cuenta una vez más que el pequeño cuerpo era una criatura viviente, finalmente logró hacerlo admitir.

Había salvado a la niña porque pensó en lo interesante que sería ver crecer a un niño igual a él.

La niña era una copia exacta de él: Su pelo rojizo plateado, sus ojos carmesíes, era como él. En el momento en que se dio cuenta, Kaitel no pudo lastimarla. El se rindió y lo admitió

—Tú eres mi hija.

La temperatura en su mano era más alta que la del ser humano promedio. Cada vez que nuestros ojos se miraban, pensaba que su cara habitualmente sonriente era estúpida, pero no podía decir nada encontra de su sonrisa. Pensó que era ofensivo tener la calidez o el rastro de otras personas cerca suyo, pero la niña no parecía caer en esa categoría.

Cuando se dio cuenta de que la niña que conoció después de mucho tiempo estaba llorando, la ira que sentía representaba todo el cambio de su corazón. ¿Quién se atrevería a tocar a su hija que no podía llorar ni siquiera ante la intención asesina de su propio padre? Por supuesto, sabía que no podía definirla como su hija debido a esos sentimientos, pero como ya la había clasificado como su propiedad, otros estándares no tenían sentido.

—Su Majestad amará a la princesa algún día también.

La interjección de la niñera fue divertida. También fue cierto que no le presté mucha atención a ella ya que no era nada importante.

—Últimamente has sido un ser humano, pero no puedo decir que es justo después de haber conocido a esa niña, ¿puedo ver a tu hija también?

Tampoco presté atención a la evaluación de Ferdel.

Estaba interesado en ver a mi hija crecer, así que no le presté mucha atención a nada más. Pensé que podría obtener ese tipo de evaluación, pero…

—Te vas a arrepentir.

Todo se puso patas arriba en el momento en que apareció Dranste.

Me di cuenta, en el momento en que sonrió. Estoy siendo absorbido por un gran abismo.

¿Ahora es muy tarde?

Es un comienzo desconocido, antes de que ella viniera, todo estaba bien, esto es muy confuso. Y antes de darme cuenta, ya estaba acostumbrado a la presencia de la niña.

—Ada.

Ella se rió. Esa sonrisa fue tan encantadora. Una simple sonrisa realmente hizo que todos sonrieran para que supieran que habían nacido para ser amados.

Te vas a arrepentir.

Una voz en mi cabeza me advierte que me arrepentiría. Pero no, ya no más, no será así. Sin embargo, lo que realmente lamenté fue…

—¿Ada?

Sostuve a mi hija en mis brazos. Su cuerpo estaba demasiado caliente.

Debido a mi temperatura corporal, mi hija con una temperatura más alta a veces se sentía como una chimenea, pero ahora estoy acostumbrado a ella, hasta el punto en que necesitaba esta temperatura.

Ahora, ya lo veo claro.

Él la miró sombríamente. Mientras que la niña sonrió inocentemente.

Sí, lo que realmente lamenté es…

Una voz baja recitada en pequeños tonos.

El hecho de que ya no podía imaginar matar a esta pequeña niña.

Fin [Kaitel]

Una respuesta en “La hija del Emperador – Capítulo 15”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido