Traducido por Ichigo
Editado por Sakuya
—Sí, sí —contestó Wolf de forma descuidada antes de seguir a Georg.
¿Estarán bien?, pensé, mientras los dos se alejaban.
—Hola, Marie.
Miré hacia la señorita Bianca que me llamó. Su rostro era muy serio.
—Marie, te vas con ellos, ¿no?
Ni siquiera tuvo que preguntar “¿dónde?” Sólo asentí con la cabeza.
La propia princesa iba a un lugar lleno de enfermedades. Eso por sí solo no podía ser considerado como algo racional.
Yo no era médico y no conocía bien la medicina, así que no sería de mucha ayuda, aunque fuera. Para no molestar a todo el mundo, sería prudente quedarse aquí en un lugar seguro.
Era una lógica sensata en mi cabeza. Pero no puedo hacer eso. No sería yo.
Finalmente, me di cuenta de que no estaba destinada a vivir racionalmente.
—Ya veo…
En el momento en que la señorita Bianca vio mi rostro, soltó una sonrisa amarga. Su boca se abrió, quizás tratando de decirme que me quedara, pero pronto se mordió los labios y se rió un poco con las cejas caídas. Su torpe sonrisa se parecía a la de su hermano.
—Pensé que dirías eso.
Me abrazó fuerte mientras su frente descansaba en mi hombro. Sus suaves dedos se peinaron a través de mi cabello.
—Solo sería un estorbo ahí, así que no te seguiré.
—Está bien.
—Pero, por favor, no te esfuerces. Depende de los demás a tu alrededor antes de intentar hacer algo por tu cuenta, ¿de acuerdo?
Ella presionó su frente contra la mía. Sus ojos amables y sus manos gentiles me recordaron a los de una madre. Sabía que estaba preocupada por mí, pero era un poco quisquilloso y algo embarazoso.
—Lo haré.
Cuando me vio asentir con una tímida sonrisa, la señorita Bianca relajó sus hombros.
Me acarició la mejilla, levantó la cara y continuó:
—Hablando de eso… Michael irá contigo, así que no dudes en confiar en él.
—¡Estoy a tu cuidado!
—¿Eh?
Cuando miré hacia la dirección que señalaba la señorita Bianca, Michael inclinó la cabeza vigorosamente. Me sorprendió, y una voz involuntaria se escapó de mis labios.
—Espero… no, ¡prometo ser de tanta ayuda como pueda!
—No- Quiero decir, está bien, pero… ¿estás de acuerdo con esto?
Sería genial si él viniera. Definitivamente salvaríamos más vidas con sus poderes de curación. Pero no podría simplemente pedirle que arriesgue su vida a mi lado.
—Por supuesto. —Michael respondió con una amplia sonrisa—. Si puedo salvar la vida de otros, no hay nada que me haga más feliz.
Sus suaves y delgados ojos se iluminaron con la luz de la determinación.
Así es. Puede que parezca tranquilo y sereno, pero fue él quien saltó de cabeza de su pacífico templo para ayudar a la gente de aquí y de otro país.
Incluso sabiendo esto, el hecho de que no pudiera pedirle que viniera conmigo fue por mi propia debilidad. Hacer que otros decidan sobre un asunto de vida o muerte por sí mismos, es lo mismo que huir. No estaba preparada para ser responsable de su vida.
Si realmente quiero salvar a tanta gente como pueda, debería bajar la cabeza sin pensarlo dos veces.
—¡Entonces, espero con interés trabajar con usted…!
Una vez que dije eso con una voz tímida, Michael asintió felizmente en respuesta.
Sin falta, curaremos a la gente de esta plaga. Y luego volveremos a Nebel con todos.
Lo juré en mi corazón.
¿Qué tiene de malo ser un poco codiciosa? ¿Qué hay de malo en quererlo todo? Protegeré a todos y volveremos a casa juntos. Haré lo que sea para que eso suceda, no importa lo lejos que tenga que ir.
Apreté mis puños y tomé mi decisión.
—¡Marie! Cuando estés lista, sube al carruaje primero.
Escuché a Wolf llamando a distancia.
No era el momento de holgazanear.
—Hasta más tarde, señorita Bianca. Siento mucho la prisa, pero tenemos que salir.
—Entiendo. Volveré primero a Nebel y la esperaré ahí.
—Muy bien… Si es posible, me gustaría pedirle un favor.
—¿Qué es? Haré todo lo que pueda.
—¿Puedo dejar a Klaus a tu cargo hasta que llegues a Nebel?
Cuando la señorita Bianca escuchó mi petición, abrió los ojos muy sorprendida.
—Estoy segura de que Georg ya ha hecho los preparativos para su regreso a casa, pero aún estoy un poco preocupada por sus heridas ya que fueron bastante graves. Si es posible, me gustaría que fuera con usted.
Las heridas de Klaus no se curarán pronto. A pesar de los esfuerzos de Michael por sellar la herida, aún pasarán varios días antes de que pueda moverse libremente.
Si es posible, me gustaría que descansara apropiadamente de vuelta en casa. Pero estamos hablando de Klaus.
Por lo mínimo, me gustaría que descansara y que fuera tratado completamente durante medio mes para que pueda volver a ser mi guardia lo antes posible.
—Quiero que lo vigiles para que no me siga. Quería hablar con él antes de irnos, pero no tenemos mucho tiempo, y no quería despertarlo mientras se recupera.
—Um… ¿Marie? —La señorita Bianca habló con dudas.
¿Es realmente imposible después de todo? Quiero decir, claro, es realmente difícil detener a un Klaus obstinado, pero no hay nadie más que pueda hacerlo.
Intenté convencer a la señorita Bianca, pero parecía que no quería hacerlo después de todo.
Sin embargo, mirando a la señorita Bianca ahora mismo, sus ojos rezumaban asco en lugar de perplejidad. Se detuvo por un momento antes de guiar mi mirada detrás de mí.
—Por supuesto, lo habría arrastrado con los pies por delante a casa sin que me lo dijeras… pero, es así.
La señorita Bianca declaró mientras inclinaba la cabeza a un lado, a diferencia de lo habitual.
No sabía qué estaba mirando, ya que solo había un árbol en la dirección a la que estábamos. Un árbol alto que se puede encontrar en cualquier lugar.
Y había alguien escondido detrás del tronco.
—¿Hm…?
Creí que estaba viendo cosas y me esforcé más con los ojos.
Entonces, el inolvidable rostro de cierta persona apareció a la vista.
Increíble. Me quedé boquiabierta ante la persona que estaba ahí de pie en un estado terrible mientras numerosas preguntas surgían en mi cabeza.
¿Por qué está aquí? ¿Por qué te escondes? ¿Por qué pareces un cachorro abandonado?
No podía aceptar las preguntas que me seguían inundando una tras otra, y para entonces, mi mente ya se había convertido en un charco.
Parece emotivo, ¿eh?
Pensamientos tontos, consecuentemente, pasaban zumbando.
