Traducido por Ichigo
Editado por Ayanami
Al día siguiente, el sol estaba muy alto en el cielo. Como el día anterior también fue soleado, la mayor parte de la nieve se había derretido, y con ello, partimos. Pasamos la noche en una aldea del camino, y al anochecer del día siguiente estábamos casi en nuestro destino.
A esta distancia, podíamos ver un bosque que se extendía cuesta abajo al final de esta carretera, detrás de él había picos escarpados y nevados. Esta cordillera situada hacia el sur debía abarcar el territorio de Raptor.
Sólo entonces, me di cuenta de lo cerca que estábamos de Raptor.
Comprobé mi entorno y abrí la boca cuando estuve segura de que era seguro hablar.
—Hablando de lo de antes, me encontré con algo nuevo mientras revisaba varios cuentos populares. Sin embargo, puede que no esté directamente relacionado con este viaje.
Volví a mirar por encima del hombro y me dirigí a Sir Leonhard.
Últimamente, había podido vencer mis nervios al hablar con él en comparación con antes. No es que me haya acostumbrado ni nada por el estilo, mi corazón seguía dando saltos cada vez, sólo me era más fácil mantener la compostura por fuera.
—Por favor, déjeme escucharlo.
—Sir Walter parece haber investigado no sólo el folklore de Nebel sino también el de los países vecinos. Por supuesto, había muchos menos en número en comparación con los cuentos nebelianos, pero aun así resultaron ser bastante interesantes.
La proximidad de Sir Walter a la frontera, probablemente le brindó muchas oportunidades de recopilar historias de viajeros procedentes de Raptor. Por suerte, estaban convenientemente clasificadas por separado del montón local, lo que facilitaba su análisis.
—Eran notablemente similares a las de Nebel con una sola diferencia importante: sus finales eran completamente opuestos.
—¿Opuestos?
—Sí. Antes dije que los “espíritus malignos” aparecían mucho, ¿no? En el folklore nebeliano, muchas historias tenían como tema común que un espíritu maligno obligaba a un niño a beber algo parecido a una llama negra. Entonces, esos niños intoxicados vagaban por el bosque como un alma perdida o eran llevados a la tierra de los demonios, etc. En cualquier caso, esas historias siempre terminaban con un destino parecido a la muerte.
—Y dice que otros países carecen de eso.
—El flujo de esos otros cuentos populares cambió completamente. Había historias de un anciano que encontraba la vida eterna en las tierras más lejanas, o de un niño que se caía por un acantilado y era rescatado por un espíritu. Lo único que tienen en común es el hecho de beber de las llamas, pero a los que lo hacen se les concede la resurrección en lugar de enfrentarse a la muerte.
—¿Resurrección? ¿Se refiere a cuando un humano vuelve a la vida?
—Hmm… Parece que hay una especie de término erróneo cuando se trata de “resurrección” en este caso. Sería más exacto decir que, según esos cuentos extranjeros, tomar la llama negra curará todas las lesiones y heridas, incluso es capaz de traer de vuelta a los que están al borde de la muerte.
—Ciertamente es una gran distinción. Aunque sean de países diferentes, eso no cambia el hecho de que tengan una frontera directa con nosotros. Entonces, ¿cómo es que tienen representaciones completamente opuestas de lo mismo?
Murmuró Sir Leonhard, frunciendo el ceño en señal de sospecha.
Yo también tenía una pregunta similar en mente. Aunque efectivamente somos reinos diferentes, seguíamos compartiendo muchas similitudes, incluso en nuestra lingüística casi idéntica. Tampoco es que las relaciones entre nosotros fueran agrias, así que el hecho de que tuviéramos una marcada diferencia en la interpretación de una misma idea no era más que extraño.
—Peculiar, ¿no? Por eso he dedicado un tiempo a pensarlo y lo que voy a decir a continuación es pura especulación por mi parte y nada más, así que escúchelo como un grano de sal.
—Por supuesto.
Sir Leonhard soltó una ligera risa y asintió.
—¿Por qué las historias de Raptor parecen animar activamente a su gente a buscar algo que nunca termine en un desastre? Es porque creen que si un humano vivo puede aprovechar ese poder, entonces, quizás, haya una posibilidad de controlarlo.
Los ojos de Sir Leonhard se abrieron de par en par al escuchar mi ridícula hipótesis.
Continué: —Dicho esto, yo misma no estoy realmente de acuerdo con esta noción; era simplemente una cuestión de “qué pasaría si”.
Al igual que hay libros extremadamente raros y clasificados que sólo pueden heredar los reyes de Nebel, puede que también haya libros que sólo hereden los reyes de Raptor. Los propios cuentos populares rurales también se transmiten de forma similar a través de las generaciones, ¿no es así?
Pero personalmente, no he visto ninguna evidencia que indique que controlar al Señor de los Demonios sea plausible.
Después de todo, la existencia de “El Señor de los Demonios” pondría en peligro al mundo cada vez que fuera revivido. Si fuera realmente factible dominar a un ser así, al menos uno de los muchos recipientes humanos del Señor de los Demonios ya habría tomado el asunto de la destrucción del mundo en sus propias manos.
Bueno, es un tiro en la oscuridad. Una mera conjetura sin pulir.
Sir Leonhard parecía reflexionar en silencio.
Tenía una mirada difícil, pero quizás al notar mi mirada, se suavizó en su expresión habitual.
—Ciertamente es una hipótesis interesante. Sin embargo, no llegaremos a una conclusión aunque lo discutamos más aquí. Deberíamos revisarlo más detenidamente una vez que regresemos a la capital real.
Por supuesto, no tenía ninguna razón para objetar. Por ahora centrémonos en encontrar al Señor de los Demonios.
Cuando miré hacia adelante, vi el atisbo de una pequeña aldea.
♦️ ♦️ ♦️
Cuando llegamos a la aldea, el sol ya se había puesto, así que decidimos continuar nuestra investigación a la mañana siguiente.
Pasamos la noche en una posada, y a medida que avanzaba el día, encontramos fácilmente el edificio objetivo sin ninguna ayuda de los aldeanos.
Según la información que nos proporcionó el vicecomandante Walter, el templo se alzaba tranquilamente en las afueras del pueblo, como si llevara todo el bosque a cuestas.
El edificio estaba más deteriorado de lo que había pensado; casi no quedaba nada del techo. Además, algunas de las paredes se habían derrumbado, dejando el suelo alfombrado por las hojas.
Si este templo es lo que buscamos, eso significa que Michael intentó dormir aquí, ¿no? Sin embargo, no parece que proporcione mucho refugio contra el clima.
Aunque no he dado ni un solo paso en su interior, sólo con ver su aspecto exterior queda claro que no hay habitaciones ocultas en el primer piso.
El único lugar que quedaría sería bajo tierra… No parece que vaya a ser una tarea fácil.
—Yo entraré primero, así que por favor siga mi ejemplo. Y tenga cuidado de no acercarse demasiado a las paredes.
Sir Leonhard que estaba a punto de entrar en el templo, me advirtió antes de detenerse en la entrada. Me quedé cerca de él.
—Parece que alguien ha estado aquí recientemente…
—¿Eh?
—Y estaban buscando algo.
Mi cara se puso pálida al escucharlo.
Eso fue porque lo primero que me vino a la mente cuando escuché “alguien estaba buscando algo” fue, por supuesto, “El Señor de los Demonios”.
—Por favor, no se separe de mí.
Dijo Sir Leonhard en un tono bajo mientras desenvainaba su espada.
Avanzamos con pasos cautelosos. A pesar de que faltaba la mitad del techo, el interior estaba débilmente iluminado y un desagradable olor a humedad inundó mis fosas nasales.
Cuando mis ojos se adaptaron, observé bien lo que había dentro.
Había gruesos pilares de piedra y paredes esculpidas. Expuesto a la intemperie, ahora estaban coloreados de un negro horrible. En la pared del fondo había dos estatuas; la de la derecha se había derrumbado y sólo quedaba su pedestal, mientras que la de la izquierda apenas tenía forma de figura humana. Había trozos del techo, hojas y barro esparcidos por el suelo. Sin embargo, como dijo Sir Leonhard, había rastros de que alguien había estado aquí.
Las hojas estaban amontonadas y los escombros se habían movido de un lado a otro.
Era como si estuvieran buscando desesperadamente una habitación oculta, igual que nosotros.
—¿Quién podría…?
La pregunta que salió volando de mi boca no iba dirigida a nadie, pero enseguida llegué a una única respuesta posible.
—Aunque la posibilidad de que sea un ladrón no es nula, sigue siendo bastante improbable.
La habitación está en un estado tan desolado. Cualquiera que venga a robar a este lugar debe haberse dado cuenta de que si hubiese algo de valor se habría perdido o habría sido robado hace algún tiempo. No había razón para buscar objetos de valor moviendo algunos escombros.
Alguien de Raptor tiene la misma información que nosotros. Y estamos a punto de caminar hacia ellos.
Sólo de pensarlo me quedé helada de miedo.
Sir Leonhard volvió a enfundar su espada en la vaina y me tocó suavemente la espalda. Con un “vamos a mirar alrededor”, empezamos a investigar el templo.
Después de todo, no había ni una sola puerta oculta que encontrar. Incluso cuando golpeé el suelo en busca de una cámara hueca, al final no sirvió de nada. Al final, habíamos llegado a la conclusión de que allí no había nada.
—¡Oye tú! ¿Qué estás haciendo aquí?
Al salir del templo, oímos una voz.
Un anciano que parecía ser un simple aldeano que llevaba leña se quedó mirando con recelo a Sir Leonhard. Pero cuando me vio escondida detrás de él, su mirada se relajó.
Por si acaso, repetí la misma historia de antes sobre cómo me gustaban los edificios antiguos y cómo obligaba egoístamente a mi hermano a dejarme verlos.
—Pensé que algún tipo raro andaba por aquí otra vez. Lo siento.
—Con eso… ¿Se refiere a bandidos?
—Oh, no, no. No es que hayan robado nada. Sólo un rumor sobre un tipo que merodea por aquí a menudo, ya sabes. Nadie está herido, pero es un poco espeluznante, ¿entiendes?
Aunque mantuve una sonrisa mientras el anciano hablaba, no escuché nada de lo que dijo.
¿Significa esto que alguien ya investigó este templo?
Nos hemos quedado atrás. Esa especulación mía empezaba a tomar forma con cada minuto que pasaba.