Burikko – Capítulo 90: El compromiso de mi señor – J de Corazones (1)

Traducido por Maru

Editado por Ayanami


Por la tarde, estaba pensando en mostrar mi rostro en la habitación de Su Alteza, pero el problema comenzó cuando llegué allí…encontré a la persona en cuestión, mirando con celo a la habitación vecina.

Haz tu maldito trabajo.

Su Alteza, se aferraba a la puerta de la habitación que lo rodeaba. No había nada más sospechoso que esto.

Aunque es mi día libre…

Si hubiera sabido que las cosas serían así, hubiera preferido quedarme más tiempo con mi esposa.

A pesar de que es un día libre extraño, tener que dejarla en mi habitación y dirigirme aquí, fue tan lamentable que no pude evitar irritarme.

Mientras estaba en un pequeño aturdimiento, pensando en lo genial que sonaba la palabra “esposa”, Su Alteza se quejó en voz baja.

—Achille, no seas tan ruidoso.

Incluso mientras me decía esto, su mirada se dirigió a la habitación.

— ¿Le sucedió algo a la señorita Beatrix?

Incluso sin salirse del camino para mirar así, conociéndolo, podría haber usado un objeto mágico o algo para esconderse dentro de la habitación.

—Creo que Beatrix podría odiarme más de lo que esperaba…es mejor pensar en algunas contramedidas.

Al ver a Su Alteza, mirar hacia mí, con una expresión sumida en sus pensamientos, aparté la cara.

Lo siento por él, pero después de hacer eso, ¿cree que a ella le gustaría en lo más mínimo?

Solo lo dejaré estar. Debería pensar seriamente en lo que le hizo. Y luego hacer su trabajo.

Fui y arranqué a Su Alteza de la puerta.

Si por alguna pequeña posibilidad le fuera revelado a la señorita Beatrix, no habría forma de recuperarse.

♦ ♦ ♦

El otro día, finalmente, logramos una gran captura de los miembros de la Facción del Príncipe Real quienes mostraron sus verdaderos colores.

Gracias a la cooperación de Raiga, el hijo del Príncipe Real, pudimos descubrir a casi todos ellos sorprendentemente fácil.

Todo lo que resta es la Facción del Rey.

En cuanto a ellos, Su Alteza planea eliminarlos de una vez, durante la fiesta de compromiso con la señorita Beatrix.

Para luego, darse prisa y atrapar a esa colegiala que huyó del país, sin importar qué métodos tuviéramos que usar.

Tampoco confío en el rey topageriano.

—Su Alteza, esta es la lista de invitados para la fiesta.

Hay muchas personas a las que me gustaría dejar fuera de esa lista, pero, desafortunadamente, mi criterio personal no entra en juego.

El nombre del segundo príncipe topageriano también está allí.

—Gracias.

—Los preparativos para el lugar se están llevando a cabo sin problemas.

—Entendido. Entonces, Achille… ¿me prestas a Camille hoy?

Me gustaría que dejara de insertar despreocupadamente el interés propio en nuestra charla de trabajo.

¿Prestarle a mi esposa a Su Alteza? Era obvio que no lo haría.

—No. Ya la tomaste prestada ayer, ¿no? Somos recién casados, así que desearía que mostrara algo de consideración.

—Eres tan cruel.

Su Alteza estaba sonriendo, pero su aura se estaba volviendo cada vez más oscura.

—Achille, sabes, creo que es realmente injusto que seas el único que se divierte. Os dejaré a Camille y a ti sin interrupciones cuando las cosas transcurran sin problemas entre Beatrix y yo. Le pediré a Camille que se vaya esta noche libre para que no haya problemas en ese sentido. Creo que mientras le pregunte directamente, ella escuchará después de todo.

—Su Alteza…

Al escuchar la afirmación bien planificada y ridícula de mi señor, me quedé perplejo.

Esto es lo peor. La peor forma de desahogar su ira.

Era un hostigamiento en un nivel que, si no hubiera sido por el trato con el compromiso de Camille, y al ser salvada de la magia prohibida de esa colegiala, me gustaría cambiar al lado de Raiga de inmediato.

—Entendido. Haré todo lo posible para cooperar.

No había nada más que pudiera decir.

Tenía que darme prisa y conectarlos a los dos.

Por el bien de mi vida de recién casado.

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