Traducido por Maru
Editado por Sharon
Los ojos que se habían centrado en Mielle comenzaron a dispersarse hacia Aria, quien se adelantaba con elegancia e ignorando al público.
—¿Qué pasa? ¿Eh? ¿Mielle?
Llegando a su destino, soltó la mano de Asher y tocó la pálida mejilla de la otra chica. Sus ojos estaban llenos de ansiedad.
¿Quién te humilló tanto? ¿No crees que deberías vengarte como siempre? Yo sé como hacer eso; cómo tomar una decisión muy estúpida y destruirte a ti misma.
—¿Hmm? ¿Mielle? —la llamó con todo corazón, y Mielle tomó su mano con lágrimas en los ojos.
—¡Hermana!
Aria encontró un sirviente para ayudarla mientras presionaba su corazón para soltar la mano de Mielle que lloraba y la sostenía. Si dejaba caer su mano aquí, todo sería en vano.
—Mielle no se siente bien, por lo que necesita algo de tiempo para descansar. La saqué después de un tiempo, pero me duele ver lo enferma que está.
La confesión de que era Aria, quien había traído a Mielle, quitó un toque de agudeza a los ojos de los espectadores. En cambio, fue el lamento y la admiración por Aria.
¿Cómo puede cuidar a la persona que intentó lastimarla?
—¿Qué está sucediendo? —preguntó el mayordomo, apareciendo de repente para disipar la conmoción. Era la boda de su amo, que había preparado con mucho esmero, y le gustaba la desagradable situación que se creó.
—Ah… Mielle no está bien.
La expresión de su rostro hizo que Aria sintiera pena por arruinar la boda, pero era un asunto trivial que no permanecería en la memoria de todos de todos modos. El personaje principal de hoy, Sarah, no sabría de este asunto trivial que pronto desaparecería.
—¿Puedo pedir prestado un carruaje, si le queda uno? Creo que tendré que enviarla de regreso a la mansión.
Al escuchar que dejaría que Mielle regresara para evitar más daños, el mayordomo hizo una reverencia cortés y desapareció rápidamente como si estuviera esperando las palabras.
—Entendido. Estará listo pronto. Por favor espere un momento.
—Mielle, espera un poco.
Ante las preocupadas palabras de Aria, Mielle cerró los ojos con fuerza, y asintió. Se veía muy lastimosa, pero nadie se compadecía de ella porque había causado muchos problemas.
El mayordomo reapareció muy rápidamente con el carruaje de lujo para los huéspedes de la mansión. No era adecuado para Mielle, que era una plebeya, pero parecía haber sido preparado para que Aria se viera bien.
—Gracias —le agradeció brevemente, admirando la sensibilidad del mayordomo, y ayudó a Mielle a subirse—. Mielle, vuelve a la mansión y descansa. Dile al mayordomo que llame al médico. ¿Bien?
Aunque Mielle la obedeciera, el mayordomo no la escucharía, pero Aria cerró el carruaje sin decir nada más, sabiendo esto.
Entonces, el carruaje partió. Por fin, la verdadera mujer malvada desapareció y la risa brillante comenzó a reverberar lentamente en la mansión del marqués Vincent, renaciendo por completo como un lugar de bendición.
—Espero que Mielle esté a salvo…
Mientras Aria sonaba preocupada, Asher puso su mano sobre su hombro, consolándola para que no se preocupara. De hecho, sabía que ella no estaba preocupada por Mielle.
—Debes estar sorprendida. Ella ha estado bien en esa pobre prisión, estoy seguro que ahora también lo estará. Por favor, elimina tus preocupaciones.
—Me alegro entonces…
—Ah, señorita. En cambio, ¡debería visitar a la marquesa! ¡Estoy segura de que la estará esperando!
De manera similar, Annie, que sabía que Aria no estaba preocupada por Mielle, cambió de tema para cambiar el estado de ánimo.
—¿Debería? Sarah debe haber estado esperando durante mucho tiempo, ¿verdad?
—¡Sí! ¡Es la mejor amiga de la marquesa!
Aria mordió el anzuelo y cambió su expresión ya que no quería poner más emoción en Mielle.
—La marquesa me pidió que le avisara tan pronto como llegara. La guiaré de inmediato.
Cuando incluso el mayordomo informó de eso, la imagen de la temblorosa Mielle desapareció por completo, y en su lugar, quedó la hermosa estrella del imperio que sería la princesa heredera en el futuro, a quien todos admiraban dondequiera que diera un paso. .
♦ ♦ ♦
—¡Aria!
—Sarah…
Sarah recibió la visita de Aria con total alegría.
Aparentemente, le había preocupado que Aria no pudiera venir debido a algo desagradable, por lo que Sarah miró con alivio la imagen de su inofensiva amiga.
—Felicidades por tu matrimonio. ¡Estás hermosa! —dijo Aria con sinceridad tras mirarla.
Sarah estaba vestida con un vestido elegante que realmente le sentaba bien a la única pareja de la familia marquesa del imperio.
—Gracias. No sé qué hacer cuando tú lo dices.
—¿Debería llamarte marquesa ahora?
—Creo que sería un poco triste que me llamaras así, así que llámame Sarah como siempre.
Por lo general, las personas cambian cuando asumen una posición más alta.
Sin embargo, Sarah, que se convertiría en la única marquesa del imperio a partir de hoy tenía ojos muy puros e inocentes, tal como Aria había visto al principio.
No había ni una pulgada de duda o desconfianza cuando la miró a pesar de su anterior actuación con Mielle para llevarla al borde del acantilado. Aria miró a sus alumnos por un momento, esperando que Sarah no supiera su plan hasta el final, cuando de repente, Sarah sonrió.
—Por cierto, hay algo que puedes hacer por mí.
—¿Yo?
—Sí, y también es lo que quiero hacer en la boda de Aria —dijo Sarah, señalando una tiara frente a ella.
Una criada, que estaba esperando a su lado, tomó con cuidado la tiara y se la llevó a Aria.
—Quiero que me pongas esta tiara en la cabeza.
—¿Yo?
—Sí. Quería que pensáramos juntas en el diseño del vestido, pero no pudimos porque estábamos demasiado ocupadas. Así que quiero que me pongas la tiara que me completa hoy encima de la cabeza. Quiero que lo hagas solo tú.
—Pero esto es…
Era común que una madre le pusiera una tiara en la cabeza a la novia. En cuanto a la ropa y adornos, conocidos cercanos la ayudarían, pero no con una tiara. Viéndola dudar, Sarah comenzó a persuadirla.
—Venga. Llegaremos tarde a la ceremonia de la boda —le instó, a pesar de que todavía tenían tiempo.
Sarah no sabía que acababa de causar un pequeño alboroto en esta elaborada boda.
Aria extendió su mano con cuidado y sostuvo la tiara en su mano. La estrechez de las lujosas joyas pesaba más de lo que parecía. Era como el personaje de Sarah, alguien con mucha consideración, a diferencia de lo que ella mostraba en el exterior.
Se extendió hacia la cabeza de Sarah con lentitud, y la futura marquesa se agachó un poco para ayudarla. Una vez lograron colocar la tiara, las criadas dieron un paso adelante para terminar con los arreglos rápidamente. Existía la superstición de que si caía por error, la novia sufriría mala suerte.
Parecía poco probable que la llamativa tiara coincidiera con el rostro simple y elegante de Sarah, pero le sentaba mejor de lo que Aria había pensado.
—Gracias. Creo que esto me ayudará a terminar la boda de hoy de manera segura.
¿Cómo puede Sarah confiar siempre en mí?
Ya no había necesidad de aprovecharse de Sarah, pero Aria, que recordaba su acercamiento de intenciones impuras desde el principio, puso su mano sobre su pecho. De alguna manera, sintió una sensación de hormigueo. Sarah, que no sabía eso, seguía mirándola directamente con una mirada de confianza.
—Sarah, serás mi querida amiga durante toda mi vida.
Ella era una querida amiga que nunca encontraría en el pasado y el presente. Fue un comentario repentino e inesperado, pero sincero.
—Es igual para mí —le respondió con una sonrisa brillante y un suave asentimiento al rostro más serio de Aria.
♦ ♦ ♦
La boda de Sarah, como la boda del único marqués del imperio, fue grandiosa y espléndida. Incluso el emperador, que tenía mucho cuidado y no salía, mostró brevemente su rostro, y los visitantes también fueron espléndidos.
Durante la ceremonia, Aria vio a los novios colocarse anillos de tamaño y belleza inusuales, y sin darse cuenta, tomó la mano de Asher a su lado y dijo:
—Me gusta el azul.
—¿Sí? —le preguntó, confundido, al escucharla hablar de repente. No sabía de qué hablaba, pero apretó su mano con un poco más de fuerza.
—El anillo. Me gustaría un color azul que se parezca al color de tus ojos. Todos me van a envidiar, ¿verdad? —aclaró con seguridad, y él se volvió a mirarla al comprender.
Mientras veía la boda de Sarah, pensaba en su futura boda con Asher.
¿Cómo puedes ser tan adorable?
—Necesito preparar el azul más hermoso del mundo —respondió Asher, asintiendo y con sus orejas enrojeciendo. Parecía poseído.
—No habría uno como los ojos de Asher —le susurró Aria al oído sin desviar la mirada de sus ojos, como si le estuviera contando un secreto.
Su voz clara haciéndole cosquillas en los oídos sacudió los ojos de Asher brevemente, y su respuesta llegó un poco tarde.
—Entonces, ¿debería sacar mis ojos y dártelos?
—Si hay algo de repuesto, no estaría tan mal —sonrió Aria, y Asher levantó una ceja. Era una sonrisa que parecía más feliz que la del marqués Vincent, quien estaba dando la bienvenida a la verdadera novia.
—Tengo que buscar por el mundo y encontrar algo similar porque no tengo nada de sobra.
—Lo esperaré con ansias porque no falta tanto.
De hecho, como dijo Aria, solo quedaban unos meses para su decimoctavo cumpleaños. Podría llegar mientras se deshacía de Mielle y promovía el bienestar del imperio. En cuanto se enteró de que el día que había esperado tanto tiempo no estaba lejano, tragó saliva y mostró signos de nerviosismo.
—De repente… tengo prisa.
—¡Oh, cuánto me gusta la forma en que reaccionas a cada palabra que digo!
—Salgamos de aquí de inmediato y apresurémonos a prepararnos para la boda —dijo Asher, y Aria se rio un poco, cubriendo su boca y tocando la punta de la oreja enrojecida de su pareja.
—No me voy a escapar a ningún lado, así que no te preocupes. ¿Cómo me atrevería a huir cuando mi amante es el príncipe heredero del imperio? No, ni siquiera pensé en dejarte en primer lugar. Eres un tesoro precioso que ha venido a mí con Sarah.
Mientras ella instigaba su mente en lugar de calmarse, Asher entrecerró los ojos. Él le dio un breve gruñido y la besó en la mejilla con la mano en su cintura.
—¡Asher! —exclamó por lo bajo, sorprendida y llevando una mano a su mejilla.
—¿Cómo puedes actuar así cuando todos los ojos están puestos en nosotros? —dijo, aunque Asher actuaba como si no le importara quiénes los veían—. Espero que la boda del marqués termine pronto.
—Después de la ceremonia, tengo que volver a la mansión —le rechazó Aria de inmediato—. Vayamos juntos a otro lugar después.
—¿No tienes un minuto?
—Puede que lo hayas visto, pero… tengo que terminar algo rápido.
Había algo que tenía que hacer antes de que la ira de Mielle se enfriara.
¿Por qué mi novia está tan ocupada?
Los ojos de Asher se llenaron de un pesar y una pena indescriptibles, y dándose cuenta de esto, Aria miró a su alrededor por un momento. No podían mirar abiertamente al príncipe heredero y a su novia, así que lo hacían de reojo. Al darse cuenta que no podía actuar demasiado audaz, bloqueó la visión de la gente con su abanico y besó suavemente su mejilla.
—Me gusta un hombre que sabe esperar.
¿Cómo puedo quejarme de esto?
Finalmente sin palabras, terminó con un profundo suspiro con las manos en la frente.
Me lo imagino como un perrito esperando a su amo jajajaja