La Villana Revierte el Reloj de Arena – Extra I: En el nuevo futuro, con alguien a quien ama (4)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Como para recordar la promesa de ese momento, Sarah levantó la horquilla con una suave sonrisa. El cabello ya estaba arreglado, por lo que sus movimientos eran lentos y precisos para no cometer errores.

—He terminado.

—Gracias.

Fue muy simple y terminó rápidamente en comparación con la larga espera, pero Aria y Sarah pudieron confirmar su amistad de nuevo.

Con los preparativos listos, Aria se levantó y revisó su vestido una vez más. Luego les dio una mirada larga y suave a las tres mujeres presentes.

Finalmente, después de un largo viaje y de convertirse en adulta, era hora de darle un último adiós a su familia y emprender un nuevo camino.

Era una emoción inexplicable no poder expresarse con palabras. Sin embargo, también era un sentimiento cálido que todos entendieron y le desearon felicidad.

♦ ♦ ♦

Antes de que Aria, que había terminado sus preparativos, abandonara la mansión, puso sus ojos brevemente en el carruaje que vio por la ventana del pasillo.

El carruaje para hoy era colorido y decorado con tulipanes y joyas. El cuerpo blanco reflejaba el cálido sol y brillaba con una luz que parecía bendecir su futuro.

Ahora, si se subía al carruaje, ya no volvería a la mansión de Carin. Todo el equipaje importante había sido enviado al Castillo Imperial con anticipación, y las doncellas que se llevaría también estaban listas para acompañarla, por lo que no tenía motivos para regresar.

—Señorita…

—¿Qué estás diciendo? Ahora ella es la princesa heredera, no nuestra señorita.

—¡No puedo creer que ya no vuelva…!

—Señorita… ¡Espero que le vaya bien en el Castillo Imperial!

—¡Estoy seguro de que estará bien!

—¡Por favor, no nos olvide!

La mansión sin dueño debía ser un paraíso en la tierra, pero los sirvientes lloraban porque Aria se iba.

Cuando Aria había entrado por primera vez en la mansión del ex conde, la habían maldecido tanto, diciendo que era superficial y de origen humilde, pero ahora lloraban su ausencia con profunda lealtad como no lo habían hecho antes. Era un rápido cambio de postura. En el pasado, no solo estas personas, sino también los niños en las calles habían maldecido a Aria, pero ahora que era amada por todos. Era irónico.

Solo he cambiado mi actitud exterior. 

Su interior todavía pensaba en cómo llenar sus propias ganancias. Para cumplir su propósito, a ella no le habían importado los medios y métodos. Además, había sido una mujer malvada que dio muerte a quienes la lastimaron.

Pero ahora que lo pienso, no solo yo, sino todos lo hicieron. ¿No se sienten bien los sirvientes solo teniendo un amo que los beneficie?

Así que no había necesidad de sentirse culpable por actuar de manera egoísta en beneficio propio, por su felicidad. Por supuesto, había pasado mucho tiempo desde que no se sentía culpable o arrepentida, pero el pensamiento le llegó de repente.

—Nos vemos en el castillo —le dijo a su familia, antes de salir de la mansión.

La gente de la familia del marqués de Piast se dirigiría al Castillo Imperial en otro vehículo que seguiría al suyo.

El carruaje de Aria, acompañado por caballeros montando caballos blancos a ambos lados, daría vueltas lentamente por la capital antes de entrar al Castillo Imperial, donde se llevaría a cabo la boda, seguido por el carruaje de la familia del marqués de Piast. De esa forma, en cuanto Aria se bajase, Asher la recibiría.

—Sí… —respondió Violet con una expresión solitaria. Carin le tomó la mano para consolarla.

—Viajaremos por separado, pero podremos verla de nuevo cuando vayamos al Castillo Imperial. Y como Aria dijo que vendría a visitarnos a menudo, espera felizmente sus visitas. Adelante, Aria.

—Sí, lo haré.

Parecía no querer estropear el estado de ánimo porque se encontraba en una situación en la que solo las felicitaciones no eran suficientes. Aria estuvo de acuerdo y terminó su último adiós con gran cortesía y gracia.

Aun así, Violet no pudo borrar su rostro solitario, por lo que giró su cuerpo para irse antes de que el humor sombrío se apoderase de ella, y los sirvientes abrieron la puerta principal de la mansión. Era el momento de subir al carro. Eso iba a hacer, pero…

—¿Asher…?

¿Por qué estaba parado frente a la entrada de la mansión cuando debería recibirla en el Castillo Imperial? Sorprendida, Aria miró fijamente a Asher por un momento.

Su imagen era una realidad deslumbrante frente a ella. No era de extrañar, porque estaba vestido con un traje blanco y no podía sentirlo real.

—Estoy aquí para recogerte, mi encantadora princesa —la saludó, acercándose con una mano extendida.

En esta escena, los sirvientes que se habían acercado al salón para despedir a su maestra respondieron sonrojándose o tapándose la boca con las manos, viendo una escena que nunca creyeron poder presenciar.

—Cuánto le gusta verla… —dijo Carin por lo bajo, sin que nadie la escuchara. El propósito de la visita era obvio porque era Asher, quien había visitado la mansión con el pretexto de las joyas hace unos días.

Además, la llamó “mi adorable princesa”. Aunque no estaba equivocado porque la ceremonia de la boda estaba programada para hoy, aún no se había hecho, por lo que podría ser prematuro llamarla así.

Sin embargo, si ella señalaba esto, él ciertamente pondría diferentes excusas para darle ese título. Por otro lado, nadie señaló su comportamiento excesivo porque todos estaban alegres de verlo actuar de ese modo solo para Aria.

—Asher —lo llamó ella, sonrojándose.

A pesar de que le habían dado un nombre vergonzoso en público, no parecía avergonzada. No, por el contrario, quería expresar alegría pero no sabía cómo hacerlo, así que lo único que pudo hacer fue pronunciar su nombre.

—Por favor, toma mi mano —la instó Asher, y Aria lo hizo lentamente. Diferente de su actitud y forma de hablar indiferentes, su agarre era fuerte. Su expresión no reflejaba sus sentimientos, y ambos salieron de la mansión para subirse al carruaje.

Parecía que habían decorado elaboradamente no solo por fuera sino también por dentro el carro de la princesa heredera. En cuanto se sentaron en las cómodas sillas, el carruaje comenzó a moverse con lentitud.

El conductor estaba ansioso por informar al pueblo que había nacido una nueva princesa heredera. Luego de ver por la ventana cómo los sirvientes se inclinaban al mismo tiempo para mostrarle su respeto, Aria se volvió hacia Asher.

—¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿No deberías haber esperado en el Castillo Imperial?

—Quería ver a mi princesa lo antes posible. ¿No me echaste con frialdad el otro día?

—¿Pero qué debo hacer si rompiste la orden y viniste aquí? —se quejó ante la injusticia.

He estado estudiando mucho. Llené mis conocimientos día y noche por temor a que se rieran de mí por cualquier pequeño error. Pero si Asher rompe el orden tan fácilmente, ¿por qué estudié tan duro?

—¿Es más importante la tradición o yo? —le preguntó Asher en su lugar, algo decepcionado.

—¿Eh?  ¿Qué es esta pregunta de repente?

—He estado corriendo por todos lados, esperando ver a mi princesa lo más pronto posible. ¿No es eso lo más importante?

—Eso… por supuesto. ¿Cómo puede compararse una tradición contigo? —respondió rápidamente al escuchar una pregunta tan tonta.

—Sabía que dirías eso —sonrió Asher, colocando una mano en su mejilla.

Con sus palabras, el corazón de Aria se derritió aunque había querido quejarse. La miraba y hablaba como si solo quisiera que ella pensara en él, no solo ahora sino también en el futuro.

Fue tan increíble que derritió su mente en un instante. Con una mirada de alivio, Aria miró en silencio cómo Asher lentamente besó la palma de su mano que sostenía.

Ningún joven le había profesado tanto afecto.

Era solo un beso en la palma, y por encima de su guante, pero fue tan delicado que sus mejillas se sonrojaron al instante.

—Ah, Asher… —pronunció Aria cunado sus labios subieron por su muñeca, pero no detuvo sus actos atrevidos.

¿Está bien hacer esto en un carruaje de camino a la boda?

En su lugar, tuvo la audacia de no despegarle la mirada o pestañear, fingiendo inocencia. De alguna manera, sus orejas no estaban sonrojadas.

¿Qué debo hacer?

Había visto muchos hombres ser más agresivos que esto y sabía cómo rechazarlo sin dificultad, pero de alguna manera, no podía hacérselo a Asher… No, ni siquiera pensó en hacerlo.

Así que dejó que pasara las manos por su cintura, sin saber qué hacer, y en su lugar las voces del exterior interrumpieron la atmósfera.

—¡Viva su alteza la princesa heredera!

—¡Que traiga prosperidad al imperio!

Les llegaron los gritos por la ventana. Todos los ciudadanos que se encontraban con la procesión la bendijeron tan fuerte como pudieron.

—No sé por qué me molesta si están celebrando —comentó Asher, congelándose ya que no pudo ignorar las voces de su pueblo.

—No puedes porque son la gente del imperio.

—Lo sé, pero…

¿Por qué su propio pueblo lo molestaría el día de su boda?

En lugar de decir esto, Asher se enderezó y se trasladó al asiento frente al de Aria, quien lo vio en silencio.

—¿Puedo abrir la ventana? Es deber del príncipe y princesa herederos darles la bienvenida hoy, ¿no es así? —le dijo.

Era exactamente lo que Aria debería haber hecho, subirse al carruaje y viajar al Castillo Imperial, pero Asher se incluyó descaradamente. A pesar de estar molesto, no se olvidó que debía saludar a su pueblo. Como se esperaba del heredero al trono.

—Sí, por favor —se rio Aria levemente, y la ventana del carruaje se abrió. Entonces, voces con un volumen que nunca antes había escuchado entraron al carruaje.

—¡Oh, Dios mío! ¡Qué hermoso!

—¡Esa hermosa dama está a punto de convertirse en la princesa heredera del imperio!

—¡Por favor, haga feliz al imperio durante mucho tiempo!

La pareja fue bendecida con rostros brillantes y voces al unísono.

Era ella quien se iba a casar, pero era tan extraño que tanta gente estuviera feliz y la felicitaran que Aria agitó la mano con un rostro incómodo.

—¡Oh, oh! ¡Agitó su mano!

—¡Creo que el príncipe heredero también está allí!

—¡Sus altezas, el príncipe y la princesa!

—¡Por favor, hagan de este país, el imperio, un buen lugar!

Aria no pudo ocultar su alegría como si hubiera sido bendecida por Dios. Era una responsabilidad en la que nunca había pensado porque se dio cuenta de que este matrimonio no se trataba solo de Asher y los suyos, sino de todos los que habían crecido en el imperio.

Sus vidas podrían cambiar en el futuro, dependiendo de cómo vivieran. Podía tener muchos hijos y hacer que su infancia fuera tan infeliz como la suya, o no.

No podía hacer que las desgracias desaparecieran por completo, pero pensó que podría comenzar con pequeños pasos, como cuando su inversión en la academia por motivos personales se convirtió en la esperanza y luz para otros.

—Asher.

—Dime.

—¿Te importa si sigo haciendo todo lo que he estado haciendo hasta ahora incluso después de convertirme en la princesa heredera? —le preguntó, y él le dirigió la sonrisa más intensa que le había dado hasta ahora.

—Por supuesto. Puedes hacer todo lo que quieras, tal y como hasta ahora.

¿Cómo podría no hacer nada para ayudarte, cuando fuiste quien creíste y confiaste en mí sin preguntar ni cuestionártelo?

Podría ignorarlos y vivir como la misma estúpida villana del pasado, pero al escuchar los vítores entusiasmados, no pensó en esa opción.

—Ya veo. —La respuesta de Aria quedó enterrada en el grito de la multitud.

El carruaje tardó mucho en llegar al Castillo Imperial, pero no había ningún lugar donde no se pudieran escuchar los gritos de la gente.

♦ ♦ ♦

El carruaje giró muy lentamente alrededor de la capital, informando a todos sobre el nacimiento de la princesa heredera, y se dirigió a su destino, el Castillo Imperial. Era tan lento que la procesión pudo seguirlo sin dificultad.

A pesar del tiempo que les tomó llegar, la gente siguió el carruaje sin quejarse, hasta que llegó al Castillo Imperial. Algunos nobles esperando allí se mostraron curiosos ya que el príncipe heredero, que debería darle la bienvenida a Aria, no estaba presente.

—¿Por qué no sale su alteza?

—¿Y ahora la princesa heredera saldrá sola?

—Oh, Dios mío, esto es una lástima.

—Lamento mucho escuchar que ella está esperando ahí por su cuenta…

—Debería haber salido tan pronto como vio el carro acercarse…

Asher no estaba allí porque había ido a reunirse con ella arbitrariamente, suceso tan inusual que nadie se lo había imaginado. En su lugar, sintieron pena por Aria, que estaba esperando en el carruaje sola, cuando uno de los caballeros escolta abrió la puerta.

—De ninguna manera, va a salir sola.

—Oh, pobre dama…

Una vez más, todos mostraron su simpatía por Aria, y no fue hasta que Asher salió que se detuvieron.

—¿Por qué está su alteza allí…?

—¿Qué demonios es esto…?

Muchos de los invitados eran parte de la realeza de países extranjeros, por lo que se esperaba que todos mantuvieran la mayor formalidad en el evento, así que ¿qué significaba esto?

—Por favor, baja —dijo, y extendió su mano.

¡No me digas, vinieron juntos en el carruaje antes de que la ceremonia se llevara a cabo oficialmente!

Por supuesto, no se consideraba tabú que la pareja viajase junta, pero se trataba de un matrimonio nacional. Con cientos de miles de personas observando, no se esperaban que los dos mostraran con orgullo cómo habían roto la tradición imperial.

Algunos nobles tradicionales negaron que fuera verdad porque no pensaban que crearían una desgracia internacional, pero en ese momento, Aria tomó la mano de su prometido y salió del carruaje.

—Oh, Dios mío.

—¿Cómo pudo su alteza haber hecho esto…?

¿Por qué hizo un acto tan escandaloso en público…?

A diferencia de las reacciones de algunos de los nobles del imperio, la mayoría de la gente y los nobles extranjeros se rieron alegremente.

Esto fue especialmente cierto para los nobles de Croa. No había pasado mucho tiempo desde que Aria se había convertido una dama de la familia del marqués de Piast, pero se habían identificado con Aria porque había sido tan poderosa que los rumores sobre ella se habían extendido rápidamente más allá del imperio y Croa a otros países.

Los nobles de Croa parecían estar bastante complacidos con la forma en que Asher estaba colgando de Aria y se comportaba como si fuera su seguidor, violando incluso tradiciones y la etiqueta ceremonial. Se dieron cuenta que Aria, una mujer de Croa, era tratada bien.

Si Aria me pidiera en este mismo lugar, en este mismo instante, que vuelva a pedirle matrimonio, pensó Asher, lo haría.

Además, su propio rey, Lohan, era una persona de espíritu libre que a menudo mostraba modales que estaban lejos de ser elegantes, por lo que los nobles de Croa no estaban en posición de regañarlos.

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