La Villana Revierte el Reloj de Arena – Extra II: Celos (1)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


El nacimiento de la nueva princesa heredera y la boda del príncipe heredero fueron celebrados no solo por la familia real, sino por toda la gente del imperio. También significó que el próximo emperador estaba listo para reemplazar al actual, que no había tomado ninguna acción bajo la presión de la influencia del Partido Aristocrático.

Terminada la ceremonia, los plebeyos, que se reunieron frente al Palacio Imperial, salieron a las calles, regocijados de haber entrado en una nueva era, acompañados de alcohol, cantos y bailes, y los nobles también se quedaron en el Castillo para discutir el futuro del imperio.

—¿Dónde están sus altezas reales?

—Bueno, los he estado buscando por un tiempo, pero no puedo encontrarlos.

—¿Dónde diablos estarán?

—Lo que está claro es que no están en el jardín.

—No volvieron a su habitación, ¿verdad?

—Bueno, si lo hubieran hecho, alguien lo habría visto.

Por supuesto, el mayor propósito de los nobles era conocer a los personajes principales de hoy, Asher y Aria. A pesar de que saber quiénes eran, había mucha gente que quería conocerlos cara a cara y hablar con ellos para entablar amistad.

Incluso si pertenecían al partido del príncipe heredero, que estaba en contra del Partido Aristocrático, seguían siendo nobles. Buscaban a Asher y Aria incapaces de descartar completamente el interés propio.

Por supuesto, a diferencia de ellos, también estaban Sarah y el marqués Vincent, quienes esperaban a Aria con puras intenciones, pero de alguna manera tampoco podían conocerla.

—No creo que podamos verla.

—Es el primer día de la ceremonia, así que vale la pena. Derribaron la gran muralla y lograron casarse, así que, ¿cómo no se escaparían solo porque querían estar solos? —A la voz muy triste de Sarah, el marqués respondió con la misma tristeza.

No eran otro que los herederos del imperio quienes huyeron. Incluso si desaparecieran sin encontrarse con la gente que los esperaba, ¿quién se atrevería a criticarlos?

Como si hubiera esperado esto, Lohan abandonó el imperio temprano, dejando solo una breve carta. En primer lugar, no podía dejar Croa por mucho tiempo.

Inesperadamente, Asher había huido dejando a sus sirvientes al jardín del Castillo Imperial, un lugar que Aria ya había visitado antes.

—Fue un día ocupado.

—Así es… —respondió Aria, mirando el tranquilo estanque.

Como dijo, fue un día muy ajetreado y agitado, al punto en que si no se hubieran retirado al jardín habrían acabado derrumbándose. Después de todo, este lugar no le permitía el ingreso a nadie más que la familia real.

—Estarás ocupada en el futuro, ¿estarás bien?

—He estado más ocupada que esto. Suficiente para hacer retroceder el tiempo.

Aunque usar el reloj de arena requería un día completo de sueño, había usado el tiempo que había revertido con cuidado. Además, como ya nadie estaba dispuesto a hacerle daño por razones triviales, aunque había estado ocupada y cansada, no lo estaba mentalmente. Eso era suficiente.

—No debería haberme atrevido a subestimar a mi princesa.

—Sí, no te preocupes demasiado. Creo que estás más cansado que yo, así que ¿por qué no volvemos a nuestro dormitorio? —le preguntó, pero Asher frunció el ceño. Su expresión parecía haber recordado algo que odiaba.

¿Por qué reaccionas así?

Incapaz de entender, parpadeó y esperó su respuesta.

—Nuestro dormitorio… debe estar lleno de gente ahora.

—¿Lleno de gente?

¿El dormitorio de otra persona? ¿Por qué? Aria esperó una respuesta de nuevo.

Dudó por un momento pero contestó lentamente ya que no era algo que podían evitar.

—Es… la primera noche de la familia real. Es una costumbre que nos vigilen.

—Nos vigilarán, ¿no es así? —preguntó en un tono agudo semejante a un grito.

¿Por qué van a mirar la primera noche? ¿Eso es lo que se siente al casarse?

Aria estaba tan sorprendida que se quedó sin habla. Sus párpados temblaron y sus ojos vagaron de un lugar a otro. Parecía más avergonzada que nunca.

—La boda real es principalmente un matrimonio político, por lo que quieren asegurarse de que realmente pasemos la noche juntos. Tienen que tener un bebé para la generación futura… Fue una buena decisión venir aquí, estás muy disgustada.

—Esa… fue una excelente elección. Es algo terrible. ¿Por qué existe una costumbre tan extraña…?

¿Qué podría ser peor que tener nuestra primera noche en presencia de alguien? Sería vergonzoso recordarlo, y esa vergüenza no desaparecerá hasta que vaya a la tumba. Pero aunque lo odie, no podemos quedarnos aquí para siempre. No pasaré la noche de mi boda frente al estanque. ¿Qué podría ser más desafortunado que eso?

—Bueno, ¿ahora qué?

—¿Te gustaría ir a mi villa, en la que estuvimos antes? —le sugirió Asher con cuidado.

—¿La villa? —Ante las palabras del joven, Aria pudo evocar el lugar que había sido colocada en el bosque de inmediato. Era obvio que nadie vendría allí.

—Pero tenemos un problema —agregó antes de que Aria pudiera asentir.

—¿Un problema…? ¿Qué problema? —lo instó. Él la miró con sus ojos azules oscuros por largo tiempo antes de contestarle.

Creo que no hay nadie. Sin duda, nadie está esperando este tipo de situación.

—Sabes, no habrá nadie más que nosotros.

—¿Qué? ¿Por qué eso es un problema…? —comenzó a preguntar Aria, pero se dio cuenta de que sus palabras no solo implicaban que nadie los vería.

Podía verlo en los ojos hundidos de Asher. Estaba casado con la mujer que quería, y pasarían la noche solos en un lugar donde nadie los vería. Era claro qué estaba pensando.

—Entonces… vayamos rápido.

Eso también era lo que quería Aria. Tan pronto como la escuchó, Asher abrió mucho los ojos. Parecía no estar esperando esa respuesta.

—¿No quieres ir? —le preguntó a Asher.

De ninguna manera.

Tomó la mano de Aria a toda prisa, y los dos desaparecieron del jardín sin dejar rastro.

♦ ♦ ♦

Como él dijo, la villa estaba vacía, ni siquiera había un mayordomo. No, tal vez no tuvieron tiempo de comprobarlo. Asher, que siempre se había trasladado a los bosques que rodeaban la mansión, esta vez los hizo aterrizar directamente en el dormitorio.

En el jardín del Palacio también habían estado solos, pero en el momento en que se movieron de un espacio abierto a una habitación cerrada, su mirada cambió y comportamiento cambiaron rápidamente. Su mano envolvió la cintura de Aria al instante, mientras su otra mano acarició las suaves y esponjosas mejillas de su esposa. Su toque parecía pedirle permiso para seguir.

—No puedo creer que pidas permiso incluso en esta situación —suspiró Aria, cerrando los ojos luego de envolver sus brazos en su cuello, y pensando nuevamente que era un hombre muy amable y generoso.

Sus labios se superpusieron en un instante. Sus movimientos cuidadosos de antes no se veían por ningún lado.

—Ahora no tienes que tener cuidado de interrupciones o llamados de extraños —comentó con impaciencia.

Había sido paciente durante mucho tiempo, ignorando a Aria, quien lo había provocado repetidamente varias veces hasta ahora. Cuando sintió que Asher la iba a comer sin dejar siquiera sus huesos, se estremeció. Sentía poder en la mano de Asher, que le había envuelto la cintura.

—Aaah…

Cuando sus labios se separaron por un momento, hubo un inexplicable estallido de respiración. De alguna manera tenía una actitud un poco tímida, a pesar de su movimiento audaz de colocarle las manos en sus hombros para rodearle el cuello, pero en ese momento, su punto de visión cambió y sintió una colcha mullida en su espalda.

Después de eso, las manos que estaban alrededor de su cintura rozaron su mejilla, ahora se ocuparon de quitar el engorroso trozo de tela que envolvía a Aria.

—Espera…

Quería decirle que esperara. Sin embargo, no pudo terminar debido al suave toque que le impidió hacer un sonido de su boca, por lo que se aferró a su hombro.

La sensación subiendo por su columna hizo que su cabeza se perturbara. Tragó saliva impotente ante la extraña sensación que sintió en el primer contacto de esta vida. Un poco más impaciente, Asher dejó los labios de Aria y le mordió el cuello.

—¡Aw …!

La sensación para nada ligera hizo que Aria alzara la voz brevemente. No fue solo una vez. Asher la arrinconó sin darle un momento de descanso.

Volvió a besarla profundamente y le quitó el voluminoso vestido. Su toque era algo brusco y apresurado, como si ya no quisiera seguir perdiendo el tiempo.

—¡Espera, espera un minuto! —jadeó Aria, intentando calmar su respiración por unos momentos. Estaba tan avergonzada, que se apartó ligeramente del hombro de Asher, sintiendo sus mejillas acaloradas por el sonrojo. Quería preguntarle algo, peor al enfrentarse a su ceño fruncido, solo pudo tartamudear—. ¿Por qué eres tan… tan…?

—Si quieres preguntarme algo, hazlo rápido —suspiró Asher profundamente y la instó a hablar—. ¿Entonces?

—¿Cómo eres tan… hábil?

La pregunta de Aria, que fue planteada con tanta prisa, fue suficiente para congelar a Asher, quien estaba emocionado y emitiendo una mirada feroz.

—¿Qué es eso…?

—Estoy segura de que no hubo otras mujeres, ¡pero…! —dudó Aria, y Asher entrecerró los ojos.

Pero, ¿cómo puedes hacerme un lío así aunque haya vivido diez años más que tú? ¿Cómo hiciste escapar mi alma? Este es un acto extraño que ni siquiera yo sabía. ¿Cómo eres tan hábil?

—¿No es esa una pregunta que debería hacerle a la princesa heredera, quién sabe si soy bueno o no? —le preguntó con tono amenazador mientras le acariciaba la mejilla.

—¿Qué? ¿Qué quieres decir…? ¡Nunca he tenido una relación profunda con un hombre en particular…! —tartamudeó incómoda, y su esposo sonrió y besó su mejilla.

—Lo mismo ocurre conmigo. Lo acabo de aprender como parte de mi educación. Me alegro de que haya hecho feliz a mi princesa.

—¿De quién?

—De algunos libros transmitidos por la familia imperial… y de quien los explicó.

—¿Eres… tan hábil por los libros y la explicación de esta persona…? —preguntó en un tono incrédulo.

—Sí, es verdad. Entonces, ¿te gustaría probar hasta qué punto podría satisfacerte? —respondió, lanzándole una mirada significativa y creando una sombra sobre ella—. ¿Debería demostrarte lo que aprendí a través de libros y explicaciones?

Sus ojos todavía estaban llenos de presión, instándola a responder rápidamente.

Entonces, ¿cómo no puedo responderte que hagas eso? 

—Si… estás mintiendo, me enfadaré.

Ante la respuesta, la sonrisa volvió a desaparecer de su rostro. Sus manos estiradas todavía estaban ásperas e impacientes, pero fueron suficientes para hacer que Aria solo pudiera aferrarse a él.

♦ ♦ ♦

Luego de pasar tres días en la villa habiendo desaparecido del Castillo Imperial, Asher regresó como si nada hubiera sucedido. Fueron solo tres días en una pequeña casa apartada, pero fue el momento más feliz y agradable para los dos.

No había mucho que hacer. No había nada que hacer. Estaban casi confinados al dormitorio, excepto para comer tranquilamente la comida que el mayordomo había preparado. Eso fue suficiente y desbordante.

Asher quiso vivir allí durante años, pero sabía mejor que nadie que no podía hacer eso, así que finalmente logró deshacerse de su arrepentimiento persistente.

No era que no le hubiera dicho a nadie, por supuesto. Avisó que dejaría el Castillo Imperial por un tiempo cuando se había trasladado durante una de las siestas de Aria, en secreto. Por lo tanto, la fuga del príncipe heredero y la princesa el día de su matrimonio nacional terminó silenciosamente sin mucho alboroto.

—Ya es de mañana… —comentó Asher en voz baja, mirando la luz del sol que comenzó a filtrarse por la ventana. Se giró hacia Aria, que estaba acostada en sus brazos. Le molestaba que la mañana llegara tan rápido.

Este había sido el caso desde que regresó al Castillo Imperial. Aunque no se podía evitar, pasaba más tiempo fuera que con Aria. Él era el único culpable, porque su trabajo se había retrasado por su matrimonio, y luego había huido a la villa con Aria y no había regresado durante días. Tres días era suficiente tiempo para empujar a Asher al abismo del trabajo.

—¿Asher?

Mientras él calmaba su irritación, Aria se había levantado con parpadeos lentos. Como si nunca hubiera estado enfadado, su corazón se calmó al instante. Estaba realmente feliz, porque por lo menos ahora no pasaría un mes antes de poder verla.

—Mi princesa está despierta.

—Sí. Buenos días, Asher. ¿Tuviste un buen sueño anoche?

¿Un buen sueño? De hecho, no durmió mucho y pasó la mayor parte del tiempo mirando a Aria. Pero era un momento más satisfactorio y precioso que solo soñar.

—Sí. Tuve un muy buen sueño. ¿La princesa heredera también tuvo uno? —respondió, besando la frente de Aria brevemente, y ella sonrió.

—Sí, Asher.

¿Cómo puede ser tan hermosa? Es asombroso y misterioso. No puedo creer que me sienta tan feliz con esta pequeña charla. 

Con una emoción incontrolable, Asher abrazó a Aria contra su pecho con fuerza. Pensando que quería pasar todo el día así si fuera posible.

Sin embargo, en poco tiempo tuvo que dejarla ir cuando las sirvientas le indicaron que estaban a punto de marcar el comienzo del día. De repente, su estado de ánimo se hundió de nuevo, como si nunca hubiera estado de buen humor. Incluso cambiarse de ropa después de lavarse la cara era realmente molesto.

Tenía que mantenerse alejado de Aria durante mucho tiempo después del desayuno, así que trató de retrasar el tiempo, comiendo tan despacio como pudo, pero Aria terminó su comida como de costumbre, sosteniendo el té que su criada le otorgó como si no pensara igual que él.

—Huele bien.

—Es un té hecho con frutas apto para la temporada.

—Huele a melocotones dulces.

—Sí. Es un té de melocotón, su alteza.

—¿De verdad? También sabe bien.

—Es un honor que le sepa bien. ¿Debería servirlo para el almuerzo?

—Por favor, hazlo.

El elogio de Aria hizo sonrojar a la criada.

A diferencia de Asher, que no quería separarse de ella, Aria parecía haberse adaptado bien a la vida en el Castillo Imperial como la princesa heredera. Los sirvientes seguían sus órdenes sin problemas, y ella tampoco escatimó en esfuerzos para adaptarse al nuevo ambiente.

Por supuesto, hubo dificultades, como aprender nuevas etiquetas, lo que debería hacer la princesa heredera o encontrarse con muchas personas, pero Aria trabajó duro sin quejarse, por lo que la mayoría de la gente estaba lo suficientemente feliz como para ayudarla a adaptarse al Castillo Imperial.

A todos les gustaba lo suficiente como para reírse ligeramente de los pequeños errores de Aria, a pesar de que eran la gente del Castillo Imperial, quienes establecían estándares estrictos de etiqueta.

—Nos vemos esta noche, Asher —le sonrió suavemente mientras besaba la mejilla de su esposo después de comer.

Quería dividir su tiempo y cenar con Aria, pero la gente alrededor no los dejaba ir.

El Castillo Imperial estaba lleno de personas que querían conocer a Aria cuando tenían la oportunidad. Además, Aria pasaba la mayor parte de su tiempo estudiando todo lo que tenía que aprender, y lidiando con los visitantes, por lo que tampoco tenía mucho tiempo libre.

—Sí… te veré esta noche.

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