La Villana Revierte el Reloj de Arena – Extra II: Celos (2)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Debería alegrarse de que la persona que amaba estuviera bien, pero era extrañamente lamentable. Y estaba molesto.

—Su alteza Asterope. Ha llegado un informe que describe la situación en el sur. ¿Le dejo entrar?

—Jum…

—¿Su alteza?

No estaba en condiciones de concentrarse en su trabajo en absoluto, a pesar de que las cosas iban a estallar incluso si solo dormía un poco y no trabajaba.

Tendré que hacerlo lo antes posible para ver a Aria…

No podía concentrarse debido a sus pensamientos, así que terminó revisando los documentos a un ritmo más lento de lo usual.

—Déjalo entrar.

—Sí.

Si recibía esos documentos, aumentaría la cantidad de trabajos de los que ya no podría escapar, pero no había nada que hacer al respecto.

—No se ve bien, su alteza. ¿Hay algo mal? —le preguntó Lane, quien había traído el informe, luego de examinar el rostro del príncipe.

No ha pasado tanto tiempo desde que te casaste, pero ya tienes una maldita cara. Están enamorados locamente del otro, y nunca odiaría a la princesa heredera, así que, ¿qué está pasando? 

Como Asher no respondió a su pregunta y en su lugar frunció el ceño, Lane dejó que todos los sirvientes se retirasen para averiguar la razón.

—Le ayudaré si puedo. De todos modos, tengo que quedarme en la capital por un tiempo.

—¿De verdad? Entonces, ¿repasarás los documentos por mí?

—¿Sí? Si es así, lo haré —respondió Lane, y Asher arrojó el bolígrafo, enfadado, porque su ayudante sabía que no podía hacerlo.

¿Conoce la princesa heredera el mal genio del príncipe heredero? Estoy seguro de que no lo sabe, pensó mientras buscaba la razón del enfado de su señor.

—Ha estado ocupado todo el tiempo, pero de repente está tan irritado que me pide que trabaje… —Lane pudo llegar a una conclusión sin pensarlo mucho porque lo había experimentado varias veces antes.

No está satisfecho con el hecho de que está demasiado ocupado con el trabajo y no puede ver a la princesa heredera a menudo. Además, escuché rumores de que la princesa lo está haciendo muy bien en el Castillo Imperial. No importa qué tan aristócrata sea su padre, todos la quieren, aunque su madre sea una prostituta de baja cuna. La diferencia con Isis, la anterior candidata a princesa, es tan grande como el día y la noche.

Toda la atención del Imperio estaba en Aria, por lo que no podía evitar escuchar los rumores de ella aunque no quisiera.

Era obvio que el príncipe estaba decepcionado por no poder ver a Aria, y celoso de aquellos que sí podían. Podría ser un sentimiento extraño para el próximo emperador que era muy trabajador, pero era la verdad. Al ver una escena tan familia, a Lane se le ocurrió una alternativa como de costumbre.

—¿Quiere que vaya a verla?

—¿Qué ?

—Estoy hablando de la princesa heredera. No tengo nada que hacer hasta que revise el informe y me de las siguientes instrucciones de todos modos. Puedo fingir que soy el flaneur que camina por el Castillo Imperial porque su alteza no puede ir. No sería tan malo pretender ser un sirviente. No mucha gente conoce mi rostro. Ya he tenido esa experiencia varias veces.

No era nada nuevo, como cuando tuvo que ir a la mansión del conde para informar sobre Aria. Cuando el príncipe heredero la había confundido por Mielle, fue el primero en saber quién era la verdadera.

—Informa cada hora —aprobó Asher tal y como esperaba.

—Sí, señor —asintió Lane, y dejó la oficina de inmediato mientras tarareaba—. Debería usar un truco para aliviar sus sentimientos de una vez.

♦ ♦ ♦

—Oh, Dios mío, ¿no es usted el señor Lane?

—No, no soy el señor. Ahora solo llámeme Lane.

Aria lo recibió con deleite después de no verlo por mucho tiempo, dándole una sonrisa brillante como si fuera un ángel que había bajado del cielo.

Debido a su belleza, no es de extrañar que el príncipe heredero esté preocupado.

Lane le devolvió la sonrisa a Aria, pensando que entendía los sentimientos de Asher cien veces.

—Me temo que vengo aquí por nada, ya que está ocupada.

Como dijo, Aria estaba rodeada por un grupo de damas nobles, y parecía realmente ocupada. Todas eran esposas de nobles que ocupaban un puesto bastante alto en el imperio. Ahora que la nueva princesa heredera fue coronada, la visitaban ya fuera para probarla o crear lazos. Antes de que Aria pudiera presentarlo, Lane se adelantó.

—Me detuve un momento en el Castillo Imperial por la misión de mi amo. Conozco a Su Alteza la princesa heredera desde hace mucho tiempo, así que me detuve para saludarla. Soy Lane Pino.

—Ya veo.

—De alguna manera estoy acostumbrado a ese nombre.

—Yo también. Pino… Pino… ¿dónde lo escuché?

Aria lo miró sorprendida al escucharse presentar, dándose cuenta que estaba ocultando su identidad. Ahora entendía cómo no había sido identificado a pesar de viajar activamente por el Imperio.

—Por cierto, ¿escuchó el rumor? —mencionó Lane, trayendo un tema que sabía que captaría la atención de las mujeres.

—¿Rumor?

—Sí. Se rumorea que un nuevo diseñador está en el centro de atención para hacer un vestido muy hermoso y fresco.

—¿Hay alguien así?

—Sí. La princesa heredera debe conocerla.

—¿Su alteza la princesa heredera conoce a esta mujer?

Todos los ojos estaban puestos en Aria.

 —¿Cuándo escuchó esos rumores?

Hacía solo unos días que había decidido apoyarla y apadrinarla. Cuando eligió un vestido de novia, el diseñador había dicho palabras irreflexivas sin saber quién era ella, y Aria tenía la intención de que pagara un precio por eso, pero ¿cómo se enteraron?

Mirando de reojo a Lane, él entendió que la princesa tenía algún tipo de plan.

—Sí… Bueno… tal vez sea la diseñadora a la que he estado mirando… decidí invertir en ella esta vez.

—Oh, Dios mío. Si hubiera tal diseñador, desearía que me lo hubiera dicho antes.

—No es demasiado tarde ahora. Por favor, díganos qué tipo de diseñadora es.

Escuchando la conversación, Lane tomó asiento sin pedir permiso, pero nadie lo echó por la naturalidad de sus movimientos.

—Todavía es desconocida en la capital, pero es una diseñadora bastante conocida en el sur —les contó para que las damas no lo echaran. De todas formas, no era algo que esconder porque la diseñadora había estado encantada que Aria invirtiese en ella y se había jactado de ello en todos lados, incapaz de ocultar su alegría.

No fue hace mucho, pero ya había muchos rumores en el sur. Ser favorecida por Aria significaba que su habilidad había sido reconocida, y que tenía la posibilidad de dar su nombre a conocer por todo el continente. ¿Cómo no podría presumir de ello?

Agradeciendo haber escuchado la historia en su viaje desde el sur, Lane les dio la información con moderación mientras bebía algo de té, y le pasó el foco de luz a Aria. No vino aquí para charlar, sino a observar a la princesa desde lejos y obtener información de ella.

—Está programada para visitar la capital más tarde, así que se la presentaré formalmente entonces. Es posible que se sientan decepcionadas porque todavía no tiene experiencia.

—Eso es imposible. Tengo muchas ganas de hacerlo.

—Yo también lo creo. Cuanta más gente haga cosas hermosas, mejor.

—Sí, estoy muy contenta de que tengamos una princesa heredera que sepa muchas cosas que nosotros no sabemos.

A pesar de que la estaban visitando para probarla, parecían tenerle un cariño genuino a Aria. No la odiaban por haber llevado al Partido Aristocrático a este punto, porque el Partido las oprimía.

Aria también llevaba el poder de Croa en su espalda, y la mayoría de los plebeyos estaban de su lado. Además, dado que el príncipe heredero la amaba con pasión, ¿cómo podían odiar o rechazarla? Querían que los viera de su lado. Incluso si no les agradaba, era un ser que no podían enemistar.

—Es un cumplido excesivo. Tengo mucho que aprender.

Cuando Aria respondió con un poco de rubor, las mujeres se taparon la boca con su propio abanico y no pudieron ocultar su favor. Era un rostro para desconcertar a quien la observe, y tan encantador que fascinó a las mujeres.

Observando esta apariencia que evocaba el cariño de quien la mirase, Lane bajó la mirada a la taza de té, dándose cuenta que el príncipe tenía razón para preocuparse.

—Es humilde.

—Parece que tenemos mucho que aprender de su alteza la princesa heredera.

—Estoy de acuerdo.

—¡Cuán bendecido es su alteza el príncipe heredero!

—También lo es el imperio.

Gracias a esto, la conversación se desarrolló sin problemas y se mantuvo un ambiente agradable.

Esta era una muy buena situación para Aria, que acababa de convertirse en princesa, pero le habría causado muchos problemas a Lane. Estaba claro que si informaba esto, aumentaría la irritación de Asher.

Como había sido así durante mucho tiempo, Asher tenía un gran interés en las personas que rodeaban a Aria, en el mal sentido. En el pasado, como había estado lejos de ella y había sido difícil verla directamente, el grado había sido débil, pero ahora no. ¿Cómo no podía sentirse ofendido cuando había tanta gente que alababa y apreciaba a Aria ante sus ojos?

Si Asher tuviera suficiente tiempo para ver a Aria estaría bien, pero tenía demasiado trabajo que hacer y no podía verla a menudo, así que Lane debía lidiar con este problema con seriedad, tal y como cuando había corregido la confusión sobre las hijas del conde.

Sin embargo, ¿no podría aprovechar para vengarme de Asher, que dejó que me ocupase de las provincias lejanas sin dudarlo? Podría retrasar el tiempo de mi informe.

Esto fue solo un pequeño acto de venganza cuando pensó en Asher, quien le había dejado trabajar como un perro.

—Espero verte de nuevo.

—Yo también, señora.

—Que esté en paz para entonces.

—Su alteza, tengo algo que decirle —la llamó Lane en cuanto las damas se retiraron una vez terminada la fiesta de té.

—Debo atender mi próxima reunión. ¿Será largo? ¿Te envió el señor Asher?

—Sí.

Aria estaba tan ocupada como Asher, pero asintió con calma como si estuviera esperando esto porque sabía que Lane nunca habría venido por nada. Regresó a la mesa cuidadosamente arreglada, seguida de Lane.

—Su alteza… está preocupado por usted.

—¿Preocupado por mí?

—Sí… está preocupado por si la princesa heredera tiene algún problema o se está recuperando.

No estaba equivocado, pero el significado era bastante diferente. Sonaba como si hubiera venido a verla para confirmar que Aria estuviese bien y cumpliendo con sus deberes.

Aria no dijo nada, entendiendo lo que Lane le intentaba transmitir. Él se apresuró a explicarle antes de que ella pudiera cuestionarlo al respecto.

—Su alteza Asterope tiene un respeto terrible por la princesa heredera, así que la cuida aunque está ocupado. Me envió aquí para confirmar que se encontrase bien. Por supuesto, ese parece ser el caso, así que creo que puedo hacer un informe cómodamente. No lleva mucho tiempo aquí, ¡pero es increíble!

Fue una explicación muy larga. El comentario se prolongó por temor a ser puesto en duda, pero afortunadamente, Aria le creyó. Lane le dio una mirada muy satisfecha a pesar de sus palabras descaradas.

Por supuesto, fue una situación satisfactoria, porque él mismo había hecho este montaje.

Ahora Aria se esforzaría más por cumplir con el verdadero deber de la princesa heredera y aprendería lo que le faltaba al aliviar las preocupaciones de Asher. Eso le quitaría más tiempo para ver a Asher.

—Me quedaré sin tiempo entre los dos, pero trataré de aclarar el malentendido más tarde —dijo con una gran sonrisa digna de un perpetrador—. Entonces, iré a informar a su alteza. Espero que me haga un favor ya que puedo volver a verla.

—Sí… —Aria se perdió brevemente en sus pensamientos ante las palabras de Lane, pero pronto asintió y se fue con las sirvientas para atender el próximo horario. Sus movimientos eran algo impaciente y decididos.

Logrando su cometido, Lane se dirigió a la oficina de Asher con paso ligero. Había un sentimiento de satisfacción en sus pasos. Conociendo la solución que podía resolverlo todo, no tenía nada que temer.

—¿Cómo está ella? —le preguntó Asher tan pronto lo vio entrar. Solo fue una hora, pero parecía impaciente como si hubiera tardado años.

—Ella está muy bien. Tiene todo el amor de las damas nobles, por lo que no debería preocuparse. —Lane fingió no saber nada y dio una respuesta que molestaría a Asher, quien frunció el ceño. Luego continuó—: Parece ser un factor importante que la princesa heredera expulsara a los traidores del imperio con sus logros. No preguntan nada ni discuten, simplemente la siguen. ¡Y ella es sabia! Mencionó a un nuevo diseñador en quien va a invertir, y llamó la atención de las damas nobles de una vez.

Asher se quedó sin contestar, escuchando en silencio.

—¿No es todo esto porque ella quiere ayudarlo? He estado pensando en ella durante mucho tiempo, pero es una gran mujer. Debe tener confianza.

Lane siempre había entendido muy bien la condición de Asher y dio una respuesta adecuada.

Con esa expresión en su rostro, Asher miró brevemente el bolígrafo que tenía en la mano. Su expresión estaba llena de resentimiento. Lane lo veía mientras intentaba contener la risa.

—Por el momento, prohibiré la entrada al Castillo Imperial —concluyó Asher.

—¿Perdón?

—No puedo tomar de su tiempo, porque mi princesa está ocupada entreteniendo extraños inútiles —le explicó, y tomó un sorbo del té con mirada más relajada como si fuera una decisión muy satisfactoria. Parecía una estrategia para evitar que otros la vieran si él no podía.

Lane se quedó estupefacto. No importa lo incómodo que se sintiera, ¿cómo podía tomar una decisión tan extrema…? De alguna manera logró cerrar la boca antes de poder preguntarlo.

—¿Realmente va a hacer eso?

—Sí, es un momento de mucho trabajo, por lo que no tenemos que traer visitantes.

No es por un tiempo ajetreado, es solo que no quieres que Aria vea a otras personas, y que les guste.

—Ya… veo.

Mostrando que no eran palabras vacías, Asher llamó a una persona y le ordenó que no dejara entrar a extraños a partir de mañana. Los sirvientes terminaron realmente ocupados, porque todos los encuentros habían sido arreglados y programados de antemano.

—Entonces ve a ver lo que está haciendo la princesa heredera.

—Sí…

—Vuelve en una hora e informa.

—Está bien.

De alguna manera, Lane pensó que iba en una dirección extraña, pero sintió pena por encontrar una solución ahora. Ver a Asher agonizando curó la parte que había sido maltratada en su interior, pero ahora tenía un problema mayor.

Así que volvió con Aria, y Lane vio que ella estaba aprendiendo la historia de la familia imperial.

Aria estaba mirando al noble enumerar los nombres de todos los miembros de la familia imperial y explicar sus logros con rostro preocupado.

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