Traducido por Nebbia
Editado por Ayanami
—Es incluso más pequeña que la casita de un perro… — Andando de lado a lado por mi casa, mi hermano menor, Sid Swallows, no paraba de repetir una y otra vez esa frase, como si estuviera diciendo algo totalmente normal y no ofendiéndome.
Puse el agua a hervir para preparar un té bastante caro, que me regaló Nika, saqué un bizcocho de calidad, que también me dio él. Cuando me ofrecían cosas tan caras, muy poco acordes a mi estilo de vida actual, estaba tanto agradecida como desconcertada. No podía imaginar el tener la ocasión de servirlo una otra vez a alguien. Y, sinceramente, ojalá no hubiese tenido la oportunidad.
— ¡Qué rico! Es un bizcocho bastante caro, ¿no? ¿Por qué tienes algo así?
—Me lo dio el señor Nika.
—El señor Nika… ¿Nicolás Cabot? ¿Por qué te daría algo así?
—Bueno, lo más probable es que no fuera más que sentimiento de compasión hacia mí. Al fin y al cabo, piensa que este castigo es demasiado cruel.
—Hmmm…— Creo que le he convencido.
Lo único que hizo por mí ese príncipe egoísta fue romper el compromiso, no era, para nada, un problema. Obviamente, si aún fuera noble, se me haría muy difícil encontrar una pareja, pero dejándolo de lado, mis padres optaron por echarme de casa, arrebatándome el título de noble, sin saber que era lo que deseaba más que cualquier otra cosa en el mundo. Entonces, es normal que se considere que este castigo es peor aún, que la pena de muerte. Se considera que aquel que vivía con lujos durante toda su vida, no sería capaz de sobrevivir una vez lo tiren a la calle. Hay muchísimas cosas que un noble no podría hacer por su dichoso orgullo y, aun si se deja de lado, hay otras tantas cosas normales para un plebeyo pero extrañas para un noble, al tener una mentalidad distinta. Hubo muchas personas que se suicidaron, incapaces de aceptar tal vida, otros que no cambiaron su estilo de vida, prácticamente tirando el dinero y viviendo en pobreza máxima…En fin, esta lista se puede seguir hasta la profunda noche, así que aquí pararé.
Consigo vivir sin problemas solo porque en mi otra vida era totalmente normal, sin lujos, y también porque ya desde hace mucho tiempo llevo estudiando este estilo de vida, porque hace diez años supe que este sería mi destino.
Por eso, no hay nada raro en que Nika sintiera compasión hacia mi. No soy tan tonta como para revelarle a Sid lo que está pasando realmente, es decir, que Nika se ha enterado de mi inocencia.
— ¿Te ves mucho con el señor Nicolás?
—Solo a veces. —Mientras no le diga el número exacto de veces, se lo puede tomar como él quiera. En mi trabajo de la otra vida siempre me dijeron que lo mejor que puedo hacer es evitar este tipo de información subjetiva, porque por las diferencias entre las opiniones se puede perder mucho. Pero prefiero arriesgarme y vivir tal como lo deseo.
Mientras hablábamos, el té estaba listo, así que le serví una taza a Sid y otra para mí.
—Parece que eres más feliz que nunca.
—Sí, sorprendentemente, este estilo de vida me gusta muchísimo más que el otro.
—Hmm, ¿Te diviertes?
—Sí. —Visto desde fuera, parecíamos dos familiares muy cercanos teniendo una conversación agradable, aunque antes no habláramos casi nunca. Siempre fuimos dos hermanos con una relación un tanto fría.
En verdad estoy muy nerviosa, porque tengo la sensación de que tiene en manos una bomba, pero, aun así, sigo hablando tranquilamente con él.
—Oye, ¿Y si hago algo también para que me echen de casa? Entonces viviríamos juntos, ¿Qué te parece?
—No, imposible, ¡Absolutamente imposible!
Aunque en mi interior saltara al escuchar tal propuesta, no se me notó, seguía sonriendo amablemente igual que hacía antes.
Si acabo viviendo con él, se acabará derrumbando completamente mi vida de plebeya. Me esforzaré al máximo por no dejarle estropear todo.
—Sid, como heredero de la familia Swallows, no puedes decir este tipo de cosas así como así.
—Y eso me lo dices tú, habiendo huido de tus responsabilidades. —Incliné un poco la cabeza ante tal acusación, mi expresión facial era totalmente inteligible.
¿Intenta engañarme para que le cuente la verdad? ¿Por qué me da la sensación de que esta conversación no deja de ir a peor?
Como si confirmara mi mal presentimiento, los labios de Sid se curvaron en una sonrisa irónica.
—Hermana, siempre eras así. Es lo que se espera de la perfecta señorita Rose, haces todo con una gentil sonrisa, pero haces todo por evadirme. Estoy seguro de que sueles retener muchos sentimientos. ¿Qué tal si los concentras todos en mí?
—A…a… — Ya había oído esta conversación antes.
Es señal de una de las numerosas “trampas” de Sid. El momento cuando se rompe la imagen de un joven poco expresivo, para ser reemplazada con una de uno bastante parlanchín e, incluso, seductor.
— ¿Sabes? Siempre quise… — No quiero escucharlo terminar la frase, así que cogí lo primero que vi y, casi a la fuerza, se lo metí a la boca.
—Eh, qu… ¿pan? Quieres pan, ¿verdad? — Sid miró, confundido, primero al pan y después a mí.
Cierto, un panecillo blandito que no dejará heridas si se lo metes a alguien a la boca a la fuerza, lo recibí ayer del trabajo.
De haberlo dejado terminar, lo más probable es que entraría a su ruta. Lo siento mucho, Sid, pero para huir de la muerte tuve que usar uno de los panes de la señora Michelle. Al menos pude evadir una situación peligrosa.
— ¡Comamos un poco de pan!
— ¿Eh?… ¿Ah?… ¿Qué?
— Sid, estoy convencida de que estás muy hambriento.
— No, no es así…
— Cuando terminemos de comer, ambos acabaremos con una sonrisa de oreja a oreja. El pan de la señora Michelle logró impresionar incluso al señor Nika, así que ¡No te preocupes y come tranquilamente!
—Pero…
— ¡Qué aproveche!
—Qué aproveche…
¡Por fin! La situación en sí era bastante estúpida, pero al menos conseguí espantar su actitud seria y saltarme esa maldita conversación. Sin usar siquiera una táctica ni nada por el estilo, solo con fuerza bruta y testarudez.
Tras observar un poco al heredero de mi antigua familia, que parecía haberse rendido y aceptado el dichoso pan horneado por una plebeya, también empecé a comer, celebrando la victoria en mi interior. Al ser de la plebe, ya no había necesidad de comer con cuidado y elegancia, ¡Qué rico está!
De haber dicho algo como: “Siempre te quise mucho, hermana”, sería, de hecho, algo muy adorable. Y muy típico de un otome.
Pero, en “Lady Ro”, Sid Swallows nunca fue un adorable hermano menor. Las palabras que intentaba decir eran: “Siempre quise domarte, hermana.” ¡No pienso permitirle decir eso, pequeño sádico! No hay manera de que quiera entrar a tu ruta donde, en el mal final me encierras. Ni tampoco pienso entrar en el final con el doble suicidio, ¡Da demasiado miedo!
Prepárate, porque en el futuro tampoco te permitiré decirme esas palabras, Sid.
El heredero del duque y quien antes fue su hermanastra, comíamos pan en completo silencio. Me preguntaba si, pondría fin a la situación si decía algo como: “Gracias por la comida” y me levantaba de golpe.
—Sid, como nuestra reconfortante charla acabó ¿No crees que ya va siendo hora de volver a casa?
—…Ajá.
Tampoco es que realmente fuera una conversación agradable ni mucho menos, pero si decirlo me ayuda a echar a esta “bomba-yandere” de mi casa, no me importa mentirle.
Sid ya se dirigía hacia la puerta, cuando se giró como si quisiera añadir algo más, pero no se atreviera.
— ¿Qué pasa? —Mientras no sea otra de tus frasecitas de yandere puedes decir lo que quieras.
—Hermana Felicia, ehm… ¿Te gusta el pan?
—Sí— asentí—Incluso, planeo aprender a hornearlo.
—Ya veo…—Estaba abatido, estoy completamente segura de que no era eso lo que quería preguntarme, pero no se atrevió a segui. Puede, incluso, que fuera por haber usado un trozo de pan para callarlo ¿será que le he abrumado con mi fuerza plebeya? —Bueno, te volveré a visitar en otra ocasión.
No hace falta, “querido” hermano.
No importa cuánto me mires con esos ojitos de cordero, gracias a mis conocimientos ahora sé cuál tu verdadero rostro. Es, literalmente, imposible que el Sid Swallows que conozco, se de por vencido por un simple panecillo.
—Claro, hasta pronto—Intentando parecer lo más segura posible, le acompañé hasta la puerta con una ligera sonrisa en los labios. Cuando salió de la casa, el joven se iba girando de vez en cuando; como era de esperar, a pesar de la oscuridad que lo ocultaba, seguía siendo muy adorable. Seguí observándolo durante unos treinta segundos hasta que, por fin, decidí volver a entrar.
— ¡Ah! —Un vago recuerdo apareció en mi cabeza—Se me olvidó corregirle cuando me llamó Felicia en vez de Fii… bueno, qué se le va a hacer. Tampoco es tan importante.
Por dios, es un día libre horrendo.
Pero… ¿Por qué de repente me apareció la ruta de Sid? La de Evan, con su primer amor y esas cosas, todavía la entiendo. También entiendo por qué apareció Nika, con su sentido de la justicia… sin embargo, no veo razón alguna para que viniera mi hermanastro. Se ve que nunca podré entender que se le pasa a un yandere por la cabeza.
A pesar de que en el pasado vivimos juntos, nunca hablamos mucho y, ahora, no solo decidió verme en secreto, huyendo de su escolta, sino que también por poco activa la “bomba-yandere” que no tiene que aparecer si no se sube el llamado “interés amoroso”. Lo mires por donde lo mires, realmente es algo muy extraño.
Hablando de rarezas, el comportamiento de Nika también me pareció muy particular, pero, a diferencia de Sid, no creo que un miembro de la familia real que come pan tan feliz, vaya a hacerme daño.
Aun así, ¿cómo llegamos a esto?
—Es imposible que por haber cambiado todo el guión que conozco, los personajes conquistables también sufrieran cambios por un Bug o algo así, ¿verdad? —Un silencio prolongado se esparció por la habitación— ¡No! Ni hablar. A pesar de que en otro mundo todo esto fuera un juego, ahora todos estamos vivos ¡Es imposible que haya fallos del sistema o Bugs, porque, en realidad, no hay sistema!
A parte de cancelar esa maldita boda, hay algo más que intenté cambiar: con todas mis fuerzas intenté evitar todas las diversas rutas del juego, desde pequeña intentaba destruir esa probabilidad, para que, en el futuro, me fuera imposible entrar en cualquiera de ellas.
No pasa nada, todo va bien. No ha sido más que una serie de casualidades y, a partir de mañana, todo volverá a la normalidad. Mi vida plebeya seguirá siendo feliz y despreocupada.
Definitivamente, no era algo de lo que preocuparse.
Me esta gustando esta novela que se ve como un sentido inverso al de la novela de Bakarina; pero lo que mas me agrada son los comentarios de la editora y la traductora. Gracias por traducir esta novela, definitivamente espero que traduzcan de manera oficial para poder comprarlo y apoyar al autor o autora de esta LN o WN.
que bueno que esta, gracias por los capitulos, sigan subiendo porfa.
jajaja nada le sale como quiere xd
Gracias por los capítulos!!
Wow, aún impactada con las revelaciones del hermanito…todavía pienso que en vez de quedarse en ese pueblo tan cerca de sus conocidos se debió haber ido bastante lejos a otra ciudad o reino donde fuera más difícil encontrarla, pero así imagino que no habría novela…jajaja.
Muchas gracias por la traducción 🙂
Imagínate de lo que nos perderíamos, si se fuera a vivir a otro reinó , por lo menos yo me la pasó riendo con cada capítulo.
Pd. Gracias por el capítulo
XD eso es cierto, jajaja.
Yo pienso que si se va a otro reino se metería en un nuevo juego otome lo mas serguro que conocería a los nobles ikemens del otro reino y su prometido la encontraría de casualidad llendo a alguna conferencia o baile