¡No aceptaré una heroína como tu! – Capítulo 23

Traducido por Bee y Andcortmen

Editado por Lucy 


En el camino a casa después de sus clases privadas, Tsubaki recordó que se acercaba el cumpleaños de su padre.

Desde que ingresó a la escuela primaria, había estado recibiendo dinero de bolsillo de sus padres. Sin embargo, obtenerlo sin hacer nada la hizo sentir avergonzada, por lo que les pidió que cambiaran la forma de darle su subsidio.

Al principio, les dio una hoja de papel donde había escrito una lista de precios para sus servicios, tales como;

Lavar los platos 100 yenes ($ 1)

Limpiar la entrada 200 yenes ($ 2)

Airar la ropa 300 yenes ($ 3)

Por supuesto, desaprobaron esta idea.

Como era de esperar, tenían la opinión de que las tareas domésticas son el trabajo de los sirvientes. A sus ojos la idea que tenía era la misma que alguien que robaría la responsabilidad de los demás, por lo que le dieron una ligera advertencia sobre este asunto.

Sin embargo, al ver que su hija todavía estaba disgustada con su decisión, le dieron el trabajo de “cuidar de Sumire”, aunque de mala gana.

Estoy haciendo eso todos los días. ¿Cómo es diferente? Esto es lo que la niña quería preguntarles, pero al darse cuenta de que no le haría ningún bien si seguía haciendo las cosas difíciles, decidió obtener su dinero de bolsillo al convertirse en la compañera de juegos de Sumire.

Como este trabajo era algo cotidiano, incluso con una pequeña cantidad de recompensa estaría bien, podría obtener dinero más que suficiente si ahorraba durante un año. Por lo tanto, comprar un regalo para el cumpleaños de su padre no representaría ningún problema.

Tsubaki calculó el dinero en su cabeza y concluyó que una corbata estaría bien con su asignación actual. Pensando en decirle al conductor que se detuviera en la tienda que siempre usan, se dirigió a él.

—Hay un lugar al que quiero que me lleves.

—¿A dónde te gustaría ir?

—A Ginza, por favor. Se acerca el cumpleaños de Otou-sama, ¿verdad? Estoy planeando darle una corbata como regalo de cumpleaños.

—Ya veo, ya es hora. ¿Supongo que no te importaría comprar en la tienda que el maestro usualmente va, cierto? 

—Sí, por favor.

Cambiando el carril, entraron en la ruta en dirección a su próximo destino, Ginza.

El conductor se llamaba Fuwa, trabaja como conductor y guardaespaldas de la familia Asahina.

Al ir a trabajar y a casa, su padre con preferencia utiliza el automóvil de la compañía, mientras que su madre rara vez sale, por lo que quien más pasa tiempo con Fuwa es Tsubaki.

Para una niña como ella, un automóvil es una necesidad diaria. Además, tenía la esperanza de que alguien escuchara sus peticiones algo absurdas.

Por lo tanto, al pasar tiempo juntos, las interacciones entre ambos se profundizaron.

Aunque lo que estaba sucediendo era más que nada una interacción unilateral de parte de ella; contando lo que sucedió en la escuela, lo que estaba haciendo en sus clases privadas, informando que al cabo podría nadar 100 metros, lo difícil que es preparar los dulces en su lección de la ceremonia del té y qué canción le habían enseñado en su lección de piano .

Al principio, Fuwa había mantenido una línea clara entre asuntos privados y profesionales, por lo que siempre le daba respuestas profesionales. Sin embargo, tal vez porque se había acostumbrado a que la hija de su amo le hablara casualmente o tal vez porque se había apegado a la chica que lo idolatraba, comenzó a preguntarle sobre los temas que traía.

Teniendo en cuenta que él se había abierto gradualmente a ella, Tsubaki creía que al menos escucharía su pedido. Entonces le pidió que la llevara a un parque en el camino de regreso a casa después de sus clases privadas, aunque solo fuera por un momento.

Dudó al principio. Aún así, con la forma en que siempre lo molestaba, al final lo permitió con la condición de que no fuera demasiado lejos de él.

Cuando fue al parque acompañada por Fuwa, jugó en el columpio con todo lo que tenía (la detuvo de inmediato), se paró en la parte superior de las barras de mono (la detuvo de inmediato) y usó toda su potencia en el gimnasio giratorio de la jungla (la detuvo de inmediato).

De camino a casa, el que estaba más exhausto era Fuwa. Y al final, Tsubaki fue regañada por él.

—Señorita Tsubaki, ¿qué harías si te lesionaras?.

—Los niños son seres que crecen con lesiones. Además, no moriré solo por un rasguño.

Dijo Tsubaki riendo mientras que Fuwa dejaba escapar un suspiro preocupado.

—Como heredera de la casa Asahina, espero que seas más consciente de ti misma.

 —¿Verdad? Soy consciente de eso, está bien.

Las arrugas de él se profundizaron cuando las palabras de la niña se superpusieron con las suyas.

—Si es así, actúa con más prudencia a partir de ahora

—Está bien, prometo que no volveré a jugar descuidadamente.

Sintiendo que no podría volver a jugar en el parque, hizo una promesa con Fuwa de usar el equipo del parque con más cuidado.

A decir verdad, planeaba ir constantemente con este flujo y obtener el permiso de su acompañante para ir a una tienda de conveniencia. Pero pensó que todavía era demasiado pronto, así que decidió ser más paciente y esperar a que bajara su línea de aceptación.

—Señorita Tsubaki, estamos aquí.

Mientras recordaba su intercambio con Fuwa, habían llegado a una de las tiendas de Ginza. La puerta del asiento trasero se abrió para ella, luego ella salió del auto y entró en la tienda.

Dentro de la tienda de ropa masculina de marca italiana, se alinearon muchos trajes y accesorios de todo tipo.

Como ya había decidido lo que obtendría, se dirigió al instante allí sin dejar que su mirada divagara.

—Oye, entre estas corbatas azules y rojas, ¿cuál se vería mejor en Otou-sama?

—Creo que cualquiera de los dos le vendría bien al maestro.

—Qué respuesta tan poco confiable. Bien entonces, tomaré ambos. Fuwa.

—Sin duda.

El hombre llamó de inmediato a uno de los empleados de la tienda que estaba cerca y le pasó las corbatas después de informarle que eran un regalo.

Y mientras él pasaba las corbatas, Tsubaki podía sentir una mirada llena de malicia detrás de ella.

De hecho, había notado esta mirada cuando entró a la tienda, pero decidió ignorarla.

Había esperado terminar su negocio aquí de prisa antes de quedar atrapada en asuntos problemáticos, pero ese deseo no fue respondido.

—Ah, como esperaba, de hecho eras la hija de Yuriko. Incluso su ambiente y apariencia son con exactitud como ella. ¿Yuriko está bien?

Volviéndose hacia la persona que la llamó, se encontró con la mujer que la estaba menospreciando.

Tsubaki recordaba su rostro. Aunque dijo que lo “recordaba” se refería a que era uno de los personajes del juego que había visto varias veces, por lo que no era extraño que la conociera.

Sin embargo, dado que esta sería la primera vez que conocía a esta mujer, actuó como con un extraño.

—Encantada de conocerte. Me llamo Asahina Tsubaki. ¿Eres quizás uno de los conocidos de mi madre? Si es así, perdóname por no conocerte. Y sí, a mi madre le está yendo muy bien.

Así respondió hacia la mujer, Naoko, la madre de Mio.

Sí, era la madre de Mio quien estaba parada frente a ella. Dentro del juego, se la describió como una mujer de corazón fuerte y algo obstinada, pero tal vez porque su mala personalidad se notaba, en realidad estaba haciendo una cara bastante decidida.

La conocí en un lugar como este, ¿eh? Qué desafortunado

Pensó mientras maldecía su desgracia.

Sin saber lo que Tsubaki estaba pensando, Naoko continuó mientras la miraba con una mirada evaluadora.

—Ara, es así. Bueno, dejemos eso a un lado. Lo he escuchado, ¿sabes? Parece que todos los caballeros de tu escuela se están convirtiendo en tus seguidores. Como se esperaba de la hija de Yuriko. Esa persona también tenía una multitud de caballeros que la acompañaban todo el tiempo. Es como ese dicho, de tal madre tal hija, ¿no estás de acuerdo?.

La niña estaba desconcertada por lo que dijo y deseaba saber de dónde sacó esta información que estaba tan fuera de lugar con la realidad.

Entonces, Fuwa, que había escuchado lo que dijo la mujer, iba a pararse frente a Tsubaki, pero ella le dijo que se retirara haciendo un gesto con la mano detrás de la espalda.

Poco después, puso su cerebro a trabajar en cómo hacerle el mayor daño a esta mujer grosera.

Si tienen una confrontación directa como esta, no puede descartar la posibilidad de que Naoko diga comentarios groseros hacia su madre. Sin embargo, solo esperar sin tomar represalias tampoco le sentaba bien.

Eso me recuerda, en mi vida anterior, que uno de mis compañeros de trabajo en la sección de secretaría a menudo hacía explotar a sus compañeros de trabajo al infligirles daño inconscientemente. 

Con eso en mente, Tsubaki en seguida trató de poner eso en práctica.

Después de tomar un pulmón lleno de aire, la niña  habló con Naoko con la mejor sonrisa que había tenido. 

—¡Maa! Pensar que mi madre era adorada por tantos caballeros, ¡esa es mi madre para ti! Por supuesto, con esa apariencia y la naturaleza elegante de ella, los caballeros de su año, ¡no! ¡De toda la escuela definitivamente la adorarían! Como era una mujer delicada y frágil por naturaleza, debe haber hecho que esos caballeros quisieran ayudarla dentro de su capacidad. Además, con lo modesta que es, no sería una exageración decir que ella es la imagen misma de una Yamato Nadeshiko moderna. También escuché que tenía excelentes calificaciones académicas en sus días de escuela, e incluso todas las alumnas de primer año se dirigían a ella con “Onee-sama”. Como se esperaba de mi madre. Ella es como la encarnación de una santa madre, ¡no! Ella es la santa madre misma! Pensar que tengo una madre que es tan refinada, amable, modesta y, sin embargo, tan valiente. Qué bendita hija soy, ¿no estás de acuerdo?.

Sin siquiera dar la oportunidad a la otra parte de responder, Tsubaki disparó alegremente todas las palabras anteriores de una sola vez.

Y parece que ser una cabeza hueca era un arma efectiva contra Naoko. Cuando se dio cuenta de que sus comentarios sarcásticos no funcionaban en Tsubaki, la mujer apretó los dientes con irritación mientras apuñalaba a la niña frente a ella con una mirada penetrante.

No importaba si Naoko lanzaba un ataque de ira y le gritaba enojada. O más bien, Tsubaki lo agradecería. Dado que si ella comenzó a hacer una escena gritando a una niña de nueve años en un lugar donde pasaban muchos peatones, no sería una sorpresa si creara un tema muy candente para los chismes y se extendiera pronto. Solo la convertiría en un hazmerreír.

—Y, sin embargo, a pesar de ser adorada por tantos, eligió a un tercer hijo (sin valor) del presidente de una empresa de mediana escala de la casa Asahina como su cónyuge. Hacen buena pareja, del mismo nivel, de hecho.

Como se esperaba de una persona con experiencia, Naoko no mordió el anzuelo en absoluto. Sintiendo que había fallado en irritarla, Tsubaki chasqueó la lengua en su mente.

Sin embargo, sin matar el impulso, la niña siguió presionando hacia adelante.

—¡Es como dijiste! Asahina otou-sama es una persona tan maravillosa, ¿sabes? Siempre me ha cuidado mucho. Además, mi madre sonríe mucho más gracias a él, y ha pulido su belleza aún más. Como esperaba, después de ver en persona a mi madre, me di cuenta de que las mujeres pueden exhibir su verdadera belleza cuando son amadas. … Por cierto, señora. Todavía no sé su nombre, ¿puedo saber con quién estoy hablando? Alabaste tanto a mi madre, tal vez también la amas bastante, ¿no?.

Aunque era cuestionable si Naoko alababa a su madre, hacia una persona como ella, era más efectivo ser indirecta mientras decía: “Oye, ¿cómo se siente?” que contrarrestar de frente.

Además, Tsubaki no insultó a la otra parte en absoluto. Todo lo que hizo fue alabar a sus padres.

Y para frotar sal en la herida, la niña le preguntó: “¿Quién eres?” que tenía un tono subyacente de “Para hablarme casualmente sin presentarte, ¿dónde están tus modales?”

Además, dado que ella sentía que sería grosero con su padre, Kaoru, Tsubaki decidió no mencionar ningún tema sobre el asunto con Kurahashi.

Parece que la línea en la que la niña dijo: “También la amo tanto”, hirió más su orgullo. La cara de Naoko se puso roja de ira, y ella claramente notó esto.

—¡De verdad! Parece que solo hay flores dentro de las cabezas de ambas. Tu madre, se había casado con otra persona amada de alguien más, ¿sabes?.

—Ara, tal vez eso sucedió porque mi madre no sabía de ese hecho. Si ella hubiera sabido que esa persona ya tenía un ser querido, mi madre definitivamente sería la que renunciaría a él. Además, la culpable fue la dama que no fue elegida al final. Bueno, si él no quería casarse con ella, aunque le costara todo, eso demuestra lo poco atractiva que era esa mujer. No diría que mi madre no tiene ninguna culpa en esto; sin embargo, creo que es injusto culpar de todo a mi madre en este asunto.

Al escuchar que la mujer trajo el tema tabú de su madre, Tsubaki se rió en su mente.

Naoko hablaba como si fuera un problema de otra persona cuando el hecho es que ella era la culpable.

Aún así, si la mujer se acorralaba más por Tsubaki de esta manera, posiblemente volvería su molestia y odio hacia Yuriko.

Naoko aún podía mantener la calma, a lo mejor porque asumió que Tsubaki no sabía la identidad de su compañero de conversación.

Y también podría haber encontrado increíble que esta niña de nueve años dijera palabras llenas de sarcasmo con tanta maestría.

Creo que es hora de retirarse. Ahora bien, ¿cómo debería terminar esto? 

Pensó la pequeña.

En ese momento, el conductor, Fuwa, interrumpió su conversación con el tiempo perfecto.

—Perdóname. Tsubaki-sama, es hora de que regresemos. Tendré que explicar todo lo que sucedió aquí al maestro y a los demás si llegamos tarde a regresar a casa. Pues bien, señora, disculpe.

—Ara, ¿ya es hora? ¿Qué pasa con el regalo de cumpleaños de Otou-sama?.

—Lo recibí. Ahora bien, Tsubaki-sama. No deberías preocupar más al maestro de esa manera.

—Tienes razón. … Así que así es, señora. Con esto, me despido. Gokigenyou.

Las líneas que Fuwa dijo hacia Naoko implicaban una amenaza en la que, si ibas a hablar más que esto, informaría de la situación a la casa de Asahina y Mizushima.

Pareciendo preocupada por la idea de que su encuentro con Tsubaki se convirtiera en un asunto serio, Naoko guardó silencio por la frustración. Y entonces Tsubaki dejó ese lugar después de darle una última mirada a Naoko.

Si solo es eso, supongo que no tengo que preocuparme por lo que intentaría hacer más tarde.

Pensó Tsubaki mientras dejaba salir una sonrisa malvada en el asiento trasero.

—Lo siento por esa tienda, pero no iré allí por segunda vez. Aunque el presente no tiene la culpa, no volveré. Además, ni una palabra sobre lo que pasó hoy con Okaa-sama, ¿entendido?.

—Entendido.

Tsubaki le dijo a Fuwa que mantuviera ese evento en secreto de su madre, pero en una nota al margen, también significaba que no le importaría si él lo informa a su padre.

Después de llegar a casa, justo después de entrar a la casa, Tsubaki vio que su madre la esperaba con preocupación.

—Tsubaki-chan, ¿dónde has estado? Estaba muy preocupada, ¿sabes?.

—Lo siento, Okaa-sama. Estaba buscando el regalo de cumpleaños de Otou-sama, y ​​me llevó más tiempo de lo que pensaba.

—Veo. Entonces, ¿le encontraste un buen regalo?.

—¡Si!

Respondió Tsubaki alegremente, pero recordando su encuentro con Naoko, el humor de la niña se volvió sombrío.

Tal vez  porque esa fue la primera vez que recibió un odio genuino después de su reencarnación.

Y ese evento se convirtió en una llamada de atención dentro de su tibia y relajada vida cotidiana.

Para reponer su suministro de felicidad, Tsubaki abrazó a su madre sin decir una palabra.

Yuriko estaba sorprendida por la acción repentina de su hija; sin embargo, también se alegró de ver a su hija que era tan independiente estaba comportándose como una niña consentida después de mucho tiempo y le dio una palmada en la cabeza a cambio.

—Ara ara, ¿qué pasa? Es muy raro verte actuar así, Tsubaki-chan.

—Es porque no he podido tener a Okaa-sama para mí en estos últimos años.

Al escuchar a su hija decir que se sentía sola, Yuriko se agachó inmediatamente y le devolvió el abrazo.

—Eres una persona maravillosa, Okaa-sama. Y estoy realmente orgullosa de tener una madre como tú.

—Maa, me alegra escuchar eso. También estoy orgullosa de tener una hija como tú, ¿sabes? Aunque espero que puedas hacer algo con respecto a tu lado poco femenino.

—Por favor, renuncia a eso.

—Mou, ¡esta chica!— dijo su madre mientras hacía una mueca ante la respuesta inmediata de su hija.

Todos los sirvientes de la familia Asahina veían las bromas de la madre y la hija con una cálida mirada.

Al día siguiente, su padre le dio a Tsubaki un pudín caro después de que él regresó a su casa mientras decía: 

—Aquí Tsubaki-chan, un regalo y por tu perseverancia— y se dio cuenta de que Fuwa le había informado lo que había sucedido ese día.

3 respuestas a “¡No aceptaré una heroína como tu! – Capítulo 23”

      1. Hola! Si bien en la página esta prohibido dar spoilers, en nuestro canal de Discord tenemos una sala dedicada a los spoilers. Puedes pedir allí lo que quieras saber 🙂

Responder a Maria Guadalupe Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido