Juego otome yandere – Vol 1 – Capítulo 4

Traducido por Aleksei

Editado por Narumi

Corregido por YukiroSaori


Si te preguntas lo que pasó con Wolfgang Eisenhut después de que esas palabras salieran de mi boca…

Bueno, sus ojos sólo se abrieron con asombro.

¿E-Eh? De alguna manera estaba esperando una reacción diferente.

Por un lado, esperaba que él se transformara en un dragón que respiraba y escupía fuego y, naturalmente, una mirada llena de odio.

Poner mis manos frente a mí en una completa pose defensiva terminó siendo una pérdida de esfuerzo.

Si describiera su situación actual, sería como si un gato se encontrará con un enemigo desconocido. En lugar de precaución, fue una gran sorpresa lo que surgió.

Adivinando por su reacción, parece que el joven Wolfgang nunca ha experimentado el recibir insultos de alguien de su misma edad. En realidad, ahora que lo pienso, incluso si la persona fuese un adulto, normalmente no debería ser capaz de oponerse a él cara a cara.

Su padre es el duque; no van a llamar a su hijo bajito.

Un sudor frío recorrió mi espalda.

Cualquier persona que viva en el Japón moderno estaría probablemente de acuerdo conmigo cuando digo que en verdad no quiero ser una víctima, pero tampoco quiero ser una perpetradora.

Incluso si la otra persona fuera a ser un yandere en el futuro. En este momento, por responderle con un comentario similar, podría terminar causando un gran daño en un niño que aún es mentalmente débil. Mi respuesta anterior no era propia de un adulto.

—Uhm, he dicho algo muy grosero. Me disculpo, eso fue inexcusable.

Como resultado de mi disculpa la parálisis por el shock de mis palabras se esfumó, al mismo tiempo que la sangre volvía al rostro de Wolfgang.

—¡N-No pienses que te perdonaré!

—Ah… Bueno, estaría bien incluso si no me perdonas.

—¡Tch!

Su cara blanca se puso roja como un tomate maduro. Puede ser que sea porque es joven, pero por lo menos no creo que alguna vena vaya a estallar de ira.

Hablando de eso, me pregunto hasta qué punto este niño fue mimado todos los días para estar tan sorprendido por alguien que le contestó de mala manera.

Aunque el duque de Ranuncula era un excelente caballero, me pregunto si es el tipo de padre que no podía regañar a sus hijos. Si no me equivoco, la gente en sus últimos años tiende a atesorar más a sus hijos.

¿Hmm? Pensando en eso…

Llegué a una cierta posibilidad.

—Umm… el duque de Ranuncula, usualmente vive en la Ciudad Imperial, ¿cierto?

—¡¿Estás planeando decirle a mi padre?!

No habría pensado que sería tan lindo que se asustara pensando que planeaba acusarlo. Me obligue a darle una sonrisa cortés.

—No. No estoy planeando hacer tal cosa, así que, ¿podría acompañarme en una charla ociosa?

El joven Wolfgang parecía un gato cauteloso con el pelo erizado sobresaliendo de su cuerpo ante mi propuesta. Parece mentira decir que una sonrisa puede relajar el corazón del compañero.

Repetí mis palabras para aliviar de alguna manera su cautela.

—Estoy interesada sobre las circunstancias de los padres e hijos en las otras casas… Mi padre tiene que viajar por todo el país a causa de su trabajo, por lo que a menudo no puedo verlo. Como vivimos separados, algunas veces no sé de qué hablar con él cuándo vuelve después de algún tiempo. Ya que el duque de Ranuncula también es una persona ocupada, ¿no se queda en la capital todo el tiempo?

Cuando revele mis intenciones, el interés de la otra persona fue ligeramente estimulado.

—Es cierto, mi padre por lo general está en la capital. Sólo regresa un par de veces al mes. Sin embargo, que hables abiertamente de tus problemas con el duque Lilia es inesperado. Eres una chica bastante habladora.

—Sí… Sin embargo, la única cosa de la que podemos hablar es sobre nuestros padres, el mío es elocuente al conversar, pero no puede seguir ninguna de las historias divertidas que le doy. En esa situación, ¿no piensas que esos momentos familiares terminan siendo conversaciones vacías?

Se suponía que era para aliviar sus preocupaciones, pero terminé diciendo más de lo que esperaba.

Sin embargo, parece que valió la pena. El joven Wolfgang, que tenía una expresión seria, empezó a abrir la boca.

—No creo que mi relación con padre deba utilizarse como referencia. Nosotros tampoco hablamos a menudo. Cuando le informo de los resultados de mis estudios, sólo me da un cumplido hasta cierto punto. Aunque, hace mucho tiempo cuando madre todavía estaba viva, no era así.

Esta persona… ¿Es consciente de que cambió el pronombre de primera persona “Ore” por “Watashi”? Siento que esto nos hace más cercanos. [1] 

—¿Cómo era tu madre? En mi caso, mi madre murió hace mucho tiempo, así que en realidad no puedo recordarla.

—Ya veo… Eso es… —murmuró.

Trató de ofrecer sus más sentido pésame. No importa qué tan maduro es un niño, no sabrá cómo expresar sus condolencias en palabras. Después de todo, él podría no tener experiencia en ello.

Levanté los bordes de mi falda en una reverencia dándole las gracias, y expresando que sus sentimientos fueron transmitidos. Parecía que había entendido mi acción, porque su expresión se relajó.

—Mi madre… Ella falleció hace 4 años. No era una persona muy extrovertida y rara vez me reprendía o elogiaba. Pero sin importar qué, siempre velaba por mí. Ella era una hermosa y gentil persona. —Notando que había revelado un pasado que anhelaba y había desaparecido hace tiempo, agregó avergonzado—: Solo es una expresión común.

Al escuchar esa infantil confesión, sentí que mi corazón se rompía.

Debido a que poseo recuerdos de una vida anterior puedo sobrellevar estas cosas, en cambio, el nació como un bebe inocente que solo pudo estar con su madre seis años

Por eso, cuando me preguntan si me siento sola instintivamente respondo que tengo sirvientes y tutores, así que no es el caso.

—¿Qué tal amigos?

—No hay niños con los que pueda asociarme dentro o fuera de la mansión.

—Lo mismo va para mí.

Nuestra alta posición social es realmente un inconveniente, eh… 

Los dos nos miramos y suspiramos. Luego de eso empezamos a simpatizar el uno con el otro.

Después de todo, a pesar de las diferencias que vivimos como niño y niña, nuestras circunstancias son bastantes parecidas.

Ambos perdimos a nuestras madres. Nuestros padres siempre estaban ocupados, por lo que rara vez los veíamos. Entre sirvientes y tutores, y cosas por el estilo, sólo estábamos rodeados de adultos, y no teníamos a nadie de la misma edad para jugar con nosotros.

Decidí cambiar la conversación a otra cosa.

Empezando por las ciencias políticas y la historia, pasamos a los libros recientes que nos parecieron interesantes, incluso a nuestra habilidad para montar a caballo.

Tener interés en esos campos significaba que era un ávido lector, por lo que mi conversación con él era bastante interesante.

Debido a nuestra divertida discusión, eventualmente le dije un secreto que guardaba incluso de mi propio padre.

Fue sobre la ocasión en que fui sola a explorar la ciudad. Para mí fue una gran aventura, aunque la mantengo en secreto de los adultos sabiendo que van a enojarse por mi seguridad, termine siendo tentada a decirle a un niño de mi edad sobre ello.

Siendo precisos, había un criado que me acompañó en mi capricho. Pero entonces, aprovechando su entusiasmo en regatear con los comerciantes, en un descuido me separé de él para dar un paseo por la ciudad por un tiempo. Eso fue más o menos lo ocurrido.

Wolfgang respondió a mis expectativas. Al principio se sorprendió, pero luego me dio unas palabras de admiración.

En ese momento, no era consciente ya que estaba un poco alegre.

Pero mirando hacia atrás, creo que fue en ese momento, que mi usual forma de hablar usando el formal “watakushi”[2] se convirtió en “Watashi”. Algo que yo no usaba con cualquier persona.

Podría ser una excusa, pero fue la primera vez en esta vida que tuve una conversación sin miramientos.

Comparado con mi nodriza, él era alguien con quien podía consultar despreocupadamente, ya que mi niñera era, sobre todo, una criada cuyo deber era cuidarme. Aunque su existencia era cercana a la familia, estaba lejos de ser una amiga.

El tiempo voló demasiado rápido, ya que sorprendentemente pasamos un rato divertido.

Cuando volvimos a nuestros sentidos, nuestros padres, que eran incapaces de contener las extrañas miradas en sus rostros, estaban sonriendo por alguna razón mientras nos llamaban para cenar.

En ese momento, empezamos a llamarnos el uno al otro, Wolf y Lycoris.

¡Oye! ¡¿Por qué estás poniéndote tan amigable con él?!


[1] Wolfgang en un comienzo en el capítulo anterior utilizó “ore” que es una forma muy informal y brusca de presentarse hacia otra persona si no tienen cierta intimidad, cambiándola a “watashi” que sería algo así como una forma de dirigirse más cortésmente.

[2] Aquí Lycoris usa el pronombre “watakushi” que es la versión más formal y educada de referirse a sí mismo, para cambiarla por “watashi” que denota más intimidad entre los dos.

3 respuestas a “Juego otome yandere – Vol 1 – Capítulo 4”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido