Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 1 – Capítulo 8

Traducido por Shiro

Editado por Yugen


El funeral de Zhou Hao fue grandioso y muy apresurado, después de tres días de velorio fue enterrado de forma precipitada. El día después del funeral, el abogado leyó el testamento que había dejado, sus contenidos dejando a todos estupefactos. Zhou Hau le había dejado todas las propiedades que se encontraban a su nombre, así como el 30% de las acciones del Grupo Zhou a su hijo menor, Zhou Wenang. Los otros dos hijos no recibieron nada.

El hijo del medio, Zhou Wenjing, era un niño ilegítimo, y nunca recibió amor por parte de su padre. No era extraño que no hubiese heredado nada. Sin embargo, ni siquiera le dejó algo al hijo mayor, lo cual era desconcertante. Recordando cómo el legado de Yang Xi también había terminado en manos del hijo menor, al mundo no le quedó otra opción salvo suspirar, los padres de esta familia habían sido parciales al extremo. ¿Cómo viviría Zhou Yun Sheng, quien no tenía propiedades familiares, en el futuro? ¿Acaso no habían considerado este pequeño problema?

—Señor Zhou, por favor, firme. —El abogado colocó una pila de documentos frente a Zhou Wenang; los presentes solo podían mirar de forma impotente.

—Esto es imposible. Zhou Hao no puede haber dejado a Yun Sheng sin nada. ¡Él nos dijo que le dejaría el clan Zhou! —exclamó la anciana Yang, no atreviéndose a creer lo que estaba ocurriendo. Su esposo también miraba perplejo a su nieto más joven. Como suegros, habían sido invitados a asistir a la lectura del testamento.

Zhou Yun Sheng sonrió y le dio una palmada a la mano envejecida de su abuela, a pesar de la distancia sus abuelos seguían amándolo.

—¿Por qué es imposible? Se fue al extranjero durante seis o siete años y nunca llamó a casa. Fui el único que acompañó a nuestro padre, cumpliendo con mi deber filial. También fui yo quien estuvo cuidando de la empresa, ¿por qué no habría de dejármela? —La actitud de Zhou Wenang hacia los dos ancianos ya no era tan respetuosa como antes.

—Pero el legado de Xi ya te había quedado a ti, tu hermano mayor no tiene nada, ¿cómo podrá vivir en el futuro? —Su abuela seguía sintiendo que era injusto.

—¿Acaso es mi problema si vive o muere? Se hace tarde, por favor, retírense. Oh, cierto, a partir de mañana seré el nuevo presidente del clan Zhou y he decidido desinvertir en el clan Yang. Por lo que les pido que hagan los preparativos necesarios. —Zhou Wenang sonrió con hipocresía mientras los echaba.

—Bastardo, ¿qué dices? ¿Conoces las consecuencias de desinvertir en el clan Yang? ¿Quieres que vayamos a la quiebra? —preguntó el anciano Yang con tono abatido, su rostro arrugado mostrando una ira difícil de ocultar. Él no esperaba que su nieto más joven se volviera en su contra tan despiadadamente.

¿La piedad filial que nos había mostrado antes había sido una farsa? ¿Qué clase de deuda había entre la familia Yang y él como para que planificara nuestra muerte?

Zhou Wenjing, quien había permanecido indolente hasta los momentos, finalmente sonrió. Sabía que el hombre no había dejado nada para él en el testamento, había ido meramente para disfrutar del drama. La familia Yang nunca lo determinó, y ahora Zhou Wenang, a quien le habían dedicado veinte años de cariño, los estaba atacando.

Zhou Yun Sheng permaneció calmado desde el inicio hasta el final.

—Si quiere desinvertir —le dio una palmada a su abuelo en el hombro—, déjenlo hacerlo. Abuelo, abuela, vámonos.

—Pero…

¿Cómo podía estar su abuelo dispuesto a dejar ir el asunto? Si el clan Zhou desinvertía, el proyecto del túnel en el lecho marino del clan Yang no podría ser completado a tiempo debido a la gran escasez de fondos, o incluso peor, podría fracasar. Entonces, no sólo se perdería la inversión inicial de cientos de millones del clan Yang, sino que también tendrían que compensar las enormes cantidades de indemnización por mora y préstamos bancarios. Vender todas las industrias del clan podría no ser suficiente para llenar este agujero.

Zhou Wenang, este hombre estaba enviando al clan Yang a la tumba, ¡ah!

—Puedes rogarle, pero eso no lo hará cambiar de opinión. Él quiere que el clan Yang caiga en bancarrota. Abuelo, abuela, vengan conmigo, de alguna manera lo solventaré. —Zhou Yun Sheng temía que los ancianos se alteraran sobremanera de continuar la conversación, por lo que se los llevó a la fuerza.

¿De alguna manera lo solventarás? ¿Qué puedes hacer?

Los hermanos Zhou se burlaron en su interior, coincidiendo sin darse cuenta.

⧫ ⧫ ⧫

Zhou Hao apenas había fallecido, y la cooperación entre los clanes Zhou y Yang había ya colapsado. El nuevo presidente del clan Zhou, Zhou Wenang, anunció que se retiraría por razones desconocidas del proyecto del túnel en el lecho marino del clan Yang, lo cual se había convertido en la mayor crisis con la que se había topado el clan Yang hasta los momentos. Esta situación, de no ser manejada apropiadamente, los llevaría a la quiebra.

Sin embargo, nadie les ofreció ayuda. Todos esperaban el fracaso del clan Yang para apoderarse del proyecto que generaría decenas de miles de millones en el futuro por una miseria. El mundo de los negocios era así, con tal de obtener beneficios, ni se diga de los amigos, hasta los parientes podrían vender y traicionar a sus propios parientes.

Pero lo que resultó más sorprendente de todo esto fue que, el anciano Yang estaba sumamente tranquilo y estable. Cuando regresó a casa, comió y durmió como si no tuviera nada de qué preocuparse. Además, no le rogó a nadie que lo ayudara, como muchos habían supuesto que haría. Los hijos de la familia Yang también se encontraban muy tranquilos. Yang Zhen Hai, la esposa del presidente actual del clan Yang, hasta gastó decenas de millones comprando joyas en un centro comercial. No parecía que le faltara o le preocupara el dinero.

—Oh, mi sobrino es el presidente de Noah Universal; ¿de qué tengo que preocuparme? Conoce a Noah Universal, ¿cierto? Ocupa el primer lugar entre las quinientas empresas más importantes del mundo. —La señorita Yang miró el enorme diamante incrustado en el anillo que ahora llevaba en su dedo índice y rió con jovialidad.

El vendedor asintió, pero en su corazón la criticó: De sus dos sobrinos, uno heredó el clan Zhou y el otro se convirtió en un pobre sin un centavo. ¿De dónde sacó al sobrino más rico del mundo? ¡Siga soñando!

Aunque el comportamiento de la familia Yang era extraño, Zhou Wenang lo ignoró. En ese momento estaba demasiado ocupado haciéndole frente a los ataques de Zhou Wejing. Jamás habría imaginado que el ilegítimo con el que anteriormente había jugado, en realidad se encontraba sentado sobre un patrimonio neto de varios millones de dólares y que intentaría competir con él por el clan Zhou.

Zhou Wenjing primero dio a conocer el hecho de que Zhou Wenang no era hijo de Yang Xi, e implicó que Zho Hao la había asesinado, buscando su herencia. Además, publicó en internet una comparación de ADN de Yang Xi y Zhou Wenang, ocasionando que la policía diera inicio a una investigación. Después de dos escándalos consecutivos, el mundo de los negocios estaba en caos; y no conforme con eso, los precios de las acciones del grupo Zhou comenzaron a declinar a diario.

Y Zhou Wejing estaba aprovechando esta oportunidad para comprar las acciones de forma deliberada, convirtiéndose así en un gran accionista.

Zhou Yun Sheng no hizo un solo movimiento; quería que las dos personas se pelearan y se destruyeran hasta la muerte. Nunca planeó demandar a Zhou Wenang y luchar con él por las propiedades de la familia. Desde el comienzo había decidido dejarlo sin nada. Mientras que Zhou Wenjing, el gran ganador original, quería darle una gran lección de vida, enseñándole lo que significa que «la mantis acecha a la cigarra, la cual ignora que la oropéndola la merodea» y lo inútil que es «sacar agua con una cesta de mimbre».

Shiro
«La mantis acecha a la cigarra, la cual ignora que la oropéndola la merodea» es un refrán que significa que siempre hay alguien más fuerte que tú que puede «devorarte». Mientras que «sacar agua con una cesta mimbre» se refiere a un esfuerzo inútil.

La desesperación, la angustia y la miseria que Zhou Yun Sheng una vez experimentó, no existirían en esta vida.

Luego de varios meses, la intensa competencia entre ambos hermanos llegó a su clímax. Cada uno era poseedor de un 30% de las acciones del clan Zhou, y todos los accionistas que podían ser influenciados habían escogido un equipo, pero para que uno solo quedara invicto, necesitaban el último 15% de las acciones, las cuales, inesperadamente, se encontraban en manos del presidente del clan Du.

Desde hacía siete años se había convertido en un accionista del clan Zhou, pero nadie se había percatado. Zhou Wenang no tenía intenciones de ponderar acerca del significado oculto detrás de las acciones del presidente del clan Du, solo sabía que, si lograba persuadirlo para que le vendiera las acciones o, en su defecto, lo apoyara en la reunión de accionistas, sería el ganador final.

Desafortunadamente, Zhou Wenjing pensaba lo mismo que él; y justo había salido del ascensor cuando ambos se encontraron en el pasillo.

—Pasen, por favor. ¿Les gustaría un té o un café? —Inoue Shuzan, hablando mandarín fluido, trajo a las dos personas a la oficina del presidente.

—Café.

—Té.

Contestaron al unísono, dando respuestas diametralmente opuestas.

En ese momento, la silla de cuero giró y un hombre alto, vigoroso, fumando un cigarrillo y con ojos entornados apareció. Un cabello peinado hacia atrás acompañaba a un rostro hermoso y diabólico, y sus labios delgados dejaron escapar una bocanada de humo, pero ni siquiera eso pudo ocultar el destello perspicaz en sus oscuras pupilas.

Zhou Wenjing se irguió en la silla por costumbre, y Zhou Wenang se asustó tanto que derramó el café caliente. Sin embargo, lo que hizo entrar en pánico fue la forma respetuosa en la que la persona a su lado lo saludó.

¡¿Lo llamó tío?!

—Veo que han decidido unirse para lidiar conmigo.

Sabiendo que quedarse más tiempo solo le traería desgracia, Zhou Wenang se cubrió el dorso de la mano que se había quemado y se fue, desconcertado en extremo.

La «unión» de la que hablaba debía referirse a Zhou Wenjing, Zhou Yun Sheng y él. Después de todo, sabía que Du Xu Lang era el novio de Zhou Yun Sheng. El otro lado disponía de un árbol tan grande al que podían recostarse, no era de extrañar que los dos viejos tontos de la familia Yang pudieran conseguir tan rápido dos mil millones para cubrir el déficit.

Sin embargo, Zhou Wenjing no conocía la historia interna, y pensó que Du Xu Lang con «unión» se refería a ambos, tío y sobrino.

—Tío, ¿te interesa ese 15% de las acciones? —preguntó una vez el otro se hubo ido—. Si no las quieres, por favor, véndemelas.

Du Xu Lang no contestó, en lugar de eso le preguntó con voz profunda:

—Wenjing, ¿nunca pensaste que el clan Zhou por ley debería pertenecer a Yun Sheng?

Zhou Wenjing apenas logró reprimir el odio y los celos que sintió en su corazón, fingiendo reír a la ligera.

—Tío, una vez me enseñaste que el mundo de los negocios es un campo de batalla. Si quieres algo, debes valerte por ti mismo para conseguirlo. Esta es la llamada «selección natural», el respeto por el más fuerte. Si quiere el clan Zhou, puede luchar conmigo, cada uno confiando en sus propias habilidades.

El inexplicable cuidado de su tío hacia Zhou Yun Sheng lo hizo experimentar una sensación extrema de crisis.

Du Xu Lang permaneció en silencio por un momento, y luego asintió.

—Tienes razón, selección natural, el respeto por el más fuerte. El clan Zhou le pertenecerá a quien posea la mejor habilidad.

—¿Quiere eso decir que no intervendrás? —Tanteó, aún inquieto.

—No intervendré.

—Entonces las acciones… —Zhou Wenjing se estaba comportando de una manera algo agresiva, pero temía que su tío le regalara las acciones a Zhou Yun Sheng. El que no se haya encargado directamente de él no quería decir que estuviera de acuerdo con que este llevara una vida fácil. Ya mucho tiempo atrás había jurado que dejaría al hombre sin nada.

—Te venderé el 15%, 35 yuanes por acción. —Du Xu Lang le dio el precio más razonable.

Su sobrino estaba muy satisfecho, sacando de inmediato una chequera y rellenando los datos. Inou Shuzan entonces lo acompañó hasta el ascensor, y mientras observaba cómo su rostro lleno de satisfacción desaparecía detrás de las puertas, suspiró en su interior con pesar.

Chico tonto, fuiste engañado por el jefe sin que te dieras cuenta. Pensaste que el que decidiera no ayudar a nadie era justo, cuando, de hecho, solo estaba ocultando su parcialidad, nada más.

De acuerdo a la forma de actuar de Zhou Yun Sheng, todo estaba bien mientras no se moviera, sin embargo, una vez lo hacía, era mortal.

Decidió no competir por las acciones del clan Zhou no porque no tuviera la habilidad, sino porque ya tenía planes para destruirlo. El certificado que representaba este 15% eventualmente se convertiría en un papel inservible.

El jefe obviamente conoce la verdad, pero no la mencionó para asegurar los planes de su amante. Y no conforme con eso le vendió una pila de papeles inservibles a su sobrino por un precio elevadísimo. Esto verdaderamente es un comportamiento ejemplar de «ignorar a tus amigos una vez has conseguido una novia». Ah, eso no está bien, debería ser «ignorar a tus amigos una vez has conseguido un “novio”». Espera, eso tampoco parece ser correcto, debería ser «primero las mujeres, luego los amigos»…

Cuando finalmente encontró un refrán que se pudiera aplicar a la situación actual, Inoue Shuzan se felicitó a sí mismo por su buen dominio del idioma chino y el conocimiento popular.


Shiro
Al final no entendí por qué Inoue Shuzan terminó decantándose por un refrán de mujeres y no hombres.. ¿o es ese el chiste? O.o

3 respuestas a “Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 1 – Capítulo 8”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido