Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 7 – Capítulo 10

Traducido por Shiro

Editado por Meli


Li Jin Tian arrojó a Zhou Yun Sheng sobre la cama, se inclinó sobre él y justo cuando iba a desgarrar sus ropas, se quedó inmóvil, con la mirada perdida. Zhou Yun Shen lo apartó y se sentó en el banco junto a la cama.

Con las pupilas desenfocadas, Li Jin Tian se aferró a la colcha y la desgarró, tirando y mordiendo. Presionó la cama y se arqueó con ferocidad, gruñendo como un perro en celo.

Zhou Yun Sheng lo miró con tranquilidad hasta que se aburrió y salió de la habitación.

Li Xu Dong lo esperaba afuera, empuñaba con sigilo una daga, la había sacado de entre sus botas en cuanto escuchó el rugido gutural de Li Jin Tian. La mirada asesina que brillaba en sus ojos, se apagó en cuanto vio salir , ileso, a su padre concubino

—¿Te lastimó padre imperial?

—¿Qué quiere hacer? —inquirió al ver el arma en la mano del chico. Lo reprendió—: ¿Regicidio? Tonto, ¿cuántas veces te he dicho…?

Li Xu Dong saltó a sus brazos. El chico de quince años, era tan alto como él. Apoyó la barbilla en su cuello, y la barba incipiente le hizo sentir una comezón incómoda, pero no se atrevió a apartarlo, ya que él mismo lo había criado.

—¿De verdad no te lastimó padre imperial? —De la habitación surgieron eróticos sonidos, así que preguntó, desconcertado—: ¿Qué está haciendo padre imperial allí?

—Soñando despierto —se burló.

—Padre concubino, ¿por qué después de tanto tiempo sin venir a visitarnos, de pronto intentó hacer eso contigo? Solo te está tratando como una herramienta para desahogarse, o tal vez está castigando a Gao Min, pero no te ama. Padre concubino, no lo ames.

»Vio a Gao Min envenenarte y le ordenó a Gao Lang destruir a tu familia. Quería matarte. Deberías odiarlo. No estarás solo porque me quedaré contigo para siempre. Te respetaré y te protegeré. Me volveré más fuerte y te vengaré. Te daré todos los tesoros del mundo, te haré feliz. Padre concubino, ¿podemos solo ser nosotros y cuidar el uno del otro?

Su voz ronca se escuchaba urgente y suplicante. No podía soportar que nadie quisiera llevarse a su padre concubino lejos de él.

—Naturalmente, en este palacio, tú serás siempre la única persona que me importe. —Le acarició la mejilla con gentileza—. En cuanto a Li Jin Tian, no lo odiaré. El odio requiere de cuidado y energía.

Aliviado, Li Xu Dong tomó su mano y la frotó contra su mejilla, como un cachorro que solo necesita las caricias de su amo.

—Li Jin Tian no puede lastimarme. —Lo hizo a un lado, molesto—. La próxima vez que suceda algo así, espera afuera. Eres demasiado impulsivo. Si lo hubieses apuñalado en este palacio, muchos de mis esfuerzos habrían quedado desperdiciados.

Li Xu Dong asintió una y otra vez. Se veía lindo. La violenta sed de sangre había desaparecido sin dejar rastros.

Este niño es muy filial, no fue un error criarlo. Lo único malo es que es muy pegajoso.

Al ver cómo el lobezno se le adhería para abrazarlo con fuerza de nuevo, Zhou Yun Sheng se sintió impotente.

♦ ♦ ♦

Por la noche, Li Jin Tian despertó de su ensueño y vio a Qi Xiu Jie arrodillado junto a la cama, sosteniendo un conjunto de túnicas. Estaba pálido, sus labios agrietados, y lucía demacrado.

En ese momento, muchas escenas vinieron a su mente, dejándolo petrificado. En su ira, rasgó las ropas de Qi Xiu jie, lo mordió, lo agarró con fuerza y con violencia lo penetró.

No era un amorío, sino una atrocidad.

Pero la persona frente a él no mostró el más mínimo resentimiento, incluso arrodillándose y ofreciéndole ropa. El rostro de Li Jin Tian se enrojeció de vergüenza, pero también se sintió culpable por haber traicionado a Gao min.

Incluso habiendo llegado a este punto, sigo pensando en Gao Min. Es inútil.

Sintiendo un profundo desprecio por sí mismo, se vistió deprisa y huyó, presa del pánico. Luego envió muchos tesoros al Palacio Púrpura

Li Jin Tian quería reprimir el asunto para que Gao min no se enterara, así que medio mes después, cuando este le pidió que lo enviara con sus tropas al sur, estuvo de acuerdo en la superficie, pero hizo preparativos en las sombras.

Por un lado, a los príncipes mayores de catorce años les asignó a que rotaran por distintos ministerios y, por otra, plantó a sus propios hombres en el ejército para debilitar la fuerza de la familia Gao y del príncipe Li.

El día previo a la expedición de Gao Min, la familia envió noticias: «La abuela tuvo una complicación y murió. De acuerdo a las costumbres, cuando los antepasados mueren, los líderes de la familia deben hacer duelo durante tres años. Gao Lang hizo una visita al palacio para hablar con Gao Min acerca de ese asunto.

—¿Quieres que me aproveche de los sentimientos que el emperador tiene por mí para persuadirlo y que no te haga cumplir con los tres años de duelo? —Gao Min frunció el ceño.

—No solo que me exonere a mí, a ti también. No puedes retrasar tu expedición al sur, es una oportunidad única, tres años de luto la arruinarán. El emperador ya no te favorece solo a ti, también mima a Qi Xiu Jie y al sexto príncipe. Tal vez en tres años logren hacer un regreso y pongan en peligro tu estatus y el de tu hijo. —Gao Lang expresó su preocupación.

—Ya me encargué de Qi Xiu Jie y el sexto príncipe, no pueden causar problemas. Hermano, la abuela siempre se preocupó por nosotros. Y ahora que está muerta, ¿cómo podemos ignorar la piedad filial por nuestra propia conveniencia?

»Y no vuelvas a sugerir que me aproveche de los sentimientos del emperador, no necesito manipularlo. No sabes cuán profundo es su amor por mí. Deberías olvidarte de esas preocupaciones innecesarias —concluyó Gao Min agitando la mano.

Gao Lang lo consideró por un momento y asintió de mala gana. Una vez que se marchó, el espía transmitió su conversación al emperador.

Li Jin Tian miró el informe y luego sonrió con desdén.

En aquel entonces, cuando el miembro más anciano de la familia Qi falleció, más de veinte miembros de la familia Qi eran funcionarios en la Corte Imperial, y todos presentaron sus cartas de condolencia el mismo día. ¿Quién, aparte de Gao Lang, se atrevería a ser tan ambicioso? Es muy imprudente.

♦ ♦ ♦

Palacio Púrpura.

Cuando Zhou Yun Sheng escuchó que la abuela de la familia Gao había fallecido, supo que Li Jin Tian estaba detrás de su muerte. En ese momento no podía tocar a la familia Gao, pero tres años era más que suficiente para debilitar y hacer colapsar sus fuerzas poco a poco. Era lo mismo que hizo con la familia Qi

En la Corte, la vida y la muerte de los funcionarios está a capricho del emperador. El viento del este puede vencer al viento del oeste, y el viento del oeste puede vencer al viento del este. Su suerte depende de la voluntad del emperador.

Shiro
Lo que dice ZYS respecto al viento es un refrán que se usa para describir la naturaleza cambiante de la política y el poder en la Corte Imperial. En concreto, se refiere a cómo los funcionarios y cortesanos deben estar preparados para adaptarse y cambiar lealtades con rapidez.

Meli
Algo como: ¡Murió el rey! ¡Viva el rey!

Dentro de unos días, Zhou Yun Sheng le pediría a Li Jin Tian los huesos de la familia Qi que fueron desechados en las fosas comunes en las afueras de la ciudad, luego de ser decapitados por Gao Lang. Encontrar los restos de todos no sería una tarea fácil, pero lo llevaría a cabo.

Mientras estaba perdido en sus pensamientos, Li Xu Dong entró empapado en sudor, con un arco y una flecha en su espalda, y de inmediato le rodeó la cintura y frotó su cabeza contra su hombro

—Aléjate. Estás cubierto de sudor.

La necesidad de contacto físico del lobezno había empeorado, parecía incurable.

—Padre concubino, te eché de menos. —La voz del chico comenzaba a ser más grave.

—¿Cómo vas a extrañarme si solo pasaste dos horas en arena de artes marciales? ¿Acaso estás en período de destete? —dijo exasperado, pero sonrió.

¿Cómo no extrañarte? Te extrañaría incluso si el tiempo que llevo alejado de ti es equivalente a un suspiro, pensó y rozó con sus labios el lóbulo de la oreja de su padre concubino.

—Escuché que Li Jin Tian le está permitiendo a todos los príncipes mayores adquirir experiencia en asuntos políticos. —Apartó al chico—. ¿A qué departamento piensas ir?

—Quiero ir al Ministerio de Personal o al Ministerio de Finanzas.

—Poder y dinero. ¿Solo puedes pensar en esas dos cosas?

—¿Qué quieres decir, padre concubino?

—Ve al sur. —Interpretó el silencio del chico como su reticencia a alejarse de él, así que explicó—: El poder real no se obtiene con riquezas, conexiones o influencia política, eso solo consolida tu posición en la Corte Imperial, pero no te permitirá ascender al trono supremo. Se dice que los intelectuales que se rebelaron en el pasado no tuvieron éxito porque no tenían el control del ejército. Quien controle las armas será quien pueda gobernar el reino.

Sin esperar a que respondiera, continuó:

—Ni siquiera pienses en decirme que no quieres ser emperador. Si, en lugar de ti, Li Xu Yan se llegase a sentar en el trono, ¿sabes qué nos sucederá a ti y a mí? Gao Min ya me odia hasta los huesos, y es solo debido a que Li Jin Tian todavía está vivo que no se atreve a atacarnos directamente. Pero el día que él muera, seremos los primeros de los que se encargará. ¿Crees que se conformará solo porque seamos unos inútiles? Si fueras tú, ¿podrías estar tranquilo si tu enemigo siguiera con vida?

Li Xu Dong, desde luego, no se sentiría tranquilo, pero no quería dejar a su padre concubino solo en el palacio. Se notaba el ansia en su mirada, sin embargo, sabía que no era el momento de ser obstinado. Él quería fortalecerse para ser él quien protegiera a su padre concubino y convertirse en su pilar, y ese era momento de comenzar a hacerlo.

—Padre concubino, iré al sur. Acabaré con ellos por ti. Por favor, ten cuidado en la capital. —Lo abrazó con fuerza, sus ojos llenos de una intención asesina hacia Gao Min y su hijo, e incluso hacia Li Jin Tian. Si no fuera por esos tres, su padre concubino no se habría visto forzado a llevar una vida tan difícil.

Algunos príncipes solicitaron ir al Ministerio de Hacienda, otros al de Personal y unos más al de Ritos. En fin, iban a los departamentos que poseían poder. Li Xu Yan, ingresó al Ministerio de Hacienda. Solo el sexto príncipe solicitó unirse al ejército e ir al sur en búsqueda de experiencia, hasta Li Jin Tian quedó perplejo.

Gao Min sonrió con desdén en cuanto escuchó la noticia.

Un niño discapacitado arrojándose al campo de batalla solo para morir, sí que es impulsivo. Sin embargo, esto me beneficia. En la guerra, cualquier cosa puede suceder, por lo que puedo aprovechar para deshacerme de él con discreción.

Si el sexto príncipe muere, Qi Xiu Jie quedaría desesperanzado por el resto de su vida. En la vida anterior, sufrí la pérdida de un hijo y, en esta vida, haré que Qi Xiu Jie pase por el mismo dolor.

Al final, fue bueno que Li Jin Tian le perdonara la vida al inicio porque se habría zafado de todo este sufrimiento con una simple decapitación.

Debido a esto, Gao Min no solo no se opuso, sino que urgió a Li Jin Tian a que accediera. Al mismo tiempo, Gao Nian, quien se había recuperado de sus serias heridas, también fue introducido en el ejército para que acumulara méritos militares.

Li Jin Tian convocó al sexto príncipe a su estudio, en donde tuvieron una charla de una hora. Esa misma noche, aprobó su petición.

La guerra duró tres años, durante los cuales Li Jin Tian socavó con éxito el poder militar de la familia Gao. Por otro lado, el príncipe Li se vio implicado en un caso turbio relacionado con los impuestos de la sal y fue destituido de su cargo. Incluso el quinto príncipe, que siempre había sido muy favorecido, cometió una serie de errores y fue reprendido públicamente por el emperador delante de toda la Corte, lo que disminuyó su prestigio.

En cambio, el sexto príncipe, que nunca había destacado, comenzó a mostrar su talento y habilidades.

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