Reencarné en una mujer egoísta – Capítulo 49: Capitán de Escuadrón, atrapado (II)

Traducido por Sharon

Editado por Sakuya


Mis piernas comenzaron a moverse de manera innatural, dirigiéndose hacia el cuarto de la señora y el joven Wirbel. En alguna parte de mi mente confusa, escuché una voz furiosa pidiéndome que me detuviera.

Sin embargo, incapaz de detener mis pies, avancé como si estuviera caminando por un pantano, acercándome a mi destino.

Agarré el mango de la espada con mi mano. ¿Qué pretendo hacer a partir de ahora? ¿No es algo que no puede deshacerse?

Mata, resuena una voz en mi cabeza.

¡No, no, no! ¡Alguien…! ¡Alguien, por favor deténganme!

Mata.

¡Por favor, alguien…! ¡Mátenme! Por favor… Antes de que sea demasiado tarde…

Mata.

Uuuh…

Apreté mis dientes con tanta fuerza que el sabor de la sangre se extendió por mi boca.

Mis piernas, que se mueven sin mi comando, chocaron contra algo.

Cuando bajé mi cabeza vi… ¿luz? No, es el panda…

La misteriosa criatura blanco y negra, que encontramos en las minas, apareció… Cierto, la Bestia Sagrada está aquí.

Sentí calidez extendiéndose desde el área en que me tocó, a pesar de que no estaba sintiendo nada en mis piernas antes. Entonces, la niebla de mi mente desapareció de forma misteriosa, al mismo tiempo que la luz se apagó, dejando solo calidez detrás.

—¿Eh…? Yo… ¿Qué estaba haciendo?

Le di órdenes a Carl, y entonces… ¿Me dormí estando de pie?

Quedarme dormido mientras pensaba… ¿Me volví tan despreocupado?

No creo que sea algo posible, pero debido a la cómoda calidez que permanece en mi cuerpo, es probable que eso haya sucedido.

—¿Mm? Panda, no… ¿Bestia Sagrada?

Al bajar la mirada, me encontré con el animal blanco y negro que caminaba hacia mí con sus patas levantadas.

¿Quiere que lo levante…?

Vacilando, sentí que era mi obligación hacerlo, y por alguna razón no pude negarme, así que levanté a la Bestia Sagrada entre mis brazos. Algo cálido se extendió desde mis manos al resto de mi cuerpo después de tocar su cuerpo suave.

Cómodo. Gentil. Amoroso. E indulgente.

—Muchas gracias.

Por alguna razón, el agradecimiento fluyó de mi boca y lágrimas comenzaron a caer de mis ojos.

—Capitán de Escuadrón, ¿hay algo mal?

Mientras estábamos observándonos, Berta se acercó.

Ya fuera porque se sorprendió de verme sosteniendo y hablando con la Bestia Sagrada o no, su compostura indestructible y su expresión usual me miraron con asombro.

Inesperadamente, una sonrisa apareció en su rostro aun cuando la sorpresa no desapareció de sus ojos.

Tan linda… No, no es eso. No, es un hecho que es linda, pero no debería decir algo así. Cierto, lo que debería pensar es… En primer lugar, ¿qué es? Mi mente es un caos… Um, ella es una mujer… estricta, pero amable. Bien, ¿algo así debería ser correcto? Eso creo. Muy bien, vamos en esa dirección. Ella es… Cierto, con sus habilidades cuidando de otros y sabiduría, sería una buena esposa… ¡¿E-Esposa?! ¡No, no, no, ¿p-por qué estoy…?! ¿¡Qué está sucediendo?!

—¿Se encuentra bien? —me preguntó preocupada al ver mi expresión cambiar cien veces.

Sí, qué voz más gentil y agradable de escuchar. Si pudiera escucharla por el resto de mi vida, podría morir feliz.

Ella me saludaría con un “Bienvenido a casa” cuando regreso del trabajo, con una sonrisa. Yo la haría girar con gentileza mientras su tono me cura. Ella sería la razón por la que regresaría por las noches, la persona por la que arriesgaría mi vida…

¡Ha! ¡¿Q-Qué estoy pensando?! No soy un jovencito frívolo, ¡pensamientos como este no son típicos de mí, a quien suelen llamar cabeza de ladrillo! Bueno, un nombre así no me hace feliz tampoco.

Por alguna razón, no puedo pensar bien cuando la estoy mirando.

Desviando los ojos, me encontré con la Bestia Sagrada. Cuando me miró con sus ojos grandes, palmeó mi hombro.

¿Está confortándome? ¿O intentando calmarme?

Aunque es una Bestia Sagrada, mi estúpido corazón fue completamente analizado por este pequeño animal, así que me apresuré a dárselo a Berta. Es probable que él haya usado sus poderes misteriosos para confundirme.

¡Probablemente sea eso! ¡Tiene que serlo!

—¡S-Señorita Berta, h-hoy hay un clima agradable, ¿verdad?!

—¿Eh? ¿Es así?

Ella miró al cielo nublado desde la ventana y asintió poco convencida.

¡Uu, de todas las cosas, ¿por qué tuve que hablar del clima?! ¡La incomodé!

El poder misterioso debería haber desaparecido cuando me separé de la Bestia Sagrada y, sin embargo, el caos de mi mente sigue sin calmarse. Además, mi corazón late con fuerza y estoy sin aliento.

Viéndola sostener a la Bestia Sagrada, solo puedo imaginarla sosteniendo a nuestro hijo.

¡¿Nuestro hijo?! Esto es malo. Siento que mis latidos resuenan a lo largo del corredor.

Este momento se siente como una eternidad. Tengo varios sentimientos contradictorios en mi cabeza; por alguna razón, quiero huir y al mismo tiempo no quiero moverme de este lugar.

Quiero desviar la mirada, pero mis ojos no pueden evitar encontrarse con los de Berta. Entonces, mi temperatura se elevó de repente, y mi rostro enrojeció.

Estos síntomas…

—¡S-Señorita Berta! ¡Lo lamento, pero recordé un asunto que debo atender de inmediato! ¡Discúlpeme!

Huir del enemigo es algo asqueroso para un caballero. Sin embargo, no puedo evitar tener miedo de esta situación.

Incluso un gran héroe vacilaría ante el jardín de flores de mi mente. Si no es algo temporal, y si lo pierdo antes de obtenerlo, mi corazón podría colapsar.

Fui atrapado por el destino.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido