Reina Villana – Capítulo 3: Huelga de hambre

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


El tono acusador en su voz era evidente, y para Marianne, solo significaba problemas. Sus ojos se abrieron en pánico, ella agitó frenéticamente la cabeza, esperando retraer sus errores…

—Su Majestad. Ese no es el caso… —comenzó, pero fue interrumpida una vez más.

— ¿Entonces qué sucede? Ilumíname —Kasser preguntó con indiferencia. 

Marianne asintió cortésmente, inclinando la cabeza con reverencia, mientras continuaba con lo que había estado a punto de decir.

—Su Majestad, me temo que la Reina es bastante uhm…estricta —dijo, con visible preocupación, mientras le miraba a los ojos. Preocupación por la gente en el palacio, preocupación por su vida y la lista continúa. Kasser dejó escapar una burla silenciosa.

—El número de personas que mata cada vez se duplicaría, si la dejáramos ser estricta —murmuró irritado para sí mismo, sabiendo de lo que era capaz la reina en su ausencia.

El número de sirvientes asesinados, a causa del castigo corporal de la reina, se había convertido en un número alarmante. De hecho, había una razón de castigo por cada crimen cometido, pero, a los ojos de Kasser, ninguno merecía la pena de muerte por asuntos tan triviales.

Con la reina, tratando de establecer un nuevo orden en el palacio, solo le generó problemas al rey con sus subordinados. Incluso, su propia presencia, en su remoto reino del desierto, dejó a todos horrorizados por lo que había hecho.

Kasser había tratado de ser firme y le había advertido a la reina, Jin Anika, sobre las repercusiones que sus castigos le traerían, hace poco más de un año…

— ¡En el momento en que escuche sobre una persona muerta más, por tu culpa, no dejaré que quede impune!

Esas fueron sus palabras exactas, pero aún podía recordar la forma en que ella lo miraba, a pesar de la clara amenaza en su tono de voz. La confusión estaba plasmada en su rostro. No podía entender lo mucho que le molestaba al rey su actitud. Pero, a pesar de la sorpresa y la confusión, la malicia en sus ojos seguía siendo la misma. Lo cual, le molestó sin fin.

Desde entonces, Kasser se alejó más de ella. Nada podría acercarlos. Antes no estaban cerca, nunca lo habían estado, pero el disgusto que sentía hacia ella ahora, era mucho más intenso que antes.

Por suerte, la reina había hecho caso a su advertencia. La cantidad de castigos que impartía se redujo inmensamente. Pero incluso entonces, el miedo influido en los sirvientes permaneció. Los cortesanos le temían tanto, que optaron por permanecer en silencio, sin expresar sus preocupaciones al rey.

Sin embargo, a pesar de este problema tan evidente, el Rey no podía deshacerse de ella. A pesar de su odio por ella, necesitaba que ella le diera un heredero al trono.

—Ha pasado un tiempo desde que escuché que se encontraron cadáveres —comentó una vez más. — ¿Pero quizás encontraste algo de nuevo?

Pero Marianne lo negó, sacudiendo la cabeza en respuesta.

—No, su alteza —ella le dijo, con alivio en su voz —No hemos encontrado cadáveres —Se quedó en silencio de nuevo, insegura de cómo decirlo sin ser considerada irrespetuosa, Kasser esperó a que continuara hablando.

Ella lo tomó como permiso para hablar libremente.

—Su majestad, si puedo sugerir… —comenzó, y Kasser la miró con una ceja levantada. Sus nervios mejoraron, pero se los hizo a un lado para continuar hablando —Sugiero que se cuide a la reina.

Confundido por su expresión, parpadeo un par de veces, arrugando sus cejas. Era una solicitud muy inusual, por el bien de una reina tan brutal…

— ¿Disculpa? —Preguntó con incredulidad, esperando no haberla escuchado correctamente — ¿Cuidar de ella?

—Sí, su Majestad.

— ¿Por qué?

—La reina ha estado evitando sus comidas durante más de dos días —le informó, y los ojos de Kasser se abrieron por la sorpresa. Era inesperado para la reina descuidar su propio bienestar…

— ¿Y por qué es eso? —Preguntó, pero Marianne solo se encogió de hombros en la misma confusión.

—No sabemos, su majestad —dijo —la reina no abandona sus aposentos, y ninguna de las asistentes femeninas puede entrar sin su permiso expreso.

Kasser pareció pensativo por un momento, antes de mirar a Marianne…

— ¿Eso significa que no has podido entrar también? —Marianne asintió y Kasser se dio la vuelta, sumido en sus pensamientos. La confusión llenó su mente y lo molestó sin fin — ¿Una huelga de hambre quizás…? Murmuró para sí mismo, antes de que sus ojos se oscurecieran…

— ¿Qué intenta hacer esta vez? —Pensó.

3 respuestas a “Reina Villana – Capítulo 3: Huelga de hambre”

  1. uu esta interesante pero creo que mejor me voy a dormir son las 4.17 de la mañana y me despertaran temprano mis hijos jajajaja dem… por que traen historias tan buenas jajjajaj muchas gracias.

  2. Oh… a ver como nuestra eugenia hace para poder enmendar lo que la antigua reina hizo.

    Muchísimas gracias por el capítulo 💜🌸💜

Responder a katherine Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido