Secretaria del Vicepresidente – Capítulo 18: Una copa o quizás dos

Traducido por Kiara

Editado por Sakuya


—¿Eh? —Dong-jin se rió cuando vio a Seowon y Lee Kang-joon salir de los ascensores y caminar hacia él.

—Tendré una cita con uno de ustedes, pero ¿por qué están los dos aquí?

—Me dijeron lo que pasó, ayudaste a mi personal, por lo que es normal que sea yo quien devuelva el favor, compraré la cena —dijo Lee Kang-joon.

Los ojos de Dong-jin brillaron con alegría desenfrenada.

—¿De verdad vas a comprarla? Entonces, hoy vamos a comer algo caro.

—Como quieras —dijo Lee Kang-joon mientras pasaba junto a ellos hacia el auto que esperaba afuera.

—Siento no haberte podido avisar de antemano —Seowon le dijo a Dong-jin en voz baja.

—Está bien, siempre me evita cuando le invitó a cenar, es una buena oportunidad para comer juntos —dijo Dong-jin sonriendo.

—Entonces está bien —respondió con una sonrisa.

Ella miró hacia arriba para ver a Lee Kang-joon mirándolos con impaciencia, Seowon aceleró el paso.

—Lo siento, señor.

Ella no sabía que la imagen de los dos charlando amistosamente le había quemado las retinas.

El señor Baek los llevó a un restaurante italiano en un edificio moderno con una fachada de vidrio. En el interior, los guiaron a una mesa desde la que se podía ver el río Han por la ventana.

No la habían pedido, pero el camarero le trajo champán.

¿Lo había pedido con anticipación cuando hizo la reserva? Normalmente, este lugar parecía demasiado costoso para ella. No había menú, por lo que desconocía el precio de las comidas.

—Siempre te invito a tomar una copa, pero nunca aceptas —dijo Dong-jin mientras aceptaba la copa de champán llena del camarero.

—Simplemente no tengo tiempo.

—Lo sé. Sé lo ocupado que estás, pero eso no importa, ahora estamos aquí y todo gracias al secretario Han.

Dong-jin levantó su copa hacia Seowon, quien también tomó su copa.

—Muchas gracias —dijo Seowon mientras los tres brindaban.

Seowon tomó un sorbo de su champán, estaba delicioso. Poco después, colocaron platos sobre una hermosa vajilla frente a cada uno de ellos.

—Kang-joon, ¿vas a asistir al evento de Choi Young?

—No, Hwang va a ir.

—Realmente no tienes que ir. Aun así, a Choi Young-sam le encantaría que fueras, en lugar del director general. ¿No te parece?

—De ninguna manera.

Dong-jin se rió cuando Kang-joon respondió con indiferencia antes de tomar un sorbo de champán.

—Eres demasiado frío. Oh, por cierto, hubo un incidente hace un momento…

Seowon comió en silencio mientras escuchaba la conversación de Dong-jin y Kang-joon. Los temas iban desde la expansión del negocio, hasta personas de las que no tenía idea, y asuntos familiares furtivos. No tenían nada que ver con ella. No estaba triste por eso, lo veía como un almuerzo de negocios. A menudo asistía a algunos con el señor Park.

Mientras comía su bistec, la mirada de Seowon se posó en los buenos modales en la mesa de Kang-joon. Su cuchillo y tenedor se movían con facilidad mientras hablaba; dominaba los modales a la perfección.

Era muy pulcro.

Cuando la comida estaba llegando a su fin, Dong-jin se volvió hacia ella y le dijo —Oh, hemos hablado mucho y nos olvidamos del señor Han. ¿Cómo es la vida en la empresa?

Seowon estaba comiendo su postre.

—Muy buena.

—¿Es por eso que trabajaste tan duro en el retiro de formación de equipos?

—Me lo estoy pasando muy bien, si no me hubieran lastimado así, habría sido…

—Si terminaron, tenemos que irnos —expresó Kang-joon interrumpiéndolos. Se limpió la boca con la servilleta antes de arrojarla sobre la mesa.

—¿Irnos? —Dong-jin se volvió para ver a Kang-joon mirar su reloj—. ¿Tienes una cita? Entonces, tenemos que hacerlo —dijo arrepentido. Se levantó de su silla y Seowon siguió su ejemplo.

Cuando salieron del restaurante, habían traído los autos de Lee Kang-joon y Lee Dong-jin.

—Gracias a ti comí bien, Han Do-won —dijo Dong-jin.

Seowon le hizo una reverencia.

—Buenas noches.

—Buenas noches.

El conductor de Dong-jin mantenía abierta la puerta de su auto. Seowon vio como Dong-jin se alejaba antes de volverse hacia Lee Kang-joon.

—Gracias por todo, vicepresidente, cuídese.

—Sube, te llevaré.

Seowon se negó.

—No es necesario, además tienes una cita.

—No. Entra.

Seowon estaba perplejo.

—¿No dijiste que tienes una cita?

—Nunca dije eso —respondió inclinando la cabeza y mirándola.

Cuando lo pensó bien, Kang-joon nunca había dicho nada sobre su cita, esa información la dedujo Dong-jin cuando vio a Kang-joon mirando su reloj.

Sin nada que decir, se volvió hacia el auto de Kang-joon. Nerviosa.

¿Por qué estaba tan nerviosa? Tenía una expresión de dolor en su rostro y suspiró.

Se sentó en silencio en el auto mirando por la ventana hacia el río que fluía a través de la ciudad como un vaso sanguíneo. La ciudad brillaba como una hermosa toma en un movimiento, pero sus nervios hormigueaban detrás de ella, no dónde miraba.

Estar enamorado de alguien hace que todos tus sentidos se dirijan hacia él, incluso si no lo estás mirando. El solo hecho de estar en el mismo espacio la emocionaba y entristecía.

Si tuviera un amor normal, ¿experimentaría la felicidad, en vez de esta pesada tristeza? Se preguntó.

Volvió su atención de nuevo al paisaje que pasaba a toda velocidad. Kang-joon condujo directamente hacia el apartamento de Seowon. Ella se volvió hacia él

—Gracias por todo. Nos vemos mañana, señor —expresó antes de salir. Pero Lee Kang-joon la siguió.

Lo miró con sospecha mientras se acercaba a ella.

—Esta noche debería haber liquidado la deuda entre usted y el director Lee Dong-jin. Esta es una orden.

—¿Eh?

—Significa que no hay nada que resolver entre ustedes.

Seowon lo miró a los ojos y no vio nada detrás de su mirada.

—Entiendo, está bien.

Kang-joon se acercó a ella. Seowon contuvo el aliento mientras se movía.

—Ten eso en cuenta.

Se volvió y caminó hacia su coche.

—Cuídate.

Por las palabras de Lee Kang-joon parecía que no quería que ella le prestara atención a Lee Dong-jin.

No puede ser, trató de tranquilizarse a sí misma, pero su tembloroso corazón no se calmaba.

♦ ♦ ♦

A la mañana siguiente, Lee Kang-joon y el señor Park estaban fuera.

Estaba inmersa en su trabajo cuando sintió una palmada en el hombro. Se volvió para ver al señor Shim entregándole una bebida energética.

—¿Dormiste bien? Te ves agotado.

—¿Yo?

—Sí. Bebe esto. No te excedas. No queremos que vuelvas a estar exhausto.

Seowon sonrió agradecida mientras recogía la botella.

—Gracias.

—No hay problema —dijo dándole palmaditas en el hombro y regresó a su asiento.

Seowon se volvió hacia su computadora y abrió la bebida; ella había estado descansando bien, pero sus ánimos han estado por los suelos, había pasado demasiado tiempo pensando en Kang-joon. No importa en qué estaba pensando, no tenía respuestas, pero terminó quedándose despierta toda la noche rumiando.

No puedo continuar pensando en eso en el trabajo, manos a la obra. Se animó mientras bebía la bebida energética y se concentraba en el trabajo.

Ella había dejado de lado esas preocupaciones cuando el señor Park regresó con Lee Kang-joon.

—Vamos a tener mucho de qué preocuparnos por un tiempo.

—¿Por qué? —preguntó el señor Shim.

El señor Park se quitó la chaqueta y se sentó en su escritorio: —Recibí una llamada del presidente; ha programado la fecha del compromiso del vicepresidente. Será el mes que viene. Eso significa que tenemos que reordenar su agenda.

—¿Un compromiso? ¿Nuestro vicepresidente? —preguntó el secretario Shim conmocionado.

—¿Quién más podría ser? —respondió el señor Park antes de quitarse las gafas y frotarse los ojos lamentándose—. Estoy tan cansado.

Seowon miró en silencio el intercambio. Lee Kang-joon estaba comprometiéndose.

Recordó a esa hermosa joven, su prometida. No había pensado demasiado en ello porque no venía a menudo a la oficina.

—¿Vamos a tener que reprogramar el viaje a Washington para este mes?

—Ese es el mayor problema… —dijo el señor Park frotándose la cara—, teniendo en cuenta la situación, alguien tendría que ir en mi lugar con el vicepresidente, así que el señor Shim tendrá que ir a Washington.

—Eso debería estar bien, aunque es bastante repentino, puedo hacerlo.

—Lo siento, no iba a enviarte a ese viaje de negocios mientras fuera posible.

—Está bien, mi esposa entenderá que tengo que hacerlo de vez en cuando —expresó el señor Shim—. No se preocupe.

—Gracias. En resumen, el señor Shim irá a Washington con el vicepresidente. Señor Han, modifique el programa y yo haré una lista de verificación de lo que hay que hacer antes.

Seowon asintió.

—Muy bien. Ah, y el informe que pedí, podría estar listo para el lunes, ¿puedes intentar terminarlo hoy?

—Sí, haré lo mejor que pueda.

Su mente se había detenido ante el anuncio inicial del señor Park, solo había prestado atención a medias al trabajo que tenía que hacer.

Lee Kang-joon se comprometería oficialmente el próximo mes. Se sentía como si la hubieran rociado con agua fría. Lee Kang-joon no podía ser su amor no correspondido.

De repente se sintió mareada por el movimiento.

Seowon sabía que tenía que perder la esperanza. Cuando sus padres murieron y tuvo que lidiar con todo lo que siguió después, su nivel de adaptabilidad a las cosas malas aumentó.

Era ridículo estar enamorado de alguien que estaba comprometido para casarse con alguien más. A partir de ahí, la mirada de Seowon perdió algo de luz.

Hubo un retraso en la reorganización del horario, por lo que tuvo que forzarse a sí misma para hacer de todo.

—Justo cuando decíamos que debías tomarlo con calma y sucede esto —le dijo Shim a Seowon después que Park se fue a una reunión externa.

—Lo siento por él.

—No tienes que sentir pena por él cuando todos están ocupados —respondió Seowon con una sonrisa.

—Se siente como si estuviéramos destinados a trabajar en exceso. Pero no parece que valga la pena.

—Creo que también va a ser muy difícil para el señor Park, tiene que lidiar con todo lo que no podemos hacer.

—En realidad, el vicepresidente estará más ocupado.

—Sí… —respondió ella en voz baja. El mero pensamiento de Lee Kang-joon la hacía sentir dolor.

Sin conocer su estado de confusión, el señor Shim continuó.

—Iba a suceder de cualquier manera, era solo cuestión de tiempo. La señorita Geum es la única con la que él podría casarse.

Seowon hizo una pausa antes de preguntar —¿Es porque son amigos cercanos de la familia?

—¿Ah? ¿Por qué solo puede casarse con Geum Sera? —el secretario Shim dejó de escribir y colocó su barbilla en su mano con expresión pensativa—. ¿Qué debería hacer? Supongo que al señor Park no le importaría que se lo dijera, sólo me lo ha dicho a mí.

—¿De qué estás hablando? —presionó Seowon.

¿Se refería a la claustrofobia? No tenía sentido tener que casarse con Geum Sera por eso.

El señor Shim parecía angustiado sobre si decírselo o no,

—El vicepresidente tiene fobia a las mujeres. No sé el por qué, pero a él no le gusta estar cerca de las mujeres, excepto por la persona con la que creció, que es Geum Sera. Su condición es muy difícil.

Seowon dejó de leer el documento que tenía frente a ella.

—¿Fobia a las mujeres …?

—Supongo que podría ser una especie de alergia. Rechaza corporalmente la cercanía de las mujeres; puede llegar a sentir náuseas o dolor de cabeza.

—¿Es así…? —Seowon respondió distraída, todavía en estado de shock.

—Pero ha pasado por un tratamiento, por lo que puede ocultar sus síntomas cuando no puede evitarlo. Hacemos mucha programación para que rara vez suceda.

—¿Es por eso que este equipo está formado sólo por hombres?’

—Es la razón más importante.

—Ya veo.

Lo había encontrado extraño al principio; generalmente habría algunas mujeres en un equipo de secretaría.

—La señorita Geum Sera es una amiga de la familia, por lo que la conoce desde que eran jóvenes. Ella es la única mujer a la que no tiene ningún síntoma, aparte de sus colegas y familiares. Entonces, ella es con quien se va a casar —la expresión de Seowon se ensombreció, pero el señor Shim no se dio cuenta.

—Entonces, hasta ahora no ha habido otra mujer aparte de Geum Sera a la que no haya reaccionado mal.

—Eso es lo que parece. Estoy seguro de que por eso el presidente tiene prisa porque se case con ella.

—Supongo que tiene sentido —expresó Seowon asintiendo.

El señor Shim negó con la cabeza, —Es algo que debes saber por qué estás aquí, pero hay que mantenerlo en secreto, y también está lo del señor Kim. Lo siento, solo te lo estoy contando ahora.

—No, está bien.

—Gracias por entender. En el futuro, tendríamos que hacer muchas cosas para ayudar al vicepresidente. Por lo tanto, asegúrese de tener esto en el interior de su mente.

—Bien.

Seowon volvió a su trabajo. Como mujer, Han Seowon, al parecer, nunca tuvo una oportunidad. Ella había tenido esta oportunidad de conocerlo solo porque había fingido ser Do-won.

Realmente había terminado. Pero no fue agradable darse cuenta de que todas sus fantasías sobre conocerlo como mujer ahora eran en vano.

—¿Terminamos ahora? —el señor Shim se levantó de su asiento y ordenó su escritorio.

Seowon negó con la cabeza. —Necesito asegurarme de que esto esté terminado y entregarlo al señor Park. Sigue adelante.

—Está bien, me iré primero. No te quedes demasiado tarde.

—Sí, buenas noches.

Ella siguió trabajando. No fue hasta pasada la medianoche que el documento estuvo terminado y se lo envió al señor Park por correo electrónico que finalmente pudo irse.

Se sorprendió de lo tranquila que estaba mientras esperaba el ascensor.

Un humano no cambia fácilmente.

Ella se rió sin alegría mientras subía al ascensor. Incluso si es la primera vez que se enamora, incluso si es la primera vez que estaba tan llena de alguien que no podía dormir, incluso si ella tenía estos sentimientos abrumadores, incluso si ahora tenía el corazón roto.

No fue solo por su rapidez para renunciar a las cosas. Era lo mejor. Mientras trataba de fortalecerse, un rastro de lágrimas corrió por sus mejillas y cayó al suelo con un golpe de tristeza.

Parpadeó, sorprendida por las lágrimas.

El ascensor se detuvo y las puertas del ascensor se abrieron, Dong-jin estaba de pie al otro lado.

—Han Do-won…  —estaba a punto de saludar, cuando se dio cuenta de que el joven estaba llorando.

—Director Lee … —se interrumpió, sintiéndose incómoda por ser atrapada así.

—¿Prefieres continuar solo? —preguntó Dong-jin.

—No hay necesidad de eso. Estoy bien, entra.

Seowon se secó rápidamente las lágrimas y dio un paso atrás para darle espacio.

Pulsó el botón del aparcamiento subterráneo. Mientras bajaba el ascensor, Seowon estaba hecha un desastre.

—¿Por qué siempre nos encontramos en momentos como estos? ¡Estoy pensando en eso! —dijo Lee Dong-jin en broma hacia las puertas.

Seowon miró su esbelta espalda.

—Pero no te preocupes. Ya he visto muchas versiones diferentes de ti, así que no creo que sea peor si veo una más.

—También pienso igual.

Dong-jin se dio la vuelta con una sonrisa. Seowon le devolvió la sonrisa.

—¿Te dejaron? Puedo beber contigo si estás molesto.

—No es así. Estaré bien.

Aunque puede ser cierto, se había perdido en el amor, Seowon lo negó con una sonrisa acuosa.

Dong-jin la miró por un momento antes de decir —Nuevamente me rechazas, pero me alegro de que no estés siendo tan pesimista como antes. Ten cuidado de volver a casa.

—Igualmente —el ascensor llegó a la planta baja y Seowon hizo una reverencia y se bajó, pero Dong-jin la agarró del brazo.

—¿Director?

Dong-jin le dio una sonrisa suplicante, —¿Puedes beber conmigo? Últimamente me siento enamorado.

♦ ♦ ♦

—¡Salud! —Dong-jin chocó los vasos con Seowon.

Podría haberse negado si realmente lo hubiera querido. Pero sintió que ella y Dong-jin estaban en la misma olla emocional, por lo que fueron a un bar cerca de la empresa.

Seowon tomó un sorbo de cerveza.

Dong-jin bebió su cerveza y se comió los pequeños pretzels que les habían servido como bocadillos en el bar, mientras ordenaba más cerveza.

—Es increíble, no tengo a nadie para beber conmigo en un día como este, siento que he vivido mal toda mi vida —dijo Dong-jin con tristeza, como si realmente estuviera reflexionando—. Realmente no quiero ir a casa, no quiero ir con mis padres. Solo sigo mirando mi teléfono y no hay una sola persona a la que pueda invitar a tomar una copa en silencio.

Seowon bebió tranquilamente su cerveza escuchando las quejas de Dong-jin.

—¿No te parece gracioso? No hay nadie a quien pueda pedirle que beba conmigo en un día como este.

No tenía nada que decir, así que Seowon tomó otro sorbo de cerveza.

Dong-jin tampoco parecía querer una respuesta, tomó su vaso y pidió otra cerveza mientras Seowon estaba perdida en sus propios pensamientos.

—Entonces, ¿por qué llorabas? ¡Oh! Disculpa por preguntar —sacudió la cabeza—, si no quieres hablar, no tendré curiosidad.

—Eres honesto —dijo Seowon con una sonrisa.

Dong-jin agitó su vaso derramando algunas gotas en su mano.

—Creo que lo mejor es ser honesto. ¿No mienten las personas con el objetivo de impresionar a los demás? No quiero hacer eso.

—Esa no es la única razón por la que la gente miente… —dijo Seowon, pensando en sus propias razones.

Dong-jin pareció pensativo por un breve momento y luego sonrió con tristeza.

—Me pregunto si ese fue el caso.

Se veía solo mientras Seowon lo miraba, mirando su vaso con una sonrisa irónica.

Aunque parecía una persona frívola, parecía que era fiel a alguien. Esta faceta de Dong-jin le sorprendió bastante. Dong-jin levantó la cabeza mientras Seowon tomaba otro sorbo de su cerveza.

—¿No vas a preguntar? —cuestionó él.

—¿Quieres que te pregunte?

Dong-jin frunció el ceño y se rió, —No, no lo creo.

Por un momento, se veía como si Lee Kang-joon y Seowon perdieran el corazón de repente.

—Así es. Solo necesitaba a alguien que se sentara en silencio a mi lado mientras bebíamos. Pero no puedo decirte de qué estoy hablando… —dijo Dong-jin. Podía ver que el alcohol se estaba asentando, él parecía un poco borracho—. Cuando te vi en el ascensor, lo supe; tú eras el indicado.

—¿Qué habrías hecho si fuera una persona entrometida?

—No eres así, lo sé —dijo completamente seguro. Seowon se volvió para mirarlo y continuó —Una persona que está ocultando algo como Han Do-won no sería demasiado entrometida con las circunstancias de otras personas.

El vaso casi se le resbala de la mano cuando lo miró con sorpresa; él sabía ¿Lee Dong-jin se dio cuenta de que era mujer?

De repente se sintió sobria.

—¿Por qué crees eso? —preguntó tranquilamente a pesar de que su corazón latía con fuerza.

—Porque… es así.

—¿Sí?

La expresión de Dong-jin se hundió.

—La persona que me gusta tiene una atmósfera muy similar a la tuya. Como si siempre estuvieran tratando de evitarme.

Oh, eso es lo que quiso decir. Ella exhaló un suspiro de alivio. Estaba tan nerviosa que pensó que Dong-jin la había descubierto. De repente se volvió a sentir ebria.

—Tal vez, no…

—Bueno, podría ser, ustedes son tan parecidos y reservados —dijo Dong-jin encogiéndose de hombros.

Ella frunció el ceño —No, no nos juntes a los dos.

—Muy bien, digamos eso entonces.

—Sí.

A Dong-jin no parecía importarle, —Han Do-won siempre se escapa.

—No es mi intención. Es para que no me malinterpreten.

Ahora, le había vuelto a recordar a Lee Kang-joon; ella realmente no quería pensar en él.

—Solo me estoy desquitando contigo porque te pareces a esa persona —Dong-jin arrastraba las palabras. Tenía una sonrisa triste en su rostro—. Gracias por venir a tomar una copa conmigo —dijo levantando su copa hacia ella. Seowon lo miró sin responder.

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