Secretaria del Vicepresidente – Epílogo 2: Ser Feliz

Traducido por Kiara

Editado por Sakuya


—¿Qué? Lee Kang, ¿ese vicepresidente del ELN, Lee Kang-joon? —Jinju preguntó en estado de shock, sus ojos estaban muy abiertos.

—Sí, el mismo —respondió Seowon con calma, había estado esperando esta respuesta.

Estaban en una reunión en un café de la ciudad.

—¿Ese Lee Kang-joon para el que trabajabas?

—Sí —respondió Seowon.

—Vaya… me sorprendiste, Seowon —dijo, tomando un gran trago de su café tratando de calmar su mente.

Luego, se animó como si acabara de tener un pensamiento.

—Entonces, esa vez que parecía que lo estabas pasando mal, ¿fue por él?

—Sí, lamento no haberte dicho.

—No me molesta que no me lo hayas dicho, pero es increíble.

En ese momento, Seowon se veía tan pálida, sabía que su amiga estaba pasando por algo difícil, pero nunca hubiera adivinado que era por Lee Kang-joon.

—Pero, ¿no te estabas haciendo pasar por hombre en ese momento?

—Sí —respondió Seowon.

—¿Es bisexual o algo así?

Seowon se echó a reír.

—No, de todos modos él se sentía atraído por mí, aunque pensaba que era un hombre.

—Un amor que trasciende el género… qué grande. Pensé que los herederos sólo se casaban con los suyos.

—También yo —Seowon respondió con una dulce sonrisa.

Jinju le devolvió la sonrisa.

—Te ves tan feliz. Estaba tan preocupada cuando regresaste a Estados Unidos luciendo tan delgada. Pero, ahora tienes la cara llena, hombre… si que te ves bien.

—Por supuesto… —Seowon respondió descaradamente—. Estoy siendo amada sin fin, me pregunto si realmente puedo ser así de feliz.

Jinju la miró asombrado.

—El amor realmente cambia a una persona.

Seowon, que nunca había estado interesada en nada más que en el trabajo, fue completamente cambiada por el poder del amor. Hasta cierto punto.

Mirando su rostro radiante, Jinju sonrió.

—Estaba un poco preocupada por casarme con alguien como él, pero al verte, no tengo por qué hacerlo.

—¿Se van a casar?

—Sí, lo estaré pronto. Vivimos juntos.

—Entonces, ¿renunciarás al laboratorio estadounidense y volverás a trabajar aquí?

—No, va a ser difícil, pero volveré a trabajar después de la boda.

—¿De verdad? Pero, ¿te dejará ir? Está en América.

—Lo pensé, lo hablamos y él estuvo de acuerdo en que debería volver al trabajo.

Ella se había preocupado por eso, pero hablaron sobre el tema hace unos días y él estuvo de acuerdo.

—No tienes que renunciar por mi culpa. Es un trabajo que te encanta.

—¿Te parece bien si regreso?

—Está bien. Puedo ir a verte en cualquier momento.

No era algo que se pudiera hacer en cualquier momento, pero Seowon estaba agradecida con Kang-joon por no haberle dado mucha importancia.

Gracias Kang-joon —le había dicho ella. Él le dio una sonrisa afectuosa.

—Parece que realmente lo está entendiendo —dijo Jinju.

—Sí.

Jinju se rio.

—Siempre me había preguntado por qué nunca conociste a nadie a pesar de ser tan bonita, y ahora tienes a un tipo como Lee Kang-joon a tu lado.

No es como si lo estuviera evitando. Ella nunca tuvo el deseo de tener una cita, ni dijo que nunca iba a tener una.

—Bueno, me alegro de que no fuimos al club. ¿Qué te habría hecho él si lo hubieras hecho?

—No le importa, nunca ha preguntado sobre mis relaciones pasadas.

—¿En serio? Mis ex siempre preguntaron; ¿con cuántas personas has estado? —Jinju tenía una expresión exasperada.

Seowon sonrió gentilmente.

—Me alegro por ti, Seowon —dijo Jinju con sinceridad.

Entre sus amigos, Seowon era particularmente susceptible, por lo que siempre se aseguraba de mantenerse en contacto. Cuando estaban en la universidad, Seowon no tenía amigos porque se distanció intencionalmente de la gente. Debido a que era bonita, pero aparentemente distante, a las otras chicas no les gustaba estar con ella.

Al ser amiga de Seowon, Jinju sabía que no era fría, ni pomposa, sabía cómo tratar a sus amigos, simplemente no quería perder el tiempo en relaciones innecesarias.

A Seowon por su parte le gustaba Jinju porque era genial y sencilla, por eso se hicieron amigas.

—Te ves feliz —dijo Jinju. Siempre había visto a Seowon como una persona solitaria, pero la propia Seowon no se sentía sola.

Para Jinju, parecía que su amiga no podía abrir su corazón a los demás después de la muerte de sus padres. Ahora se sintió aliviada porque ya no se veía sola.

—Sí, realmente lo soy —ella dio una pequeña sonrisa antes de tomar un sorbo de su café.

Al verla sonreír, Jinju también se sintió feliz.

Después de la cena, se despidieron fuera del restaurante.

—Buenas noches.

—Te llamaré —dijo Jinju, se detuvo un momento y luego agregó—, cuando las invitaciones estén listas, espero ser la primera en la lista.

Seowon se rio

—Por supuesto —Seowon saludó con la mano y se fue apartando un mechón de su largo cabello.

Jinju la miró mientras se alejaba y suspiró.

—Me has sorprendido muchas veces, Seowon.

Se sorprendió cuando comenzó a trabajar en el ELN vestida de hombre en nombre de su hermano. Luego conoció a Lee Kang-joon, heredero del conglomerado que trabajaba como su secretario.

—Ahh ~ Estoy tan celosa.

La sonrisa feliz de Seowon era una muestra de lo bien que la amaban.

Jinju quería conocer a un chico que la hiciera lucir así.

—Pero, supongo que ha pasado por mucho hasta ahora, así que Dios la está recompensando por eso —murmuró Jinju.

Justo cuando estaba a punto de partir, un elegante auto deportivo pasó zumbando y se detuvo junto a Seowon.

—Ese coche… —un coche así era raro en la carretera, Jinju se puso de pie para mirar—. Cómo viven juntos, deben verse todos los días.

Seowon sonrió alegremente y subió al coche. Jinju sonrió cuando el auto se internó en la noche.

—También debería tener una cita.

Jinju se lamentó mientras caminaba hacia el metro agradeciendo a Seowon y Kang-joon que despertaran sus células de amor moribundas.

♦ ♦ ♦

—¿Por qué viniste cuando te dije que no te preocuparas y que iba a tomar el bus? Debes estar cansado —dijo Seowon mientras subía al coche.

Él le tomó la mano en el momento en que estaba situado.

—Solo pensé en que sería mejor venir a buscarte.

—¿Tienes que volver al trabajo? Debes estar cansado —Seowon dijo mirándolo con preocupación.

Estaba muy ocupado lidiando con la disputa por la malversación de fondos de Lee Chun-il. El caso judicial tampoco estaba terminado, por lo que no solo estaba ocupado con el trabajo, tenía que asistir a la oficina del fiscal y comenzar la investigación.

—¿Por qué no descansaste en lugar de venir a recogerme?

—Está bien —dijo él, acariciando su mano mientras conducía, parecía haberse convertido en un hábito—, verte aumenta mi energía.

Seowon estalló en una sonrisa.

—No puedo ganar.

Ella miró su mano sosteniendo la suya.

—Jinju, ¿es el nombre de la amiga con la que te reuniste?

—Sí.

—Choi Jinju.

—Sí.

—Recuerdo esa noche que te llevé a casa porque tenías fiebre y recibiste una llamada de Jinju mientras te bañabas.

—¡Ah! ¡Entonces! —Los ojos de Seowon se abrieron al recordarlo. Ella acababa de tomar una ducha y Kang-joon irrumpió con una expresión aterradora sosteniendo su teléfono.

—Te enojaste mucho al preguntar quién era Jinju.

—Pensé que era tu novia —dijo Kang-joon mirando hacia adelante—, fue tan irritante que estuvieras viendo a otras personas. Quiero que solo me mires a mí.

Estaba tan enojado porque ella recibía llamadas de mujeres que no conocía.

—Eso no ha cambiado —dijo sonriéndole suavemente—, todavía deseo ser el único que puede mirarte.

—Kang-joon…

—Lo sé, soy codicioso —sonrió, soltando su mano para acariciar sus labios—. Entonces, tengo que verte un poco, para poder soportarlo en el trabajo.

Seowon le besó los dedos, sabían dulces. Ella tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de él.

—Está bien, pero la próxima vez, deja que el Señor Baek te lleve, para que descanses un rato yendo y viniendo.

—Lo consideraré. —Él le tomó la mano con fuerza.

Seowon sintió su calor y sonrió.

—Jinju dijo que me veo feliz.

—Oh.

—Sí, dijo que estaba feliz por mí. Me alegro de haberle dicho.

Kang-joon conducía con delicadeza, sabía que él siempre conducía con cuidado cuando estaba con ella.

—Me sentía culpable por no poder decirle a Jinju lo que sentía por ti. Pero ella dijo que estaba bien.

—Me alegro, se ve que es una gran amiga.

—Sí, realmente lo es.

Seowon miró por la ventana.

—¿Te vas a encontrar con ella de nuevo? —preguntó Kang-joon

—Sí.

—Debería encontrarme con ella y saludarla antes de la boda —expresó él.

—Está bien, estás ocupado.

—No importa lo ocupado que esté, siempre tengo tiempo para la gente que me importa.

Seowon lo miró en silencio, llena de amor.

—Está bien —Ella respondió con una hermosa sonrisa.

Jinju había pedido una presentación, pero ella se había mostrado evasiva porque Kang-joon estaba muy ocupado. Entonces, estaba agradecida de que él lo hubiera mencionado primero.

Seowon se volvió hacia la ventana.

—Se ha vuelto mucho más cálido —dijo mientras abría la ventana. La agradable brisa nocturna le revolvió el pelo—. ¿No te parece?

—Quizá llegue pronto la primavera —respondió con una sonrisa.

Seowon lo miró, su cabello revoloteando alrededor de su rostro, su sonrisa hizo que la de ella se ensanchara.

♦ ♦ ♦

En un brillante día de primavera cuando los botones florales estaban a punto de abrirse, Seowon visitó la casa de la familia de Kang-joon.

—Bienvenida —saludó la abuela de Kang-joon, Choi Eun-hwa, con una amplia sonrisa de bienvenida.

Seowon hizo una reverencia a modo de saludo.

—Encantada de conocerte, soy Han Seowon.

—Soy la abuela de Kang-joon, Choi Eun-hwa. No te pongas nerviosa. Adelante.

—¿Cómo estás, abuela? —Kang-joon saludó con una cortés reverencia.

—Estoy bien, nieto.

Su abuela sonrió brillantemente y caminó delante de ellos.

Kang-joon envolvió su brazo alrededor de su hombro.

—Te ves nerviosa, todo estará bien.

—Lo sé, no te preocupes —Seowon trató de sonreír, pero estaba pálida. Kang-joon le tomó la mano.

Al sentir su calidez, se sintió un poco aliviada y él la condujo a la amplia sala de estar.

Incluso si no quería estar nerviosa, siempre encontraba intimidante al presidente del ELN, Lee Il-do. Lo recordaba como alguien muy similar a Kang-joon, tenía la misma aura opresiva.

Lee Il-do estaba sentado en un sofá en una sala de estar decorada con una estética antigua. Se levantó de su asiento cuando entraron.

—Kang-joon ha llegado —Eun-hwa le anunció a su esposo.

Seowon se inclinó junto a Kang-joon.

—Un placer conocerle.

—Sí. Toma asiento.

Seowon se sentó con Kang-joon frente al presidente Lee y su esposa. El presidente Lee vestía de manera informal, a diferencia de su ropa formal habitual, por lo que su aura no era tan opresiva.

—Escuché que estás saliendo con Kang-joon y planean casarse.

—Sí, ella es con quien quiero casarme —Kang-joon respondió, pero el presidente Lee lo miró fijamente y preguntó:

—¿Te pregunté?

Seowon respiró hondo y respondió: —Sí, es cierto, presidente.

—Ya veo.

Seowon ocultó su tensión y miró directamente al presidente con frialdad.

Lee Il-do se quedó en silencio por un momento antes de asentir y decir: —No eres tan bonita como en las fotos.

—¿Qué? —Seowon no entendió lo que estaba diciendo, pero el presidente dio una expresión de satisfacción y se levantó.

—He visto tu cara. Comamos.

—¿Eh?

Seowon había pensado que habría muchas preguntas, por lo que sus acciones fueron inesperadas. Ella parpadeó, confundida.

Tal vez durante la comida, pensó, pero en cambio él habló con Kang-joon sobre los planes de la boda.

—No, ahí no. Es demasiado pequeño —dijo el presidente Lee con el ceño fruncido.

—Es nuestra boda —respondió Kang-joon—. Tampoco queremos que sea llamativa.

—Pero el heredero del ELN no puede tener ese tipo de pequeña ceremonia.

Kang-joon quería un lugar pequeño, en lugar de una gran boda en un hotel del ELN.

—No quiero muchos invitados.

—Kang-joon, ¿crees que se trata solo de tus invitados? ¿Mis invitados se quedarán afuera?

Seowon escuchó la conversación entre Kang-joon y su abuelo confundida. Ella esperaba algo diferente, pero apenas se diferenciaba de las conversaciones en una casa común.

En ese momento, le colocaron un plato.

Seowon miró hacia arriba para ver a la Sra. Choi venir a sentarse frente a ella con una suave sonrisa en su rostro.

—Espero que sea de tu gusto —dijo en voz baja—. No he cocinado en mucho tiempo.

Seowon hizo una pausa.

—¿Usted lo cocinó?

—Estoy tan avergonzada, ha pasado tanto tiempo desde que cocino —dijo la señora Choi tímidamente.

Seowon había asumido que un cocinero se encargaría de cocinar, después de todo la puerta había sido abierta por un mayordomo.

—Gracias, disfrutaré la comida —dijo Seowon.

—Ahora me siento mal por contártelo. Por favor, no se sienta presionada y tómelo con calma. No tienes que obligarte a comer todo.

—Está bien —Seowon respondió con una sonrisa.

Habían pasado diez años desde que sus padres murieron, era la primera vez que alguien preparaba comida especialmente para ella. La hizo sentir extraña.

Los ojos bondadosos de Eun-hwa vieron a Seowon comer.

El presidente Lee y Kang-joon aún no estaban de acuerdo con los planes de la boda, por lo que fueron al estudio del presidente Lee.

—Ambos son tan tercos —dijo la señora Choi, llevando una taza de té al jardín—. Ojalá estuvieran de acuerdo en algo.

—Este té sabe bien, por favor pruébalo —le dijó Eun-hwa a Seowon.

Seowon se inclinó en agradecimiento.

—Gracias. Lo disfrutaré.

—Siempre bebo té de longa, estoy feliz de tener a alguien con quien tomarlo.

La señora Choi bebió su taza de té con gracia.

El cálido sol primaveral brillaba sobre el jardín. Seowon, al mirar el hermoso jardín plantado y ajardinado, decidió que la razón por la que la casa de Kang-joon también tenía jardines meticulosos era porque creció mirando esto.

—¿Qué opinas? Sabe bien, ¿no?

—Sí, es bastante bueno —respondió Seowon.

La señora Choi sonrió ante eso.

—Es un alivio. Me gusta mucho, pero me preocupaba que no fuera del gusto de los jóvenes.

—Para nada, es realmente bueno —expresó Seowon para tranquilizarla.

La señora Choi sonrió y miraron el jardín por un rato en silencio.

—Nos disculpamos profundamente con Kang-joon.

Los ojos de la Sra. Choi estaban distantes al recordar el pasado.

—¿Te habló de sus padres?

—Sí, lo hizo.

La señora Choi asintió con la cabeza y miró la taza que sostenía.

—Su padre era nuestro único hijo. Otros hombres de estatus similar tendrían hijos con amantes aquí y allá, pero mi esposo no, me preguntó si era porque no le interesaba estar con nadie más… a pesar del buen ejemplo de su padre, nuestro hijo si tuvo aventuras, pero nunca imaginé que lo haría con una mujer que trabajaba para él y convivia con su esposa e hijo… Y cuando los perdimos, sentí que había perdido todo mi mundo, no podía mirar a Kang-joon a los ojos. En ese momento mi hijo era más valioso que mi nieto.

No había podido preocuparse por Kang-joon, quien era el más importante en ese momento. Más bien, podrían haber creado cicatrices en Kang-joon de las que no eran conscientes.

—Me alegré cuando Kang-joon se despertó. Pero tenía miedo de que recordara mi error, mi egoísmo.

Aunque fue hace mucho tiempo, los ojos de la señora estaban rojos.

—Qué tonta fui —dijo.

Seowon le entregó su pañuelo en silencio.

—Gracias —expresó al tomarlo y secarse los ojos llenos de lágrimas.

Después de un profundo suspiro y calmarse, la señora Choi continuó.

—Había esperado con ansias el día de hoy, que alguien vendría y amaría a Kang-joon desde el fondo de su corazón, para aliviar mi pena, porque para mi estaba claro que Sera no era la indicada.

Al contrario de lo que pensaba su esposo, la Sra. Choi no pensaba que Sera fuera la persona adecuada para Kang-joon.

En cierto sentido, era natural que Kang-joon no pudiera abrir su corazón a Sera.

—Ahora puedo estar tranquila, todo gracias a ti, señorita Seowon.

—No, no necesita agradecer —respondió Seowon con sinceridad.

—Habíamos decidido no involucrarnos con quien Kang-joon eligió para casarse desde el principio —continuó la Sra. Choi, antes de tomar un sorbo de su té—, pero luego supongo que mi marido insistió en el tema porque no tenía a nadie en su corazón. Pero ahora que tiene a alguien a quien ama, no hay nada mejor que eso.

No había nada que disfrutará tanto como saber que su nieto estaba lleno de alegría cada día, eso hacía que su culpa por lastimar a Kang-joon disminuyera.

—No queremos nada más que ustedes dos sean felices. No se preocupen por nosotros y vivan felices juntos, nosotros seremos felices también —dijo la señora Choi con una sonrisa.

Seowon le devolvió la sonrisa.

—Lo haremos.

—Pero, me temo que el presidente va a interferir con la boda —la señora Choi se rio al ver que Kang-joon y el presidente Lee no habían salido del estudio—. Por favor, comprenda que ha estado esperando esta boda durante mucho tiempo.

Seowon se rio

—Creo que Kang-joon logrará un acuerdo.

No le importaba qué hubiera sido de la boda, Seowon seguiría la voluntad de Kang-joon.

—Pero ¿no son Kang-joon y el presidente realmente parecidos? Puede que no quiera rendirse con tanta facilidad.

—Así es, Kang-joon se parece mucho a su abuelo. Pero, por lo general no es tan terco —dijo la señora Choi con una suave sonrisa.

Choi Eun-hwa parecía relajada ahora que había dejado un poco de su carga, y ambas volvieron a mirar hacia el jardín mientras bebían té.

Fue una tarde inesperadamente pacífica.

Contrariamente a sus temores, Seowon dejó la casa de la familia Lee feliz por la amabilidad y hospitalidad del presidente y su esposa.

—Entonces, ¿qué decidiste finalmente? —Seowon le preguntó a Kang-joon en el auto camino a casa.

El presidente Lee y Kang-joon salieron del estudio por la noche, ambos parecían bastante sombríos, por lo que era difícil saber quién ganó.

—Bueno, en su mayoría se decidió seguir los deseos del presidente, pero con una pequeña advertencia.

—¿Lo hiciste? —Seowon preguntó desconcertada, pero el presidente Lee no parecía feliz.

—Fue muy problemático, porque ni siquiera estaba satisfecho con esa condición —dijo Kang-joon con cansancio.

—¿Por qué no le dejaste ganar? Es una boda que ha estado esperando desde hace mucho —alegó Seowon.

—Es ridículo querer celebrar una boda en tres países.

—¿Qué? —preguntó la chica desconcertada.

Kang-joon soltó un suspiro exasperado mientras se tocaba la frente.

—Estados Unidos, Suiza y aquí; Solo me negué a hacerlo tres veces. Es suficiente con una vez.

Tres países… eso es demasiado.

No es de extrañar que no hayan salido del estudio durante tanto tiempo. Kang-joon quería una boda sencilla, pero el presidente Lee insistió en una gran boda. Pero, esta escala era mucho mayor de lo que podía imaginar.

—Entonces, ¿solo nos vamos a casar aquí?

—No exactamente —respondió agotado—, finalmente acordamos una ceremonia aquí y una recepción en los Estados Unidos, ya que también nos gustaría invitar a tus colegas del laboratorio.

Debe haber sido un dolor de cabeza tratar de moderar las expectativas del presidente Lee.

—Lo siento, realmente solo quería que tuviéramos una pequeña ceremonia privada.

—No te preocupes, es un evento único en la vida, así que no importa —respondió Seowon con cariño.

Kang-joon la miró asombrado.

—¿Estás realmente bien con esto? No quiero que te sientas presionada.

—No me siento presionada. Había tomado la decisión de aceptar lo que viniera, así que estoy bien. —Ella estaba completamente preparada para una gran aventura cuando él le propuso matrimonio—. Para ser honesta, solía pensar que tu mundo era muy diferente al mío.

Hasta que comenzó a trabajar para él, nunca había pensado en la posibilidad de salir y casarse con un heredero de un conglomerado.

—Solo soy un hombre. No soy tan especial como la gente piensa.

—Lo sé. He estado viviendo contigo y me lo has demostrado.

Al despertar, comer y pasar tiempo juntos, se había vuelto parte de mi rutina y de mi nueva normalidad.

Creo que tiene algunas extrañas ideas preconcebidas.

—¿Ese prejuicio te pone nervioso? —preguntó con una sonrisa, Kang-joon frunció el ceño de nuevo—. No me volveré a sentir así jamás.

En ese momento, se detuvieron en un semáforo en rojo.

Se volvió hacia Seowon y le acarició el pelo.

—No me pongas más ansioso de lo que ya estoy.

Ella le sonrió.

—No, nunca.

La expresión de Kang-joon se suavizó.

—¿Quieres que te lo confirme? —dijo inclinándose hacia él. Ella sostuvo su rostro entre las manos y lo besó.

Antes de que la luz se pusiera verde, se besaron dulcemente.

♦ ♦ ♦

Seowon se sorprendió cuando llegaron al salón de bodas, que lucía como el más colorido y grandioso de la nación, justo como quería el presidente Lee.

—Kang-joon, la gente ya está aquí…

Aunque era lo que había esperado, el vasto jardín donde se iba a celebrar la boda ya estaba abarrotado de invitados.

Hubo luces intermitentes y clics de los obturadores de las cámaras mientras los reporteros y los invitados tomaban fotografías y daban vueltas.

Al ver esta escena, Seowon tuvo dificultades para mantener la calma.

—¿Han sido todos invitados por el presidente?

—La mayoría de ellos… —dijo Kang-joon con una mirada de preocupación en su rostro mientras miraba a la multitud.

No habían participado en la mayor parte de la organización de la boda porque el presidente Lee quería estar a cargo. Simplemente les indicó que se concentraran en sus papeles y se sintieran relajados.

—Voy a derribar el edificio, crearé el jardín perfecto y construiré un nuevo edificio. Un piso con ventanas desde el piso hasta el techo que permitan observar el océano. Los jardines se van a rehacer… —el presidente Lee había enumerado una cosa sorprendente tras otra.

—Detente, no tienes que remodelar el edificio —fue la respuesta de Kang-joon en ese momento.

¿Este es el resultado de su gran visión? Kang-joon lamentó haber dejado que su abuelo se desenfrenara, pero no era como si hubiera escuchado sus opiniones de todos modos.

—No te preocupes, estaré a tu lado —Kang-joon le dijo a Seowon, pero parecía inesperadamente tranquila.

—Estaré bien —respondió ella con una sonrisa brillante y se apoyó en su hombro.

Afuera, los invitados que vestían sus mejores galas miraban con asombro las decoraciones de la boda de cuento de hadas. Parecía un festival.

Había un gran buffet, bocadillos y una barra de bebida libre. Era obvio para todos que el presidente Lee había sido generoso en la organización de la boda.

El coche fue conducido hasta el pórtico donde bajaron Kang-joon y Seowon. Un asistente impecablemente vestido, los recibió en las puertas.

—Hemos estado esperando.

El asistente los condujo a través del edificio hasta una gran sala de espera.

—Ésta es la sala de espera de la novia. Espere aquí, nuestro personal vendrá para asistirle.

—Gracias —respondió Seowon antes de tomar asiento en un sofá.

—Señor, se estará preparando en la habitación de al lado.

—Puedo estar sola por un tiempo. Nos vemos pronto —dijo ella con una sonrisa relajada.

Al ver que no estaba preocupada, Kang-joon también se relajó y le acarició la cabeza brevemente.

—Hasta pronto.

Kang-joon fue llevado a su habitación mientras los asistentes llevaban el vestido al interior.

—A partir de ahora te transformaremos en la novia más hermosa jamás vista —expresó una mujer que se le acercó.

Seowon la había visto antes en la televisión, era una famosa maquilladora.

Había pasado alrededor de una hora, cuando terminó su trabajo y mostró a Seowon su apariencia en un espejo.

—Tienes una piel tan hermosa; no tuvimos que hacer mucho. El vestido especialmente diseñado para ti por Gabriel es simplemente exquisito. Te ves maravillosa.

—Sí, me gusta… —Seowon estaba a punto de responder, pero las puertas se abrieron y entró Kang-joon.

—Kang-joon —susurro ella.

Los ojos de Kang-joon se fijan en Seowon sorprendido.

Su vestido blanco brillante mostraba su elegante cuello y delicados hombros. Abrazó sus curvas mostrándolas de la mejor manera. La falda era amplia con finos cristales bordados en tul y encaje.

—Seowon… —llamó asombrado.

Él también se veía apuesto con su esmoquin.

Seowon se miró a sí misma.

—¿Pasa algo? Creo que me veo bien.

Kang-joon había contenido la respiración, no se dio cuenta hasta que la soltó.

—Estoy asombrado —dijo mientras se acercaba a ella—, tengo miedo de permitir que alguien más te vea.

—¿De verdad? —al ver que hablaba en serio, sonrió alegremente—. ¿Con que era eso? Pensé que no te había gustado.

—De ninguna manera —él sonrió; no podía apartar los ojos de ella. Sabía que el vestido le quedaría perfecto, pero verlo en la vida real era demasiado impresionante.

Extendió la mano para acariciarle la cara.

—Eres la más hermosa, Seowon.

—Tú también eres muy guapo —le respondió con una sonrisa.

Los asistentes y el maquillador que habían estado observando, sonrieron.

Kang-joon se fue a saludar a los invitados que habían llegado. Seowon miró el reloj de la pared y el móvil sobre la mesa.

Es casi la hora, se dijo a sí misma mientras levantaba su teléfono.

Hubo un golpe en la puerta.

—Adelante.

La puerta se abrió y entraron Do-won y Jinju.

—¡Hermana!

—¡Seowon!

Seowon los saludó con una sonrisa brillante.

—Gracias por venir.

—¡Recibí la primera invitación, por supuesto que debo estar aquí! —exclamó Jinju con una sonrisa.

—Do-won, ¿no te sentías incómodo en tu habitación?

—Es un hotel del ELN, ¿cómo podría estar incómodo?

A los amigos cercanos y familiares se les asignó habitaciones en el hotel para que no tuvieran que viajar. Kang-joon quería que sus familiares y amigos cercanos estuvieran cómodos, por lo que les habían asignado las mejores habitaciones.

—Pero, te ves tan… —dijo Do-won mirándola, casi sin palabras—, tan bonita —dijo finalmente antes de darse la vuelta.

—¡Do-won! ¿Estás llorando? —Jinju bromeó— ¡Este es un gran problema, eres un chico tan delicado! Nuestro Do-won está llorando. ¿Quieres que te traiga un pañuelo?

—¡Choi Jinju! —Do-won llamó exasperado mientras se volvía hacia ellas. Se sonrojó haciendo reír a Jinju.

—Tienes que sonreír. ¡Vamos, sonríe! —Jinju lo engatusó sosteniendo su brazo.

—Basta, no es divertido —Do-won se alejó de Jinju y se volvió hacia Seowon—. Felicitaciones, hermana.

Los ojos de Do-won estaban rojos. Los ojos de Seowon también se estaban poniendo rojos.

Al ver esto, Jinju pellizcó el brazo de Do-won, quien se quejó al instante.

—Ella es simplemente Seowon debajo de ese bonito maquillaje. No dejes que se arruine.

—Está bien, se puede arreglar —dijo Seowon, pero Jinju le dio un codazo a Do-won.

—Aunque lo retoquen, puede que no sea tan perfecto, así que ten cuidado, Han Do-won.

—Sí, sí.

Al verlos a los dos, se comportaban más como hermanos que ella y Do-won. Se sentían cómodos en la presencia del otro, ya que se conocían desde hacía mucho tiempo.

La puerta se abrió y entró Kang-joon.

—Señor Kang-joon —saludó Jinju. Lo habían visto antes.

—Felicidades por tu matrimonio.

—Felicidades.

—Gracias —respondió.

Al verlo muy guapo con su esmoquin, Jinju se inclinó hacia Seowon.

—Seowon, debes haber salvado a tu país en tu vida anterior.

Seowon se rio y se volvió hacia Kang-joon.

—Debo haber salvado al país en una vida anterior.

Kang-joon sonrió y le rodeó el hombro con un brazo cariñosamente. Su mirada era dulce como la miel.

—Por favor, absténgase de arrojar sal sobre nosotros —bromeó Jinju.

—Puede que te cases si coges el ramo —dijo Do-won.

Jinju y Seowon habían arreglado que ella le arrojara el ramo a Jinju.

Ella se volvió hacia él.

—Si no me caso en tres años, no lograré casarme.

—Eso es un poco arriesgado, ¿no? —Do-won respondió—. A menos que un hombre aparezca milagrosamente en tres años. ¡Ay!

Jinju le dio un golpe en la espalda.

—¿Qué tipo de apuesta es esa? Si no encuentro a nadie, te tomare del brazo.

—¡¿Por qué a mi?!

Kang-joon y Seowon habían estado observando en silencio sus discusiones, cuando Kang-joon captó la mirada de Do-won.

—Gracias. Si no hubiera sido por ti, estaba pensando en cómo habría conocido a Seowon. Gracias de nuevo.

Kang-joon ya le había dado las gracias cuando se reunieron formalmente no mucho tiempo más.

Do-won miró a Seowon con una expresión complicada.

—Realmente no sabía que iba a hacer eso por mí. Honestamente, si lo hubiera sabido, la habría detenido.

—Incluso entonces, la habría encontrado. De alguna manera, de alguna manera —dijo con una sonrisa a Seowon, sus ojos brillaban.

Do-won asintió, porque el amor de Kang-joon por su hermana era obvio en su expresión.

—Lo sé, estaba destinado a suceder, pero supongo que me convertí en una especie de médium para ustedes dos.

Kang-joon le dio una palmada en el hombro.

—Me aseguraré de que no te arrepientas de ser nuestro médium por el resto de tu vida. Créeme.

—Ya es suficiente —dijo Do-won avergonzado. Ya estaba recibiendo ayuda de Kang-joon, pero sabía que su negativa caería en oídos sordos. Kang-joon de alguna manera volvería a él a través de Seowon.

Pero Jinju acababa de soltar un bufido cuando le dijo que se sentía incómodo al recibir tanto de Kang-joon solo porque se iba a casar con su hermana.

—No tienes que preocuparte —había dicho Jinju—, tiene una montaña de dinero. Sólo tómalo.

—Pero…

—Incluso si te sientes incómodo, tómalo por Seowon.

Decidió aceptar las cosas, pero le preocupaba que Kang-joon se estuviera yendo por la borda.

—Oh, ya casi es la hora. Saldremos primero. Seowon, no estés nerviosa. Ánimo —dijo Jinju mientras bombeaba su puño hacia Seowon.

—No te pongas nerviosa, hermana —indicó Do-won.

—No te preocupes —dijo Seowon con una sonrisa.

Do-won le devolvió la sonrisa cuando Jinju salió junto con él.

Tan pronto como se fueron, entró el señor Park.

—¿Está listo, señor?

Kang-joon asintió.

Seowon saludó al Señor Park.

—Felicitaciones por su boda —dijo el señor Park con una sonrisa amable—, usted es la novia más hermosa que he visto en mi vida.

—Gracias —las lágrimas que Seowon había mantenido a raya, se derramaron.

—Saldremos pronto. Sigue adelante —le dijo Kang-joon al señor Park.

—Sí.

Cuando el señor Park se fue, Kang-joon sacó un pañuelo y le secó las lágrimas.

—¿Solo verte mirando a otro hombre me pone celoso, y ahora estás llorando?

—Es que… primero Do-won, y ahora con el señor Park, no pude evitarlo.

—Solo debes llorar por mí —le dijo.

Kiara
Siempre tóxico, nunca intoxico.

Ella lo miró y se rio como una flor en plena proliferación.

Kang-joon levantó la barbilla y le dio un suave beso.

—Gracias por casarte conmigo.

—Gracias a ti —los ojos de Seowon se llenaron de lágrimas de nuevo.

Kang-joon la abrazó.

—Te amo —susurró en su oído.

Seowon cerró los ojos mientras las lágrimas caían.

—También te amo.

La marcha nupcial empezó a sonar fuera de la ventana.

2 respuestas a “Secretaria del Vicepresidente – Epílogo 2: Ser Feliz”

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