Traducido por Lugiia
Editado por Sakuya
Dos semanas han pasado desde entonces.
Como de costumbre, no me he encontrado con Louis. De hecho, ni siquiera lo he visto por la Academia.
Últimamente, parece que ha estado tan ocupado que ha estado yendo y viniendo entre el castillo y la mansión de la casa ducal Armelia.
Espero que al menos esté cuidando de su salud…
Puedo imaginarme a Louis completamente absorto en su trabajo y olvidándose de cuidar su cuerpo como resultado.
Hoy, he venido a la biblioteca.
Durante el período de exámenes, esta biblioteca siempre está llena de gente, pero ahora mismo está desierta. Esa diferencia era notable en las áreas donde solo había libros académicos, sin una sola persona presente.
Cuando el débil sonido de la lluvia entró en mis oídos, detuve un momento mi mano en la búsqueda del libro y me giré para mirar por la ventana.
Debido al clima gris, ya estaba un poco oscuro en el exterior, aunque todavía no era tan tarde.
El sombrío cielo parecía reflejar mi corazón, y me sentí algo deprimida.
El ataque a los archiduques del Principado de Rinmel fue prevenido de forma segura, y dichas personas ya habían emprendido pacíficamente su viaje de regreso a casa.
Sin embargo, de alguna manera, no fue un final muy satisfactorio para el asunto. Porque todavía no sabíamos quiénes eran los que habían obtenido ilegalmente los uniformes del ejército, ni quiénes eran los colaboradores del ataque.
Además, estaba preocupada por los cambios en la estructura de poder de los nobles del reino de Tasmeria.
En ese sentido, la forma en que Sharia se enamoró no parecía ser del todo ajena a la situación… Se sentía como si fuera una tela cuidadosamente tejida.
Los hilos, que representaban a varias personas, se entrelazaban de forma complicada, produciendo esta situación.
Y toda esta situación parecía un enredo caótico como resultado de un hilo tejido por error. A pesar de que debía ser desenredado, era demasiado complejo.
Como no sabía ni siquiera la textura de la tela, era imposible saber por dónde empezar a desenredar… Y, sin saberlo, el tejedor continuaba tejiendo de forma constante…
Esa era la impresión que tenía.
Aunque tenía que desenredarlo, el hecho de no saber cómo hacerlo me causaba ansiedad y frustración.
—Oh, Dios… Buen día, Su Alteza.
En medio de todo eso, sentí una presencia y, cuando me giré hacia ella, vi un cabello rubio que me resultaba familiar… Con eso, se hizo evidente que era el príncipe Edgar.
Como no podía ignorarlo, hice una reverencia mientras lo saludaba.
—Ha pasado un tiempo, señorita Mellice.
—Sí, de hecho… No tuve la oportunidad de hablar con usted debido a los recientes eventos.
—Ah… ahora que lo menciona, es cierto.
Reaccionó con extrema normalidad, a pesar de los significados ocultos en mis palabras.
Probablemente era consciente de lo que quise decir…
Qué hombre tan irresponsable.
—¿Viene a menudo por aquí, Su Alteza?
—Sí. Cuando no estoy estudiando sobre política, siempre vengo aquí.
Mientras decía eso, empezó a buscar un libro en una estantería cercana.
Después de quitarle la mirada, también empecé a buscar mi próximo libro.
—Su Alteza, esto puede ser grosero de mi parte pero ¿puedo decirle algo…? —pregunté, con la mirada fija en la estantería.
Aunque este acto era bastante descortés, el príncipe no pareció importarle y continuó buscando su libro.
—No me importa… ¿Qué es?
—“Ella” es una persona muy importante para mí.
Mis palabras sonaron como una campana de advertencia. Por un momento, el cuerpo del príncipe Edgar tembló.
—No tengo intenciones de cuestionar los sentimientos de Su Alteza… Sin embargo, si solo planea jugar, me gustaría pedirle que no se acerque más a ella. Y, aunque sea en serio… —exclamé, esta vez dirigiéndole mi mirada.
Mientras sus ojos permanecían fijos en la estantería, su mano se detuvo, y, en su lugar, cruzó sus brazos mientras escuchaba en silencio mis palabras.
—Por favor, detenga cualquier acto que pueda herirla… Como sabe, la situación actual en el castillo no es muy buena. Si siente que con eso puede terminar dejándola ir… Entonces, por favor, déjela ir ahora mismo.
—¿Y si no tengo intención de hacer eso?
—Entonces no hay nada que pueda decirte… Simplemente continuaré protegiéndola.
—Ya veo…
Durante un tiempo, simplemente se quedó en silencio.
A pesar de que un tercero le había hablado con irritación, e incluso, le había mencionado rudamente lo que esos sentimientos podrían causar en la realeza, no parecía molesto.
—Ustedes dos se llevan bastante bien.
Su inesperada respuesta me sorprendió un poco.
—S-Sí…, por supuesto. Después de todo, ella es una persona muy importante para mí.
—Es por eso que… —murmuró en voz baja—. No, no es nada… Acabo de descubrir que sus acciones de ahora se deben a que piensa bastante en el bienestar de su amiga…
Ya sea que estuviera aturdido o molesto…, me era imposible leer sus emociones basándome solo en su tono de voz.
Sin embargo, no me arrepiento de mis palabras. Por eso, me mantuve en silencio mientras observaba su actitud.
—Ah… No soy tan intolerante como para enfadarme por las palabras que acaba de decir en beneficio de su amiga. En realidad, las encontré bastante intrigantes.
Quería preguntarle: “¿Es así…?”, pero como esas palabras se atoraron en mi garganta, al final no las pronuncié.
Tal vez, porque no tenía intención de hablar más sobre este asunto, la conversación se detuvo ahí, y sus brazos cruzados una vez más comenzaron a buscar su libro.
—Bueno, entonces, me retiraré.
—Oh, por supuesto.
Como ya había encontrado el libro que estaba buscando, lo tomé y me fui de la zona.