Traducido por Lugiia
Editado por Sakuya
—¡General, hemos derrotado al enemigo!
La batalla contra los mercenarios en el territorio Anderson se desarrolló ante mí.
Parks diseñó la estrategia de batalla basándose en la información traída por los subordinados de Alf, mientras yo llevaba a cabo sus planes junto con un pequeño número de miembros del cuerpo de guardia.
Para evitar revelarnos, continuamos aplastando de forma eficiente los grupos ocultos de mercenarios uno por uno.
—Solo un poco más…
—Sí. El próximo será el último.
—Apresurémonos…
Por supuesto, también era consciente de que Nord estaba a punto de salir del Principado de Rinmel.
Por eso tenía prisa.
Me llevé a todos conmigo y me dirigí al último escondite. Después de colocar personal en la entrada y la puerta trasera de un edificio en el territorio Anderson, nos apresuramos a su interior.
Al entrar, revisamos las habitaciones una por una. Y cuando abrimos la puerta de la última habitación, encontramos unos cuantos hombres.
—¡Ese es Nord…!
—¿Qué has dicho?
El subordinado de Alf señaló a una de las personas entre ellos.
De acuerdo con nuestra información previa, Nord debería haber estado levantando un ejército en el Principado de Rinmel…
Internamente, estaba desconcertado. Sin embargo, no hay forma de que el subordinado de Alf, que conocía a Nord, se equivocara.
Siendo ese el caso, entonces ¿quién era el que estaba levantando el ejército en el Principado de Rinmel…?
—Hola, muchas gracias por tu presentación… Como dijo, me llamo Nord. En verdad es un placer conocerlo…
Pero después de que la persona misma lo admitió, mi confusión se desvaneció.
—Ya veo… Entonces tú eres la raíz de este mal —murmuré y, a continuación, lo ataqué.
Cuando estaba justo delante de él, de alguna manera, se las arregló para esquivar mi ataque.
En ese momento, los miembros del cuerpo de guardias mataron a los otros hombres.
—E-Espera, hablemos…
—No tengo nada de qué hablar contigo…
—No, tengo algo de lo que no sabes. Si te lo digo, ¿me dejarías ir?
—¿Quién te dejaría ir…? Además, la idea de hablar surgió de ti, no de mí.
Con eso, blandí mi espada sin piedad alguna. Era un ataque imposible de evadir, así que la espada de Nord salió volando.
Decidí cortarlo para evitar que se escapara. El corte creó una herida que lo puso al borde de la muerte, donde… si podía ser salvado o no, dependía del tiempo en que se tratara la herida.
—Entonces, ¿qué querías decir? —pregunté mientras me agachaba sosteniendo mi espada llena de sangre.
Los miembros del cuerpo de guardia a mi espalda, de alguna manera, parecieron soltar un sudor frío al verme, pero no disponía del tiempo necesario para preocuparme por ello.
—Me parece que, mientras más rápido hables, mejor, ¿no es así?
Una vez más, lo miré. Mi mirada hizo que Nord se estremeciera de miedo mientras abría la boca.
—¿C-Cuándo crees que comenzó mi conexión con el joven Cordis…?
—Hmm… ¿no fue más o menos cuando Wels empezó a malversar el hierro?
Nord se rió de mi respuesta.
—No hay manera de que sea tan simple. Nuestra conexión comenzó mucho antes de eso… alrededor del momento en que la guerra con Towair terminó.
—¿Cuando la guerra con Towair terminó…?
—Sí, así es. Acepté la petición del joven Cordis y le di las armas a Towair como regalo… No obstante, una persona nos vio mientras teníamos ese intercambio de armas… Tu esposa.
—¿Meliruda…?
—Así es. Enviamos las armas a Towair pensando que ganarían, pero pensar que perderían… Después de su derrota, nos retiramos ya que sería problemático si nuestra conexión se descubriera, pero… no pudimos encontrar a esa mujer. Después de eso, pasamos mucho tiempo buscándola… No pensamos que sería la esposa del general Gazelle.
La razón por la que no se había dado cuenta era porque, poco después de la guerra con Towair, el país alteró los registros de su historia personal.
Aunque era hija de la casa del conde Sezun, fue adoptada por la casa de un barón.
Para evitar que ese hecho quedara expuesto, y debido al tiempo que pasó dando a luz y criando a Parks y Mellice, no salió mucho a la sociedad, con la excepción de algunas fiestas de té privadas.
—Solo nos dimos cuenta cuando empezó a asistir a las fiestas. Y luego, pasamos un año investigando sus alrededores… En ese momento, nos dimos cuenta de las ambiciones del señor Wels. Bueno, gracias a él las cosas terminaron sin que yo tuviera que ensuciarme las manos, así que le estoy muy agradecido. Y esa información me permitió negociar un poco.
—Ya veo… Bueno, no es como si hubieras herido a Meliruda directamente… —murmuré tan bajo que no pudo oírme—. Pero, es un hecho que fuiste tú quien puso a Wels en ello. Como pensé, no puedo dejarlo pasar.
Entonces, maté a Nord.
—¡Parks…!
—Sí.
—¡Si Nord está aquí, eso cambia la suposición de que marchaba desde el Principado de Rinmel! ¡Apúrate y lleva al cuerpo de guardia a Mellice en el Principado de Rinmel!
—¡Entendido!
Una vez más, bajé la mirada hacia Nord.
—¿También terminaste usando a Cordis, o…? Bueno, al final, buscaste una pelea con nosotros. Eso es todo lo que hay —murmuré, dejando la zona.