Sin madurar – Capítulo 6: El niño maldito (6)

Traducido por Den

Editado por Nemoné


Leandro no tardó en quedarse dormido, sus largas pestañas negras se agitaban como si estuviera soñando. Le rocé suavemente los párpados con la punta de mis dedos. Aunque no había llorado, los bordes de sus ojos estaban rojos.

De repente, abrió los ojos y parpadeó varias veces, luego comenzó a frotarlos bruscamente.

𑁋Uhhh…𑁋Leandro de repente me agarró del brazo y se levantó𑁋. Tú…

Estaba sentada en el suelo junto al sofá, mirándolo inexpresiva. De la nada, se puso inquieto, estiró los dedos y después los cerró en un puño una y otra vez, y luego, miró el techo en silencio antes de finalmente sujetar mi delantal.

𑁋¿Q-Qué estás haciendo? 𑁋tartamudeé, cuando tiró del tirante de mi hombro.

𑁋Es extraño. No tomé ningún medicamento, ¿entonces por qué puedo verte?

𑁋Eso es porque estoy frente a ti, joven maestro.

A mis palabras, relajó su agarre, luego se dio la vuelta y se acurrucó en el sofá.

𑁋Eh, puedo ver incluso si hago esto… ¿El techo siempre ha tenido esos dibujos? También veo esos 𑁋dijo Leandro, entrecerrando los ojos.

𑁋 ¿No son buenas noticias? ¡La medicina debe haber funcionado! 𑁋dije, aplaudiendo. Esto era realmente asombroso.

𑁋Acabo de decir que no tomé ningún medicamento.

𑁋Ahh.

𑁋Eres ridícula.

𑁋Entonces, ¿quizás el medicamento que tomó ayer está haciendo efecto?

𑁋No hay forma de que sea eso. He estado tomando el mismo medicamento todo este tiempo.

𑁋Hmm… Entonces, ¿quizás es porque te frotaste los ojos?

𑁋Qué tontería.

Incliné la cabeza hacia un lado mientras Leandro fruncía el ceño.

¿Repentinamente recuperó la visión? ¿Eso era parte de la historia? No importa cuánto lo intentara, no podía recordar que esto fuera parte del capítulo extra que resumía la infancia de Leandro… O, quizás lo era y simplemente no recuerdo haberlo leído.

De todas formas, estaba bastante segura de que el medicamento era la razón por la que la visión de Leandro se había recuperado. Sin embargo, el niño obstinado no me escuchaba.

Se sentó y agarró el cuello de mi camisa, tirando de mí hacia él.

𑁋 ¿Qué me has hecho? 𑁋me preguntó en voz baja.

𑁋 ¿Q-Qué hice? ¿Por qué estás actuando así?

No era fácil seguir los repentinos cambios de humor de Leandro. Estaba tan confundida que solo podía pestañear. ¿Cómo podía entenderle? Estaba perpleja.

En ese momento, unas letras comenzaron a retorcerse en la mitad izquierda de su cara.

¿Eh? ¿Acabo de imaginar cosas?

Levanté las manos e intenté tocar su rostro. Sin embargo, antes de que mis dedos pudieran alcanzarlo, Leandro soltó un grito extraño y horrible, y cayó hacia atrás, cayendo sobre el sofá.

𑁋 ¡Joven maestro! ¿Está herido? 𑁋Su caída pareció dolorosa.

Ignoró mis preguntas y se hizo un ovillo.

Por un momento, todo lo que hicimos fue mirarnos el uno al otro. O más bien, Leandro me miró como si fuera a abrir un agujero a través de mí, hasta que finalmente dijo:

𑁋Vete… 𑁋dijo, respirando de forma irregular𑁋. Sal de mi habitación.

𑁋Pero, por qué estás… 𑁋quería saber por qué, pero permaneció en silencio. No dijo nada más.

Como todavía no me movía, Leandro me agarró del dobladillo de mi falda y me arrastró hasta la puerta. Su visión realmente había mejorado, ni siquiera tanteó las paredes o se tropezó.

𑁋Joven maestro, espera. Joven maestro espera un minuto. Todavía no he terminado de limpiar…

Cerró la puerta de golpe. Llamé una y otra vez, pero no obtuve respuesta.

♦ ♦ ♦

Sonó una campana.

El sol se estaba poniendo lentamente. Estaba descansando distraída cuando escuché el ruido de la campana desde las escaleras.

Aunque me echaste de tu habitación de esa forma, parece que todavía me necesitas, eh. De buen humor, llevé su bandeja con la cena y llamé a la puerta de su habitación.

𑁋…

No hubo respuesta, así que después de un rato no me molesté en esperar más y abrí la puerta. Leandro tenía la manta pegada al cuello y tiritaba en la cama. Su condición parecía ser el resultado de los movimientos bruscos de antes.

En cualquier caso, me acerqué para revisarlo. Las mejillas del niño estaban rojas por la fiebre.

𑁋 ¿Joven maestro?

A pesar de que estábamos en pleno verano, el viento no podía ser saludable para un enfermo. Rápidamente cerré las ventanas. A continuación, tomé la caja que contenía su medicamento y busqué el analgésico. Me resultó imposible identificar los medicamentos por su nombre, pero como antes me habían informado sobre sus características, no me tardé mucho en encontrar el jarabe púrpura.

𑁋Sé que no te sientes muy bien, pero por favor trata de incorporarte. Si te tomas el medicamento con el estómago vacío, solo empeorará las cosas más adelante.

𑁋No…

Puse mi mano en su frente. Estaba ardiendo. Afortunadamente, mi mano estaba fría, así que en el momento en que toqué su frente, dejó de temblar un poco.

𑁋 ¿Qué tal esto? Te daré un poco de sopa. Solo cinco cucharadas.

𑁋Dije que no…

La zona alrededor de los ojos de Leandro estaba roja debido a la fiebre. Su mirada inestable me lastimó el corazón. Aparté la mano de su frente y me giré para dirigirme a la mesa de color caoba, donde había puesto su cena.

De repente, me sorprendió. Leandro sacó la mano de debajo de la manta y me agarró del brazo, aferrándose desesperadamente a él como un salvavidas.

𑁋 ¿Joven maestro?

𑁋Dijo que no… No quiero. No quiero comer. No necesito medicamentos. Solo quédate aquí.

𑁋 ¿Aquí…? ¿Junto a ti?

Siguió insistiendo, con su mano caliente en mi brazo. Solo cuando finalmente me senté a su lado, cerró los ojos.

𑁋La habitación está caliente.

𑁋Silencio…

El agarre de Leandro no era fuerte, pero no podía atreverme a romperlo. Pasé mis dedos por su cabello con mi mano libre. No pareció importarle mis manos frías. Más bien, su expresión, que había estado retorciéndose del dolor, ahora estaba un poco más relajada.

La habitación estaba tan caliente que estaba comenzando a sudar. Supuse que probablemente se debía a que había abierto las pesadas cortinas, así que abaniqué a Leandro con mi delantal para enfriar su sudor. Mientras hacía esto, me di cuenta de que había comenzando a sudar frío.

𑁋…

Me pregunto cómo es el futuro de alguien que no ha vivido ni un solo día como una persona sana.

Eleanora curaría su maldición, pero Leandro no lo sabía por el momento. La novela decía que cada exhalación era insoportable para él. ¿Qué clase de pecado podría haber cometido este niño para recibir semejante castigo? ¿Cómo no podía sentir pena por ti? ¿Cómo no podía preocuparme por ti?

Vivir una parte de la historia que había leído era una experiencia desconcertante. A pesar de que sabía lo que sucedería en el futuro, no importaba. Leandro tenía mucho dolor, y yo no podía hacer nada al respecto. Todo lo que podía hacer era quedarme a su lado cuando me llamara.

♦ ♦ ♦

Después de esa noche, el estado de ánimo de Leandro mejoró. Fue una transformación increíble. Por supuesto, su forma tosca de hablar no había cambiado, pero ya no se negaba a comer. Ni siquiera se molestaba cada vez que ponía mi frente contra la suya.

Estaba comenzando a pensar que realmente había aceptado mi existencia a su lado.

Hoy le di de comer el desayuno. Aunque no dijo que no quería comer, todavía seguía siendo quisquilloso. Después, le preparé un baño frío para limpiar el sudor frío de ayer, luego regresé a la habitación. Leandro estaba extrañamente de buen humor.

𑁋 ¿Qué estás mirando? Ven aquí de una vez.

𑁋 ¿Me ves…?

𑁋 ¿Por qué? ¿Eres un fantasma?

𑁋No, sabes que eso no es a lo que me refiero.

Leandro, que había estado estirado en el sofá, comenzó a levantarse lentamente.

𑁋 ¿Te tomaste el medicamento después de que me fui anoche?

𑁋No.

𑁋 ¿Por qué no lo hiciste? ¿Qué pasa si colapsas o algo por el estilo?

Ayudé a Leandro a sentarse y a ponerse las pantuflas. Luego, lo ayudé mientras nos dirigíamos al baño. Ni siquiera se resistió cuando le quité la ropa tan pronto como entramos, lo desvestí hasta dejarlo en su ropa interior. Leandro se metió en la bañera sin problemas. Moví la mano dentro del agua, mezclando las hierbas medicinales que había puesto.

Leandro gruñó mientras estiraba las piernas. Eran tan flacas como las ramas de un árbol. Las movió dentro del agua verde de la bañera.

𑁋Pareces una persona mayor.

𑁋Realmente dices lo que quieres, ¿verdad? 𑁋Me fulminó con la mirada. Aunque había una brecha en nuestra relación, verlo mirándome directamente me hizo sentir lo suficientemente atrevida para preguntarle qué pensaba.

𑁋 ¿Joven maestro, tu visión realmente está mejorando?

𑁋…

𑁋 ¿No lo está?

𑁋 ¿Cómo lo sé? Esto nunca ha sucedido antes, por lo que es difícil de decir. Podría ser como dijiste. El medicamento finalmente puede estar surtiendo efecto 𑁋respondió Leandro secamente. Soltó las palabras como una metralleta.

Hice un puchero mientras levantaba su brazo para lavarlo con jabón.

𑁋 ¿Por qué sigues tocándome sin mi permiso?

𑁋 ¿Eh? ¿No te gusta…? 𑁋retrocedí rápidamente.

Ante esto, Leandro arqueó las cejas.

𑁋 ¿Cuándo dije que no me gustaba?

𑁋Entonces, ¿sólo estás haciéndote el difícil?

Aigoo, solo estaba bromeando. Le di un golpecito con mi codo.

𑁋Haciéndome el difícil… ¿para qué? A puesto a que incluso las personas indecentes no hablan así 𑁋Volvió la cabeza rápidamente.

Puse un poco de jabón en su espalda y comencé a lavarla. Como siempre, no me dejó tocar sus cicatrices. Aún así, al menos me permitía atenderlo. Después de ayudarle con su baño, lo llevé a su habitación.

Leandro comió el almuerzo y la cena sin quejarse. Cuando ya era de noche, su fiebre regresó, por lo que tuvo que tomarse su medicamento para bajar la fiebre. Me quedé junto a su cama hasta que se quedó dormido antes de regresar a mi habitación.

El cielo estaba lleno de estrellas brillantes, y la luna redonda y amarillenta ya estaba sobre el cielo nocturno. Sin embargo, Anna aún no había regresado.

¿Está ocupada? No pensé más en ese asunto y me fui a dormir.

Sin embargo, más tarde me desperté por un ruido sordo. Parecía haber una repentina conmoción afuera.

Salté de la cama y me puse un chal sobre los hombros antes de salir de la habitación. Las doncellas de la habitación contigua estaban en el pasillo, murmurando sobre lo que habían escuchado. Nos miramos mutuamente, nos reconfortamos y subimos las escaleras del anexo.

Lo primero que vi fue un cabello escarlata, desaliñado y áspero en el suelo. Solté un profundo suspiro.

La escena en que Anna roba las joyas de Leandro estaba sucediendo ante mis ojos.

Leandro había golpeado a Anna con un candelabro, haciéndola tropezar y caer por las escaleras… Así que el sonido que escuché antes era la caída de Anna contra el suelo. Ouch. Habiendo pasado todo el día con Leandro, había olvidado la verdadera intención de Anna. 

Al final, supongo que decidiste causar un problema, Anna. Parecía que se había desmayado por la conmoción de caer por las escaleras. A pesar de todo el caos, las manos de Anna seguían agarrando fuertemente un colgante que pertenecía a Leandro.

Leandro salió de su habitación y me miró a mí y a las otras doncellas desde arriba de las escaleras.

𑁋 ¿Joven maestro, qué sucede? 𑁋preguntó una joven sirvienta.

𑁋No mucho.

Aunque esa fue su respuesta, la escena ante nuestros ojos contaba una historia diferente. Era obvio lo que había sucedido: las doncellas habían comenzado a darse cuenta de los anillos y las joyas que habían escapado de las manos de Anna y que brillaban en los escalones de las escaleras.

𑁋 ¡Mira esto! ¡No hay duda de que Anna estaba tratando de robar las joyas del joven maestro!

𑁋Ve a la residencia principal y llama a la señorita Irene. Vigilaré a esta chica.

Ayudé a las otras sirvientas a quitar a Anna de las escaleras y a tumbarla. La señorita Irene apareció de repente con rulos todavía en su cabello, parecía que se había apresurado tan pronto como había salido de la cama.

𑁋 ¡Dios mío! ¡Esta mocosa debe haberse vuelto loca!

La señorita Irene abofeteó las mejillas de Anna. Luego, fue a despertar a la pareja ducal, diciendo que esto no podía ser manejado por personas como nosotros.

Y así fue cómo conocí a los padres de Leandro por primera vez.

𑁋Todo este alboroto por nada. Todo esto es porque una doncella robó algunas cosas. Echale un poco de agua para despertarla y despidela.

La madre de Leandro era una mujer brillantemente hermosa, con cabello rubio y ojos azules. Rápidamente miró a su hijo y apretó el chal sobre sus hombros. Como si solo mirarlo la disgustara, la duquesa sacudió la cabeza y evitó su mirada.

𑁋Leandro 𑁋dijo el duque𑁋, no causes todo este escándalo por algo tan trivial. ¿No es algo que deberías poder manejar por tu cuenta?

El duque lo trató tan frívolamente, actuando como si fueran completos extraños. Solo ver la mirada del duque sobre Leandro me dio escalofríos. No habría sido capaz de decir que estaban relacionados por sangre. El duque frunció el ceño hacia Leandro como si hubiera visto algo que no quería ver.

𑁋Te ves ridículo. Deja de hacer tal escena y vuelve a tu habitación.

Había algo verdaderamente mal con la forma en que el duque trataba a su propio hijo, especialmente que le estuviera hablando así frente a los sirvientes. No era sorprendente que los sirvientes como Anna deambularan por la residencia sin respetar a su maestro.

𑁋Tienes razón. Este no es gran cosa. Lo siento 𑁋Leandro respondió tranquilamente.

Ver la indiferencia de la pareja ducal hacia su hijo no pareció sorprender a nadie. De hecho, solo una persona estaba en shock, y esa persona era yo.


Den
¡¡Qué clase de padres son esos 凸(`⌒´メ)凸!! Pobre Leandro :\'(

8 respuestas a “Sin madurar – Capítulo 6: El niño maldito (6)”

  1. Gracias por el cap ❤ Amo esta historia. Mi pobre bebe Leandro es un buen chico, no más lo han tratado mal, sobre todo sus pinchis padres. Sé que las cosas mejoraran >___<)9

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