Sin madurar – Prólogo

Traducido por Den

Editado por Nemoné


Si desearas algo de todo corazón, ¿el universo ayudaría?

Cuando finalmente llegué, me di cuenta de que estaba en el mundo de una novela, sirviendo como una doncella del personaje secundario, Leandro, en su residencia.

¿Eh? 

Mientras mojaba de un lado a otro la fregona maloliente en el cubo, traté de comprender la situación en la que me encontraba actualmente.

Recuerdo haberme quedado dormida mientras leía una novela romántica que se había vuelto recientemente popular. Con un corazón acelerado, el escritor me sobrecogió con una gran sensación de traición e incredulidad mientras leía la frase de Leandro, quien pensé que era el personaje principal.

Sentí que el autor me engañó porque Diego, quien es el verdadero protagonista principal y el  príncipe heredero, apareció en la historia de la nada y fácilmente se llevó a la heroína, a pesar del hecho de que Leandro había estado con la heroína, Elenora, desde el principio.

—Te amo con todo mi corazón y alma —declaró desesperadamente Leandro.

Independientemente de su confesión, Elenora al final eligió al príncipe heredero, Diego. Incluso sin leer entre líneas, era obvio que Leandro era el más encantador de los dos.

¿Por qué demonios el autor dedicó tanto tiempo a describir su amor por Elenora de forma tan triste si le iba a dar ese final?

Gracias a él, después de leer el final, lloré hasta quedarme dormida, empapando la funda de mi almohada con lágrimas.

Pobre Leandro… 

La vida de “Leandro Chirillo Velveeta” había sido una serie de eventos desafortunados.

Era el único hijo de la familia Velveeta. La pareja se unió a través de un matrimonio de conveniencia, es decir, una unión político. Sin embargo, aunque el matrimonio en la nobleza generalmente no es más que una herramienta política y económica, no todos los matrimonios políticos eran tan fríos como el de la pareja Velveeta.

No había amor ni respeto mutuo. El deber de dar a luz a la próxima generación sólo se hizo como deber de la nobleza, y no como deseo a formar una familia.

La pareja rara vez se veía junta y apenas tenía una interacción cara a cara. Era imposible incluso creer que vivían en la misma residencia, a excepción de los momentos en que dormían juntos.

Además de su falta de amor mutuo, la pareja descuidó y tampoco prestó atención a su hijo.

La forma más adecuada y precisa de describir la infancia de Leandro era que él era una joven bestia hambrienta de amor.

Tras su nacimiento, su madre inmediatamente lo entregó a su niñera. No perdió tiempo en sostenerlo en sus brazos. Mientras su madre estaba de parto, el futuro padre estaba en la capital, apostando tranquilamente.

El niño creció con desprecio y abandonado por sus propios padres. De vez en cuando, el niño pasaba toda la noche llorando. Era en esos días en los que su madre revelaba discretamente una expresión retorcida, agradable y brillante.

Ni el momento en que el infante dijo sus primeras palabras, ni la vez en que dio sus primeros pasos, pudieron derretir el corazón de la pareja. Al final, el niño colapsó por una fiebre alta. Durante días y noches, Leandro no estaba consciente, y estuvo al borde de la muerte.

A pesar de que creció la mayor parte del tiempo siendo descuidado y sin afecto, Leandro aún era de sangre y miembro de una Familia Real, y no sólo eso, sino que era el único heredero y sucesor de la pareja duque, Velveeta. Por lo tanto, los médicos que servían a la Familia Real, los sacerdotes de alto rango e incluso los magos vinieron a examinar y tratar al niño.

Pero fue en vano. No pudieron hacer mucho para meditar la situación aparte de disminuir la temperatura de su cuerpo al dejarle consumir té medicinal. La temperatura de su cuerpo había sido tan alta que se sentía como si estuviera en llamas.

Por alguna razón, el niño no podía despertar. El color de su piel comenzó a oscurecerse y, además de eso, unos caracteres desconocidos comenzaron a manchar lentamente su rostro. Destacaron contra la piel pálida y clara del niño. La mitad de su cuerpo harapiento ahora estaba grabado con símbolos extraños y grotescos, causando una conmoción entre las personas a su alrededor.

A pesar de la condición aparentemente peor del niño, los médicos, sacerdotes y magos sacudieron la cabeza porque no podían determinar la raíz de la causa de su enfermedad.

— ¡Aah! ¡Aah! —gritó el niño, que era incapaz de soportar la fiebre alta. Gritó y lloró del dolor hasta que su voz se volvió ronca.

Una gruesa sombra de muerte se proyectó sobre la habitación del niño, y muy pronto, nadie dudó de que el niño pronto moriría.

Fue solo entonces que el duque y la duquesa realmente sintieron pena por el niño.

♦ ♦ ♦

Finalmente, Leandro recuperó la consciencia. Sus ojos, que solían ser tan profundos y azules como el océano, habían perdido la vista, y su color se convirtió en un gris oscuro.

—Por qué… ¿Por qué está tan… oscuro…? Enciende… las velas —Finalmente habló el niño, sus palabras eran temblorosas y rotas.

Ya era mediodía. El sol brillaba a través de las cortinas abiertas, pero a través de los ojos del niño, estaba tan oscuro como la noche.

Las expresiones de la pareja ducal, que habían estado cuidando al niño junto a su cama, se endurecieron. En lo que respecta a su linaje y sucesión, esta anomalía era un asunto serio.

— ¿Dices que quieres que te dé un segundo hijo? ¡No, no puedo hacer eso! Me tomó mucho tiempo recuperarme de la depresión postparto después de dar a luz… —protestó la duquesa.

— ¿No escuchaste que dijeron que te calmaras? ¿En primer lugar, no deberíamos estudiar su recuperación?

Al despertar, estaba completamente rodeado de oscuridad. Mi sentido del oído estaba bien porque pude reconocer con claridad las voces de mis padres peleando cerca de mí. Sus palabras atravesaron mi corazón como una daga. 

Leandro había perdido la sensibilidad en la mitad de su rostro. Se sentía como si sus nervios faciales estuvieran paralizados. Esto se debe a la medicina que adormece los sentidos. En algún momento, el dolor que sintió fue tan inmensamente fuerte que casi perdió la cabeza por completo.

De repente estaba aterrorizado, pero debido a que sus ojos estaban tan secos debido a su visión nublada, ni siquiera pudo derramar lágrimas libremente.

El Papa hizo un anuncio después de examinar cuidadosamente al niño:

—Es una maldición. La energía oscura corre por sus venas y roe la superficie exterior.

Colocando su mano sobre la frente del niño, trató de infundir poder divino dentro de él. Pero la maldición, que ya estaba profundamente arraigada en su cuerpo, simplemente rechazó el poder divino curativo.

Las mejores mentes se reunieron y dieron vueltas al asunto, pero no pudieron encontrar una solución o método para levantar la maldición. El cuerpo ya había rechazado el poder divino en primer lugar, así que ninguna cantidad de costosas hierbas medicinales o magia podrían haber sido de mucha ayuda.

Sin embargo, un lingüista pudo determinar que los caracteres garabateados en la cara de Leandro pertenecían a un idioma antiguo del reino Ambrosetti.

—Ambrosetti…

Ambrosetti era un estado sujeto al reino donde vivía Leandro. Durante este tiempo, la heroína de la novela fue secuestrada. Elenora no tenía idea de por qué la estaban arrastrando, pero eventualmente conocería a Leandro.

¿Qué podría saber esta jovencita? Bueno, fue porque era la pequeña reina de Ambrosetti, así que la trajeron para compartir información sobre las heridas del niño.

En ese momento, el físico de Leandro no era típico de un niño que solo tenía ocho años. Era todo piel y huesos porque estaba desnutrido, ya que no estaba comiendo adecuadamente; la grotesca maldición que cubría la mitad de su cara sobresalía; y su par de ojos grises oscuros se movían constantemente ya que no podía ver correctamente.

Como si buscara el más mínimo rayo de esperanza, Leandro movió sus manos vacilantes frente a ella. Un sacerdote menor empujó a Elenora hacia delante desde detrás.

— ¡Ugh…! —Forcejeó.

Aunque ella era un peón de la nación derrotada, Elenora aún era una niña que creció rodeada de cosas hermosas. Solo conocía cosas como flores de colores, joyas resplandecientes, vestidos de seda preciosos, etc.

La “cosa” frente a Elenora era lo suficientemente aterradora para un niño que no conocía nada de ese tipo. Elenora dio un paso atrás, vacilante al verlo. Pero el sacerdote que estaba detrás de ella la sujetó por la fuerza del hombre y la obligó a mirar directamente hacia los ojos nublados de Leandro.

— ¿Puedes leer los caracteres en el rostro del duque? —preguntó el sacerdote.

—N-No… sé —respondió ella.

Asqueroso.

¿Qué hice para merecer este tipo de castigo? De ahora en adelante, no me saltaré ninguna lección de etiqueta y trabajaré duro. Lo haré así…

— ¡Aleja esa cosa de mí! —gritó.

El miedo se reflejó en los ojos pálidos de Elenora.

Sin embargo, el sacerdote no tenía palabras para consolarla. La niña, que estaba retenida en contra de su voluntad, estaba temblando, tratando de levantarse de su asiento.

El sacerdote no tuvo más remedio que darse por vencido después de verla en ese estado de frenesí. Elenora intentó volver a retroceder un paso, pero sus pies quedaron atrapados en su falda y cayó sobre su cadera.

La niña levantó su dedo tembloroso y apuntó a Leandro, — ¡Monstruo! —gritó con voz chillona. Se echó a llorar y trató de cubrirse los ojos, como si hubiera presenciado algo que nunca debería haber visto.

—Es un monstruo —Estalló la multitud detrás de ella.

— ¡Un monstruo te digo! —gritaron.

La charla de los adultos alrededor de Elenora pronto llegó a los oídos de Leandro. Incapaz de ver nada y sin saber lo que estaba sucediendo frente a él, de repente fue etiquetado como “esa cosa” y “monstruo”.

A una edad tan temprana, quedó fácilmente traumatizado. Después de ese suceso, pasó la mitad de su vida viviendo en reclusión dentro de su mansión.

El duque y su esposa apartaron la mirada de su feo hijo. Llegaron a la conclusión de que a pesar de que estaba vivo, ahora está peor que estar muerto.

Después de 13 años, Elenora se reunió por casualidad con Leandro y se acercó a él por simpatía. Leandro, cuyo corazón y mente ya habían sido profundamente heridos por sus palabras de antes, odiaba a Elenora y la rechazaba fuertemente. Pero ella continuó dedicándose a él y al final Leandro se abrió a ella.

Entonces un día, la maldición que cubría todo su cuerpo fue levantada como resultado de una inesperada energía liberada por Elenora. Y en consecuencia, se enamoró ciegamente de ella porque lo había curado de una maldición que lo había estado devorando desde dentro.

Pero, fue aquí donde la tragedia de la novela comenzó a tener lugar.

Elenora ya tenía un amor de su infancia.

Leandro, que quería mantener a Elenora del reino Ambrosetti a su lado, se opuso firmemente al matrimonio entre Elenora y Diego.

— ¿Es porque va a heredar el trono? —se preguntó. Al final, Leandro hizo lo que quiso y eventualmente suscitó una rebelión.

Como resultado, Leandro condujo a los hombres a la Capital Imperial el día de la boda de Elenora y Diego. Sin embargo, Diego ya había anticipado los planes de Leandro y pudo suprimir fácilmente al “protagonista masculino” y su ejército.

Al final, Leandro fue ejecutado…

El comienzo de la novela comenzó con mucho potencial, pero al final, acabó de una forma muy decepcionante.

Ugh, de verdad.

¿Qué es esto? 

¿Qué intenta decir la novela? 

¿Realmente tuvo que hacer la vida del pobre Leandro tan miserable hasta el final?

Después de terminar el libro, sacudí la cabeza abatida.

Me eché a llorar y lloré por el amor no correspondido de Leandro, que había estado observando seriamente a una sola mujer en toda su vida. Culpé a la miopía de Elenora al rechazar su confesión y, finalmente, negué por completo la existencia de Diego, que había arruinado por completo todo los elementos buenos de la historia.

Cierto. Me quedé dormida pensando así…

Pero, por alguna razón, cuando me desperté estaba usando un uniforme de doncella, en cuclillas y fregando el suelo.

¿Qué…?


Den
¡Y aquí otro nuevo proyecto muy famoso últimamente entre los lectores! Gracias a Solace Translations por dejarme utilizar sus traducciones y espero que les guste esta nueva novela ^^ Me alegro de poder traducir esta novela y no saben la pena que me da todo por lo que pasó nuestro querido Leandro T^T. Menos mal que ahora ha parecido Ibellina y sanará su corazón y cambiará su destino.

Nemoné
Otros padres buenos para nada. Con estos niños tan bonitos, pero progenitores tan cabrones tsk tsk. Tranquilo Leandro, ya te van a llegar tus momentos de felicidad ♥ Ah, sí, es Nemoné~ Estaré trabajando en esta novela como editora. Gracias por leerla, y espero disfruten sus capítulos traducidos al español por Den, para ustedes

Una respuesta en “Sin madurar – Prólogo”

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