Sirviente a Madre – Capítulo 5: Las Recetas rápidas de Lily (2)

Traducido por Akatsuki

Editado por Ayanami


Ah, sí, um… ¿Qué deberíamos hacer con esta situación?

Cuando llegamos a las puertas de la mansión, vimos cómo se llevaba a cabo un divertido acto cómico delante de nosotros.

— ¡Maldición, simplemente no se romperá!

—Entonces, tendremos que usar nuestro último recurso. Una bomba humana…

— ¡Detente! ¡No te apresures!

— ¡No tenemos otra opción!

…Ummmm. A juzgar por su conversación, estos hombres están tratando de averiguar cómo destruir la barrera, pero los comentarios que hacían son extremadamente divertidos.

—… ¿No me digas que estas son las personas por las que Leonard-sama estaba preocupado?

—No lo creo…

A pesar de que Amdo-san dijo eso, los estaba mirando llenos de dudas. Bueno, él también hace este tipo de miradas, eh…

—Por el momento, déjame tratar con ellos.

—Espera.

Cuando Milis lo ignoro con una sonrisa seca, Amdo-san se apresuró a detenerla.

— ¿Qué?

—Yo lo haré.

Tan pronto como lo escuchó, parecía que Milis estaba a punto de llorar.

—… ¿Tienes poca fe en mí? Sabes bien que puedo acabar con ellos en un abrir y cerrar de ojos. ¡No me trates como una tonta!

Milis se dio la vuelta y se fue. Ella se enojó, eh.

Estaba segura de que Amdo-san quería ir tras ella, pero, como no podía dejarnos solas, se quedó mirando con frustración a Milis alejándose de nosotros.

Yo, que no poseía ningún medio para defenderme a mí o a Jill. Estábamos en peligro si nos deja. Así que, teniendo en cuenta las probabilidades, Amdo-san estuvo en lo correcto de no moverse. Sin embargo…

—No sabías lo que esos tipos le podrían hacer a una chica hermosa como Milis. Por eso dijiste que ibas a manejarlo. ¿No es así?

—…Sí.

Aunque Amdo-san se mordió los labios con fuerza por no poder hacer algo, lentamente, sacudió su cabeza y dijo: —Pero, Milis ha tomado una decisión.

—No. Creo que ella, simplemente, reaccionó así por tus palabras.

Sentí que no era suficiente. Simplemente, ellos no entienden la intención del otro.

—Milis llamó a su existencia una ‘Herejía’.

Oh. Amdo-san está enojado. No dijo nada más, pero el aura que irradia es impresionante.

—Ella cree que por ser una ‘Herejía’ depende de sus habilidades. Cada vez que se cuestiona, incluso en lo más mínimo, es como negar su razón de vivir. Estoy segura de que eso la asusta.

—Ella no es una ‘Herejía’.

—Entonces, ¿Que es ella?

Al hacerle esa pregunta, mis ojos estaban fijos en él.

Probablemente, ambos se habían malinterpretado, razón por cual Milis tenía esa expresión.

No quiero que sus expresiones sean sobrepuestas por sus miedos y ansiedades. Pero, para que eso ocurra, las palabras que necesita escuchar no deben provenir de su amiga, sino de Amdo-san.

—Sólo piensa. Mis palabras no harán nada para ayudar a Milis. Tampoco las de Leonard-sama.

— ¿Por qué la estás ayudando?

—Oh, ¿Es extraño desear que una amiga sea feliz?

—Eres extraña.

Pfft, lo logré. Su sonrisa es una sonrisa tierna y cariñosa que nunca había visto desde que llegué aquí. Uwaa~ Si Milis viera esto, de seguro se desmayaría. Que bombón~

Un momento moe, que espectacular~ incluso mi corazón latió un poco al verlo, aunque dudo que vaya a convertirse en amor.

—Sólo te daré un consejo.

Me reí de Amdo-san que parecía un poco confundido. Ya me he entrometido lo suficiente, pero aun así le contaré un poco.

—No escatimaré esfuerzos en ayudar a mi querida amiga. Es por eso que te conté un poco sobre Milis.

¿Y bien? Me pregunto si Amdo-san entendió la indirecta.

Antes de que pudiera obtener alguna respuesta, escuche un terrible sonido cerca. Cuando miré en su dirección, vi a Milis sonriendo triunfalmente, al encarcelar a esos hombres dentro de una masa de agua.

— ¿Ven? ¡Fue muy fácil!

—Sí. Ya lo entendí, ¿Podrías sacar sus cabezas del agua? — ¡Podrían terminar ahogados si siguen así!

Cómo no sabía cuál era el mejor curso de acción a seguir, hice que Milis y Amdo-san los vigilarán, mientras Jill y yo nos dirigimos al interior de la mansión. Además, vi que Amdo-san usó su magia de viento para notificarle la situación a Leonard-sama. La magia es realmente útil, ¿No?

—Lo cual me recuerda. Jill, ¿No puedes hacer lo que hiciste cuando estuvimos en la habitación de Leonard-sama?

— ¿Otou-san? Mm…no puedo usarlo a menos que estemos en peligro. Otou-san me hizo prometerlo.

—Ya veo…entonces, ¿Sentiste que estuvimos en peligro esta vez?

—Sí. Pero esta vez, Milis-Onee-chan y Amdo-san están aquí, y esas personas no pudieron romper la magia de Otou-san, así que no tengo miedo. Estamos a salvo.

La confianza inquebrantable que tiene en sus palabras, me atravesó por completo. ¿Cuándo se volvió tan fuerte y valiente?

No pude encontrar ni un rastro de la frágil niña de cuando nos conocimos por primera vez. La niña frente a mí es, sin duda, ‘La hija del mago Leonard Mariel’. Estoy orgullosa, pero, al mismo tiempo, me sentía un poco desanimada.

Jill, por fin has encontrado el lugar al cual perteneces.

—Lily, lamento molestarte.

— ¿Milis?

Cuando estaba preparando un bocadillo para Jill, Milis apareció de repente frente a mí.

Por cierto, Jill está tomando la siesta en el sofá. Una vez que se duerme, es raro que despertase de su siesta. Aun así, estaba agradecida de que Milis hablara en un tono bajo.

— ¿Esta bien no vigilarlos?

—Sí. Leonard-sama recibió el informe de Amdo, por lo que envió a alguien para llevárselos.

— ¿Un enviado?

—El joven mago del otro día.

¿Joven?… Oh, te refieres a Cedric ¿Cierto? Cómo tiene un grifo, debería ser fácil para él transportar dos o tres personas. Debería salir y saludarlo.

—Parece que quiere saludarte. Está esperándote en la entrada.

—Entiendo. Estaré ahí pronto.

Hmm, ¿Aún tengo dulces?… ¡Ah, las magdalenas! Si se los doy, podrá llevárselos y vendrá más seguido.

— ¿Qué estás haciendo?

—Anteriormente, los invite a comer la próxima vez que vinieran. El té está fuera de discusión, pero si son bocadillos, podrá llevárselos consigo.

Cuando fuimos a la entrada, Cedric aún estaba esperando. A sus pies, estaban los hombres, con quiénes nos encontramos anteriormente, colapsados sobre el suelo.

—Es extraño, hace un momento, estaban despiertos.

—Oh, eran molestos, así que los puse a dormir un poco.

Voy a ignorar el aura oscura que está detrás de Cedric. Aunque su sonrisa es agradable.

—Hola, Cedric-sama. Gracias por tomarte la molestia de venir hasta aquí.

—No hay problema. Me siento aliviado de que ni tú ni Jill hayan sido lastimadas. Mariel-dono estaba muy preocupado por ustedes.

—Ya veo. Por favor, dile que estamos bien.

—Lo haré.

Su vergüenza fue dulce y apropiada para su edad, pero el hecho de que vino sólo con su grifo, es evidencia de que Leonard-sama reconoce sus habilidades.

Gracias a él mis preocupaciones sobre si entregarlos habían desaparecido.

—Los llevaré al salón de los guardias del palacio real para interrogarlos. Necesitamos descubrir quiénes son para comenzar las investigaciones.

—Realmente, no sé nada sobre ellos. Dependerá de Leonard-sama.

Aunque realmente no sé mucho. Tal vez, tenían alguna relación con el trabajo de Leonard-sama o vinieron por otras razones. Sea lo que sea, probablemente, no haya necesidad de preocuparse, si no pudieron romper la barrera de Leonard-sama. Es mejor que Leonard-sama se encargue de ellos.

—Ya veo. Bueno, es poco probable que regresen. No hay de qué preocuparse.

—Sí, gracias. Ummmm…

Interrumpiendo a Cedric cuando estaba a punto de montar su grifo. Le entregué una pequeña bolsa llena de magdalenas. Inexpresivo, me preguntó.

— ¿Qué es?

—El otro día, les prometí una deliciosa taza de té con bocadillos hechos a mano la siguiente vez que nos visitarán. El té, definitivamente, es un poco demasiado, pero, al menos, toma estos bocadillos. Son magdalenas para que puedas comerlas en tu descanso.

— ¡Ah! Perdón por molestar…huelen bien. Me gustan los dulces, así que gracias por el presente.

—Me alegra escucharlo.

Luego, Cedric se subió alegremente a su grifo.

—Bueno, espero que nos volvamos a ver. La próxima vez, me quedaré un poco más de tiempo.

—Eso espero. Por favor, cuídate.

Tocando las alas del grifo, se preparó para despegar. Aunque era varonil y guapo, estaba segura de que llevaría a estos hombres en la espalda.

—…Apuesto a que nunca se imaginaron ser llevados en las garras de un grifo.

Espero que no recuperen la conciencia en pleno vuelo. Ciertamente… gritarían…

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