Sustituta vs Príncipe – Capítulo 2

Traducido por Niddhogg

Editado por Luzbri

Corregido por YukiroSaori


—Y tú… ¿Quién eres?

Con esa pregunta fui traída de regreso a la realidad.

Ow ow ow. 

Mi espalda dolía por haber estado de cuclillas tanto tiempo. Quitándome el sudor que se mantenía en mi barbilla, me giré hacia la persona que me hablaba.

Lo mismo va para ti. ¿Y quién eres exactamente?

Miré fijamente a la persona que parecía un fantasma a plena luz del día y fue tan extraño lo que observé que dudé de mis ojos. Llevaba un brillante vestido que se aferraba a su delgado cuerpo, el bordado que lo decoraba estaba confeccionado con materiales de primera categoría.

Los guantes de encaje blancos se ajustaban perfectamente a sus manos, y ella sujetaba ligeramente el dobladillo de su vestido. Ambos, los zapatos y el vestido estaban confeccionados con el mismo material de encaje. Eran más apropiados, no para que ella caminara en el suelo, pero si en una alfombra.

Añadido a la joven dama que arruinaba su noble traje, costoso y de primera categoría, por simplemente estar allí, la chica también estaba usando el casco de una armadura en su cabeza. En el exterior de acero perfectamente pulido del casco se reflejaba la luz del sol, irradiando un lustroso brillo. La visera permanecía abajo así que no se veía nada más que una silueta al interior de la armadura.

A diferencia de mi pañoleta, esa armadura era perfecta. No tenía ninguna apertura visible en lo absoluto.

Una peligrosa persona que sobresalía y a la vez era exagerada.

—Podrías ser una de las posibles candidatas a novia de su alteza Ikuta. ¿Lo eres?

—S-Sí, lo soy.

—Como lo suponía… ¿A dónde fue Bruno sin decirmelo?

En respuesta al oír el nombre del anciano, le informé sobre lo que había sucedido antes con el jardín. Después de asentir para demostrar que comprendía, la chica se paseó a través del jardín de hierbas libremente y se sentó en un viejo y descolorido banco en una esquina, abajo a la izquierda.

Si ella parecía el tipo de persona que no le gustaría que su vestido fuera manchado por la suciedad, ciertamente no resultó ser el caso. No había ningún indicio de que estuviese preocupada por ello.

—¿Te gustaría tomar un pequeño descanso conmigo?

Resultaba difícil juzgar cuál era su edad a partir de la voz que murmuró aquella invitación desde el interior del casco, pero probablemente era más joven que yo.

Una vez que la sorpresa por verla de pronto se fue y quedó olvidada, mi primer pensamiento fue que quería intentar ver cuáles eran sus verdaderos colores.

—El preguntarme un cosa tan impresionante. Le agradezco humildemente el preocuparse por una persona como yo, oh, gran y venerable héroe.

Hice una reverencia, con mis rodillas rozando la superficie del suelo. Pude deducirlo debido a que nadie esperaría que una persona sospechosa usando un casco se paseara libremente por el palacio real de esa forma. Más aún bajo la estricta seguridad del palacio.

Hace tres años, cuando Telmia estaba bajo la desesperación, un héroe descendió en el continente. Después de realizar un viaje a cada región invadida por el Rey Demonio, el héroe consiguió derrotarlo. Incluso sin ser acompañado por el león de las alas doradas, ni tener la legendaria armadura y el casco en su cuerpo, estaba segura que el personaje de pie frente a mi…

—Por favor, levántate. Mi ocupación como héroe ha terminado.

El metar produjo un sonido chirriante. Cuando miré hacia arriba, el venerable héroe había subido la visera y reveló una sonrisa torcida. Ciertamente, ella dejó de ser el héroe un año atrás, cuando el Rey Demonio fue derrotado.

—Entendido su alteza, la honorable prometida del príncipe heredero.

—Detén eso también. Por favor —dijo con un ademán hosco. Y sin poder rehusarme, me alineé frente al banco y me senté.

Mi estatura era un poco mayor, pero la altura del robusto casco las igualaba. Cuando secretamente la miré, cabello y ojos negros, extraño para la región de Riona, aparecieron ante mí. Se decía que estos rasgos, ajenos a mi atenta mirada, provenían de otro mundo; La mayoría de los rumores y discusión daban fé de esto.

Ella lucía como una chica normal, con la apariencia de un pequeño animal, con su diminuto cuerpo y ojos grandes y redondos. Pero una de las anécdotas populares giraba en torno a cómo había inmovilizado al Rey Demonio con un dedo y lo había forzado a rendirse. ¿Era falso?

Hasta que la venerable heroína derrotó al Rey Demonio, la legendaria armadura no fue removida ni una sola vez de su cuerpo.

Se llegó a pensar que el héroe era un hombre, pero la verdad es que en realidad era una chica; El mundo entero se sorprendió ante el anuncio de su compromiso con el príncipe heredero.

Los pensamientos de las mujeres de Riona se dividieron entre el héroe y el príncipe. La gente bromeaba al borde del canto sobre que el anuncio del compromiso había causado que todas las doncellas del país retorcieran sus pañuelos con dolor. Además de la rápida propagación del cuento épico sobre el noble héroe y sus compañeros, y el primer capítulo de un romance con el príncipe, que se estaba expandiendo por toda la capital imperial, fuera verdad o mentira. Desde entonces, un auge en cascos y armaduras surgió repentinamente y se estableció entre la población femenina. Fue, francamente, bizarro.

Pero como era de esperarse, las armaduras de cuerpo completo no lucían bien. Las chicas apenas usaban partes de la armadura como protectores de hombro y pecheras. Por otra parte, fui testigo de hombres de todas las edades y clases sociales derramando lágrimas. ¡Las vistas panorámicas eran excelentes! ¡O mejor dicho, era porque estas escenas no eran visibles que era espléndidas! Así sucedió, y toda la ciudad se convirtió en un alboroto. Bueno, dejando ese fiasco de lado, la conclusión es la siguiente; parece ser que solo una pequeña minoría podría imaginar tan siquiera que había debajo de la armadura de las chicas.[1]

Cuando finalmente me di cuenta, sus negras pupilas me estaban observando con profundo interés.

—Hey. ¿Por qué estás deshierbando en este tipo de lugar?

—Como no tengo una fiesta del té a la cual asistir o saludar a su alteza el día de hoy, tengo tiempo de sobra.

—¿Estás deshierbando porque estás libre? Nunca había visto a una mujer como tú antes.

—¿Es así?

Yo nunca he visto a una persona usando un casco de acero con un vestido antes.

Por la manera familiar en que ella hablaba conmigo, diría que tenía interés en mí por alguna razón.

Estoy preocupada. Esto puede ser un obstáculo para el plan de “crear una presencia elegante sin destacar o hacer un alboroto” Si soy capaz, entonces pondré un poco de distancia entre mi y la principal causa del problema. 

—¿Tu nombre?

—Theresa Ruff Dalto es como me llamo.

—Yo soy Fujiya Heiko. Ya que soy una persona común en este momento, sería genial si pudiera hacerme el favor de hablarme con normalidad. ¿Podrías llamarme por mi nombre también? También te diré Theresa.

—Puesto que usted es un miembro del “Rango de plata”, ese tipo de cosas es…

Absurdo de decir. 

Medio escondido debajo de la base del casco, un resplandor dorado descansaba en su cuello.

—La condecoración de la corona.

Los que portaban uno en sus cuerpos eran conocidos como rangos de oro, plata, violeta o carmesí, pues eran accesorios restringidos a la realeza y algunos nobles de clase alta. La “Condecoración de la corona” eran gargantillas doradas con el diseño de la bestia sagrada Leonoz. La cara frontal era la cabeza de un león rugiendo, y las bandas que se ramificaban desde la cabeza y rodeaban el cuello simbolizaban las alas.

Las gemas incrustadas dentro de los ojos de Leonoz determinan el título portado.

Con el rango de el “Oro más Puro”, el rey y la reina representaban a la “Gema de la estrella de la mañana”. Los descendientes directos del gobernante actual, que poseían el rango de “La Plata más Clara”, le llamaban la “Gema de la luz del sol”. Los familiares no directos, como los tíos, tías, sobrinos y sobrinas, junto con los cónyuges de la realeza eran la “Realeza Violeta”, llevaban las “Gemas del Amanecer”. Excluyendo a la realeza, los duques y marqueses pertenecían al rango de “Él más profundo Carmesí”, cargaban la “Gema del anochecer”.

Todas eran la misma joya sagrada, pero sus nombres eran asignados según su brillo y matiz. La piedra incrustada dentro de los ojos del león alado que vi en ella, parecía ser la joya de oro, la “Gema de la luz del sol”.

—¡Esto es solo porque el rey me lo dio como una simple recompensa! ¡Su alteza Atoren, rompió el broche, así que no puedo quitarmelo! ¡Eso es todo, así que no hay absolutamente ningún significado profundo en esto, absolutamente no! ¡Ninguno!

Por el contrario, yo no podía dejar de pensar que si había un trasfondo profundo.

Obviamente no debía involucrarme con el segundo príncipe, pero tampoco quería involucrarme con el príncipe heredero. Verás, era por mi propio bien.

—Preguntándole eso a alguien como yo, le suplico que de algún modo…

—Theresa.

—Pueda concederme el perdón…

 —Theresa.

—Te lo ruego, te lo suplico….

—Theresa.

Como repetidamente me llamó por mi nombre, al final consiguió tener un efecto aleccionador. Me quede con una sensación de resignación, restableciendo mi mirada previamente evitada.

—Entendido.

—Detengamos el lenguaje formal. Hablemos casualmente.

—Lo tengo, Fuja Peko.[2]

Puso una expresión bastante delicada, tal como lo pensé, llamar al héroe directamente por su nombre fue ir demasiado lejos. O así lo había pensado, pero entonces…

—Por qué la pronunciación de la gente de este lugar es tan…—Ella murmuró con un refunfuño—. En mi país dices el apellido en primer lugar, Fujiya es mi apellido y Heiko es mi nombre… ugh, me rindo, solo llamame Peko —dijo.

Parece que mi pronunciación no fue la correcta, pensé mientras escuchaba lo que decía.

Como no había nadie transitando en el tranquilo jardín de hierbas, tuvimos una larga charla.

Peko resultó ser una chica divertida. Su manera de pensar solo podía ser descrita como diferente; o más bien, eran temas sobre los cuales la gente de Riona no tenía idea. Lo sabía… estaba tarareando de admiración. Ella tenía diecinueve años, dos años menor que yo. Sin embargo, la profundidad de sus conocimientos coincidía con un funcionario civil promedio. Su personalidad era muy particular y no parecía reaccionar mal ante mis palabras contundentes ni a mi forma de hablar informal. Al contrario, diría que estaba bastante feliz por ello.

Nunca, ni en mis más salvajes sueños hubiera imaginado que alguien descubriría mi ubicación en el palacio real y que sería capaz de hablar con esa persona. Cuando ella me sonrió con inocencia, como si hubiera hecho un verdadero amigo, también me hizo sentir feliz.

Peko dijo que a veces se refugiaba en el lugar de Bruno (el anciano).

Al hablar con ella, pude adivinar que la persona de la que estaba huyendo no era otro que su compañero, el príncipe heredero. Pero, bueno… Me pregunto, ¿si se ha dado cuenta de que la mayoría de sus quejas son respecto a sus lazos con su prometido? La manera en que ella me lo cuenta, se siente como si estuviera hablando con cariño de una pelea de amantes.

—Como lo pensé, estabas aquí, ¿no es así?

—¡Su alteza Ikuta!

Peko elevó la voz con asombro. Rápidamente desvié mi mirada hacia abajo y usé la excusa de estar recogiendo un lazo para ocultar mi rostro.

Errm…

Sentí que me había metido en una situación extremadamente mala. Sí.

Internamente lamenté no haberme mantenido en alerta y distraerme con la conversación. Aislada en mi propio lugar feliz con el amado jardín de mis sueños, creo que mi sentido de alerta se apagó.

—Estimada cuñada, mi hermano ha estado buscándote. Si no tratas de moderar tu juego del escondite, a la persona preocupada, que es él, le podría salir un cuerno en la cabeza como a un ogro.

—¡No soy tu cuñada! ¡Y esa persona no es un ogro, porque él es la versión masculina de una Mujer de las Nieves! La cual es un fantasma que vive en las montañas nevadas, y rayos helados son disparados desde sus ojos para que los humanos se congelen. Me congelaré, ¿entiendes? ¡Junto a su alteza!

—Ciertamente suena como un ser espantoso, ¿no crees?¿Qué hacen las personas que son congeladas? ¿No morirían al estar en ese estado?

—Umm, si recuerdo correctamente, creo que, ¿se descongelaban al recibir un beso de amor verdadero? ¡Como sea! ¡En lo que a mi concierne, es casi la misma terrible existencia!

—Si mi hermano mayor escuchara accidentalmente estaría triste, ¿sabes?

—¿Le vas a ir con el chisme? —Chasqueó la lengua.

—Cuñada, si vuelves ahora, entonces no diré nada.

Pero, la que parecía estar en medio de un conflicto, se levantó indignada.

—¡Regresaré! Si regreso todo estará bien, ¡¿verdad?!

Un sonido violento resonó cuando ella arrojó su visera. Como pensaba, el casco era militar después de todo.

—Si los hermanos fueran iguales, todos tendrían buenas personalidad… ¡Gracias por hoy, Theresa, fue muy divertido!

—Ha sido un gran honor.

—Theresa, para con el lenguaje formal… ¡Cielos! ¿Qué pasa con toda esta despedida? ¿Por qué no está bien para nosotras vernos de vez en cuando?

No se podía ver nada a través del casco, ¿cómo podía saber qué expresión estaba haciendo? Levanté la cabeza. Sin embargo, Peko empujó la visera apenas un poco y tímidamente preguntó:

—¿No quieres charlar conmigo de nuevo? —Entre los huecos del tosco casco, el rostro de un pequeño animal podía verse.

Ooh, así que ¿esto es lo que llaman “gap moe”? ¿No es lindo? [3]

—También me divertí mucho. Mientras esté bien para ti, Peko, quiero hablar de nuevo contigo.

—¡Si, por supuesto! ¡Te veo después!

Una vez que la brillante y deslumbrante chica con casco de acero bajó su visera, dijo adiós con sus manos y se marchó. También le devolví la despedida, retrocediendo en respuesta. Con movimientos despreocupados, me incliné para desatar la cinta que ataba el dobladillo de mi vestido. Mientras no podía dejar de pensar que tenía que hacer algo con el pañuelo en mi cabeza. Era irrespetuoso, pero como no quería que reconociera mi cara, decidí dejarlo un poco más.

—¿Regresas ya?

—Si, estoy “regresando ya”.

Hey, si lo ignoro, él no debería poder reconocer mi apariencia ¿verdad? No es bueno, huh. Solo estamos los dos, sin embargo.

—No debería estar gastando su preciosa voz y otorgándola a esta humilde existencia que se inclina a sus reales pies.

No creo que pueda huir con esta excusa. Cuando parece que he escogido correr en silencio, suavemente levanté los talones de mis zapatillas.

—Si huyes, los caballeros te perseguirán. Señorita… Theresa, ¿verdad?

Viendo que ya sabía mi nombre, no tenía mucho sentido escapar. Era mi creencia que uno no debía abandonar la esperanza, pero a veces ¿no es necesario simplemente rendirse?

Añadiendo otro suspiro, sacando el valor que he acumulado con los años, desde que me convertí en un chivo expiatorio, miré hacia atrás, a unos ojos azules oscuros.


[1] Se refiere justamente a que nadie podía ver que llevaban las chicas por estar cubiertas con las armaduras.

[2] Anessa pronunció mal su nombre; Fujiya Heiko

[3] Gap moe; se refiere a contradicciones presentes en una persona. Como por ejemplo su apariencia con su personalidad. Un buen ejemplo de esto son los personajes que se denominan comúnmente como “tsunderes”

Nota: Peko pertenece a una historia corta escrita anteriormente por el autor. Intentaremos dar con ella

7 respuestas a “Sustituta vs Príncipe – Capítulo 2”

  1. Raiox ya captaste la atención del príncipe 😌😌😌 creo q lo mejor hubiera sido fingir interés y así el príncipe hubiera huido 😀😀😀😀
    Gracias por la droga 😆😆😆

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