Un lirio que florece en otro mundo – Día 11, Noche: Un hermano con exceso de trabajo y una carta

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


Miyako prometió no detenerse ante nada para salvar a Fuuka, y luego se fue. En ese momento, una figura emergió detrás de un árbol.

—Miyako.

—¡¿Odin?!

Esa figura era Odin Florence, el hermano mayor de Miyako y el hijo mayor de la familia Florence. En ese momento estaba haciendo un trabajo para los Rainhalt con el fin de establecer contactos.

—¿Por qué estás aquí?

—Susie me lo dijo. La única vez que logré dormir un poco en la casa.

—Espera, ¿estabas allí?

—Sí. Estuve descansando por un momento. Tengo que aprovechar mis días libres, después de todo. Y no me sentía muy bien, así que…

Miyako pensó que había sido la única en la segunda casa de los Florence en la capital. ¡¿Pero si sólo estaba durmiendo?!

—Entonces, ¿por qué estás aquí?

—Simple —dijo Odin con un suspiro—. Estoy aquí para detenerte.

—Eso no va a suceder —Miyako dio un paso atrás, mirando a su hermano. Si vas a interponerte en mi camino, no me importa si tengo que golpearte para pasar. —Estás del lado de los Rainhalt, ¿verdad? Bueno, estoy del lado de Fuuka.

—No… Bueno, trabajo para ellos, pero… Si haces eso, será un verdadero dolor, así que déjalo estar. Quiero decir, no es como si estuviera garantizado que morirá cuando rece en el río de todos modos…

—No puedo dejar que traten a Fuuka como si fuera una herramienta —replicó Miyako..

—Sí, pero…

—Así que no intentes detenerme

—¡¡Escúchame!! —gritó Odin.

Frunció el ceño, pareciendo mayor que su edad real. Su habitual alegría había desaparecido.

—Te digo que no vayas a crear problemas.

—¿Problemas?

—Así es. Sólo Dios sabe por qué, pero el amo Klause está loco por ti. Tal como lo veo, deberías pedirle que cancele ese contrato. Él podría hacer eso… trabajo para el hombre, así que puedo decirlo. Él es sólo otro simplón. Para ser honesto, no tiene mucho en su cabeza.

—Ya lo sé-

—¡Y no tiene ningún sentido como empleador!

—También lo sé.

—¡Y explota a sus empleados!

—Odin.

—Bien, sí. La cuestión es que, por muy ordinario que sea, le irá bien cuando se haga cargo de la poderosa familia Rainhalt.

—¿Y qué?

—Y… las familias son organizaciones. Por mucho que quieras a alguien, creo que es estúpido enfrentarse a una organización tan poderosa tu sola —dijo Odin con una risa autodespreciativa, como si supiera mejor que nadie lo que su hermana sentia.

—Odin.

—¿Qué sucede? ¿Lo entendiste ahora, hermanita?

—¡¡Eres un idiota!!

—¿Eh?

—Dije que eres un idiota, dije. ¡¡Tonto!! ¡¡Tonto!! —la mirada severa de Miyako hizo que Odin retrocediera un paso— actúas como un buen sirviente y trabajas hasta que te caes, pero dime esto: ¡¿La asombrosa y poderosa familia Reinhalt estará ahí para ti cuando la necesites?!

—Yo, er, bueno… ¿Podrías bajar la voz? Soy algo así como un profesional cuando se trata de espionaje, así que sólo te lo hago saber, ¡pero los Hamilton te encontrarán!

—¡Como si me importara! Nunca debí haberte escrito esa carta.

Miyako sacó un sobre de su bolsillo. Lo escribió antes de venir a la mansión Hamilton.

—¡Apártate de mi camino! He decidido mirar a Fuuka a los ojos y decirle lo importante que es para mí y lo mucho que la quiero.

Ella empujó el sobre a Odin y se fue.

Había gritado demasiado alto y se preocupaba de que alguien de la mansión Hamilton la encontrara como Odin había dicho. Se escapó, sin mirar atrás.

♦ ♦ ♦

Por supuesto, si hubiera querido, Odin podría haber tomado el brazo de Miyako y mantenerla allí.

—Oye, espera, Miyako…

Pero no lo hizo. O mejor dicho, no pudo.

¿Estará la asombrosa y poderosa familia Reinhalt a tu lado cuando la necesites?

Esas palabras se le quedaron grabadas en su mente.

Era sólo una chica de una familia noble del país. Aunque se comprometió con el heredero de la familia Rainhalt por algún tipo de milagro, aún era una mujer joven.

He trabajado más que ella; soy el espía de los Reinhalt, he hecho más delante y detrás de la cortina… Bueno, sobre todo detrás. Sé más sobre el mundo. Pero…

“¡¿La asombrosa y poderosa familia Reinhardt estará ahí para ti cuando la necesites?!”

No podía negar la persuasión de esas palabras, le daban la impresión de que ella misma lo había vivido.

A mí tampoco me importa Klause. La gente no se da cuenta porque se distrae por su buena apariencia, pero es un hombre muy bondadoso. Es un buen tipo, si ignoras su trato rudo con los subordinados y su falta de pensamiento. Pero, tiene razón, a este ritmo…

Odin suspiró.

—Una carta, eh.

Odin abrió con cuidado el sobre que Miyako le había lanzado. Escrito en el interior, Miyako preguntaba sobre su salud e hizo una sola petición. Detalló una forma para que la familia Florence prosperará sin depender de matrimonios políticos, incluso después de su partida.

Las dificultades financieras de la familia Florence fueron la razón por la que Odin empezó a trabajar para los Rainhalt. ¿Qué pasaría si esas dificultades desaparecieran?

Odin imaginaba una vida sin la carga de las largas horas de trabajo y las monumentales tareas de su jefe. Vio una vida en la que sólo tenía que preocuparse de sí mismo y de su familia, y en la que podía cuidarse a sí mismo y a los que le rodeaban. Cuanto más pensaba, más se enamoraba de la idea.

—Bueno, supongo que me voy de viaje de ida y vuelta a la región del Atika. ¿Qué es eso, dos días?

Odin sonrió un poco. No su habitual sonrisa cínica…

—Me pregunto si puedo conseguir esto como tiempo libre pagado —aunque era cínica su sonrisa denotaba a alguien que tenía en mente un futuro brillante.

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