Una doncella competente – Capítulo 1: Un milagro increíble (1)

Traducido por Den 

Editado por Meli


Tenía la visión brumosa y borrosa.

Se preguntaba si eso era un sueño. Porque había otra persona dentro de él.

—¿Qué tipo de té es el de hoy? —le dijo alguien, a su yo en el sueño.

—Es Tie Guan Yin, maestro.

Era una voz suave.

—¿Tie Guan Yin? 

—Sí, es una especie de té oolong [1] del sur de la provincia de Fujian. Se dice que tiene un sabor tranquilizador. 

Ella en el sueño le ofreció un té de fragancia reconfortante al hombre. Fue un movimiento suave y acompasado.

—Tiene un sabor calmante. Después de todo eres la más talentosa —la elogió después de probar el té.

—Gracias. Este té es un producto de calidad, por lo que tiene un sabor más tranquilizador. 

—No, no sabría así si alguien más lo hubiera preparado. —El hombre sacudió la cabeza y sonrió—. Viola eres el mejor tesoro que tengo. 

♦ ♦ ♦

Marie abrió los ojos cuando finalizó la conversación.

Fue un sueño. ¿Quién es Viola? 

Inclinó la cabeza hacia un lado. Él era un completo desconocido.

Incluso si se fijó en el estilo arquitectónico y el mobiliario, no parecía una mansión imperial.

Creo que se encontraba en el extremo oeste de la isla de Inglaterra. En cualquier caso, fue un sueño muy real. 

Había sido corto, pero muy realista. Fue como si hubiera experimentado parte de la vida de una doncella llamada Viola.

Mientras pensaba en ello, una voz fuerte la llamó.

—Marie, ¿estás despierta? ¡Llegaremos tarde! Vámonos rápido.

Era Jane, una compañera doncella con quien compartía habitación.

Miró el reloj. Eran las cinco y media de la mañana. Si no se preparaba rápido, llegaría tarde.

Marie se puso su uniforme de doncella y se dirigió a su lugar de trabajo, el Palacio de los Lirios.

—Marie, asegúrate de hacer un buen trabajo hoy. Sabes que la señora Susan está en camino —le advirtió Jane.

Asintió.

—Si hoy vuelves a cometer un error, es posible que no termine solo regañándote.

—Sí, lo haré bien.

También estaba preocupada.

Susan, la doncella principal, la estaba regañando más seguido. ¿Cómo podría soportarlo otro día más?

Ojalá pudiera hacer un buen trabajo como la mujer del sueño. 

En su sueño, era una doncella perfecta.

Además de poder realizar tareas sencillas como limpiar, lavar los platos y lavar la ropa, podía servir la mesa, llevar a cabo la ceremonia del té y clasificar documentos. No, no solo a un buen nivel, sino que en sus manos, las tareas se convertían en arte.

¿Era una experta de las tareas? 

No la regañarían tanto si pudiera trabajar un cuarto tan bien como ella.

¡No pienses sin necesidad, haz tu mejor esfuerzo para trabajar duro! 

Poco después de llegar al Palacio de los Lirios, se dirigió hacia donde fue asignada.

Su lugar de trabajo de la mañana era el pasillo que estaba cerca de la sala de recepción en el primer piso. Antes de que los huéspedes distinguidos se levantaran y transitaran por el palacio, debía terminar de limpiar y, después del desayuno, debía hacer lo mismo en la cocina.

—Buena suerte, Marie.

—Sí, hasta luego.

Después de despedirse de Jane, respiró hondo.

Hoy, en definitiva, no me regañarán porque trabajaré sin cometer ningún error. 

En el momento en que miró alrededor del pasillo y avivó su voluntad, sintió algo extraño.

¿Eh? 

No podía describirlo con exactitud e inclinó la cabeza hacia un lado con un extraño sentimiento de desconocimiento. Y en ese instante un nuevo mundo se extendió frente a sus ojos.

Oh, Dios mío. ¿Qué es esto? ¿Me falla la vista? 

Miró el nuevo mundo a su alrededor, boquiabierta.

Está sucio. ¿Siempre estuvo tan sucio? 

Parpadeó. Podía ver la suciedad de todos los rincones de la pared, las gruesas capas de polvo entre los huecos de las ventanas y los imperceptibles desechos adheridos al suelo. Distinguía todo lo desagradable a la vista.

¿Por qué no lo vi hasta ahora? 

La suciedad no aparecía de la noche a la mañana. Estuvo allí antes, pero de repente comenzó a llamar su atención. Se veía tan nítido como mirar a través de una lupa.

Limpiémoslo rápido antes de que venga la señora Susan. 

Tenía tanto que hacer que no podría hacerlo a tiempo.

Se apresuró a agarrar la fregona y comenzó a limpiar el suelo. Pero en el momento en que comenzó a frotar con fuerza, tuvo una extraña sensación.

¿Por qué hoy me resulta tan fácil? 

La fregona se sentía muy ligera, como si hubiera mejorado de repente.

Realizó el trabajo sin muchas dificultades, pero, sobre todo, cada vez que pasaba la fregona, la suciedad salía con facilidad. Además, fue sencillo repartir su fuerza porque podía ver con claridad dónde estaba sucio.

Soy como la doncella del sueño, pensó sin darse cuenta.

Tenía habilidades similares a las de su sueño de anoche.

Era buena limpiando y tenía un ojo minucioso que podía ver aquello que era imperceptible para los demás.

De ninguna manera… ¿Qué? 

No podía creer que poseía una habilidad parecida a la de la protagonista del sueño que había tenido. Era una locura.

Pero en ese momento… le vino a la mente la voz del hombre: «Si tuvieras esas habilidades, ¿cómo las usarías?» .

D-Dios mío… ¿Esa plegaria se hizo realidad? ¡No puede ser…! 

En medio de su confusión, terminó de limpiar el pasillo. Su velocidad fue incomparable a la de antes.

—¡Vaya! —exclamó cuando miró el pasillo que acababa de limpiar.

Estaba limpio. No, no solo estaba limpio, sino que parecía tener un brillo tenue.

¿Yo he limpiado esto? 

Pestañeó. Incluso si lo había hecho ella misma, no podía creerlo.

Hasta le quedaba tiempo.

¿Qué demonios está pasando? 

Se preguntó, y en ese momento su mirada desconcertada se desvió hacia la sala junto al pasillo.

Aquí también está sucio. 

Para ser precisos, había limpiado demasiado rápido el lugar del que siempre se había encargado. Sus ojos podían ver en todas partes cosas que limpiar.

¿Qué hago? Todavía me queda tiempo. 

Esa sala no era su zona de trabajo, así que no importaba si estaba sucia o no. Pero ¿por qué su deseo de limpiar se había disparado? Quería eliminar todas las manchas de suciedad y ver el terso brillo de las cosas.

—¿Qué me pasa? —murmuró confundida.

Era como si fuera otra persona. Aparte de estar desorientada, su cuerpo se movía solo.

No tengo mucho tiempo, así que concentrémonos en las cosas que sean más molestas para la vista. 

Limpió las mesas y las sillas, barrió el polvo que se acumulaba en la esquina de la alfombra y quitó las manchas de la ventana que daba al jardín.

Con el tiempo que le quedaba, limpió minuciosamente la sala.

Después de limpiar el estante, ordenó con cuidado las delicadas vasijas decorativas y quitó el polvo en las aristas de las estatuas. No hace falta decir que, por supuesto, limpió las patas de las sillas.

Me gustaría lavar la alfombra. 

Fue en el momento en que murmuraba para sus adentros que una voz severa la llamó.

—¡Marie! ¿Qué haces que no estás limpiando? ¡Hoy la condesa Lexington visitará el palacio, por lo que todas estamos ocupadas…!

Era la doncella principal, Susan. Ella, que había estado gritando, de repente guardó silencio.

Vio el pasillo que Marie había limpiado. Susan lo observó con los ojos bien abiertos.

¿Qué? ¿Por qué está tan limpio? 

Marie no era meticulosa, por lo que siempre había partes sucias en varios lugares, pero hoy no. Todo estaba limpio.

No, no solo estaba limpio, sino que parecía como si la zona de la que se encargaba hubiera sido remodelada. Parecía una ilusión.

¿Qué hay de las esquinas? 

Comprobó si había limpiado bien las partes que no eran visibles, pero también estaban perfectas.

¿La inútil de Marie ha limpiado con tanto cuidado? 

No podía creerlo.

—Marie, ¿quién te ayudó hoy?

—Lo hice yo, señora… —contestó.

—¿Tú? De ninguna manera. No te regañaré, así que sé honesta.

—Yo lo hice… —le respondió con cautela. Susan frunció el ceño.

¿En serio? No es posible. 

Sabía que Marie podía ser muy inútil, pero no era una mentirosa. Aún así, no podía creerlo.

Sacudió la cabeza, tratando de averiguar más al respecto.

—Está bien. Entonces primero ve a la cocina y ayúdame a limpiar.

—¡Sí, señora!

Miró a Marie dirigirse hacia la cocina con pasos ligeros, y murmuró en su interior:

Veamos si lo hizo ella. Lo sabré después de observar un poco, pensó Susan.

En ese momento, ella no lo sabía. Que la sorpresa todavía no había comenzado.

♦ ♦ ♦

Marie no solo se volvió competente en la limpieza, sino que terminó de lavar la pila de platos a gran velocidad. No, no fue solo rápido. Los cuencos que lavó parecían brillar.

—Esa es Marie, ¿verdad?

—C-Creo que sí.

—Pero ¿cómo es que…?

Las compañeras doncellas de la cocina miraron a Marie con los ojos bien abiertos.

Después de lavar los platos, agarró un trapo de la cocina y comenzó a limpiar las partes sucias.

Cada vez que pasaba su mano, el lugar, que parecía un campo de batalla, se transformaba en una limpia sala de exposiciones interiores.

Todo era perfecto, hasta la conservación de los ingredientes restantes.

Las otras doncellas la miraron boquiabiertas. Todos parecían estar observando una ilusión. Entre ellos, la doncella a cargo de la cocina que siempre era muy dura, pensó:

¿Siempre ha hecho tan bien su trabajo?, parpadeó. No podía creer lo que veía.

Por supuesto, ella sabía que la joven doncella siempre se esforzaba en todo lo que hacía. Sin embargo, sus manos eran torpes y cometía muchos errores, por lo que siempre la regañaba con severidad.

No obstante, hoy parecía una persona diferente por completo.

¿Será que soy demasiado dura contigo? 

Cuando la vio trabajando tan bien, se sintió un poco apenada por haberla regañado tanto.

Después de dudar durante mucho tiempo, la doncella al final la llamó.

—Marie…

—¿S-Sí, señora?

Marie, que había estado en trance durante mucho tiempo, volvió la cabeza cuando la llamó.

—¿Hay algo que quiera que haga?

—No, no es eso. —Negó con la cabeza y dijo—: Has trabajado duro.

Ante el comentario inesperado, Marie abrió mucho los ojos.

¿Está hablando conmigo? 

Era la primera vez que le escuchaba decir esto a la doncella a cargo de la cocina. No, no solo ella, sino que nunca nadie le había dicho algo así. Siempre la han maltratado.

Además, esa no fue la única sorpresa.

—Hoy te has esforzado mucho. Nosotras limpiaremos el resto, así que ve a descansar un poco hasta que comiences con el resto de tu trabajo de la mañana.

—¡Ah, n-no importa!

—No. Es la primera vez que te muestras tan encomiable, así que es una recompensa especial.

Marie se preguntaba si esta situación era un sueño o era real.

¿Estoy siendo halagada?

—Sigue así de ahora en adelante —expresó la doncella a cargo, asintiendo con la cabeza.

♦ ♦ ♦

Marie salió de la cocina y se dirigió a la sala de descanso [2]. La sala, que guardaba las herramientas de limpieza al lado del baño, era un lugar de descanso para las doncellas de bajo rango como ella.

¿Me estaban elogiando? 

Estaba estupefacta.

¡No puedo creerlo! 

Su corazón desbordaba de alegría. Por supuesto, fue un simple cumplido pero para ella tenía un significado especial. Siempre había sido regañada por ser inútil: «¿Por qué eres tan inútil?», «¿Qué haces bien?».

Fue la primera vez que escuchó un cumplido.

—Pero ¿qué me pasó? —murmuró confundida.

Estaba feliz de escuchar cumplidos, pero había algo extraño.

No suelo ser tan competente… 

¿Se hizo realidad la oración del hombre? 

Sacudió la cabeza preocupada.

—No lo sé. Pero antes que nada, trabajemos duro y luego pensemos en la causa.

«Sigue así de ahora en adelante». Recordó el cumplido que acababa de escuchar y su corazón volvió a rebosar de alegría.

No sabía si lo increíble que le acababa de suceder era una bendición o algo así. Pero aun así esperaba que el milagro pudiera durar un poco más.

Así comenzó la nueva vida de la doncella Marie.

Ella mostraba las mismas habilidades que «Viola», la protagonista de su sueño. Limpiaba, lavaba la ropa y fregaba los platos. No faltaba nada.

Susan, una superior que al principio la miraba con recelo, al final la llamó y le dijo:

—Creo que te he juzgado mal hasta ahora.

—¿Señora Susan? —Marie se sorprendió y levantó la cabeza.

—Debes estar muy molesta porque hasta ahora solo te he regañado, ¿no es así?

—N-No —negó con la cabeza.

—No, hasta ahora has tenido muchas dificultades. Te has estado esforzando mucho hasta ahora y hace poco has mejorado bastante. Sigue así de ahora en adelante.

El comentario la emocionó y la hizo llorar.

—Sí, gracias, madame. Seguiré trabajando duro.

—Marie, ¿alguna vez has servido té? —le preguntó Susan.

—Todavía no he servido té… —respondió y guardó silencio por un momento. Se dio cuenta de lo que le estaba tratando de decir—. ¿Madame?

—Bueno, debes aprender a servir té. De ahora en adelante, practica siempre que puedas.

¡Servir té…! Ese era el trabajo de una doncella de clase media; alguien que servía directo a los nobles.

—¿Qué sucede? ¿No puedes?

—¡N-No, gracias!

Marie inclinó la cabeza. Se preguntaba si lo que acababa de escuchar era cierto. Muy pocas sirvientas de bajo rango se encargaban de servir té.

Debido a que tenías que tratar en persona con la nobleza, no dejaban a cualquiera realizar ese trabajo.

¿Yo me encargaré de servir el té? 

Fuera de la habitación de Susan, se pellizcó la mejilla.

No fue tan malo tener ese sueño. 

♦ ♦ ♦

Desde entonces comenzó a servir el té. Era buena haciéndolo.

—¡Increíble, Marie! ¿Cómo lograste hacerlo tan metódicamente? ¿Alguna vez has servido té antes? —exclamó Susan maravillada.

Pero ¿alguna vez había servido té? Marie solo negó con la cabeza, estaba en un dilema.

¿Qué me pasó? ¿Se hizo realidad la oración del hombre? 

Estaba angustiada porque no podía entenderlo.

En cualquier caso, aparte de su confusión, el nombre de Marie se volvió cada vez más famoso entre las doncellas del Palacio de los Lirios. ¡Porque era buena en todo!

—Gracias, Marie.

—Como se esperaba de Marie. Por favor, haz esto también.

Su vida había cambiado como si todo el terrible trato que había recibido hasta ahora fuera una mentira. Sentía que era como Cenicienta.

Parecía estar soñando.

Pero entonces un día… su vida cotidiana cambió otra vez.

Tuvo un nuevo “sueño”.

♦ ♦ ♦

Era una imagen turbia y neblinosa.

Marie se dio cuenta de que estaba soñando porque se sentía igual que la última vez cuando soñó con la doncella perfecta, «Viola».

—¿Qué estás haciendo, Fiona? 

—Estoy sintiendo el viento. 

—¿El viento? —le dijo el hombre en el sueño—. Debes estar inspirada de nuevo. 

Su yo en el sueño asintió.

—De todos modos, eres increíble. Ya eres la mejor del continente, pero no te tomas ni un descanso. 

Ella guardó silencio.

—Entonces tu próximo trabajo es sobre el viento. Lo espero con ansias. —El hombre se detuvo por un momento y añadió—: Fiona, la creadora de jardines. 

♦ ♦ ♦

Marie soñó hasta allí y de repente abrió los ojos.

¿De qué trataba ese sueño? ¿Fue el mismo sueño de la otra vez?

Fue tan real como el sueño de la doncella perfecta Viola.

Fue como si se convirtiera en la persona del sueño. Pero el de esta vez fue diferente al último.

¿Fiona? ¿Qué estaba haciendo? 

Parpadeó. No pudo reconocer a la persona del sueño. Se debía a que éste estaba muy fragmentado, a diferencia del anterior.

¿Un trabajo sobre el viento? ¿Y una creadora de jardines? ¿A qué se refiere? ¿Es una jardinera? 

Se miró la mano. Se preguntaba si de casualidad algo había cambiado, sin embargo, no sentía nada en especial.

De hecho, tener un sueño no significa que puedas usar sus habilidades. 

Todavía no estaba claro qué había cambiado en ella.

¿Siempre puedes utilizar las habilidades del sueño? Quizás la otra vez fue un caso especial. Pensando aquello, se dio cuenta de que ya era hora de levantarse.

En ese momento, alguien fuera de la habitación la llamó.

—¡Marie! ¡Marie!

—¿Sí?

Cuando abrió la puerta, una superior estaba de pie.

—Superior, ¿qué sucede? —preguntó Marie con una mirada curiosa.

—¿Estás libre ahora? La señora Susan te está llamando.

Estaba sorprendida. Susan, la doncella principal, rara vez la llamaba.

¿Qué está pasando? 

Ladeó la cabeza y luego se dirigió a la habitación de Susan.

—Señora Susan, ¿sucede algo?

—Ah, Marie. Bienvenida. —La saludó con una sonrisa radiante.

En comparación con su anterior actitud estricta, esta vez parecía muy amable.

—Has tenido muchas dificultades. Gracias por hacerlo tan bien estos días.

—Oh, no. —Aceptó el cumplió avergonzada.

—De un tiempo a la fecha, se escuchan muchos cumplidos sobre ti en el palacio.

—Gracias.

—Espero que sigas haciéndolo tan bien como hasta ahora.

Después de felicitarla, Susan expuso el tema principal.

—Para ser honesta, te llamé por tu traslado temporal.

—¿Mi traslado?

—Sí. Creo que deberías ir a otro lugar a trabajar por un tiempo.

—¿A dónde iría?

Susan prosiguió mientras bebía té.

—Sabes que en poco tiempo habrá un banquete imperial de aniversario, ¿verdad?

Por supuesto que sí. Es el evento más grande en el Imperio. Durante toda la semana se celebran grandes banquetes y festivales. En poco tiempo, todas las doncellas del palacio estarán ocupadas preparándose para el festival. 

—Este año, el aniversario coincide con el tercer aniversario de la muerte de la tercera emperatriz. Por ese motivo estamos redecorando el jardín del Palacio de las Rosas, en honor a la tercera emperatriz, la madre de Su Alteza el príncipe heredero. Pero debido a que no hay muchos trabajadores, nos han solicitado ayuda.

—Entonces, ¿debo ir a decorar el jardín?

—No, los jardineros profesionales se encargarán de la decoración del jardín. Marie, todo lo que tienes que hacer es ayudarlos.

—Ya veo…

Susan ladeó la cabeza después de terminar su explicación. No era nada difícil, pero la expresión de Marie era extraña. Estaba un poco… ¿desconcertada?

—Marie, ¿hay algún problema?

—Ah, no. Entonces, iré allí de inmediato. Gracias.

Salió de la habitación, dejando a Susan extrañada. Parecía estar perpleja.

¿Trabajo de jardinería? 

Recordó su sueño de anoche: «Entonces tu próximo trabajo es sobre el viento. Lo espero con ansias… Fiona, la creadora de jardines».

Aunque no lo sé con exactitud, es probable que la protagonista del sueño sea una persona que hace arte relacionado con el jardín. ¿No podría tener algo que ver con esto?, pensó, pero sacudió la cabeza de inmediato.

No lo creo. Los jardineros realizarán todo el trabajo de jardinería, yo, como doncella, solo haré las tareas menos importantes. No tiene relevancia. 

O eso pensó.


[1] El oolong es un té chino tradicional que queda entre el verde y el negro en oxidación, lo cual le da un característico tono azulado.​ Está entre los tipos de té más populares servidos en los restaurantes chinos típicos. Se debe saber que destaca por sus muchas cualidades. La principal es su alto poder antioxidante, con beneficios claros para el sistema inmunológico.

[2] En realidad la palabra utilizada aquí “Office pantry”. No sabía el equivalente de esta palabra en español, por lo que opté por “sala de descanso”. Pero en sí se trata de una habitación equipada con fregadero, refrigerador y purificador de agua para preparar alimentos o bebidas, etc., en una empresa u oficina. Solo que en la historia es una sala pequeña donde almacenan diferentes tipos de cosas.

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