Una generación de militares – Capítulo 23: Ao Tian es enviado a prisión (3)

Traducido por Lucy

Editado por Sharon


En el pequeño y oscuro callejón, todo se veía negro; ni siquiera el brillo de la luz de la luna podía llegar a este sucio y estrecho lugar. Debido al último caso, nadie se atrevía a pasar por ahí durante la noche. El chirriar de los ratones resonaban en ese podrido lugar, tan claro y a la vez, tan extraño.

—Maestro, Ao Tian se entregó a Xing Bu. ¿Qué debemos hacer ahora?

Si no fuera por la ansiosa voz masculina del callejón, nadie se daría cuenta de que había gente allí.

Una delgada y oscura sombra se erigió delante del hombre. Su cabello era de un deslumbrante color plateado, como el de la luz de la luna y muy pálido. El oscuro entorno no le molestaba en absoluto. Debido a su ropa oscura, este tipo de lugar, de hecho, le hacía sentirse más cómodo.

—¿Ya has encontrado la identidad de la mujer?

La fría voz del hombre estaba un poco ronca, como el sonido de un anciano. Sin embargo, con sólo mirar la figura, la gente adivinaría que era improbable que fuera un hombre mayor.

—Se llama Qing Mo, una persona Hao Yue que fue enviada por su pueblo como tributo —respondió el hombre con respeto—. Su hermana Qing Ling se casó con Lou Xi Yan, mientras que a Qing Feng se le ha dado el título de “Concubina Qing”.

Así que esa mujer tenía un gran historial. Recordando la forma en que Ao Tian la protegió el otro día, sus labios de color rojo brillante se levantaron fríamente.

Ao Tian, ah… Ao Tian… No creo que no pueda atraerte para escapar de la prisión.

♦ ♦ ♦

Setenta y ocho… Setenta y nueve… Ochenta… Ochenta y uno…

Yu Han Dan puso una mano en su pecho y abrió los ojos, mirando a Gu Yun que estaba colgada en la rama del árbol, usando la fuerza de su brazo para levantarse. Su respiración ya estaba desordenada y había estado haciendo ochenta flexiones… ¿No estaba cansada? Era inimaginable que con sus delgados brazos; que eran casi del mismo tamaño que los de Han Dan, pudiera hacer tantas flexiones. Su sudor goteaba y su cara estaba roja debido al agotador ejercicio. Sin embargo, esos ojos decididos le decían a Han Dan que no se rendiría hasta que lograra su objetivo. De hecho, aunque las últimas flexiones fueron muy extenuantes, Gu Yun terminó su objetivo de hacer cien. 

Después de lograrlo, soltó su agarre del árbol.

Aterrizando ligeramente en el suelo, se sentó cansada en la hierba y jadeó.

Mirando a la sudorosa y algo torpe Gu Yun, los labios de Yu Han Dan inconscientemente se levantaron. Esta mujer tenía un encanto inusual, no es de extrañar que Su Ling hiciera una excepción especial con ella.

—¿Por qué me ayudaste?

Yu Han no lo entendía. ¿No le gustaba Su Ling? Si fuera así, ¿por qué permitiría que una mujer se quedara en la Mansión del General? ¿Estaba tan segura que no veía a ninguna otra mujer como una amenaza?

—¿Qué? 

Gu Yun acababa de terminar de ejercitarse, así que no estaba prestando atención a las palabras de Han Dan. Durante esos segundos, Yu Han Dan pensó que Gu Yun miraba con desprecio a cualquier otra mujer o más bien… simplemente no pensaba en ello. Al encontrarse los ojos perplejos de Yu Han Dan, Gu Yun sonrió.

—Fue por tu seguridad, ah.

Yu Han quería burlarse, pero su buena educación no le permitió hacer algo tan poco refinado como poner los ojos en blanco. Sentada con elegancia al lado de Gu Yun, miró a la montaña.

—Solo pregunta lo que quieras preguntar —comentó. Gu Yun levantó ligeramente su frente y sonrió. 

—Eres muy astuta, pero descubrí lo que necesitaba saber, así que no necesito preguntarte nada más. 

Ella fue a Xing Bu por la tarde y leyó todo lo que necesitaba. Creía que Yu Han Dan no mentía y sabía que había dicho todo lo que sabía. Gu Yun la dejó quedarse en la Mansión del General para asegurar su seguridad porque su confesión podría explicar que Ao Tian no pudo haber cometido el crimen en tan poco tiempo. Por lo tanto, si el verdadero asesino quería hacer daño a Ao Tian, vendría a buscarla.

Al escuchar a Gu Yun, Yu Han Dan no quiso seguir molestándola, así que abrió con suavidad la caja de madera a su lado. Dentro había un qin de siete cuerdas cubierto con gemas de color esmeralda oscuro. Colocándolo en su regazo, Yu Han Dan acarició suavemente las cuerdas. Los claros tonos de convirtieron en una hermosa música. 

Aunque Gu Yun no sabía nada de música, podía sentir que el qin era muy caro y que las habilidades de Yu Han Dan eran muy buenas.

Poniendo ambas manos detrás de su cabeza, se acostó en el césped, y miró hacia arriba. Vio la rama del árbol que usaba como barra de tracción balancearse suavemente mientras escuchaba la música. Gu Yun suspiró en secreto; una mujer hermosa debería ser así. No podía culpar a Su Ling por no considerarla una mujer. Con Han Dan como comparación, realmente no parecía una.

Cerrando suavemente los ojos, Gu Yun sintió una extraña sensación. Era como… ¡si estuviera siendo observada! Abrió rápido los ojos. Las cuerdas aún vibraban pero la hermosa música se había detenido. 

♦ ♦ ♦

Dentro de la fría celda, sólo había una pequeña ventana. La brillante luz de la luna venía de fuera de la prisión, iluminando tenuemente la habitación. La luz sólo era suficiente para ver a un hombre sentado en una cama, con su delgado cuerpo muy recto y apoyado en la pared de piedra. Su cabello plateado parecía más deslumbrante de lo habitual en esta oscura habitación. Este cuarto era demasiado tranquillo, revelando una extraña atmósfera. Aunque este lugar no era muy popular, cada tanto había algunos oficiales patrullando. Sin embargo, esta noche, todos ellos parecieron desaparecer sin dejar rastro. 

—No esperaba que la gran prisión de Qing Yue fuera tan cómoda —escuchó decir a una voz ronca desde el exterior.

De repente, una oscura sombra apareció de forma inesperada, frente al prisionero. Su pelo era también plateado como el de Ao Tian. Sus apariencias eran, de la misma forma, similares. Sin embargo, parecía mucho más viejo que el prisionero. De una sola mirada, los dos se veían realmente iguales. Lo único que los distinguía era que Ao Tian tenía un aura fría y helada mientras que el otro hombre estaba cubierto de una brutal y asesina. 

Los ojos de Ao Tian, más oscuros que los de la noche, se abrieron lentamente, pero no miró al hombre de fuera de la puerta ni respondió a las palabras. Aunque la expresión del prisionero no era clara, su aura fría se hizo más y más evidente. 

Al ver a Ao Tian permanecer inmóvil, una expresión fría y brutal apareció en los ojos del hombre.

—Esta es la primera vez que te veo huir. ¿Planeas esconderte aquí para toda la vida? —dijo con una voz baja llena de ironía.

Ao Tian permaneció sentado como si no hubiera nadie fuera de la celda hablando con él. La mano del hombre tembló un poco de forma inconsciente. Una sonrisa fría apareció en su cara. 

—La pequeña señorita de la última vez era bastante hermosa. No sé si tendrá el mismo “gusto” que su aspecto. 

Ao Tian se sorprendió. Aunque no era obvio, fue suficiente para ser notado por el otro hombre. Su risa se hizo más fuerte.

¡Lo sabía! ¡Podré ganar la apuesta esta vez! La risa ronca del hombre resonó en la celda casi vacía. Sin volver a mirarlo, se alejó. 

—Detente —gritó de repente el siempre distante y silencioso Ao Tian. El hombre detuvo su paso y escuchó su imperfecta voz helada y fría—. ¡Si no quieres morir, no la toques nunca!

El corazón del hombre saltó. 

Qué modales tan agresivos.

Era un miembro de la familia Ao, nacido con una naturaleza cruel y sedienta de sangre.

—No te preocupes, dejaré su cadáver entero —respondió, sin saber si sus acelerados latidos se debían a la excitación o al miedo. Cuando terminó, se alejó rápidamente. 

¡Ao Tian, no creo que te quedes aquí!

♦ ♦ ♦

Gu Yun abrió los ojos y se levantó. Las cuerdas aún temblaban pero la hermosa música se había detenido. Yu Han Dan se sorprendió y sobresaltó, sin atreverse a moverse. El patio estaba muy tranquilo, pero nada era anormal. La brisa nocturna soplaba suavemente, y de vez en cuando caían hojas. Después de esperar mucho tiempo, aún no había movimiento. 

—¿Qué pasó? —preguntó Yu Han Dan.

Gu Yun se concentró en observar los alrededores durante mucho tiempo. La sensación de ser observada había desaparecido. 

¿Estoy demasiado nerviosa? ¿O se escondió demasiado bien? 

Su corazón no estaba seguro. Gu Yun permaneció en silencio por un largo rato, antes de hablarle, quitando la mano del instrumento.

—Nada, puedes continuar.

¿Cómo puede decir eso? 

Antes, Gu Yun puso absurdamente su mano en el qin, haciendo que Yu Han Dan se escandalizará y toda su intención de tocar se desvaneciera. La expresión de Yu Han Dan empeoró.

Viendo a Yu Han Dan enfadándose, y Gu Yun sin pretender explicarse, las dos siguieron sentadas en el suelo de esa manera. La atmósfera era bastante pesada. En ese momento, Su Ren apareció de repente en la puerta de la corte.

Estaba a punto de saludar, pero cuando las vio a las dos sentadas una al lado de la otra en silencio, se detuvo. Gu Yun estaba algo tensa y Yu Han Dan parecía enfadada. En sus recuerdos de Yu Han Dan, ella era una dama elegante, un poco elevada, pero sus palabras eran suaves y gentiles. A veces, podía ser bastante tímida pero en general tenía una excelente educación. Qing Mo era realmente asombrosa; podía convertir a este tipo de mujer en hostil en menos de un día.

Después de todo, no tenía experiencia en tratar una guerra entre mujeres, así que se quedó allí por mucho tiempo. Su Ren todavía estaba pensando en si entrar o esconderse. Una ya se había convertido en la mujer de su hermano mayor, mientras que la otra quería convertirse en su propia mujer. No podía ofender a ninguna.

Se estaba preparando para retirarse cuando Yu Han Dan se dio cuenta de su figura. Dejando el qin a un lado, se levantó rápido e hizo una reverencia para saludarlo.

Gu Yu estaba algo aturdida. Los ojos que antes la miraban fijamente, como si fueran a salirse de su lugar en cualquier momento, ahora se volvieron suaves como el agua. Aunque se veía mejor, ¡el cambio rápido fue en realidad bastante aterrador!

—Señorita Yu —sonrió Su Ren rápido, aunque estupefacto—. ¿Se siente cómoda viviendo aquí? Si necesita algo, puede decírmelo. 

—El Comandante Su está siendo demasiado educado —dijo Yu Han Dan con una sonrisa suave.

Estaba siendo educada como de costumbre, pero debido a la distancia cercana, Gu Yun pudo escuchar el temblor de su voz y sus hermosos ojos bajaron como si no se atrevieran a mirar a Su Ren. Cuando estuvo con Su Ling esta tarde, se veía muy tranquila. ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Estaba ella..?

Gu Yun especuló en secreto, pero no se atrevió a sobreestimar su capacidad de analizar las emociones. 

—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Escuchaste que hay una belleza y te apresuraste a venir? —dijo, y Yu Han Dan la miró de reojo. Cuando su rostro se puso rojo, sonrió en secreto. Con este tipo de expresión, su suposición no debería estar equivocada. Miró de nuevo a Su Ren y lo vio estupefacto. 

—¡No digas tonterías! ¡Fue el Gran Hermano quien me pidió que te llamara!

Está muy ansioso para poner una excusa… ¡Debe haber un problema! 

Sin embargo, la forma en que Su Ren miró a Yu Han Dan no fue particularmente cálida o fascinante. ¡Ah! ¿Era que la mujer tenía intención pero el hombre era ignorante? [1]. Gu Yun estaba confundida. ¡Su cerebro no era apto para analizar nada relacionado con el amor!

Levantándose y quitándose al hierba de su cuerpo, supuso que Su Ling la esperaba para explicarle sus acciones de hoy. Después de todo, había insistido en que Yu Han Dan se quedara. 

El pie de Gu Yun hizo un movimiento para salir cuando Su Ren notó un extraño destello que venía del árbol detrás de ella. 

—¿Quién está ahí? 

Al mismo tiempo, saltó y corrió hacia el gran árbol. GU Yun sólo vio una violenta sacudida de las hojas y supo que había una persona en la copa. 

Gu Yun rápidamente llevó a la aturdida Yu Han Dan a la habitación interior, desde donde decidió observar la situación.

Las densas hojas del árbol se agitaron violentamente. Gu Yun se sorprendió en secreto. Esta persona pudo aparecer sin hacer ruido desde el bosque detrás de la Mansión del General. Debía tener una buena habilidad en artes marciales. No sabía si Su Ren era su oponente igual o no. 

Iba a gritar por ayuda mientras avanzaba a zancadas con Bing Liang, cuando dos figuras, una vestida de blanco y la otra de negro, llegaron al patio. Bajo la oscuridad de la noche, el pelo plateado del hombre vestido del negro era excepcionalmente brillante.

¡Ao Tian! Viendo claramente al hombre que venía, Gu Yun y Yu Han Dan se sorprendieron, aunque por razones diferentes. ¿No estaba en la cárcel? 

Mientras tanto, Yu Han Dan tenía miedo. La sangrienta escena de esa noche estaba apareciendo de nuevo ante sus ojos. Se encogió detrás de la muchacha y sus manos agarraron fuertemente las mangas de Gu Yun. 

Su Ren no tenía un arma a mano, así que solo usó sus propias manos. Ao Tian tampoco tenía su espada, así que aunque la pelea fuera violenta, era poco probable que alguien muriera. Gu Yun se sintió secretamente aliviada y puso a Yu Han Dan detrás suyo. 

Espera y verás.

Ao Tian parecía querer irse, así que enfrentándose a Su Ren, sus ataques se volvieron más despiadados al apuntar un fuerte golpe hacia el pecho de Su Ren. Yu Han Dan inmediatamente se puso nerviosa. 

—¡Cuidado! —gritó. 

Gu Yun frunció el ceño. Ahora podía determinar el corazón de la señorita Yu hasta cierto punto porque sentía que su brazo terminaría fracturado si seguía apretándolo de esa manera.

Incluso con la advertencia de Yu Han Dan, Su Ren no tuvo tiempo de esquivar el golpe. Recibió un puñetazo y tuvo que retroceder varios pasos. Su pecho estaba muy dolorido, y estimó que sufrió una lesión interna.

Ao Tian no lo miró y se dio la vuelta, queriendo irse. Sin embargo, una espada ardiente se acercó a su torso. Ao Tian esquivó rápidamente, pero la espada le bloqueó el camino.

En ese momento, Su Ling tenía a Chi Xue en su mano y sus ojos de águila miraron fríamente a Ao Tian, quien se atrevió a aparecer en su mansión.

¡Bien! La última vez, en las montañas, lo dejé escapar. ¡Esta vez, no tendrá tanta suerte!

En los fríos ojos de Ao Tian también había una expresión despiadada. La herida de su brazo se la había hecho Su Ling. La última vez, debido a que estaba salvando a Qing Mo, no peleó de verdad, pero esta vez quería dejarle sentir a la poderosa Che Ling. Su mano se movió hacia su cintura, y con un movimiento lento, una espada negra plegable apareció en su mano. 

Estas dos personas no intercambiaron muchas palabras sin sentido, más bien rápidamente se precipitaron el uno hacia el otro como dos toros mirando una bandera roja. El calor abrasador de Chi Xue se encontró con la flexibilidad de Che Ling. El poderoso estilo de Su Ling se unió a las extrañas artes marciales de Ao Tian. Era difícil determinar quién tenía la ventaja. Sin embargo, ambos estaban peleando como si ya no les importaran sus vidas. 

Gu Yan ya no podía quedarse quieta, y dio un paso adelante. 

—¡Ao Tian, Su Ling, no peleen más! 

¡El punto principal ahora es averiguar por qué Ao Tian está aquí!

Desafortunadamente, los dos toros no escucharon las palabras de Gu Yun y aún así lucharon con tanta devoción, que los ataques se volvieron aún más feroces. ¡El tigre no había mostrado su poder así que la trataron como a una gata enferma!

Yu Han Dan escuchó a Gu Yun gritar en voz alta, y luego correr hacia las espadas 

¡¿Ya no quiere vivir?! ¡¿O realmente piensa que puede detener la llama entre esos dos hombres?! 

El corazón de Yu Han Dan estaba en su garganta; tenía miedo de ver otra escena de sangre de nuevo y rápido cerró los ojos. 

—¡Bing Lian! —gritó Gu Yun. Un aire frío y congelado vino de la casa interior. Cuando volvió a abrir los ojos notó un destello blanco, y la mano de Gu Yun sostenía una espada larga, blanca como la nieve. La hoja era delgada pero afilada. 

Con la espada en su mano, se precipitó entre los dos hombros y la agitó entre las dos hojas entrelazadas…

En estos días, había estado entrenando con la espada con fuerza y tenía una mayor comprensión sobre cómo manejarla. Además, estaba muy enfadada ahora mismo, así que el poder de la espada era mayor de lo habitual. Los sonidos de la espada que chocaban eran más duros y penetrantes. Su Ling y Ao Tian fueron empujados hacia atrás a unos treinta pies de distancia por su fría arma. 

Estaba entumecida por la espada, pero aún así gritó enfadada:

—¡Les dije que se detuvieran! ¡Al que todavía se atreva a moverse, lo cortaré!

El poder de su rugido hizo que toda la corte de Yi Tian se quedara muy tranquila. Era tan silencioso que el único sonido que Yu Han Dan podía oír era el latido de su propio corazón.

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