Traducido por Lugiia
Editado por Sharon
Después de que Ao Tian decidiera confiar en ella, Gu Yun lo llevó de regreso a la Mansión del General porque Su Ling no se encontraba dentro. Al llegar, sacó un paquete de tela del bolsillo de su pecho. Ao Tian no estaba claro de lo que había dentro, solo la vio entregárselo a un pequeño y delgado hombre mientras le susurraba algo al oído. Luego, se dirigieron al Departamento Ti Xing.
Tan pronto como llegaron a la puerta, los yayis desenvainaron sus espadas y los rodearon. Gu Yun y Ao Tian permanecieron alertas con su espada y su sombra. Ao Tian resopló fríamente, y estaba a punto de atacar; sin embargo, Gu Yun agarró su muñeca. En ese momento, Lu Jin recibió la noticia y se precipitó hacia la entrada. Al ver a Gu Yun agarrar la muñeca de Ao Tian, frunció un poco el ceño pero aun así los observó en silencio.
—¿Han regresado Dan Yu Lan y Su Ling? —preguntó Gu Yun, soltando la muñeca de Ao Tian. Lu Jin asintió—. Quiero encontrarme con ellos. ¡Es urgente! —insistió.
Lu Jin supuso que debía haber descubierto algo. Después de todo, trajo a Ao Tian de regreso. Hablando de Ao Tian, en ese momento, había algo diferente en él. Por lo general, era indiferente y arrogante, pero hoy todo su cuerpo parecía emitir un aura impetuosa y despiadada.
Lu Jin podía percibir cierta sensación de urgencia en su corazón. No se atrevió a perder el tiempo y rápidamente los escoltó a los dos a la oficina.
Allí, Dan Yu Lan estaba sentado solemnemente en la silla de madera mientras que Su Ling, que está a su lado, tenía una expresión sombría. Además, estaban Lou Xi Yan, con una ligera sonrisa en su rostro, y Zhuo Qing, con una expresión extraña.
Después de ver este tipo de ambiente, Gu Yun frunció el ceño.
Entonces, Lou Xi Yan y Zhuo Qing también vinieron…
Ya que este caso tuvo mucho más impacto y fue más difícil de resolver que los anteriores, era normal su presencia.
—¿Tuviste problemas? —le preguntó Zhuo Qing a Gu Yun en voz baja después de echarle un vistazo a su figura.
Gu Yun negó con su cabeza y la multitud cambió su foco hacia Ao Tian, quien se encontraba de pie, con la espalda hacia ellos, afuera de la oficina. Debido a su arrogante actitud, los espectadores desinformados nunca pensarían que estaba detenido.
—¡Ao Tian, ¿crees que la prisión de Xing Bu es un lugar donde puedes ir y venir a tu antojo?! —gritó Cheng Hang sin poder soportar su indiferencia.
Ao Tian permaneció en silencio. Tampoco se dignó a girar su cabeza hacia ellos.
—Fuimos a ver a alguien —respondió Gu Yun al ver que Cheng Hang estaba a punto de precipitarse hacia él.
¿Fuimos? ¡Qué forma tan afectuosa de decirlo!
La expresión de Su Ling se volvió más fría, pero aun así no habló.
—¿A quién? —preguntó Dan Yu Lan.
—La persona que secuestró a Ye Mei.
Al oír sus palabras, todos en la habitación se sorprendieron. Si Ye Mei había sido raptada, entonces el secuestrador debería ser el verdadero incendiario.
—¿Dónde está? ¿No pudieron capturarlo entre los dos? —preguntó Cheng Hang rápidamente. Aunque las artes marciales de Gu Yun no eran débiles, las de Ao Tian eran consideradas las más fuertes. ¡Si no pudieron capturarlo, debe haber sido porque no estaban dispuestos!
—Era posible, pero si lo hubiéramos hecho, Ye Mei estaría en peligro —explicó Gu Yun.
Cheng Hang siempre había admirado a Qing Mo. Sin embargo, esta vez, pensó que estaba protegiendo a Ao Tian.
—Nadie tiene claro si la desaparición de Ye Mei se debe a que escapó o fue secuestrada —dijo Cheng Hang muy infeliz—. ¡Quizás, todo esto es parte del plan de Ye Mei y Ao Tian para arruinar la celebración! ¡Señorita Qing, por favor, no se deje engañar por ellos!
¡¿Está cuestionando mi juicio?!
—Tengo mi propia capacidad analítica, soy capaz de pensar críticamente —dijo fríamente Gu Yun, entrecerrando sus ojos—. No necesitas preocuparte por mí. Si el Yamen [5] insiste en que Ye Mei es la “incendiaria”, entonces usemos la evidencia a nuestro favor. Primero, tú personalmente dibujaste la huella del zapato en la pared. Con solo verla, es evidente que pertenece al pie de un hombre. He visto a Ye Mei, y su tamaño de zapato no es tan diferente del de una mujer normal, así que es imposible que deje una huella tan grande.
»En segundo lugar, Mo Bai dijo que a las 9.30 p.m., se separó de Ye Mei. Esto prueba que Ye Mei no tuvo tiempo de cometer los incendios. Tengo dos pruebas que demuestran que ella no es el verdadero incendiario, ¿qué evidencia tiene para decir lo contrario? ¿Solo una máscara de oro y ropa roja? Ese tipo de ropa puede ser imitada por otros. En cuanto al memorándum que dejó, Ao Tian le echó un vistazo, y está seguro de que no es la escritura de Ye Mei. Solo por una pieza de papel, algo de ropa y una máscara, ¿sospechan que Ye Mei es la pirómana? ¿No creen que se están precipitando?
El argumento contundente de Gu Yun dejó sin palabras a Cheng Hang, y todo el Departamento Ti Xing sintió vergüenza. Zhuo Qing negó con la cabeza en secreto.
¿Cómo pueden estas personas pretender compararse con Yun en términos de interrogación y análisis minucioso? Están buscando problemas, ¿no es así? Ella nació para atrapar criminales. Además, ¡también es una experta en resolver casos!
Los ojos de Mo Bai no podían ocultar su admiración.
¡Estos adultos no son tan buenos como esta niña que ve las cosas minuciosamente!
—Señorita Qing, no es que no le creamos, pero si usted y Ao Tian no nos cuentan toda la historia, ¡será difícil resolver este asunto! —dijo con impotencia Dan Yu, suspirando ligeramente. Por supuesto, sabía que las pruebas eran insuficientes, pero todo parecía apuntar a Ao Tian y Ye Mei. Si no empezaba por ellos, ¿cómo podría responsabilizarse ante el emperador y los emisarios?
Sería difícil localizar a Ye Mei sin el apoyo de Xing Bu y la Mansión del General. Gu Yun miró a Ao Tian. Sus oscuros ojos estaban entrecerrados, lo que podría considerarse como su permiso para que ella contara toda la historia. Si no hubiera sucedido todo esto, nunca habría hablado de ello. Sin embargo, ahora solo quería buscar a Ye Mei lo antes posible.
—Ao Tian y Ye Mei son, de hecho, hermanos… —comenzó a decir Gu Yun después de obtener su permiso—. Su padre pertenecía a Ju Ling Dao. Todo lo que ha sucedido en los últimos días fueron las acciones del tío de Ao Tian, Ao Jie. Quiere forzar el regreso de Ao Tian a la isla para que compita por la posición de líder del clan. Los asesinatos, los incendios, el secuestro de Ye Mei, y las interrupciones de la celebración… Todo se hizo con ese propósito. Ao Jie está escondiendo a Ye Mei. Si lo capturamos ahora, Ye Mei estará en peligro, ¡así que tenemos que rescatarla primero.
La explicación de Gu Yun omitió lo más que pudo los antecedentes de Ao Tian, con la esperanza de que ayudaran a pensar en una manera de salvar a Ye Mei. Mientras Ao Jie no tuviera a Ye Mei como rehén, “acabar” con él no sería difícil.
Al mencionar a Ju Ling Dao, las expresiones de Su Ling y Lou Xi Yan se oscurecieron simultáneamente. Ao Tian resultó ser la persona que Ju Ling Dao estaba buscando. No era de extrañar que se atrevieran a quemar embajadas y bañar la celebración con sangre. No había nada bajo este cielo que Ju Ling Dao tuviera miedo de hacer.
Lou Xi Yan entrecerró los ojos y miró la solitaria figura de Ao Tian en la puerta. Luego miró de nuevo a la hermana menor de su esposa y dijo:
—La explosión en las embajadas ha enfurecido al emperador. Cuando escuchó la amenaza del asaltante de liberar a Ao Tian o convertirían la celebración un duelo, se enfureció aún más y envió una orden. Si el asaltante no puede ser capturado o si los incendios provocados siguen ocurriendo, Ao Tian será ejecutado antes de que la celebración comience.
¿Ejecutado? ¡No podían determinar que fuera el culpable antes de que la investigación concluyera! Además, él no participó en el acto de terrorismo. ¡¿Cómo podrían ejecutar a alguien sin pruebas?! ¿Era este el poder del llamado monarca absoluto? Gu Yun sonrió cínicamente.
Oh, es cierto, cuando el caso del corazón perdido no se resolvió a tiempo, Dan Yu Lan, el llamado oficial de segundo rango, fue casualmente castigado con tres años de prisión. ¡Y estamos hablando de Ao Tian, alguien no tan importante a los ojos de Yan Hong Tian!
Sin saberlo, las manos de Gu Yun se volvieron puños.
—Es inútil dar explicaciones ahora —dijo Zhuo Qing rápidamente—. Lo más importante es encontrar a Ye Mei y también a Ao Jie. Solo quedan cinco días para la celebración, no tenemos mucho tiempo.
Aunque Zhuo Qing también estaba muy disgustada con el autoritarismo de Yan Hong Tian, también entendía que las preocupaciones y el honor de un gobernante no pueden tolerar ninguna provocación. Aunque Yun lo entendía, en su mundo anterior, ambas podían distinguir qué era lo correcto de lo incorrecto. Debido a que Ao Tian no mató a nadie, ¡no debería morir!
Ahora, Zhuo Qing solo podía esperar que pudieran rescatar a Ye Mei dentro de cinco días o no podía garantizar lo que Yun haría en ese momento.
No… no son cinco días… ¡solo quedan varias horas!
Solo Gu Yun y Ao Tian eran conscientes de este hecho. Ao Tian, que había guardado silencio, finalmente se dio la vuelta y miró a Gu Yun.
—¡Dijiste que tenías una manera de encontrarla! —exclamó. No quería creer que sus palabras en aquel lugar eran una mentira.
Gu Yun estaba a punto de decir algo cuando un yayi se detuvo en la puerta y dijo:
—Ministro, dos personas que dicen ser soldados de la Mansión Su. Están buscando a la señorita Qing Mo.
—Déjelos entrar —respondió Gu Yun a toda prisa.
El yayi miró a Dan Yu Lan. Después de verlo asentir, corrió rápidamente. Un momento después, trajo de vuelta a dos hombres, uno alto y uno delgado. Ambos entraron en la habitación y saludaron a Gu Yun.
—Jefa. —Viendo que Su Ling también estaba presente, Leng Xiao y Ge Jing Yun una vez más saludaron respetuosamente—: General.
Su Ling asintió sin expresión.
Ella es realmente buena al hacer que estos chicos le sean leales sin reservas. Ya se olvidaron de quién paga sus salarios.
—¿Lo encontraste? —preguntó Gu Yun, extendiendo su mano.
Leng Xiao asintió y sacó el trozo de tela, parecido al que Ao Tian había visto por la mañana. Se lo entregó a Gu Yun y le susurró algunas palabras. Después de oír su mensaje, apareció en su rostro su primera sonrisa del día. ¡Finalmente, la había encontrado!
—En realidad, hay una pista detrás de los dos bombardeos. Encontré esto en las fosas quemadas de ambas embajadas —dijo con una sonrisa confiada, abriendo el envoltorio en su mano.
¿Qué será?
Cheng Hang corrió rápidamente al lado de Gu Yun.
—¿Qué es eso? —preguntó, al ver pequeños trozos de tela, de color verde oscuro, en su mano.
—Al principio, no sabía qué eran, pero acabo de descubrir que es un tipo de papel especial usado para envolver pólvora y petardos, y protegerlos de la humedad. Si no me equivoco, el pirómano lo usó para contener la pólvora y luego tirarlos a los edificios —respondió Gu Yun, colocando el envoltorio en las manos de Cheng Hang, quien a su vez lo colocó en el escritorio frente a Dan Yu Lan, dejándoles ver las pruebas.
—Entonces, ¿qué significa? —preguntó de nuevo.
—Durante la celebración del festival, todas las personas y bienes que entran y salen de la capital deben ser sometidos a un control exhaustivo. Cosas como los explosivos son imposibles de contrabandear. Entonces, ¿de dónde los sacaron? En las calles de Qiong Yue, todos los días hay soldados patrullando las veinticuatro horas. ¿Quién puede llevar una gran bolsa de explosivos en la calle sin llamar la atención de la gente?
Lu Jin era más astuto que Cheng Hang. Al escuchar su explicación, entendió todo de inmediato.
—¿Quieres decir… que este pirómano podría haber anidado en algún lugar de los alrededores de un almacén de pólvora del gobierno?
Gu Yun asintió. Los ojos de Cheng Hang se iluminaron-
—En la capital, solo hay dos almacenes de pólvora. Uno está situado en la puerta oeste y el otro cerca de la tienda de ropa Cheng Nan. ¡Podemos dividir a nuestras tropas en ambos lugares y rodearlos!
—¡Ya pensé en eso! —le interrumpió Gu Yun, chasqueando sus dedos—. Lu Jin y Cheng Hang pueden ir al almacén de la puerta oeste mientras que Leng Xiao, Ge Jing Yun y yo iremos a la tienda de ropa de Cheng Nan. ¿Qué piensa usted, ministro Dan?
Habiendo arreglado todo tan bien, ¿qué más podría decir? Dan Yu Lan solo asintió con la cabeza.
—Ya que encontramos una pista, naturalmente tenemos que investigarla.
Gu Yun estaba satisfecha. Sonrió y se fue con Leng Xiao y el equipo. Mo Bai, que había sido como la sombra de Lou Xi Yan, añadió:
—¡Iré contigo!
Gu Yun detuvo su andar. Miró a Lou Xi Yan y no vio ninguna sorpresa en su cara. Él solo le sonrió y asintió con la cabeza. Gu Yun se encogió de hombros. Si Lou Xi Yan no tenía ninguna objeción, naturalmente ella tampoco se opondría.
Y así, el grupo salió de la oficina.
—Ao Tian, no puedes irte —dijo Dan Yu mirando a Ao Tian. Si escapaba de nuevo, ¡la reputación de Xing Bu caería completamente en desgracia!
Ao Tian solo resopló fríamente. Sus ojos emitían desdén y frialdad, evocando un ligero temor en Gu Yun. Este Ao Tian era diferente de lo habitual. Si en este momento no le permitían buscar a Ye Mei, ¡no sería tan indulgente como anoche!
—Déjalo ir. Después de todo, Ye Mei es su verdadera hermana. Ministro Dan, le prometo que lo traeré de vuelta —dijo Gu Yun rápidamente.
Gu Yun era la única que Dan Yun consideraba digna de respeto. Siendo franco, ninguno de sus yayis fue capaz de localizar a Ao Tian excepto ella, así que solo pudo quedarse en silencio, malhumorado.
—Solo ve rápido y vuelve pronto. Rescatar a la gente es más importante —intervino Lou Xi Yan con un tono despectivo.
Al escuchar su consentimiento, Gu Yun se fue con Ao Tian y Mo Bai. Dividieron a los soldados en dos grupos para cubrir más terreno en ambos lugares, y cada grupo fue a su lugar asignado. En la oficina, solo quedaban cuatro personas: Zhuo Qing, Lou Xi Yan, Dan Yu Lan y Su Ling.
Zhuo Qing levantó ligeramente sus cejas y miró a Su Ling, quien había estado sentado allí con una fría expresión desde el comienzo.
—¿No participará en la búsqueda, General Su? —preguntó Zhuo Qing burlonamente. Según sus observaciones, Su Ling se había enamorado de Gu Yun desde hace rato. Viendo a Gu Yun y Ao Tian entrar y salir juntos, varias veces, pensó que Su Ling se volvería loco. Sin embargo, parecía indiferente.
Su Ling entrecerró los ojos y miró a Zhuo Qing que parecía curiosa.
—El pirómano probablemente cometerá más incendios, echaré un vistazo a las embajadas. Si hay algún progreso, hágamelo saber —le dijo a Dan Yu Lan, levantándose de su asiento con cierta arrogancia. Después de decir eso, no esperó la respuesta de Dan Yu Lan ni se molestó en echar un vistazo a Zhuo Qing y Lou Xi Yan. Simplemente salió con una mirada fría en su rostro.
Usando su mano para sostener su cabeza, Zhuo Qing miró a Lou Xi Yan y sonrió.
—Qing Mo siempre dijo que Su Ling era un hombre ardiente y temerario, pero ¿cómo es que no lo veo?
—¿Sabes cómo describe la gente de otros países al General Su? —preguntó Lou Xi Yan con una sonrisa en su rostro.
Zhuo Qing negó rápidamente con la cabeza, mostrándose curiosa.
—El Siniestro Dios de la Guerra —respondió Lou Xi Yan, levantando ligeramente la curvatura de sus finos labios.
—¡Oh! —En ese instante, Zhuo Qing lo comprendió—. Ya veo. —En realidad, el temperamento del General Su dependía mucho del objetivo.
Dan Yu Lan suspiró con impotencia.
¿Esta pareja de recién casados vino a ver un “drama” o a investigar un caso?