Una generación de militares – Capítulo 32: Así es como es (2)

Traducido por Selena

Editado por Sharon


Era tarde en la noche cuando Gu Yun llegó a las puertas de la Mansión del General.

—Señorita Qing, ya es muy tarde, ¿todavía tiene que salir? —preguntaron los guardias, sorprendidos.

—Mmm, solo para un paseo.

No sabía a dónde quería ir, quizás realmente solo caminaría. Ahora mismo solo quería dejar este lugar que la hacía sentir sofocada y que había roto su corazón. Quizás una vez que saliera de la Mansión podría pensar con calma. El General le había explicado antes que podía salir y entrar a la mansión con libertad, bien podría aprovecharse de eso. Al final, los soldados no se atrevieron a detenerla, y simplemente la observaron salir.

—El General no ha vuelto, ¿deberíamos reportarlo al Teniente? —susurró el guardia más joven, pensando que sería inapropiado dejarla salir sola. Su compañero pensó por unos momentos antes de responder.

—Es mejor reportarlo.

El joven asintió con la cabeza y corrió hacia el interior de la mansión.

Nadie se dio cuenta de la oscura figura siguiendo a Gu Yun de cerca.

♦ ♦ ♦

Las calles por la noche no estaban iluminadas, y en uno de los callejones a los que la luz de la luna no iluminaba, un caballo negro puro y un hombre cabalgaban en la oscuridad. Uno solo podía escuchar los cascos acercándose, pero basándose en esos, se podía inferir que no tenían prisa. Con las riendas agarradas con fuerza, Su Ling seguía pensando en las noticias del Mar del Este de China.

Las aguas del territorio oriental solían tener piratas que saqueaban barcos, pero como el cargamento básico de Qiong Yue no tomaba la ruta marítima, y el emperador no tenía planes de crear comunicaciones con las islas cercanas, no había muchas confrontaciones. Sin embargo, durante los últimos meses, los piratas inesperadamente habían atacado varias veces. Mataban, quemaban y saqueaban pequeños pueblos, y como el líder de la Armada era débil, aunque los perseguían siempre se escapaban. Su Ling, con otros oficiales y Ministros, discutieron durante toda la noche. Al final, decidieron escribirle una petición al emperador para pedirle que enviara tropas y fortalezca la defensa del Mar del Este de China.

Mientras se preguntaba qué tropas debía desplegar, Chi Xie, en su cintura, comenzó a calentarse, y una luz extraña iluminó la noche. Era magnífica y bizarra, y la hoja estaba temblando de una forma violenta. Aunque tenía ropa separándolos, podía sentir el calor abrasador.

Chi Xie no solía comportarse de tal manera, y la luz blanca alarmó a Su Ling aun más.

¿Le sucedió algo a Bing Lian?

Recordando lo que Su Ren le había reportado, su corazón se apretó. Las personas de la Isla Ju Ling eran feroces, ¿incluso Bing Lian y los guardias de la sombra no pudieron protegerla? Agarró las riendas con más fuerza, y sin esperar más tiempo, espoleó al caballo, quien al sentir la urgencia de su amo, dio un largo relincho. Su cuerpo negro, parecido a una espada afilada, salió disparado por el camino.

El rápido sonido de los cascos del caballo atrajo la atención del guardia de la entrada. Miró hacia arriba y a la distancia, vio una sombra acercarse con rapidez, la cual en poco tiempo llegó frente a él. El jinete jaló de las riendas de inmediato, y con otro relincho, el caballo se detuvo frente a las puertas.

—¡General! —lo saludó el guardia al ver quién era. Mientras vacilaba en informarle que la señorita Qing había dejado la mansión al ver la expresión digna que portaba, Su Ling desmontó hábilmente y le arrojó las riendas. Luego se apresuró dentro de la casa.

Había cruzado las puertas cuando se encontró con un Han Shu solemne, que también parecía apresurado.

—General, por fin ha vuelto —lo saludó con un gran suspiro de alivio.

—¿Qué está pasando? —preguntó impaciente y preocupado de que sus conjeturas se hicieran realidad.

—Algo ha pasado en Yi Tian Yuan. Apresúrese y eche un vistazo —dijo con una expresión extraña.

¡De verdad pasó algo malo! Su Ling recordó automáticamente la escena cuando la espada traspasó el corazón de la chica. Un escalofrío recorrió su cuerpo y su tez de repente palideció.

—General, ¿qué pasa? —preguntó Han Shu al verlo respirar con dificultad. Su voz resonante regresó a Su Ling a la realidad. Cuando miró a su subordinado, dejando de lado su anterior expresión extraña, no parecía diferente de lo usual.

Con su carácter, si Qing Mo hubiera sido atacada en la Mansión, no estaría tan tranquilo, pensó Su Ling para controlar su pánico y sus emociones perturbadas.

—¿Cuál es realmente el problema? —preguntó mientras se acercaba a Yi Tian Yuan a paso rápido. Siguiéndolo de cerca, Han Shu frunció el ceño.

—No se sabe la razón, pero los alrededores de Yi Tian Yuan están extrañamente fríos. Iba a entrar a echar una mirada, pero cuando pisé el patio, mi cuerpo casi se congela. Por precaución, tuve que salir de inmediato. No sé si la señorita Qing está en el cuarto, pero en ese caso debe estar en problemas.

¿Frígida? A pesar de que Bing Lian era fría, no era hasta el punto en que le impidiera a la gente a entrar en el patio. No entendía del todo la situación, pero como no se trataba de un ataque nocturno, la mitad de sus preocupaciones se habían disipado. Aun así, sus pasos no tenían la más mínima intención de ralentizarse.

Cuando el guardia mayor volvió después de asegurar el caballo, la sombra de los dos ya había desaparecido dentro de la casa. En ese momento, el guardia más joven que fue a informar regresó apresurado.

—¿Te encontraste con el General? —le preguntó su compañero, ansioso.

—No —negó el joven, sacudiendo la cabeza.

—¿Y al Teniente Su?

—No lo encontré, no estaba en su patio —negó de nuevo, sintiéndose impotente. También fue a su estudio para buscarlo, pero no tuvo éxito. Estaba seguro de que no había salido, ¿cómo podría haber desaparecido?

El viento nocturno estaba aullando pero la guardia mayor sudaba ansiosamente,

—Escuché hace poco a la Vanguardia Han decir que hubo un problema en el Yi Tian Yuan. ¿No es donde vive la señorita Qing?

—¿Qué hacemos ahora? —El joven también se estaba poniendo nervioso. Si hubieran sabido sobre la situación, nunca la hubieran dejado salir sin importar lo que dijera.

—Quédate aquí vigilando, iré a buscar al General en Yi Tian Yuan para informarle que la Srta. Qing salió de la Mansión —decidió el viejo guardia, con los puños y el corazón apretados.

¡Retener información era un pecado aún mayor!

El joven estalló en un sudor frío, pero asintió rápidamente. El guardia mayor comenzó a correr hacia Yi Tian Yuan, y cuanto más se acercaba, más sentía el frío escalofriante que parecía salir de la Mansión, abriéndose paso hasta su corazón y provocándole temblores incontrolables.

Cuando Su Ling y Han Shu llegaron apresuradamente al patio, se sorprendieron tanto por la escena que veían, que por unos momentos fueron incapaces de seguir avanzando.

En la pared más alta que un hombre había una fina capa de hielo y en las tejas del techo, había más de dos pulgadas de hielo. Normalmente, debería escuchar las hojas de los árboles soplando por el viento nocturno, balanceándose, pero ahora mismo, estas estaban congeladas así que producían ruidos extraños, como olas de piedra golpeándose entre sí. Todo el patio estaba cubierto de hielo, y bajo la luz de la luna, lucía como una tierra de fantasía helada.

En las afueras de Yi Tian Yuan, los soldados que patrullaban por la noche vieron el espectáculo. Todos estaban sorprendidos, rígidos e inmóviles de pie frente al patio, desconcertados y temblando sin control.

Su Ling fue el primero en recobrar la compostura y caminar hacia la puerta. Viendo los carámbanos colgando en la pared, Han Shu no pudo evitar lanzar un grito desconcertado.

—¡Oh, por los Cielos! Cuando pasé antes todavía no había hielo. Es solo Noviembre, ¿cómo puede ocurrir algo tan extraño? —Qiong Yue estaba situada en el sur, por lo que la capital era el lugar más cálido y agradable para estar. Solo en Año Nuevo, dentro de unos días, podrían ver algunos copos de nieve flotando.

¿Cómo podría ocurrir una escena como esta?

Su Ling caminó hacia la puerta, que se abrió de repente desde el interior cuando una ráfaga de aire frío surgió de repente. Todos los que estaban de pie cerca temblaron de frío, pero entonces vieron una figura alta cubierta de hielo salir mientras maldecía.

—¡Quiere congelarme hasta la muerte!

La vista desde el exterior de la casa revelaba que el patio interior estaba iluminado por una deslumbrante luz blanca. El pasto estaba cubierto por medio pie de hielo duro, y las ventanas y el techo estaban llenos de carámbanos. Todos los hombres esperando sentían el frío penetrar hasta sus huesos. Ni siquiera podían imaginar lo que sentirían dentro.

—Tío Yan, ¿está ahí dentro? —le preguntó Su Ling, acercándose con rapidez.

Su Yan cerró rápidamente la puerta del patio mientras se frotaba los dedos rígidos y temblorosos.

—Esa chica no estaba aquí. No sabemos por qué Bing Lian se volvió loca. Todo lo que estuviera a menos de tres metros de distancia se congeló, y esa deslumbrante luz blanca nos cegó. No esperaba que las habilidades de Bing Lian fueran tan fuertes, si no fuera por mi fuerza interna entrenada durante más de cuarenta años manteniéndome caliente, ¡quizás ni siquiera yo habría podido salir!

—¿No está aquí?

Entonces, ¿a dónde fue?

Su Ling abrió la puerta a empujones. Quería entrar y averiguar qué podría haber sucedido, pues si la espada se estaba comportando de esta manera, entonces era claro que sabía lo que le había sucedido a Qing Mo.

En el momento en que abrió la puerta, el frío que salió fue aún más penetrante. Su Yan encogió su cuello inconscientemente.

—Ling, no entres, ¡algo no anda bien con Bing Lian esta noche! —le advirtió, agarrando su manga para detenerlo.

A lo largo de los años, aunque Bing Lian siempre había sido fría si la familia Su deseaba tocarla, solo les enfriaba el cuerpo. No tendrían problemas si solo fuera una falta de calor, pero esta noche estaban en peligro de ser congelados. Además, cuando se acercó sintió el frío aun más intenso, al punto en que convirtió todos sus alrededores en hielo. Si no hubiera tenido la agilidad suficiente para salir del camino, habría terminado congelado desde adentro.

Su Ling frunció el ceño. Tenía un mal presentimiento en su corazón. La única respuesta a esta situación era que Qing Mo se hubiera encontrado con algún problema; de otra forma, Bing Lian nunca actuaría así.

—Tengo a Chi Xie, ¡estaré bien! —aseguró el General, tomando su espada con fuerza. Cuanto más se prolongaba esta situación, más aumentaba la necesidad que tenía de entrar.

Mirando la espada escarlata de Su Ling, Su Yan se tranquilizó un poco y finalmente le soltó la manga.

Su Ling entró en el patio con cautela y cerró la puerta con su mano. Bing Lian, que estaba dentro de la habitación, pareció sentirse provocada por su llegada y el blanco brillante se volvió aún más deslumbrante. En ese momento, el siempre tranquilo Chi Xie también comenzó a inquietarse y a vibrar. La empuñadura daba un chorro de calor a Su Ling a través de la palma de su mano que bloqueaba el frío cortante, ayudándolo a acercarse con cuidado a la habitación congelada.

Allí, forzó la puerta y vio que la enorme habitación no tenía signos de lucha. La espada estaba suspendida en el aire, y como Su Yan le había dicho, a menos de diez pies a su alrededor todo estaba congelado. Bajo la deslumbrante espada blanca, el reflejo del hielo era aún más cegador.

—Bing Lian, ¿dónde está ella? —le preguntó, resistiendo el fuerte viento frío.

Habría sido mejor si no preguntaba nada. Desafortunadamente, lo había hecho, y Bing Lian enfureció de inmediato. Atravesó los tres metros de hielo en un instante para atacarlo, y con su movimiento, el hielo también aumentó. Bing Lian atacó con su energía extremadamente fría aplicando una fuerza despiadada que lo presionó.

Su Liang dio un salto atrás, sorprendido, a la vez que sacaba la espada roja de su vaina. La energía vital de Chi Xie fue como un rayo al golpear el bloque de hielo, y este se dividió en dos. Sin embargo, ni Su Ling ni Chi Xie ganaron algo de ello.

El dolor en su pecho le recordó que el contraataque utilizando la energía vital casi le ocasionó daños internos, y aunque habían pasado algunos segundos, Chi Xie seguía temblando. Los ojos agudos de Su Ling se entrecerraron ligeramente. Todavía quería avanzar, pero en ese momento, su espada se interpuso en su camino y no le dejó dar ni un solo paso.

Lejos del hielo sólido fragmentándose, Bing Lian tampoco parecía convencida, y siguió liberando aire frío como loca. El hielo roto en realidad volvió a reconstruirse poco a poco; no parecía que la espada estuviera preparándose para detenerse pronto.

Su Ling pensó con cuidado por un tiempo, y decidió que lo mejor sería salir del cuarto. Solo había abierto la puerta un poco, cuando de repente una mano grande lo agarró y lo sacó. No solo estaba cubierto de hielo, sino que su cabello y cejas estaban escarchados. Se podía ver su aliento salir en una nube blanca frente a su boca, era cruelmente visible que la habitación estaba helada. Su apariencia angustiada les dijo a los demás presentes que incluso la presencia de Chi Xie no sirvió de mucho.

—¿Qué pasó? —preguntó ansioso Su Yan, ayudándolo a limpiar el hielo de su cuerpo.

—Bing Lian está en medio de una furia violenta. Yo tampoco pude acercarme —contestó el General con una expresión sombría. En lugar de explicar más, lanzó una pregunta perpleja—: Qing Mo y esto, ¿qué es lo que realmente está pasando?

¡No tenía idea de qué estaba sucediendo! Ella estaba desaparecida, Bing Lian actuaba enloquecida sin ninguna razón. Su Ling no tenía otra opción más que enfadarse.

En ese momento, Su Quan y Su Ren también se acercaron a Yi Tian Yuan para observar la situación. Incluso Su Quan, que siempre sonreía, lucía solemne.

—Qing Mo sabe que Bing Lian selecciona a la esposa —habló de repente Su Ren.

Habiendo estado hundido en la ansiedad todo este tiempo, Su Ling de repente supo cuál era el problema.

¿Se enteró?

—¿Quién se lo dijo? —Su Ling miró mal a Su Yan, quien dio un paso atrás.

—¡Yo no fui! —respondió con rapidez. Su Ren suspiró y le explicó.

—Su Yu se emborrachó demasiado esta noche, se encontró por casualidad con Qing Mo y dijo algunas cosas guardadas en su corazón sin elegir bien sus palabras, pero…

Él también fue negligente. Siendo una mujer tan orgullosa, ¿cómo podría aceptar que fuera el accesorio de una espada? El corazón de Su Ling se hundió.

¿Se fue…?

Como para confirmar sus sospechas, el viejo guardia de turno en la puerta se acercó en ese momento para hablar.

—Reportando al General, la Srta. Qing salió de la mansión hace una hora.

—¿A dónde fue?

El rugido enojado de Su Ling asustó al guardia, que respondió con la cara pálida y temblorosa.

—Ella… ella… dijo que quería dar un paseo y no nos atrevimos a preguntarle.

—¡Maldita sea! ¿Por qué no le preguntaste a dónde iba? ¿Por qué no la seguiste?

El temperamento inquieto de Su Ling no solo sorprendió al guardia, sino a todos los presentes.

Habiendo estado preocupado hasta ahora, el caos es lo que necesitó para perder la compostura por fin, lo analizó Su Ren en silencio.

—Hermano mayor, ella tiene la protección de la guardia de la sombra del clan de Su, ¡estará bien! Cuando el jefe regrese y llame a la guardia de la sombra, sabrás dónde está.

La Guardia de la Sombra solo protegía a la familia Su y solo aceptaba las órdenes del Jefe. Su Ren estaba muy calmado pero Su Ling no tenía tanta paciencia y no pudo controlar su ansiedad. Después de todo, la persona perdida era su mujer.

—Quédate en la Mansión y espera al Anciano Qing. Si tienes noticias de ella, envía inmediatamente a alguien a detenerla. En cualquier caso, ¡deben encontrar su paradero! —dijo, y sin esperar por sus reacciones, se dio la vuelta y salió corriendo, dejando al grupo de hombres que habían sido inmovilizados por su ira temblando de miedo.

Mirando la alta figura irse como un torbellino, Han Shu lo entendió con claridad. Esta era la primera vez que veía la apariencia agitada del General. Era evidente que Qing Mo era atesorada en su corazón.

—¿Qué debemos hacer ahora? —le preguntó a Su Ren, que estaba igual de serio a su lado.

—Ella no montó a caballo, no debería estar lejos. Esperaré aquí al Jefe. Divide a tus soldados en pequeños escuadrones y busca. ¡Incluso si tienes que dar la vuelta a toda la capital, debes encontrarla!

Si no podían encontrarla, quien sufriría sería su tercer hermano. Aunque su hermano mayor estuviera dispuesto a dejarlo ir, él podría terminar suicidándose para pagar por lo que hizo.

—Bien, me iré ahora —asintió la Vanguardia.

—Han Shu —lo llamó Su Ren de repente. Él pensó por un momento antes de hablarle de nuevo—: ¡Sea prudente! No queremos que las lenguas sueltas hablen.

—Descansa tranquilo —confirmó Han Shu, palmeándose el pecho.

En el momento en que terminó de hablar, un chasquido resonó en la noche. Todos miraron en dirección del sonido, y descubrieron que el hielo de las paredes había comenzado a expanderse lentamente a través del suelo. Era un hielo transparente y muy hermoso, pero se tragaba todo lo que encontraba en su camino, haciendo que todos los que veían se sintieran aterrados.

Viendo el hielo comenzar a trepar hacia donde se encontraban, Su Ren comprendió algo de repente, y gritó:

—¡Atrás!

Todos los que rodeando Yi Tian Yuan se apresuraron a obedecer. Mirando la progresiva extensión del hielo en el suelo, la cara de Su Ren comenzó a palidecer-

—¡Apresúrate! —le gritó por lo bajo a Han Shu.

—¡Oh! —Han Shu volvió a sus cabales y corrió a los cuarteles del campo de entrenamiento. La furia de Bing Lian se extendía en todas las direcciones, aterrando a los soldados patrullando.

Si la srta. Qing no regresa, ¿se congelará la Mansión del General?

♦ ♦ ♦

A pesar de la conmoción y el desorden de la Mansión, Gu Yun no estaba conciente de lo que sucedía.

Ella estaba caminando lentamente por el callejón de la cuarcita. Miró hacia arriba y solo pudo ver unas pocas nubes cubriendo las tenues estrellas, incluso la luna no estaba clara. El camino también era oscuro y difícil de ver, pero ella seguía avanzando paso a paso. Al principio, todo lo que sentía en su corazón era furia, pero luego dio paso a la decepción, y ahora estaba hundido por la confusión. Tal vez en una noche tan tranquila solo sus pasos y los sonidos del corazón son claramente visibles.

No sabía cuánto tiempo llevaba caminando. De todas formas, tampoco sabía a dónde estaba yendo. Era la primera vez en su vida que no sabía lo que quería.

Tenía 17 años cuando se alistó en el Ejército, y a los 19 años fue elegida para entrar en la Unidad de Reconocimiento de la Fuerza Especial de la Policía Armada como operativo de campo, haciendo redadas, rescatando rehénes, participando en operaciones anti-secuestro… No podía recordar cuántas veces había realizado las misiones, hasta que a los 24 años, llevando a cabo una misión en la lucha contra el terrorismo, su pulmón derecho fue atravesado por una pistola  de calibre SOAE y tuvieron que quitarle la mitad del órgano. Debido a la herida, tuvo que retirarse del departamento, pero ella pidió transferirse a la Unidad de Investigación Criminal.

Pasó la evaluación con notas excelentes. Tenía un grado alto de detección, resolvió muchos casos y todo tipo de tareas que caían en sus manos eran realizadas a la perfección.

En este mundo patriarcal, pensó que solo podría confiar en su propia fuerza para obtener reconocimiento.

Sin embargo, al final, los resultados la hicieron pensar que era infalible cuando en realidad solo era el accesorio de uan espada. A los ojos de esta gente, ni siquiera debía importar quién era la persona elegida.

En este momento, ella solo deseaba saber una cosa. Aquel que siempre le gritaba pero también la elogiaba, que er impaciente pero que la acompañaba en silencio mientras tomaba su medicina, que siempera era indiferente y su mirada solemne pero luego decía cosas incómodas como “Estoy dispuesto”… ¿Fue todo por la espada? ¿De verdad le gustaba, o solo reconocía la tradición de su clan?

Sus pisadas eran pesadas. Gu Yun se reclinó contra una pared de piedra fría y, lentamente, se dejó caer hasta quedar sentada en el callejón, escondiéndose en la oscuridad con su cabeza recostada entre sus piernas. Poco a poco, cerró sus ojos.

Siempre pensó que no le importaría, pero ¿por qué su corazón se sentía tan amargo que era insoportable?

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