Una generación de militares – Epílogo 1

Traducido por Ichigo

Editado por Sharon


El comienzo del otoño debería ser el mejor de la temporada. El aire fresco y la atmósfera hacían que uno se sintiera refrescado cada vez que respiraba. Los ciruelos en flor de la Residencia Shu Shan ya no eran como antes; se los había cuidado mucho para que sus ramas estuvieran llenas de follaje. Aunque no había flores en otoño, sus ramas vigorosas creciendo eran un tipo diferente de belleza.

Una figura delgada se situó en medio de los ciruelos en flor mientras el fresco viento otoñal hacía ondear el vestido azul pálido. Una gran mano salió de repente de detrás y Qing Feng se vio envuelta en un cálido abrazo.

—Es casi otoño y todavía no llevas una capa de ropa adicional.

La persona que estaba detrás suyo parecía no estar contenta ya que la mano alrededor de su cintura se apretó.

Qing Feng se apoyó con comodidad en este abrazo familiar, y sin preocuparse por el temperamento de esa persona, se rió.

—Las flores de ciruelo de este año deben ser mejores que las del año pasado.

Yan Hong Tian miró el bosque que no tenía ninguna diferencia con los años anteriores y preguntó:

—¿Cómo puedes saberlo?

—Con el gran cuidado que le doy, por supuesto que las flores mejorarían.

Hablar de esto hizo que Yan Hong Tian no estuviera contento. No podía venir a la Residencia Shu Shan todo el tiempo, pero cada vez que visitaba, Qing Feng estaba ocupada con los ciruelos en flor, pensando en el bosque de bambú detrás de la montaña, o cuidando de Ning. Ni siquiera le miraba a los ojos. ¿Cómo no iba a enfadarse? Se aferró al hombro de Qing Feng y la hizo girar para que lo mirara.

—Por muy bueno que sea, también hay que dar las gracias.

Viendo las pobres expresiones del hombre, ella empezó a reírse.

—Eso es cierto, pero lo bueno es que todavía florecerá el año que viene.

¡Estaba consiguiendo no tener miedo de él!

Yan Hong Tian la miró fijo y de repente levantó la mano. Qing Feng no se escondió y solo sintió que su pelo se movía con suavidad.

—¿Qué es? —preguntó con curiosidad. Levantó una de sus manos y tocó lo que él acababa de ponerle en el cabello. Cuando agarró el objeto, se dio cuenta que era una horquilla.

El accesorio largo de oro púrpura era muy singular; en la parte delantera de su delgado cuerpo había una cautivadora flor de ciruelo roja y debajo, las borlas colgaban como el agua. En el extremo de la borla había piezas de jade talladas en forma de pequeños bambúes. No era grande, pero era en especial hermosa.

—Ya que te gustan las flores de ciruelo, ahora puedes tener una que no se marchite.

Yan Hong Tian tenía una mirada relajada pero sus ojos estaban fijos en Qing Feng y en su expresión, queriendo observar su reacción de cerca. Ella no solía usar joyas, ni siquiera cuando se las regalaba, pero esta horquilla la había encontrado después de mucho esfuerzo. El color rojo y las incrustaciones de rubí habían tardado medio año en realizarse, y el producto había sido finalizado hace poco tiempo.

Esperó en silencio por su respuesta, pero Qing Feng siguió mirando la horquilla sin decir nada. Sus cejas se torcieron poco a poco.

—¿No te gusta?

Al escuchar su voz, volvió a colocar el accesorio en su pelo y levantó la cabeza con suavidad. Sus ojos estaban llenos de calidez, pero sus palabras fueron frías.

—Es una flor pequeña.

Yan Hong Tian se sorprendió por un momento antes de reírse.

—Qué mujer tan codiciosa.

Ella extendió sus manos para rodear su cuello y enterró su cara entre sus hombros.

—¿Recién lo notas?

Antes pensaba que estaría satisfecha de poder salir del Palacio para vivir con libertad en este lugar y verlo cada tanto. Nunca habría imaginado que cambiaría tanto. Incluso ahora, cuando él la visitaba cada pocos días, seguía sintiendo que no era suficiente. Era codiciosa.

Como era natural, él no sabía lo que pasaba por su mente, pero era raro que esta belleza se arrojara a sus brazos, así que él no la dejó ir y estrechó sus brazos a su alrededor.

—Xi Yan, ¿no crees que este bosque de flores es pequeño y no puedes usarlo para esconderte? —sonó una voz femenina de repente, acabando con la alegría.

Yan Hong Tian se volvió y vio a Lou Xi Yan y a Zhuo Qing de pie, no muy lejos con una mirada de entretenimiento. Qing Feng recuperó sus manos del cuello del hombre mientras un toque de rubor aparecía en su bello rostro. Ella luchó un poco pero Yan Hong Tian la continuó sujetando.

Qué broma. Él era un monarca de una nación y este es su territorio, así que quien debía retirarse sería esa gente que estaba molestando a la enamorada pareja. Para su mala suerte, este par no era alguien ordinario y no tenían intenciones de irse, por lo que la más avergonzada del grupo resultó ser Qing Feng. Tuvo suerte de que su obediente hija viniera a su rescate.

—Papá… —sonó una voz infantil y Yan Hong Tian bajó la mirada a Yan Ning que tiraba de la esquina de su ropa mientras le dirigía sus grandes ojos llorosos que le pedían que la llevara en brazos.

Solo al ver a su propia hija estuvo dispuesto a soltarla. En cuanto se agachó, su pequeño cuerpo se lanzó a sus brazos. Yan Ning solo tenía dos años, por lo que no era capaz de caminar bien ni hablar mucho, pero Qing Feng le enseñó con persistencia la palabra “papá” para que pudiera pronunciarla bien.

Él disfrutaba de escucharla, incluso más que cuando le decían “Padre Imperial”. La pequeña ya era perfecta a una edad tan temprana, en especial ese pequeño lunar de cinabrio que era como una ciruela roja incrustada entre sus cejas.

—Pórtate bien Ning. —Cargó a su hija y la sentó en su regazo haciéndole mimos. Sacó una bolsa de caramelos y se la dio. Los ojitos de la niña brillaron cuando tomó un trozo para meterlo en su boca mientras sonreía feliz con los ojos cerrados. Al ver a dos pequeñas figuras de pie no muy lejos, sonrió—: Chen, Xi, vengan aquí.

Las dos niñas se acercaron a Yang Hong Tian para recibir sus caramelos. Ambas se miraron, y Lou Xi agarró un trozo que le dio a su hermana. Sin embargo, en lugar de comérselo, Lou Chen se lo metió en la boca a Lou Xi, antes de agarrar su parte.

Yan Hong Tian observó a los dos niños riéndose, cuando sintió un dulce en sus propios labios, acompañado de la dulce voz de Yan Ning.

—Papá, come…

Yan Hong Tian frunció el ceño. Por lo general, no le gustaba comer esas cosas demasiado dulces, pero la niña parecía estar decidida y le empujaba el caramelo a la boca. Él no pudo evitarlo y solo abrió la boca para comer. Lou Xi vio que su hermana mayor Ning había dado de comer a su tío, así que también aprendió de ella y tomó otro para colocarlo cerca de su boca. El hombre no supo como reaccionar. Si fuera cualquier otra persona, se habría negado a comerlo, pero se trataba de Xi. Se habría tragado la comida aunque estuviera envenenada.

Lou Chen vio el enredo y miró a Yan Ning antes de voltear a ver a Lou Xi. Lo pensó y también tomó un caramelo para colocarlo en su boca. Ya estaba lleno, pero al ver los grandes ojos brillantes de Lou Che, mordió la bala y también se comió el suyo. Los tres pequeños compañeros rodearon a Yan Hong Tian, encantados con el nuevo juego de alimentar al otro

—¡¿Todos ustedes van a quedarse ahí al lado?! —gritó el monarca, cansado.

Qing Feng estaba sonriendo, mientras que Zhuo Qing fingía no ver nada. Solo Lou Xi Yan se adelantó para intervenir.

—Es de verdad una escena conmovedora.

Los tres se negaron a echar una mano, lo que hizo que Yan Hong Tian estuviera a punto de poner las cosas difíciles cuando Fu Ling llegó corriendo. Al verlo, se inclinó con rapidez para saludarlo.

—Que el emperador tenga miles de bendiciones.

—¿Qué ha pasado? —le preguntó Qing Feng al ver su actitud extraña.

—La esposa del General comenzó a dar a luz hace un día. La gente de la residencia del General ha llegado en busca de la señora Lou para pedir su ayuda.

Los presentes se quedaron sin palabras. ¿Gu Yun estaba a punto de dar a luz? ¿No faltaban unos días?

—¿Dónde está la gente de la residencia del General? Quiero ir allí ahora —intervino Zhuo Qing rápidamente.

—En el vestíbulo principal.

Ella asintió y salió corriendo. Qing Feng también estaba preocupada porque sería un parto difícil para su hermana.

—Espera, nosotros también iremos.

Y sin siquiera preguntarle a Yan Hong Tian, le entregó los tres niños a Fu Ling y tiró de su mano para que la siguiera.

La cara del hombre se oscureció. La esposa de uno de sus funcionarios estaba por dar a luz, ¿por qué él, el emperador, debía ir a mirar?

Justo cuando estaba a punto de tirar de Qing Feng para decirle que no iría, vio su  mirada tensa mientras tiraba con fuerza de su mano y cambió de opinión.

No importa, iré a preocuparme por mi cuñada menor. No es molestia.

Al girarse, descubrió que Zhuo Qing estaba tirando de Lou Xi Yan, quien tenía una sonrisa impotente en su rostro. Se sintió mejor después de ver esa escena.

♦ ♦ ♦

Cuando se apresuraron a llegar a la Corte Ling Yun, donde se encontraba Gu Yun, se quedaron casi sorprendidos por la escena. Qing Feng se quedó congelada por un momento. Si las circunstancias no fueran las que eran, se habría echado a reír.

En la enorme Corte de Ling Yun, aparte de la zona frente a la puerta donde Su Ling se paseaba de manera ansiosa, el resto de la zona estaba muy poblada. Gu Yun estaba dando a luz y un grupo de soldados estaba agazapado fuera para esperar.

¿Qué es con exactitud esta escena?

Zhuo Qing entró en la casa para ayudar mientras Qing Feng iba a informarse de toda la historia. Le contaron que Gu Yun había pensado que, como faltaban unos días para el nacimiento, había ido al campo de entrenamiento para ver al ejército practicar. Nadie se esperó que, a la mitad del ejercicio, ella comenzó a sentir dolores en el abdomen, provocando un caos inmediato en la disciplinada y ordenada residencia del General.

En ese momento ella tenía tanto dolor que toda su cara estaba blanca, lo que asustó a todo el pelotón de soldados. Durante los entrenamientos normales todos habían visto qué clase de persona era Qing Mo. Ella nunca se quejaba, ni soltaba sonidos sin importar lo duro que estuviera ejercitándose, pero ahora mismo podían escuchar sus gritos salir de la habitación cada tanto. Esta situación los horrorizó a todos, que no podían hacer nada además de preocuparse con la cabeza gacha y esperar a las noticias.

En la habitación, después de muchos esfuerzos por parte de Zhuo Qing y la comadrona, por fin nació el bebé. Cuando sonaron los crujientes llantos del infante, el ambiente en el exterior estaba en ebullición.

Zhuo Qing envolvió bien al recién nacido y se lo mostró a Gu Yun mientras sonreía.

—Yun, es una hija.

Después de haber sido atormentada durante todo el día, por muy buena que fuera su fuerza física, solo podía permanecer tumbada en la cama sin moverse. Gu Yun miró un poco al bebé callado y asintió con la cabeza.

Está bien siempre que no haya habido ningún percance. 

—Llevaré a cabo los preparativos para ella, y llamaré a Su Ling.

Gu Yun tosió un poco y cuando Zhuo Qing abrió la puerta, vio la alta y enorme figura de Su Ling bloqueando el camino.

—¿Cómo está? —le preguntó con voz ronca y llena de ansiedad.

—Tanto la madre como la niña están a salvo. Puedes entrar a verla.

Su Ling había entrado antes de que Qing Ling pudiera terminar de hablar, en un parpadeo. Ni siquiera escuchó el género de su hija. Zhuo Qing sonrió un poco mientras llevaba el bebé al patio.

—Enhorabuena, es una hija.

—¡¿Qué?!

El rostro de Zhuo Qing se puso rígido al ver los ojos grandes de los ancianos Su y sus rugidos como un trueno.

—Es… ¡¿Es una niña?!

Incluso la expresión siempre elegante de Su Ren era extraña.

—¡¿Cómo puede ser una niña?!

—¿De verdad es una chica?

—¡¿La señora en serio dio a luz a una hija?!

Viendo las expresiones tan sorprendidas de este grupo de hombres, Zhuo Qing estaba muy confundida. Incluso Yan Hong Tian y Lou Xi Yan tenían una mirada increíble en su cara como si fuera algo extraño que Yun pudiera dar a luz a una niña.

—¿Qué hay de malo en una hija? —preguntó con frialdad por la molestia.

—Hija… ¡Una hija es genial!

—¡Los ancestros han dado sus bendiciones!

—Rápido. ¡Rápido, vuelve a informar a los ancianos que hay una hija en nuestra familia Su!

Zhuo Qing había malentendido que preferían a los hijos, por eso se sintió feliz al ver esta reacción. Sin embargo, estos hombres cayeron en el caos una vez más con la buena noticia, dejándola olvidada en la puerta. Ella no sabía qué estaba pasando con esta gente que la rodeó de repente con alegría para ver al bebé en sus brazos y cantar alabanzas.

—Qué niña tan bonita. Su carita se ve muy bien.

—Sí, de verdad tiene buen aspecto.

—¡Qué piel tan suave y flexible, sin duda será una gran belleza cuando crezca!

El grupo de hombres se quedó mirando a la bebita hasta casi babear, provocando que todo el cuerpo de Zhuo Qing se llenara de piel de gallina. Por fin recordó que Xi Yan había mencionado que todos estos años la familia Su siempre había tenido hijos. No es de extrañar que tuvieran una mirada tan encantada en sus rostros. Podía imaginar que en el futuro, esta niña sería mimada por este grupo de hombres.

Viendo que cada uno de ellos parecía tener estrellas en sus ojos, Zhuo Qing empujó a la niña hacia delante y dijo:

—Pueden cargarla si tienen cuidado.

Sin embargo, los hombres que la habían rodeado emocionados sufrieron una gran conmoción con sus palabras, y saltaron de inmediato para hacer distancia.

—No, no no, tú deberías llevarla en su lugar.

—¡Es una niña! ¿Y si la cargo mal?

Zhuo Qing se quedó sin palabras una vez más y empezó a preocuparse por esta preciosa hija de la familia Su que sería amada por miles de personas.

Crecer al lado de este grupo de hombres y con Gu Yun como madre… ¿No estaría en problemas?


Ichigo
Ya faltaría solamente el próximo epílogo para llegar al final de esta novela. Espero que hayan disfrutado de este viaje tanto como todos nosotros, en fin, ¡preparénse para el acto final!

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