Una generación de militares – Epílogo 2: Dieciséis años después

Traducido por Ichigo

Editado por Sharon


En la tarde del comienzo del otoño, en un enorme patio lateral, tres jóvenes estaban sentadas bajo un árbol. Las tres eran muy hermosas pero cada una tenía un tipo de belleza diferente. La mujer que estaba sentada más cerca de la puerta estaba vestida con un vestido verde claro, y su expresión era tan tranquila como el agua mientras limpiaba en silencio la fina espada muy afilada que sostenía.

A su lado, la chica vestida de rojo era muy diferente. Su ropa carmesí delineaba su rostro, resaltando el lunar de cinabrio en medio de sus cejas, tan brillante como el fuego. Su postura erguida y sus cejas arqueadas le daban una atmósfera noble. En comparación, la mujer vestida de blanco lucía mucho más perezosa, con una mano apoyando su barbilla y la taza de té con la otra. Había una sonrisa calculada en sus ojos que no estaba ocultando.

—Hermana mayor Chen, hermana mayor Ning, en unos días más será mi decimosexto cumpleaños. ¿Tienen alguna indicación?

—¿Qué tipo de indicación quieres? —preguntó con franqueza la chica vestida de rojo.

—Oh. Lo que regales es tu intención, ¿por qué dejar que la estrella del cumpleaños mencione qué regalo recibir?

—¿Intención? —Yan Ning frunció el ceño, pero pronto respondió—: Eso es simple.

Al ver que no continuó preguntando, Su Su se puso algo ansiosa y le dio la vuelta al tema.

—Pero, sin embargo… Ya que soy tan considerada, no dejaré que mis dos hermanas mayores tengan dolor de cabeza. Voy a dar mis peticiones de mala gana.

Habiendo sabido que tenía algo que quería, Yan Ning sonrió:

—Dilo.

—Je, je. —Fingiendo una tos, Su Su dijo —: Quiero tener…

El final de la frase se alargó pero ella no continuó durante mucho tiempo. Yan Ning tenía una mirada de intolerancia.

—¡Habla!

—Quiero una perla nocturna luminosa legendaria de Lin Lang —dijo con vacilación.

Yan Ning frunció el ceño.

—¿Para qué la quieres?

Su Su se rió pero no contestó. La persona que estaba sentada a un lado, portando una espada habló con frialdad:

—Me temo que la noche luminosa puesta en el edificio militar está rota y ella está tratando de reemplazarla.

El edificio militar de la familia Su era un lugar utilizado para desarrollar armas de fuego, por lo que no se podía usar fuego cerca. La perla de noche luminosa de Lin Lang era mucho más brillante que la pera de noche ordinaria y sería mejor para la iluminación.

—¡¿Cómo lo sabes?! —exclamó Su Su, sonrojándose.

Lou Chen la miró y bajo su fría mirada, Su Su hizo un mohín y no refutó.

Así que en realidad ya había creado un problema. Yan Ning se rió.

—Tienes tu Dieciocho Lian Bu y todavía tienes miedo de los castigos de la tía más joven.

Hablando del Dieciocho Lian Bu, era de verdad la habilidad Qinggong [1] suprema en todo el mundo. Más rápida y grácil que el vuelo de los pájaros y solo requería un parpadeo para que esa figura salte diez pies. Con un solo aliento uno sería capaz de usar poca energía para saltar una escalera.

Si de verdad quisiera correr, Su Ling no sería capaz de mantener el ritmo. Los rumores decían que fue gracias a su madre que Su Su pudo dominar esta habilidad.

Como única hija de la familia Su, Su Su nunca tuvo miedo de nadie, incluso se atrevía a replicarle a su tío, el emperador. Sin embargo, frente a su madre siempre era como un ratón que se hacía el muerto al ver un gato. La señorita Su no tuvo un buen comportamiento de joven, y le era imposible no crear problemas o holgazanear, así que siempre era castigada por Qing Mo. Aunque la señora Su tenía grandes habilidades de espada, no conocía el Qinggong, por lo que para esconderse de ella, usaba sus ágiles pies. Sus artes marciales eran mediocres, pero pudo perfeccionar su velocidad a los doce años, cuando Gu Yun fue incapaz de atraparla en un ataque de ira.

Al igual que ahora. Lou Chen y Yan Ning solo sintieron que la escena frente a ellos se desdibujaba y una figura blanca pasaba como un rayo. La taza de té que quedó sobre la mesa seguía girando pero la sombra de Su Su no se veía. Ambas se miraron y una sonrisa apareció en sus labios. Sin decir nada, sabían que la tía más joven ya estaba aquí y, en efecto, una voz llamó desde la puerta.

—Su Su…

No importaba lo rápido que corriera, al final todavía sería castigada. La señorita Su tuvo que dar treinta vueltas de salto alrededor del campo bajo la vista de todos. Cuando regresó a su habitación, sus piernas temblaban como tamices y tuvo que celebrar su decimosexto cumpleaños en la cama, donde estuvo tumbada durante dos días.

En la habitación lateral de una de las alas de la residencia, Su Su permaneció tumbada en la cama con actitud perezosa, sin preocuparse por las dos personas que acababan de entrar.

—¿Aún quieres la perla luminosa nocturna?

Yan Ning estaba jugando con una perla luminosa del tamaño de un puño. Incluso a plena luz del día, uno podía ver su brillo, no hacía falta decir cómo sería de noche.

La persona que estaba en la cama puso los ojos en blanco y se dio la vuelta y tarareó:

—No es necesario. Ya he sufrido el castigo, así que, ¿por qué seguir intentando?

Una mano hermosa se extendió de repente y Su Su vio una pequeña caja bordada delante de ella. Se sentó con felicidad y la abrió con impaciencia. Allí había diez píldoras de color verde oscuro con una fragancia medicinal. Los ojos de Su Su se iluminaron.

—¡¿Pastillas Nuan Xin?! La hermana mayor Chen es la mejor.

Para curar la salud de Lou Xi Yan, Zhuo Qing se dedicó a aprender medicina tradicional. Después de integrar medicina tradicional y occidental, su habilidad médica alcanzó un nivel superior. Lou Chen era muy inteligente desde joven y con esa influencia, sus habilidades médicas tampoco eran bajas. De vez en cuando hacía algunas píldoras para la circulación de la sangre o el dolor, algo muy bueno para el dolor que la señorita Su estaba sufriendo ahora mismo.

—Toma una —dijo Lou Che en tono débil.

—Lo sé, lo sé —respondió al mismo tiempo que tomaba dos píldoras para masticarlas.

Yan Ning negó con la cabeza. Ya estuvo adolorida por dos días, ¿no habría sido mejor tolerarlo el resto del tiempo? Además, se comió dos píldoras de un trago, y en lugar de regañarla, Lou Chen se limitó a consentirle. Viendo su actitud, a Yan Ning también le dio pereza regañarla y le entregó la caja rectangular.

¿Qué es? 

Su Su se llenó de curiosidad y abrió la caja para echar un vistazo. Era un mapa de Hao Yue en un cuero.

En realidad era raro tener un mapa, y si estuviera en una familia común, sería considerado como un tesoro, pero a Su Su no le atraía en absoluto ya que había diferentes tipos de mapas en la familia Su.

—Hermana mayor Ning, ¿por qué me regalas un mapa? —preguntó, regresándolo a la caja. Sin embargo, Yan Ning volvió a sacarlo para extenderlo sobre la mesa. Sus ojos se posaron en un lugar con un fuego ardiendo en su interior.

—¿No les parece aburrido estar encerradas en la capital?

—Por supuesto que es aburrido.

Al ver el mapa sobre la mesa antes de mirar a Yan Ning, Su Su por fin estuvo dispuesta a levantarse. Apoyó su barbilla y sonrió:

—Hermana mayor Ning, ¿has pensado en algo divertido?

Yan Ning levantó la vista y esbozó una sonrisa bastante misteriosa.

—¿Por qué no hacemos una apuesta?

—¿Qué tipo de apuesta?

—El mundo es muy grande, veamos quién puede encontrar un tesoro con sus propias habilidades. Comparemos los resultados dentro de un año.

—¿Un año? ¡¿Esto significa huir de casa?! Mi madre de seguro me despellejaría viva.

Incluso si la señorita Su estaba diciendo eso, sus ojos brillaban de emoción.

—Entonces, ¿quieres apostar por ello o no?

—¡Apostar!

Esa sola palabra era capaz de mostrar su deseo de ver el mundo.

Yan Ning miró hacia la silenciosa Yan Chen que estaba sentada a un lado. Ella siempre había sido inexpresiva y tampoco era de muchas palabras pero su mente era demasiado aguda. Yan Ning estaba algo nerviosa.

—¿Y tú?

Lou Chen miró el mapa en la mesa y volvió a mirar a Yan Ning antes de que una rara sonrisa se levantara en sus labios.

—Bien.

Ese día a medianoche, tres figuras se dirigieron a las murallas de la ciudad y treparon por ellas antes de saltar. Esto no se consideró nada para ellas, lo que demostró sus extraordinarias habilidades de artes marciales.

Las tres personas corrieron diez pies antes de detenerse.

—La fecha es un año.

—Tengan cuidado.

Después de decir esas simples palabras, corrieron hacia tres direcciones diferentes sin mirar atrás.

Yan Ning no se detuvo, pero se disculpó en su corazón.

Chen, Su Su, lo siento, debo ir a ese lugar. Solo que al engañarlas a todas, se dispersarán los recursos de la familia y así no podrán traerme de vuelta tan rápido. Perdonen. ¡Perdónenme!

En comparación con la urgencia de Yan Ning, la señorita Su estaba mucho más tranquila. Ella estaba bien con ver el magnífico paisaje del Mar del Este. Iría a la Isla Ju Ling para visitar al tío Ao Tian después de jugar un rato, y le pediría un tesoro rápido.

¡Tal vez podré ganar el acuerdo de un año!

Yan Chen tenía una mirada fría en sus ojos mientras su expresión era indiferente. Su paso era tranquilo mientras se dirigía hacia el oeste. Entonces…

Voy a viajar más lejos… ¿Quizás Liao Yue?

Tres personas, tres pensamientos diferentes. Viajarían mientras dirigían la persecución. ¿Cómo podrían correr algún peligro?

♦ ♦ ♦

En la alta torre de la ciudad, había seis personas observando a las tres alejarse. Qing Feng todavía estaba algo preocupada, aunque Zhuo Qing lucía relajada.

—Ya tienen la edad suficiente para salir a dar una vuelta.

—¿Deberíamos enviar a alguien a protegerlas en secreto? —susurró Su Ling, pensando en la personalidad negligente de su propia hija.

—No está permitido —lo interrumpió Gu Yun, su tono mostrando su claro orgullo—. Han aprendido mucho estos años. ¿Qué sentido habría en hacer que otros las protejan si tienen la habilidad para hacerlo ellas mismas?

—Eso es cierto.

Zhuo Qing y Qing Feng lo pensaron y asintieron. Durante la conversación, las tres delgadas figuras habían desaparecido por completo en la noche. Sus madres, en la torre de la ciudad, se volvieron para marcharse, dejando a sus esposos en un dilema. Después de todo, eran sus propias hijas preciosas.

—¿De verdad no le importa?

Su Ling y Lou Xi Yan miraron a Yan Hong Tian al mismo tiempo. Él era el monarca y ellos eran sus funcionarios, así que le escucharían. Yan Hong Tian negó con la cabeza mientras su labios formaban una sonrisa.

—Esto es un asunto familiar y en base a esto, Xi Yan el cuñado mayor.

Su Ling se giró y miró a Lou Xi Yan sin inmutarse. De todos modos, él no decidiría y no sería culpado.

Los ojos negros de Lou Xi Yan se entrecerraron un poco al responder.

—Las esposas solo dijeron que no las protegiéramos en secreto, no que no podíamos vigilarlas.

¿E-Es así…? Al final del día, Lou Xi Yan es el mismo de siempre…

♦ ♦ ♦

En el gran salón de la residencia del General, tres personas estaban arrodilladas con expresiones llenas de vergüenza.

—Este soldado es un inútil, ha perdido a la princesa Ning en el bosque de Hei Shan Feng.

—Este soldado es un inútil, ha perdido a la señorita Cheng en la frontera de Wu Men.

—Este soldado es un inútil, ha perdido a la señorita Su en la ciudad de Mao.

Las cejas de los tres hombres que estaban sentados se arrugaron, pero había algo de orgullo en sus rostros. Los labios de Lou Xi Yan se engancharon con una débil sonrisa.

—Parece que… las hemos subestimado.


[1] Qinggong: la habilidad para moverse a una velocidad sobrenatural.

Ichigo
Y por fin llegamos al final de este volumen, con todo el epílogo completo y su historia también. Espero que la hayan disfrutado tanto como todos los que participamos en su desarrollo, y les invitamos a pasarse por las demás historias de la página para conocer un poquito más. Si sienten que el final es abierto es debido a que tiene más volúmenes, pueden buscar algunas historias más en la página. ¡Nos veremos en otra historia!♥

Sharon
¡El fin! ¡Milagro! Este volumen se me ha hecho un poco largo, la verdad. Entre las tres hermanas, Gu Yun no es mi favorita, así que me ha costado ponerme a editarla. De todas formas, me pareció interesante el método del autor de escribir tres historias paralelas. Todos los huecos que sientan en esta historia se resuelven con las otras dos novelas, una de las cuales tenemos en la página. Espero que hayan disfrutado del acompañarme todo este tiempo, y les agradezco el aguante incluso cuando me desaparecía por semanas. ¡Nos vemos!

2 respuestas a “Una generación de militares – Epílogo 2: Dieciséis años después”

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