¡Vamos a romper este compromiso! – Capítulo 37: El monólogo de León

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


La primera vez que vi a Lilina, ella resplandecía.

Debido a eventos pasados en mi niñez, las mujeres me aterran. Con el tiempo mi fobia había mejorado, pero aún trataba de no hablar o estar cerca de ellas por mucho tiempo. Yo soy el que mejor sabe lo inútil que soy como príncipe con tal conducta. Sin embargo, mi mente y cuerpo se niegan a obedecerme.

Tenía trece años cuando conocí a Lilina. A esa edad, como parte de la realeza, era problemático que no tuviera ya una prometida. Sin embargo, por esa época ni siquiera era capaz de imaginar un futuro junto a una mujer.

No obstante, una luz de esperanza apareció de repente. La primera mujer por la que estaba desarrollando sentimientos, después de aquel incidente, era Lilina.

Al principio, había quedado fascinado por su figura al luchar. Y aunque ella no estaba interesada en mí, mis sentimientos fueron creciendo con el tiempo y con su actitud normal hacia mí. Pronto, la razón inicial de mi interés por ella se convirtió en algo sin importancia. No me tomó mucho tiempo darme cuenta que Lilina era una persona maravillosa, con un encanto diferente al de cualquier otra hija de noble que hubiera conocido.

Fui de inmediato a decirles a mis padres acerca de mis sentimientos. Ella era la primera mujer de la que me enamoraba desde que había adquirido mi fobia.

Por esa época había actuado muy desesperadamente. Y aunque sabía que estaba siendo irrazonable, para profundizar nuestra relación, les solicité a mis padres que Lilina se volviera mi prometida. Ambos estaban emocionados y, en cosa de un mes, el acuerdo matrimonial ya estaba firmado. Sin embargo, ese fue el principio de mi agonía…

1° caso: saludos.

Lilina venía al castillo todos los días para atender a sus lecciones de reina. Yo estaba regocijado de la alegría. Pero como mi cuerpo seguía sin escucharme, debía ser cuidadoso al observar a Lilina.

Lilina corría a saludarme cada vez que me veía. Sin embargo, su sonrisa era peligrosa. La primera vez que me fue otorgada semejante sonrisa sentí como si electricidad corriera por mi espina dorsal. De hecho, creo que mi corazón se detuvo por unos segundos. De verdad quería devolverle el saludo correctamente, pero tenía que esforzarme al máximo para siquiera saludarla toscamente mientras evitaba el contacto visual. Seguidamente, Lilina haría una expresión de extrañeza. Lo siento muchísimo. Espero que algún día pueda saludarte con una sonrisa.

2° caso: entrenamiento.

Me herí mientras practicaba con la espada. Era una pequeñez, pero estaba derramando más sangre de la que esperaba. Entonces, Lilina comenzó a caminar hacia mí. Estaba realmente feliz de que me estuviera observando mientras entrenaba.

Lilina trató de curar mi pequeña herida. Tomó mi mano. Ah, huele tan bien. Lilina está tan cerca de mí… ¿está cerca de mí?

¡Ahh…!

Me sacudí la mano de Lilina y salí corriendo del lugar. Ah, la tenía tan cerca. Mi corazón comenzó a latir rápidamente. Me arde el rostro. Lo más seguro es que esté completamente rojo. No puedo dejar que Lilina me vea así.

¿Qué pensará Lilina de mí? Que alguien te aleje cuando tú sólo tratabas de curarlo. Argh, ¡¿por qué no puedo quedarme cerca de ella?! Lo deseo tanto, pero mi cuerpo se niega a escucharme.

Me pregunto cuándo llegará el día en que seré lo suficientemente genial como para poder quedarme cerca de Lilina y permanecer calmado…

3° caso: fiesta.

Como príncipe, hay algunos eventos sociales a los que es imprescindible que atienda. Lo cual es extremadamente problemático. Estoy completamente seguro que estaré rodeado de mujeres…

¿Por qué insisten tanto? ¿No se dan cuenta que ya tengo a una maravillosa prometida llamada Lilina? Se acercan una y otra vez, sin descanso y ni siquiera tienen algún tema interesante del cual hablar.

Aunque tenía problemas lidiando con la mujeres, si no nos encontrábamos completamente solos y en un lugar reducido, no sentía la urgencia de salir corriendo. Sin embargo, a pesar de eso, si no me mantenía en guardia, comenzaría a temblar o me congelaría en el lugar.

Hubo una ocasión, en una fiesta, en la que Lilina fue arrinconada por varias mujeres. Me preocupé por ella, así que me acerqué discretamente para escucharlas.

— ¿Cómo es que una campesina como tú se convirtió en la prometida del príncipe León?

—Ah, ¿no será por influencia de tu padre, el Primer Ministro?

—Escuché que no te llevas muy bien con el príncipe León. ¿Por qué no mejor regresas al campo de dónde saliste?

¡Qué aterradoras! Ah, quiero decir, ¡Esto es inaudito! ¡¿Cómo pueden ser tan perversas?! ¡Además, ellas no saben lo duro que trabaja Lilina en su entrenamiento de reina!

Lilina sólo sonríe ante sus quejas. Ella está a un nivel superior. Pero yo no puedo soportarlo más. No quiero que Lilina sufra. Así que haré lo que pueda para alejarlas de ella.

Me acerqué a ellas, como si recién estuviera llegando al lugar. Lilina notó mi presencia.

—Esta es una fiesta demasiado maravillosa como para gastarla quedándose paradas en una esquina. ¿Por qué no vienen conmigo y charlamos? Lilina, tú también disfruta de la velada.

Me llevé a todas las chicas que rodeaban a Lilina. Esto es todo lo que puedo hacer. Sé que lo mejor sería haberme quedado con ella, pero eso es imposible para mí. Mi corazón no lo soportaría. Sólo terminaría haciéndole más daño.

Sin embargo, me di cuenta que mi plan había fallado. Ahora Lilina se había quedado sola en una esquina de la habitación.

Lo siento. Volví a cometer otro error. Siempre actúo sin pensar en cómo reaccionará Lilina. Sólo le causo angustia.

¿Qué debería hacer? Sé qué sería lo mejor… pero no soy capaz. Después de todo, ¿no sería liberarla lo mejor?


Kavaalin
Puede que ya esté condenado como prospecto amoroso, pero me gustaría que León siguiera saliendo en la novela. Sería refrescante ver cómo va superando sus miedos y traumas a lo largo de la historia… ¡Y sigo pensando que Lilina debería quedarse con los gemelos!

El siguiente capítulo ya se encuentra disponible en la edición 35 de Kovel Times

3 respuestas a “¡Vamos a romper este compromiso! – Capítulo 37: El monólogo de León”

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