¡Vamos a romper este compromiso! – Capítulo 59: Paseo (1)

Traducido por Shröedinger

Editado por Ayanami


Al día siguiente.

Como lo decidí ayer, hoy voy a elegir un recuerdo para madre.

Juzgué que era mejor evitar vestirme extravagantemente y salí vestida como una chica de ciudad.

Sana, el joven Allen y la señorita Ange estarán conmigo hoy.

En cierto sentido, somos tan fuertes que creo que está bien incluso si nos metemos en algún problema.

—¡Kya~! ¡La señorita Lillina es maravillosa sin importar lo que use!

La señorita Ange está haciendo ruido mientras me mira.

Este… este look no es algo que pueda causar una impresión tan profunda…

Hablando de eso, mi cabello, que siempre está suelto, está atado en coletas trenzadas.

—Incluso con la ropa de una chica de ciudad, la señorita Lillina se siente como una noble. Pero es lindo, te queda bien.

Joven Allen, deja de elogiarme con una cara tan seria.

Es vergonzoso.

Sentí el calor reunirse en mis mejillas por las palabras del joven Allen.

Tomé el carruaje y me apeé antes de salir a la calle principal.

No estoy muy familiarizada con esta área, pero les pedí a los gemelos, que originalmente vivían aquí, que me mostraran los alrededores.

Estaban muy contentos de poder guiarme.

—¡Me alegro de poder ayudar a la señorita Lillina! Si hay algo que le interese o algo que quiera. ¡Se lo mostraré de inmediato!

La señorita Ange respira con dificultad mientras arde de emoción.

Calmémonos un poco, estás arruinando tu preciosa ternura.

Caminamos a un ritmo relajado.

No había tenido la oportunidad de disfrutar antes de unas compras relajadas en la Capital Real.

Era imposible para la prometida del príncipe caminar sin una escolta.

Sí, esto también es divertido.

Especialmente porque somos nosotros cuatro.

El joven Allen, quien notó que sonreía, me habló.

—Señorita Lillina, parece que se está divirtiendo mucho.

—Sí, es muy divertido. Antes, cuando estaba en la Capital Real, no podía hacer tal cosa, así que estoy muy feliz de poder salir con todos así.

Mi respuesta parece haber hecho feliz al joven Allen también.

—¡Entonces, divirtámonos mucho! Hay muchos lugares que me gustaría mostrarle.

Al decir eso, el joven Allen tomó mi mano.

Miré al joven Allen con asombro….

—¡Bueno, eso es todo! Se está poniendo bastante concurrido, vamos a tomarnos de las manos para que no nos separemos. ¿No está bien?

¡Um, deja de parecer un cachorro abandonado!

¡No hay forma de que pueda negarme!

—No, está bien. Es difícil encontrarnos si nos separamos en un lugar así.

El joven Allen mostró una sonrisa ante mis palabras.

Y bueno, mientras teníamos esa conversación, nos separamos de la señorita Ange y Sana…

—No puedo encontrarlas…

—Yo tampoco.

Nos miramos el uno al otro con caras preocupadas.

—Ah, pero Ange decidió un lugar de reunión en caso de que nos separemos.

¡Buen trabajo! ¡Joven Allen!

Como era de esperar, un hombre capaz es diferente.

—Eso es un alivio. Sería genial si la señorita Ange y Sana estuvieran con nosotros…

—Creo que está bien. La última vez que las vi, ambas estaban hablando.

En ese caso, ¿Está bien?

Bueno, en el caso de Sana, entenderá el área y se las arreglará de alguna manera.

—Señorita Lillina. Es una oportunidad única, ¡así que disfrutemos del paseo! ¡Tales accidentes son la verdadera emoción!

—Allen seguro es positivo. Pero eso es bueno. Así es, estas oportunidades no se presentan a menudo, así que disfrutemos de una cita con Allen.

Traté de divertirme un poco y lo llamé una cita, pero… parece haber causado un daño extraordinario.

—¡Va… vaya~~! Pensar que es una cita con la señorita Lillina. ¿Qué debo hacer? Estoy tan feliz. ¿Cómo puedo expresar esta alegría?

El joven Allen está murmurando en voz baja.

¿Lo moleste?

—Um, Allen, lo siento si hice algo mal al decir “cita”. Solo estaba actuando un poco en broma…

Al escuchar mis palabras, el joven Allen comenzó a negar con la cabeza vigorosamente.

—¡Por qué debería sentirme mal! Um, estoy taaaan feliz… ¡Señorita Lillina! ¡Vamos a una cita!

Luego, los dos dimos la vuelta y miramos varias tiendas.

Por supuesto, compré un recuerdo para mi madre como estaba planeado.

El joven Allen dijo que conocía a una persona que trabaja en la reconocida dulcería, y tuve el privilegio de probar unos deliciosos dulces horneados.

Compré algunos para Sana, la señorita Ange y para mi hermano.

Este tipo de cosas es bueno.

Por cierto, he sentido una mirada extraña desde hace un tiempo.

¿Es sólo mi imaginación?

No es sed de sangre, pero… ¿Hmm?

El joven Allen parece estar un poco preocupado por los alrededores.

—Señorita Lillina, ¿lo sientes?

Asentí levemente.

Después de todo, parece que ha llegado un problema.

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