La vida despues del matrimonio – Capítulo 1: Una noche de indulgencia

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


Poco después de la medianoche, me detuve frente a un bar, relativamente, conocido. Respiré hondo, abrí la puerta con calma y entré. La razón por la que este bar es tan conocido, es porque hay muchas posibilidades de tener una aventura de una noche. Los hombres y mujeres que viene a este lugar a esta hora, solo buscan diversión y juegan un juego de “seducción”. Después de terminar, no hay necesidad de responsabilizarse por lo sucedido.

La razón por la que estoy aquí, es muy clara. Quiero tener una aventura, una aventura de una noche.

Finalmente, entendí que debía hacerlo, no ha sido fácil para mi, pero, toda la presión y el estrés me están volviendo loca. El hecho de que lo últimos cinco novios que he tenido rompieran conmigo por la misma maldita razón, terminó por traerme a este lugar.

“Emites un aire de Virgen María, lo siento, pero, no puedo continuar nuestra relación”

¡Hey! ¿Creen que toda mujer posee un aura sagrada? El problema aquí, obviamente, es suyo, no tengo la culpa de no poder dormir con ellos. ¿No me digas que esa es una de las reglas de las citas?

Aunque soy plenamente consciente de que una aventura de una noche no es una acción racional, mi locura no me permite dar marcha atrás, ya que estoy en el punto de no retorno. Quizás, es porque he leído tantas novelas románticas, que esta idea audaz, siempre había pasado por mi mente. Esta noche, es el día perfecto para, finalmente, hacerlo.

Las luces en el bar son sorprendentes, tenues y ambiguas. Es difícil verse los unos a los otros, por lo que, aumenta el aura de misterio dentro del local. La música en el bar también es muy sútil, fuerte pero no demasiado potente. Esto hizo que, si dos personas querían hablar entre sí, necesiten acercarse, un movimiento tentador.

Como es la primera vez que visito un bar, necesito tiempo para adaptarme a este entorno. La música ensordecedora me dio un ligero dolor de cabeza y la luz oscura empaño mi visión.

Después de adaptarme a mi entorno, descubrí que hay todo tipo de hombres y mujeres en el bar. Las mujeres estaban sonriendo y esperando a que los hombres les compren bebidas, mientras los hombres abrazan con confianza a las mujeres que bailan, y susurran palabras de forma íntima a sus oídos. Mirar esta escena me hizo sentir tímida, sentí que mi rostro se calentaba.

Mis ojos se movieron de los hombres a las mujeres. Desde la pista de baile hasta las mesas redondas, la mayor parte de ellas son jóvenes, hermosas, bien estructuradas, usan mucho maquillaje y trajes reveladores. En comparación con sus atuendos escasos, miré mi propia ropa: jeans, una camiseta de cuello redondo, zapatillas y sin maquillaje. No tenía forma de competir con ellas. Aunque mi figura es delgada, si no reveló lo que tengo, nadie sabrá cuán bueno es mi cuerpo. Cuanto más los miraba, más quería abofetearme. ¿Por qué no me cambié de ropa, antes de venir aquí?

El servidor me llevó a la esquina del mostrador y, amablemente, me ayudó a pedir una botella de cerveza. Por sus acciones, debe asumir que soy una chica normal, bien educada, que solo quiere aliviar el estrés al venir aquí y aprender sobre la vida. Pensó que solo iba a mirar y no participar.

Sin poder hacer nada, me senté en la esquina. Como no sabía cómo comenzar, solo observé en secreto al afortunado que sería mi postre esta noche.

Mientras me apoyaba contra una pared y bebía mi cerveza en el rincón más apartado, miré a los hombres alrededor en el bar. Debido a la naturaleza del lugar, los chicos que vienen aquí tienen buenas cualidades. La mayoría tiene un buen control sobre sus comportamientos ambiguos, abiertos pero apropiados.

Miré alrededor del bar muchas veces, noté que la mayoría de los hombres han encontrado a sus parejas. Excepto por un joven que está sentado en una esquina y bebe cerveza como yo, todos los demás ya están atrapados.

Rápidamente, decidí que él sería el afortunado, porque parece difícil acercarse a él. Supuse que por eso estará más limpio. Sin embargo, esto también significa que para llegar con él necesitaré coraje.

Saludé al cantinero y pedí varias bebidas fuertes para darme un poco de coraje.

Gracias a los episodios de detective Conan, pude ordenar un par de tragos fuertes: Calvados, Tequila, Piske, Shirley, Vodka, Chianti, Cohen y whisky.

El camarero parecía estar en desacuerdo y no me dio ninguna bebida. Por su mirada de reproche, parece que me considera una niña menor de edad e irresponsable.

De acuerdo, admito que me veo un poco joven, pero solo quiero beber un poco de alcohol.

Finalmente, después de razonar con el cantinero con todas las formas posibles, casi hasta el punto de sacar mi tarjeta de identificación, involuntariamente, me dio un vaso de son líquido desconocido.

Como mi tolerancia al licor es muy buena, mencione bebidas alcohólicas fuertes, pero, este vaso de origen desconocido es, realmente, muy fuerte. Tomé lo equivalente a una taza y lo sentí venir a mi cabeza. Mi mente se volvió borrosa y miré en dirección al cantinero. ¿No era él el que estaba en contra de darme alcohol? ¿Por qué me dio una bebida, extremadamente, fuerte que incluso superó mi nivel de tolerancia?

Respiré hondo y salí del mostrador. Aunque estaba muy mareada, mis pasos seguían firmes. Evité a otros clientes y caminé directamente hacia ese hombre que está sentado en la esquina.

Me paré frente a él y, en sus ojos, pude ver sorpresa, duda y confusión.

Tragué saliva, me senté a su lado y miré hacia el frente por unos segundos, antes de enfrentarlo con mi cuerpo inclinado hacia adelante.

Justo cuando estaba a punto de tocarlo, todo su cuerpo se apartó. Me mordí el labio y seguí inclinándome con la intención de seguir adelante. Mientras ignoro su cuerpo rígido, acerqué mis labios a su oreja y le susurré

—¡Somos del mismo tipo!

Después de decir eso, de repente, me sentí avergonzada y no supe qué más decir.

Inesperadamente, me miró sorprendido y reflexiono sobre mi propuesta con cautela. De repente, tiró de mi mano con fuerza y ​​me sacó del bar, antes de que me diera cuenta de lo que había sucedido.

Un segundo después, me inundó el arrepentimiento, no podía creer el nivel de mi audacia, sentada en su mercedes Benz, giré la cabeza y miré hacia el hombre que conducía. Descubrí que no era alguien común, sino que posee cualidades bastantes altas. Mi primera impresión en el bar fue que era guapo, pero, nunca pensé que sería tan eminente. Sonreí porque parecía que había elegido el mejor de todos.

Como se esperaba, la calidad de un lugar es igual a la calidad de las personas.

Aunque no había muchos autos al ser de madrugada, encontramos una luz roja. Mientras esperaba pacientemente, todavía lo miraba como una tonta. De repente, se acercó y presionó sus labios contra los míos.

Aunque este no es mi primer beso, en comparación con los demás, fue mucho más intenso y apasionado.

Hice contacto visual y noté que sus ojos estaban llenos de dudas, sorpresa y alivio.

La luz verde brilló, él interrumpió el beso y volvió a conducir. Con el rostro más sonrojado que antes, comencé a marearme. No sé si fue a causa del alcohol o el beso ardiente.

Cuando recuperé la conciencia, descubrí que estaba acostada en una cama y que él estaba a horcajadas sobre mí y comenzó a quitarse la ropa.

La luz estaba apagada, pero gracias a la luz de la luna, pude ver destellos de su figura fuerte, y firme. No pude evitar salivar ante la vista y me lamí los labios, nerviosamente. Mi cerebro comenzó a agitarse nuevamente.

Lentamente, cerré los ojos, sintiendo sus toques suaves y amorosos.

Besó mi frente, ojos, nariz y dejó un dulce y prolongado beso en mi boca. Sus manos no se detuvieron cuando alcanzó los pantalones y me los quitó. Me di cuenta de algo y luché para alejarlo. Bajo su mirada perpleja, saqué las cosas en mi bolsillo para que él las viera. Miró los condones en mis manos, con una sonrisa de lado y los puso al lado de la almohada. Continuó presionando mi cuerpo bajo sus suaves besos y caricias.

Sus labios calientes y húmedos se movieron hacia mi cuello, chupando y mordiendo, haciéndome cosquillas y causando un leve entumecimiento. Luego, se acercó a mis pechos, jugando con ellos con sus manos, mientras los lamía suavemente. Los movimientos extraños y rápidos me hicieron gemir de placer.

Forzó su cuerpo entre mis piernas y se frotó contra mí. Sus manos encendieron mi cuerpo en llamas, calentándose con cada toque.

Cerré los ojos, mientras disfrutaba del placer que me otorgaba, cuando, de repente, dejó mi cuerpo. Después de abrir los ojos, descubrí que habíamos llegado al paso de usar un condón.

Observé su rostro con la cara enrojecida. Su pecho se inclinaba más y más, oh, va de nuevo.

Agarré la sábana con las manos y cerré los ojos, esperando el dolor, mientras él enderezaba la espalda.

— ¡Ah! ¡Duele!

No pude evitar fruncir el ceño por el dolor. Esperé a que el dolor se convirtiera en placer. Inesperadamente, él no realizó movimientos de inmediato, sino que se detuvo y comenzó a besarme de vez en cuando.

Admito que, en ese momento, estaba agradecida con él, por lo tanto, después de que el dolor disminuyó, comenzó a morder mis labios y balancear su cintura, permitiéndonos a los dos disfrutar del placer.

Por el resto del tiempo, solo escuché mi vergonzosos gemidos que no pude contener, sus jadeos, el sonido de nuestros cuerpos chocando el uno contra el otro, y los rechinidos cambiantes de la cama.

El segundo antes de perder el conocimiento, me recordé: Xia Ying, Xia Ying, ¡recuerda irte antes de que amanezca!

2 respuestas a “La vida despues del matrimonio – Capítulo 1: Una noche de indulgencia”

  1. Morí en la parte en donde pide tragos fuertes, por los nombres de la organización de Detective Conan, muy buen anime, 100% recomendado

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