Vida feliz – Capítulo 63: La determinación de Ruby

Traducido por Soyokaze

Editado por Ayanami


—¡Ah…! ¡Es Cecil-oniichan!

Escuchamos una adorable voz cuando trataba de evitar que Cecil-kun me jalara los cachetes por las cosas inadecuadas que le había dicho.

La cara de Ruby se asomó detrás de la puerta y al ver a Cecil-kun, su cara comenzó a iluminarse.

Al parecer, Ruby le tomó un cariño especial y cada vez que lo ve le grita: “Onii-chan, oniichan”. Y es que bastó una sola noche que se quedó a dormir para que Ruby sintiera cierta admiración por él.

Ruby abrió la puerta y se acercó corriendo hacia Cecil-kun. Bien, por mucho que mi hermanito corra, sigue siendo un niño y realmente no avanza rápido, así que Cecil-kun podía haberlo evadido si así lo hubiera querido, pero no lo hizo.

Y no es como si a Cecil-kun le desagradara Ruby, al contrario, parece que a él también le gusta bastante. Y es que, si alguien te abraza y se te queda viendo con sus enormes y adorables ojos, no hay forma de rechazarlo, ¿verdad?

—¡Cecil-oniichan! ¿Cómo estás?

—Hey, Ruby, ¿dónde está tu saludo?

—¡Buenas tardes, Cecil-oniichan! —Saludó Ruby con una sonrisa. 

¡Fue tan adorable! ¡En verdad es mi ángel!

—Buenas tardes, Ruby —contestó Cecil-kun, acariciando su cabeza, a pesar de estar desconcertado por el afecto de mi hermanito hacia él. Y es que no había forma de que Cecil-kun pudiera tratar mal a un niño tan inocente y lindo. Creo que, de alguna forma, siente afecto por Ruby, ya que, aunque su expresión siempre es rígida, su mirada hacia él es generosa.

Ruby gritaba feliz a pesar de que Cecil-kun le alborotaba vigorosamente el pelo cuando le acariciaba la cabeza. Al parecer, le gusta que se la acaricien.

—Cecil-oniichan, ¿sabes? ¡Quiero aprender magia!

—¿Eh…?

Ruby soltó de improviso una inesperada declaración explosiva, mientras sonreía en esa escena agradable. Inconscientemente abrí mis ojos como platos y Cecil-kun puso una expresión incrédula, como diciendo: “¿pero qué está diciendo este niño?

Y es que no lo podíamos creer. ¿Ruby quiere aprender magia…?

Veamos, su cuerpo es más saludable que antes y su maná es más estable. Posiblemente, esté bien si quiere practicar magia. Pero, ¿por qué de repente?

—Ah, ¡y también quiero aprender a manejar la espada! Entréname onii-chan.

—¿Eh? ¡Hey! Espe- ¿Ruby?

Y es que no supimos cómo reaccionar ante esas palabras inesperadas que soltó después, así que no supimos como objetar su petición.

Ya de por sí era sorprendente que quisiera aprender magia. Sin embargo, ¿además quería aprender esgrima? Y es que la especialidad de nuestra familia es la magia, hasta ahí todo bien, pero, ¿esgrima?

Aclaro: no es como si nuestro padre no supiera esgrima, pero es mil veces mejor en magia. Él es de los que derriba a sus oponentes con magia sin permitirles acercarse ni siquiera un milímetro.

Naturalmente Ruby, al haber heredado su sangre, era mucho más capaz con la magia que en habilidades físicas. Claro que si se entrena podría lograr muchas cosas, pero, aun así, su cuerpo es más débil que el de otras personas en general, entonces, lo mejor hubiera sido que se enfocara en la magia. Sin embargo, Ruby seguía viendo con mucha seriedad a Cecil-kun, y enseguida noté que él no estaba especialmente interesado en entrenarlo.

—¿Por qué yo? Para empezar, la esgrima no es mi punto fuerte.

—¿Eh? ¿Cecil-kun sabe manejar la espada?

—Siendo el hijo mayor de una familia noble, por regla tengo que ser hábil con la espada hasta cierto punto.

—Wow, viéndote, das la impresión de ser uno de esos investigadores nerds que se encierran y no les importa nada más.

—¿Estás insinuando que soy débil? —Cecil-kun exclamó enojado, cuando le solté sin querer lo que realmente pensaba y me castigó jalando mis mejillas hasta que se me salieron las lágrimas.

En cuanto a mi hermano, por un lado, me preocupa porque aún es pequeño y débil, y por el otro veo a un niño extrañamente emocionado. Bueno, no importa tanto lo débil que sea, si entrena adecuadamente, sin duda alguna se fortalecerá.

Cuando mis mejillas fueron liberadas, y mientras me las sobaba, ya que me habían quedado adoloridas, me le quedé viendo a Ruby.

Diría que estaba algo sorprendida de que insistiera firmemente en su petición. Supongo que es porque confía mucho en Cecil-kun. Como sea, después de todo, también le debemos la vida.

—Ruby, ¿me podrías decir por qué quieres aprender magia y esgrima?

—¡Sí! ¡Es porque quiero proteger a mi hermana! ¡Esta vez, voy a apalear a los malos que la molesten! —Dijo Ruby, entusiasmado.

¡Me pregunto cómo puede este niño ser tan angelical!

No pude contenerme más y extendí mis brazos para que mi adorable y valeroso Ruby se acercara. Él comprendió y se separó de Cecil-kun para venir corriendo hacia mis brazos.

Ruby esbozó una tímida sonrisa mientras le acariciaba su cabeza y me abrazaba fuertemente, enterrando su cara en mi pecho.

—Je, je. ¡Voy a proteger a onee-chan! —dijo Ruby sonriendo. Su risa infantil me derrite. ¡Me dijo esas palabras para animarme!

No es porque sea mi querido hermano, pero él en verdad es el más adorable.

A pesar de que lo normal es que sea yo la que lo proteja, dado que soy la mayor, aun así, él piensa en protegerme… Estoy conmovida.

En verdad, soy lamentable, ya que terminé llorando frente a mi querido hermanito. Tal vez, lo hice al ver su fuerte determinación.

Me alegra que Ruby vuelva a comportarse conmigo como el niño que es, pero precisamente porque es un niño no debería esforzarse tanto. Pero, por otro lado, estoy feliz de que se esfuerce. Hum, tengo sentimientos encontrados, es complicado.

—Ustedes dos… se llevan muy bien —comentó Cecil sorprendido, al vernos abrazados demostrándonos nuestra profunda unión entre hermanos. Sin embargo, sentí en su actitud, cierta envidia de su parte, mientras nos veía.

—Cecil-kun, ¿eres hijo único?

—No, tengo un hermano menor. Bueno, como mi familia me había etiquetado de inútil, al parecer, le dijeron que no se acercara a mí. Es por eso que nunca he hablado con él tampoco —respondió Cecil-kun, como si no le importara, pero seguramente debe ser algo muy doloroso para él.

Y es que, ¿su familia no lo había estado tratando como si no existiera? De momento, tal parece, que ahora su situación ha mejorado, pero seguramente su hostilidad hacia él no va a desaparecer de la noche a la mañana.

De seguro, Cecil-kun se dio cuenta de mi preocupación cuando le dirigí la mirada, ya que él sólo se limitó a sonreír amargamente, encogiéndose de hombros como diciendo: “no tiene importancia”.

Ahora no me queda la menor duda de que la causa de que Cecil-kun sea tan antisocial es culpa de su familia.

—Ruby, ¡vé y ataca a Cecil-kun! 

—¡Siii!

Entonces, le di una palmadita a Ruby en su espalda, instruyéndolo con la mirada. Y, a pesar de que no había comprendido por completo mis intenciones al pedírselo, obedientemente, fue y se abalanzó sobre Cecil-kun.

Cecil-kun no rechazaría el abrazo de un niño pequeño y alzó la voz desconcertado ante mis instrucciones. Fue ahí cuando yo también me le aventé y lo abracé. 

—E-esperen. ¡Deténganse ustedes dos!

—Cuando quieras reunirte con nosotros, tus camaradas, pidenoslo las veces que quieras, ¿ok?

—¡Sí! ¡Onii-chan es nuestro camarada!

Je, je. A ver: ¡trata de rechazar a mi Ruby con esa sonrisa inocente suya, si es que puedes!

Cuando Ruby y yo lo teníamos abrazado cada uno a un costado, Cecil-kun, desconcertado, perdió el equilibrio y dio un paso atrás, entonces, caímos, pero no nos hicimos daño dado que él usó magia de viento para aminorar el impacto.

—H-hey, ¡ustedes dos! ¿Acaso están dementes? ¡Aléjense de mí!

—¿Por qué? Sólo queremos que te sientas menos solo. Vamos Ruby, ¡abrázalo más fuerte!

—Onii-chan, ¿te sientes sólo? Nos tienes a nosotros, ¡así que todo está bien!

¿Será que Cecil-kun no es capaz de oponerse a Ruby cuando está sonriendo? Cómo sea, al poco tiempo, empezó a perder fuerzas y dejó de resistirse.

Yo también estaba riendo y lo abrazaba dándole palmaditas en la espalda, diciéndole que era un buen chico. Entonces, cuando traté de acariciar su cabeza, Cecil-kun se puso rojo como tomate y, refunfuñando, exclamó que no me burlara de él. Pero no sentí que en realidad lo odiara, ¿será que no le desagrada el contacto físico?

Cecil-kun, quien nos seguía teniendo pegados a él, mostró una expresión incómoda, no de desagrado, lo más seguro era que estaba desconcertado.

—¿Dónde se ha visto que una mujer que fue agredida de esa forma abrace a un hombre como si nada? ¡Tú, tonta!

—Es para, ¿tu rehabilitación?

—¿Rehabilitación?

—Sí, digamos que es, ¿un entrenamiento especial para que te acostumbres?

—¡Entonces, yo también! —Exclamó Ruby, abrazando a Cecil-kun todavía más fuerte.

Él dejó de resistirse por completo. ¿Será que se quedó sin energías? ¿O simplemente se rindió con nosotros?

Sea como sea, el amable y dulce Cecil-kun suspiró resignado ante nuestro ataque de abrazos y nos dejó hacer lo que quisimos. 

A fin de cuentas, nos aceptaste sin rechazarnos y no lo odiaste, ¿verdad? Así que, por favor, perdónanos, ¿sí?

2 respuestas a “Vida feliz – Capítulo 63: La determinación de Ruby”

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