Villana mimada por el príncipe vecino – Capítulo 118: Festival de fuego y agua (1)

Traducido por Sharon

Editado por Yonile


Grandes fuegos artificiales siendo lanzados con poder mágico indicaron el inicio del Festival de Fuego y Agua.

Era un festival de verano anual que se producía en los terrenos del castillo de Sandrose. Su propósito inicial había sido el de mostrar gratitud y orar por la bendición del oasis, pero esta vez era diferente.

Tenían el importante objetivo de transmitir el poder mágico a la Salamandra para hacerla dormir de nuevo. Si fallaban y el espíritu no lo conseguía, Sandrose sería cubierta en llamas, dejando la ciudad hecha cenizas.

Tiararose y varios miembros de la familia real de otros países fueron invitados al Festival cuando la Salamandra despertó, y tuvieron que realizar varios preparativos.

Miró al escenario que habían preparado para el festejo con una expresión preocupada, ya que su cuerpo no había regresado a la normalidad. Estaba sentada junto a Aquasteed, y varias personas se habían acercado para elogiarla, comentando que era una “niña linda”.

—Tiara, es hora. Lo mejor será dejarle el resto a Saravia.

A pesar de las palabras de Aquasteed, había una razón por la que Tiararose no podía estar de acuerdo. No podía dejar que Saravia muriera por su bien.

Había estado pensando en qué podría hacer, incluso mientras dormía, y llegó a una conclusión.

Si esto continuaba, ninguno de ellos, Saravia, Aquasteed o ella, serían felices al final, por eso… lo único que quedaba hacer era comprometerse.

Por supuesto, era probable que no lo aceptaran, pero si las cosas se veían mal, ella haría lo que tuviera que hacer. Haría que la Salamandra le regresara parte de su poder mágico, y le entregaría lo que necesitara más tarde después de haberse recuperado.

Ya que la Salamandra le tiene tanto aprecio al rey Saravia, probablemente accederá si logro hablar con ella.

Sin embargo, si le ponía un solo dedo en Aquasteed, Tiararose estaba dispuesta a pelear.

—¿Tiara?

Tiararose había estado tan preocupada con sus pensamientos, que no escuchó a Aquasteed hasta que él la llamó varias veces.

—¡Eh! Um, es cierto, no, no es eso pero…

—¿Podría ser que me estás ocultando algo?

Aquasteed le preguntó con confianza porque vio que estaba actuando de manera muy sospechosa. Sin embargo, Tiararose no tenía idea de cómo comenzar a explicarse, y sus ojos comenzaron a vagar por el cuarto.

Por suerte, o por desgracia, el baile del Festival del Fuego y el Agua había comenzado.

Primero, las brujas del desierto realizaban una presentación. Después de eso, era el turno de que el rey bailara. Era extremadamente raro ver al monarca danzar, así que todos estaban conteniendo el aliento, intentando atrapar todos los detalles y grabarlos en sus mentes.

Tiararose y Aquasteed también quedaron atrapados por la belleza.

Era mucho más misterioso comparado con el baile que había hecho durante la batalla con Aquasteed en el baile de máscaras. Después de todo, la Salamandra estaba observándolo.

Mientras lo veía en silencio, Tiararose decidió que no podía mantenerlo en secreto de Aquasteed, y abrió su boca.

—No tenía la confianza de decir nada, pero no creo que deba seguir manteniéndolo en secreto, sir Aqua.

Las manos de Tiararose, que estaban apoyadas en sus rodillas, temblaban ligeramente.

Aquasteed no falló en notar esto. Colocó una de sus manos sobre la de Tiararose, y la envolvió, intentando consolarla y decirle que estaría ahí para ella.

—Sir Aqua, ya sabe que se requiere de poder mágico para hacer que la Salamandra vuelva a dormir.

—Sí.

—Por generaciones, la familia real de Sandrose tomó la responsabilidad de ello. Por esa razón este país se conoce como el Reino del romance. —Tiaraorse no despegó su mirada de la danza de Saravia y continuó hablando—. El poder mágico del rey Saravia no es suficiente para satisfacer las necesidades de la Salamandra. Si no arriesga su vida y parte de su poder mágico, no podrá hacer que el espíritu regrese a dormir.

—Eso es…

—Sí. Si hago que la Salamandra me regrese mi poder mágico, el rey Saravia le dará el suyo… y probablemente morirá.

Aquasteed tragó con fuerza, ya que no sabía que la situación era así de grave.

Al mismo tiempo, ahora entendía por qué Tiararose había insistido en buscar una manera de regresar a la normalidad por su cuenta; era demasiado cruel para alguien como ella elegir entre su propia vida y la de alguien más.

—Gracias por decirme —dijo Aquasteed, abrazando sus hombros—. Hice que llevaras este peso sola…

—No, debería haberte dicho antes.

—No es cierto. Como dijiste, requiere mucho valor hablar de la muerte. Por eso podía entender sus sentimientos —le sonrió con gentileza—. Keith, Pearl.

—Estoy aquí.

—Supongo que no puede evitarse…

—La situación es como escucharon. Bueno, ustedes podrían ya estar al tanto de ello, pero… Me gustaría hablar con la Salamandra, ¿podrían por favor encontrarla? Debe estar observando la danza del rey Saravia desde alguna parte —les dijo Aquasteed. Ellos asintieron y desaparecieron del lugar.

Las cosas salen tan bien cuando Sir Aqua está a cargo…

Tiararose había estado pensando en buscar la Salamandra por su cuenta, pero ahora sentía que debería haber pedido su ayuda hace tiempo.

Keith y Pearl probablemente encontrarán al espíritu en poco tiempo.

—Muchas gracias, sir Aqua.

—Haré lo que pueda, Tiara, solo no hagas nada imprudente, ¿bien?

—¡Sí!

—Me preocupas un poco, pero supongo que estará bien…

Mientras esperaban a que encontraran a la Salamandra, Tiararose y Aquasteed volvieron a observar el baile de Saravia.

♦ ♦ ♦

La Salamandra estaba viendo el baile de Saravia a la vez que escuchaba el sonido de las campanas tintineando. Estaba en un techo del Castillo, el mejor asiento para observar el festival que se llevaba a cabo en el patio.

Saravia mejoró…, pensó con una sonrisa satisfecha.

Se había despertado cuando él era todavía joven. No había estado del todo despierta, pero aún en su estado, su subconsciente cambiaba constantemente entre activa y dormida. Para decirlo de manera sencilla, se había ido a dormir por su cuenta varias veces a lo largo de los años. Por eso había logrado ver a Saravia crecer.

—¿Cómo debería decirlo? Ya que lo he estado observando desde joven, para mí él es muy lindo.

Comparado con otros miembros de la familia real que le habían dado sus poderes, su amor por Saravia era mucho mayor.

—Al principio no podía bailar muy bien, pero odiaba más el perder… Se despertaba temprano por las mañanas para practicar. Amaba profundamente a su madre, y además, siempre piensa en mí y en este país.

Eso hacía a la Salamandra muy feliz.

Sin embargo, se había convertido en un mujeriego. Era algo que no se podía evitar. Si Saravia fuera tan puro como lo fue de niño, no habría podido engañar y amar a múltiples mujeres.

El sonido de las campanas resonó con más y más fuerza, hasta que finalmente terminó.

—Oh, así que estabas en un lugar como este.

—No esperé ver a la Reina Hada del Mar en un lugar así, qué gran honor.

—De verdad tienes el coraje de decir eso.

Era una rara oportunidad para ver el baile de Saravia, pero fue interrumpida.

Pearl encontró al espíritu después de recibir la orden de Aquasteed. Al verla, colocó su abanico sobre sus labios y entrecerró los ojos con molestia.

—Tiararose quiere hablar contigo.

—Es desafortunado, pero no tengo nada de qué hablar. Lo lamento, pero me rehúso.

Probablemente le pediría un método para devolver su cuerpo a la normalidad. La Salamandra sacudió su cabeza de lado a lado y se rehusó sin dudarlo.

Pearl suspiró profundamente, pensando en qué debería hacer.

Esta vez había dos objetivos: regresar a Tiararose a su cuerpo de adulto, y evitar que Saravia muriera.

Eran objetivos simples y concisos.

Pearl todavía no había hablado sobre ello con Tiararose y Aquasteed, pero en realidad tenía un plan secreto para resolver la situación.

—Cielos, no escuchas… Salamandra, podría haberte arrastrado por la fuerza, pero Tiararose no desearía eso.

—Es cierto. Espero que no vayas a hacer algo tan poco refinado.

—Si te digo que hay una manera para que Saravia permanezca con vida y cumpla su deber como rey… ¿Qué harás?

La Salamandra estaba pensando en teletransportarse a otra ubicación, ya que no quería lidiar con Pearl… cuando escuchó su propuesta.

—¡Por favor, deja las bromas! —rió el espíritu en respuesta, girando para mirarla—. No hay manera en que exista un método tan conveniente. Si fuera así, se habría utilizado en el pasado. Déjate de tonterías.

La Salamandra estaba segura de que era imposible. Por su parte, Pearl pensaba que la otra mujer debería de usar mejor su cerebro.

—No me gusta hacer bromas de tan poco gusto. Depende de ti creerme o no, pero si te mantienes tan insistente, Saravia terminará en un mal estado, ¿sabes?

Ante tal provocación, la Salamandra se mordió los labios con fuerza. Como Pearl decía, si pudieran conseguir que Saravia no perdiera su honor como el rey de este país, esa sería la mejor solución al problema.

Sabía muy bien, entonces, que no podía rehusarse.

—Hmm… Oh, bueno. Solo ve con Tiararose ahora. La danza de Saravia parece haber terminado.

Rugidos de alegría se extendían por el área al ver a Saravia dar una reverencia al público.

—Bien. Simplemente escucharé lo que tiene que decir. Sin embargo, por favor ten en cuenta que no le regresaré su poder mágico. No voy a dejar que Saravia muera.

—Lo sé. Solo regresa ahora.

Pearl movió su abanico y se desvaneció con la Salamandra.

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