Villana sanadora – Capítulo 11

Traducido por Mei

Editado por Nemoné

Corregido por Aurora


El tiempo vuela rápido.

En estos cinco años, mi madre dio a luz a mi hermano pequeño. Nació con el cabello castaño, al igual que mi padre y ojos azules como los de mi madre. Casi todos dicen que no tenemos mucho parecido, pero lo amo. Ya que en mi vida pasada era hija única, tener hermanos es un concepto nuevo para mí.

Ahora mismo, estoy muy ocupada estudiando para convertirme en doctora. Le supliqué a mi madre que trajera un profesor para que me enseñara en casa; ella también me envió a estudiar a la escuela de medicina.

En el colegio soy considerada como alguien de alto potencial, así que me enviaron una bata: un símbolo para los internos. Dicen que es un honor para ellos tenerme entre sus estudiantes.

También he tenido mucho que hacer en estos últimos días. Ha llegado al fin, el momento de entrar en la escuela elemental. Mañana será mi primer día.

En este mundo, a diferencia de mi mundo anterior, se entra a la escuela elemental a la edad de diez años y se estudia durante tres años, para luego entrar a la escuela media. El resto, es lo mismo.

Más importante, este internado es la única escuela en este mundo demoníaco. Debido a que la población de demonios es un cuarto de la de los humanos, y la población de los dioses es solo la mitad de la de los demonios, ambos, demonios y dioses, estudian en el mismo establecimiento educacional.

¿Cuándo aparecerá la heroína?

Si no recuerdo mal, debería aparecer en nuestro primer año de preparatoria: cuando ella tenga dieciséis años. Solo en ese momento nuestro grado abrirá un cupo para que tres o cinco humanos puedan ingresar a la academia La idea es hacer que los demonios se familiaricen con ellos.

Este mundo está en el período post-guerra: luego de la guerra entre los demonios, humanos y dioses. Ninguna de estas tres razas pudo obtener la victoria para sí; por lo que, decidieron vivir en armonía. Aunque, el camino hacia la paz no ha sido perfecto. Dondequiera que estemos, el mundo que sea, la paz nunca viene sin un derramamiento de sangre. Nadie quiere estar en un lado desventajoso. El odio que dejó atrás esta guerra parecía nunca iba a desaparecer, por lo que se ocultó por el bien de la gente. De todas formas, ya no les quedaba poder para emprender una nueva.

La guerra que perduró por generaciones, dejó impreso aquel antagonismo en los corazones de las diferentes razas. Debido a ello, los ancianos de cada una de estas razas emitieron una ley entre los suyos para prevenir cualquier desigualdad. Incluso en mi mundo anterior, lleno de personas de la misma especie: humanos, existe el racismo. No es de extrañar que también exista en este mundo de fantasía que tiene criaturas de diferentes razas y especies. Muchos demonios aún consideran a los humanos como una presa a ser cazada. Todavía se pueden ver noticias sobre demonios atacando a humanos, pero, por suerte, no hay muchos casos ya son juzgados con severidad.

Aunque, yo no tengo problemas con esa ley, ya que soy vegetariana.

¿Puede un vampiro ser vegetariano?, se deben estar preguntando. Podemos, pero a los que se les considera vegetarianos son a aquellos que no beben sangre humana.

Aurora
¡¿Cómo Edward Cullen?! ¡Kyaa! ¡Kyaa!

En mi caso, solo bebo sangre de cerdo, de cabra, o… de vampiro.

No es necesario que les diga de quién es esa sangre, ¿verdad?

—¿Shiwa, no quieres beber más? Solo bebiste un poco hoy.

Luler se recuesta sobre su costado al lado mío.Hace un tiempo ya que apareció con la idea de tratar mi casa como si fuera una extensión de la suya. También se ha vuelto una muy cariñoso, le gusta tocarme más de lo necesario. Mientras lo haga solo cuando estemos a solas, no me importa demasiado, ya que somos amigos de la infancia.

—No tengo tanta hambre —le respondo—. La escuela quiere que nos mudemos a la residencia de estudiantes mañana, ¿cierto?

—Ya he terminado de prepararme, así que vine a verte.

—Pero yo todavía no he terminado.

—Ayudaré.

—¡No! —me niego, tajante—. Esto es solo para chicas, los chicos no lo pueden tocar.

Este pequeño es realmente insensible, como si fuera a permitir que un chico tocara mis pertenencias.

En el instante en que termino la oración, lo veo ponerse de pie y mirarme ceñudo… ¿En qué está pensando ahora?

—¿Qué?

—¿Tienes algo en el bolso que no pueda ver? —pregunta.

—Sí, lo tengo.

Es la verdad, hay cosas que no puedo dejarle ver.

—Pero quiero ver.

—No puedo dejarte ver. ¿Por qué quieres saber lo que hay dentro de mi bolso?

Entiendo que es normal que un niño se sienta curioso por el sexo opuesto, pero esta vez eso un gran “¡No!”. Me pregunto si lo habré mimado demasiado en el pasado.

—¿No estamos comprometidos, acaso? —me increpa—. Por ello, no debemos esconder nada el uno del otro.

—¡¿De dónde vino esa idea?! Si tanto quieres verla. —Arrojo el bolso sobre la cama—. ¡¡Aquí!! ¡¡Toma!! No hay nada adentro.

Él lo abre con interés, pero se decepciona al instante.

—¿Por qué está vacío?

En sus manos se halla un bolso negro de cuero sin nada dentro. Mi sirvienta ha preparado la mayoría de mis cosas, excepto la ropa que deseaba empacar por mí misma.

—Porque todavía no he empacado mi ropa —explico—. ¡Oh! ¿Quieres comer algo de fruta? —cambio de tema para que no comience a insistir en lo de ayudar—. Mi padre trajo gota azul ayer del Reino de los Dioses. Son muy deliciosas. ¿Quieres?

—Sí.

—Espérame aquí, las traeré. ¡No toques mis cosas!

Por suerte recordé que mi padre trajo esa fruta ayer. Aún deben quedar muchas en la cocina. Sé que Luler come mucho, por lo que le traeré varias. ¡Ese chico seguro usará su estómago de agujero negro para succionarlas dentro!

Cuando llegué a la cocina, le ordené a una de las criadas que sirviera las frutas para el príncipe. Ella parece caer en pánico. Me dice que cuando terminé de prepararlas las llevará a mi habitación, pero me decido esperar y llevarlas yo misma.

Esta fruta llamada ”gota azul” tiene una cáscara azul y su centro es como una masa blanca, por ello su nombre.

Ya peladas, lucen una perfecta forma de conejitos. Cuando tomo el plato termina siendo demasiado pesado para mí. Pero, debido a mi orgullo, rechazo la oferta de los sirvientes y, con pasos lentos y cuidadosos, camino de vuelta a mi cuarto.

—Aquí está la fruta y también tenemos té.

Abro la puerta con una mano mientras sostengo el plato con la otra. Al presenciar la escena frente a mí, casi tengo un ataque cardiaco.

—¡¿Q-Qué estás haciendo?!

¡El chico que debía estar relajado esperando por mí en mi cama, no está haciendo eso! Por el contrario, se encuentra sentado sobre esta, doblando de forma meticulosa toda mi ropa. ¡Incluso la ropa interior está allí en el montón de atuendos ya ordenados! Y en su mano… ¡Esa…! ¡Esa es mi braga con un patrón de flores rojas!

Mi sangre se agolpa en mi rostro debido a la vergüenza. ¡Incluso si solo es un niño de diez años, todavía sigue siendo un chico! ¡¡¡Quién le enseñó a coger la ropa interior de una chica con una cara inexpresiva como esa!!!

—Quería ayudarte a empacar —explica como si nada.

—Te dije que lo haría por mi cuenta.

—Pero…

—No hay peros ¡¡Suelta eso en tu mano y sal de mi cama!!

Luler se sorprende, suelta mi braga y salta fuera de mi cama.

—Durante el tiempo en que fui a la cocina, hurgaste en mi armario como quisiste, ¿no? ¿Ya sabes, o pretendes no saber que no debes tocar estas cosas?

—Tus cosas también son mis cosas… —se justifica.

—¡¡No lo son!! —le grito—. ¡Toma estas frutas y comelas afuera hasta que te arrepientas!

Le coloco el plato en las manos, lo empujo fuera de la puerta y la cierro justo en frente a su cara. Desde el principio le dije que no tocara nada. No imaginaba que fuera tan serio con lo de empacar mi bolso…

¿Por qué estoy así de enojada? ¡¡¡Tengo que estar así de enojada!!! Está en la edad donde ya debería saber lo que es apropiado. Chicos y chicas tienen físicos diferentes. Si él es ingenuo sobre estas diferencias de género, será peligroso en el futuro.

Inhalo una bocanada grande de aire para disipar mi enojo. ¿Debería empacar la ropa que él terminó de doblar y llamarlo de vuelta?

♦ ♦ ♦

Fuera del cuarto, un Luler deprimido se sienta y come la fruta del plato.

¿Todavía estará enojada conmigo?, se pregunta. Él sabía que si hacía algo como eso Shiwa se enojaría; sin embargo: La cara de Shiwa cuando está enojada es… muy linda,

Y aquella visión de ella enojada hace que se sienta muy feliz.

♦ ♦ ♦

Nota del autor: ¿Él es un “Maso”? Sip, él es un masoquista. Realmente quiero escribir desde el punto de vista de Luler en el próximo capítulo.


Aurora
A este Luler le espera un camino tortuoso por delante. Aunque, no creo que le importe mucho. ¡Ja, ja, ja! Esperaremos ese POV, autor.

6 respuestas a “Villana sanadora – Capítulo 11”

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